Robert Hooke

Robert Hooke
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NombreRobert Hooke
Nacimiento18 de julio de 1636
Inglaterra, Bandera de Inglaterra Inglaterra
Fallecimiento3 de marzo de 1703
Londres, Bandera de Inglaterra Inglaterra
Otros nombresEl hombre que sabía demasiado

Robert Hooke.(El hombre que sabía demasiado). Fue uno de los científicos experimentales más importantes de la historia de la ciencia, polemista incansable y genio creativo de primer orden. Sus intereses abarcaron campos tan dispares como biología, medicina, cronometría, física planetaria, microscopía, náutica y arquitectura.

Síntesis Biográfica

Nació el 18 de julio de 1636 en el pueblo de Freshwater, en la isla de Wight, al sur de Inglaterra. Hooke quedó huérfano a temprana edad y fue acogido por la iglesia que decidió enviarlo a estudiar a Oxford.

Sus protectores pensaron que la mala salud que aquejaba al joven no le pronosticaba un buen futuro dentro del ámbito eclesiástico, de modo que lo orientaron hacia la ciencia. Su aptitud para las matemáticas era tal, que dominó los primeros seis libros de geometría en una sola semana. También reveló ser un ingenioso y experto mecánico.

Características de su persona

Hooke fue un hombre de carácter colérico, fácilmente irritable, con un aspecto físico muy poco agraciado, que mantuvo durante mucho tiempo terribles disputas con científicos como Isaac Newton, Jan Hevelius, Christian Huygens y Henry Oldenburg, entre otros... Disputas que casi siempre tuvieron su origen en las reclamaciones de Robert Hooke en relación con la prioridad sobre determinados descubrimientos, algo con lo que, por lo visto, no estaban de acuerdo los interpelados por Hooke. Como muestra sirva lo que escribió sobre él Christian Huygens, el astrónomo holandés descubridor de los anillos de Saturno:

Yo ya había notado hace algún tiempo que era vanidoso y ridículo, pero no sabía que era tan malicioso e insolente como lo veo ahora”. También Huygens se quejaba de la “egocéntrica pretensión de Hooke de haberlo inventado todo”. Independientemente de su carácter, Robert Hooke fue un científico extraordinario al que algunos han bautizado como el Leonardo de Londres, por la enorme variedad de campos en los que destacó: Astronomía, Química, Física, Biología, Microscopía, Mecánica, Arquitectura, Dibujo...

Primeros pasos en el mundo de la ciencia

En 1653, ganó un premio en Oxford. Poco más tarde, en 1658, llegó a ser ayudante de Boyle en su laboratorio de Oxford. Allí fabricó y perfeccionó una bomba para su maestro. En 1660 formuló la hoy denominada Ley de Hooke, que describe cómo un cuerpo elástico se estira de forma proporcional a la fuerza que se ejerce sobre él, lo que dio lugar a la invención del resorte helicoidal o muelle. En 1665 fue nombrado profesor de geometría en el colegio de Gresham y publicó el libro Micrographía, relato de 50 observaciones microscópicas y telescópicas con detallados dibujos. Este libro contiene por primera vez la palabra célula y en él se apunta una explicación plausible acerca de los fósiles. Hooke descubrió las células observando en el microscopio una laminilla de corcho. Se dio cuenta de que estaba formada por pequeñas cavidades poliédricas que recordaban a las celdillas de un panal. Por ello llamó célula a cada cavidad. Lo que estaba observando eran células vegetales muertas con su característica forma poligonal.

Aportes realizados

Entre las muchas aportaciones de Hooke se encuentran las siguientes: fue el primero en formular la teoría de los movimientos planetarios como problema mecánico; tuvo un atisbo de la gravitación universal; ideó un sistema práctico de telegrafía; inventó el resorte espiral de los relojes y el primer cuadrante dividido con tornillos y construyó la primera máquina aritmética y el telescopio gregoriano. Sin duda, Hooke fue el mecánico más notable de su época.

Participó en la creación de la primera sociedad científica de la historia, la Royal Society de Londres.Durante cuarenta años fue miembro, secretario y bibliotecario de la Royal Society de Londres y tenía la obligación de presentar ante la sociedad un experimento semanal. Además de las observaciones publicadas en Micrographía y de la formulación de la Teoría de la Elasticidad, Hooke formuló la Teoría del movimiento planetario como un problema de mecánica, y comentó esta teoría en uno de los múltiples escritos que dirigió a Isaac Newton.

Gracias a sus observaciones realizadas con telescopios de su creación, Hooke descubrió la primera estrella binaria e hizo la primera descripción conocida del planeta Urano. Las observaciones que realizó a varios cometas le llevaron a formular sus ideas acerca de la gravitación. Hooke formuló algunos de los aspectos más importantes de la ley de la gravitación pero no llegó a desarrollarlos matemáticamente, En 1672 intentó comprobar que la Tierra se mueve en una elipse alrededor del Sol y seis años más tardes propuso la ley inversa del cuadrado. Mantuvo continuas disputas con Newton respecto a la teoría de la luz y la ley de la gravitación universal.

Dentro de su campo más prolífico

Los inventos mecánicos y el instrumental científico de medida fue, quizás, el campo más prolífico de su creación científica. Junto con Boyle diseñó una bomba de vacío. Como inventor destaca por la invención de la junta o articulación universal, el primer barómetro, higrómetro y anemómetro. Fue también el responsable del establecimiento del punto de congelación del agua como referencia fija en el termómetro. En el campo de la biología destacó por sus ideas preevolucionistas, apuntando a la existencia de infinidad de especies extinguidas e hizo importantes aportes a la fisiología de la respiración. También destacó como arquitecto de reconocido prestigio.

Como arquitecto

Se encargó de diseñar el Hospital Real de Bethlem, el edificio del Real Colegio de Médicos, Ragley Hall en Warwickshire y la iglesia parroquial en Willen, Milton Keynes. Las colaboraciones de Hooke con Christopher Wren fueron especialmente fructíferas, destacando el Real Observatorio de Greenwich, el Monumento al Gran Incendio de Londres y la catedral de San Pablo, cuya cúpula utiliza un método de construcción concebido por Hooke.

Muerte

Robert Hooke murió en Londres, el 3 de marzo de 1703.

Obras destacadas

Hooke nos legó, además de numerosos artículos científicos y de un número interminable de descubrimientos, instrumentos e inventos mecánicos, dos grandes obras: Micrographia y Lectiones cutlerianae (Conferencias cutlerianas). La segunda es una recopilación del trabajo realizado entre 1665 y 1679, en el que destacan sus asombrosas invenciones mecánicas, en una de las cuales se demuestra la conocida ley de Hooke sobre la elasticidad de un resorte (el alargamiento es directamente proporcional a la fuerza). Hooke llamó así a estas lecciones en honor del que había sido su mecenas, el financiero John Cutler. Pero, sin duda, la obra de Hooke que pronto se convirtió en uno de los grandes libros de la historia de la ciencia fue la publicada en 1665: Micrographia. El libro, escrito en inglés y con un estilo asequible para un público culto, es el primer gran tratado del mundo microscópico. En él se describen cincuenta y siete observaciones microscópicas y tres telescópicas, que incluyen cincuenta y ocho grabados hechos a partir de los extraordinarios dibujos de Hooke. Quizá el gran éxito de Micrographia se debió a que no se trataba de una investigación exhaustiva sobre un asunto en particular, sino de muy diferentes observaciones microscópicas que abrían al público en general las puertas de un nuevo mundo: el mundo microscópico

En los últimos años se ha publicado un buen número de libros sobre la vida y la obra de uno de los científicos más relevantes y, al mismo tiempo, más ignorados e injustamente tratados de la historia, diversos autores han tratado de reivindicar con sus obras el papel central desempeñado por Hooke en la ciencia del siglo XVII.

Probablemente la más importante de esas obras sea la escrita por Stephen Inwood: The man who knew too much (El hombre que sabía demasiado), que se ha convertido desde su publicación en 2002 en la mejor biografía de Robert Hooke publicada hasta el momento, y que toma prestado el título de las películas dirigidas por Alfred Hitchcook en 1934 y 1956.

Fuentes