Rufino del Carmen Suárez Albo
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Rufino del Carmen Suárez Albo. Patriota revolucionario cubano, que ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias y participó en la limpia del Escambray.
Biografía
Nació el 10 de julio de 1939 en La Habana, en el seno de una familia humilde, sus padres fueron José y Angélica.
Infancia y juventud
Desde los 10 años se ve obligado a trabajar arduamente en una finca lechera para cooperar con el mantenimiento de la familia. Es por ello que tiene que interrumpir su asistencia a la escuela. Como la gran mayoría de la niñez pobre en esa época, sufrió las limitaciones que le impone la dura vida de miseria, y solo pudo alcanzar el 2do grado en la escuela.
Entre sus hermanos sobresalía por ser el más alegre y por su condescendencia en el trato. En la época de la dictadura batistiana, logra colocarse en un garaje, pero poco tiempo le dura esta posibilidad de trabajo estable, porque muy pronto es expulsado del lugar por haber puesto de manifiesto sus ideas revolucionarias.
Después las necesidades económicas, lo obligan a trabajar en lo que se presente. Desde el mismo día del Triunfo de la Revolución se incorpora al Ejército Rebelde, primeramente destacado en el hospital "Ángel A. Aballí", y después en el cuartel San Ambrosio, donde permanece hasta noviembre de 1959.
Cuando se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias trabajaba en un ventorrillo de chicharrones, es uno de los primeros jóvenes que da un paso al frente ante esta nueva tarea que plantea la Revolución. Recibe un curso de adiestramiento militar en la escuela La Chorrera. Integra el Batallón 117, con el que participa en todos los atrincheramientos. Con su batallón marchó, posteriormente, al Escambray, ante la necesidad de defender la patria, nuevamente amenazada, esta vez por los alzados contrarrevolucionarios en la provincia villaclareña. Allí permanece 62 días.
Muerte
El 17 de abril se produce la invasión mercenaria por Playa Girón, y es uno de los primeros enviados al combate. El día 18 de abril de 1961 encontró la muerte, en heroica defensa de la Revolución a la cual con entusiasmo había dedicado todos sus esfuerzos. Rufino siempre decía a su mamá:
- "Mima, tenemos que defender a Cuba. Si esa gente nos ataca, puedes estar segura, de que estaremos peleando mientras quede el último cubano en pie."
