Salamandra

Salamandra
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Clasificación Científica
Nombre científicoSalamandra salamandra
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Amphibia
Orden:Caudata
Familia:Salamandridae

Salamandra. (Salamandra salamandra) es un anfibio urodelo de la familia Salamandridae común en Europa, con preferencia por hábitat acuáticos de media y alta montaña, ecológicamente poco alterados.

Historia

Las salamandras ejercen fascinación por sus colores, por sus formas extrañas, por la increíble velocidad con la cual se alimentan. Pero también forman parte de la historia de este planeta. Se asegura que son descendientes de los primeros vertebrados en salir de las aguas cuando la vida estaba en formación. Y los fósiles más antiguos de la orden Caudata se remontan a 150 millones de años.

Leyenda

Antiguamente, existía la creencia de que este pequeño reptil, semejante al tritón, podía estar rodeado de fuego sin que éste llegara a hacerle el más mínimo daño, sin quemarle en absoluto. El paralelismo bíblico con la zarza inconsumible que se presentó ante Moisés convirtió a la salamandra en un símbolo de la fe. Al margen de la leyenda, se trata de uno de los anfibios con cola o uroleos más apreciados y llamativos, tanto por los colores de su piel como por su aspecto. Tanto es así que hoy en día no es demasiado raro encontrar este animal como mascota en muchos hogares, especialmente en países asiáticos como Japón.

Características

La salamandra es un animal cuya longitud oscila entre los 12 y los 30 centímetros, pero lo más común es que no superen los 20. Su cuerpo es alargado y su cola, de base ancha, va disminuyendo el grosor a medida que nos acercamos a la punta. Sus miembros, tanto superiores como inferiores, son cortos y gruesos, además de proporcionados. La cabeza es casi tan ancha como larga, es algo aplanada y normalmente con el morro redondeado, pudiendo algunos ejemplares tenerlo algo puntiagudo y es que, sólo en España, existen cinco subespecies de salamandra común.

Es muy fácil reconocerlas por el color de su piel, que es negra con manchas amarillas, la cual es utilizada como una señal de advertencia para evitar ser atacada por otros animales (coloración aposemática). Dependiendo de la zona geográfica podemos encontrar distintos colores en lo que concierne a estas manchas, e incluso en su forma, pudiendo presentarse también a modo de franjas. Su piel contiene pequeñas cantidades de sustancias tóxicas que excretan por dos orificios situados en su espalda.

Podremos diferenciar una salamandra macho de una hembra porque el cuerpo del macho es más estilizado que el de la hembra, es decir, más delgado y también más recortado.

Para defenderse de sus cazadores, disponen de un mecanismo de defensa basado en unas glándulas repartidas por su cuerpo que segregan un líquido denso y blancuzco que provoca serias irritaciones en lugares delicados como la boca, nariz, ojos, etc.

Normalmente sale de su escondrijo cuando el tiempo es frío y húmedo. Se le puede ver pasear con mucha tranquilidad en los caminos, a veces se esconde bajo las piedras. Las salamandras muestran una asombrosa capacidad para regenerar miembros amputados. El estudio de ese anfibio abre nuevas vías para la reconstrucción de miembros y tejidos del cuerpo humano.

Suelen ser confundidas con lagartijas, su silueta sinuosa tiende a evocar un reptil. Pero no hay que dejarse engañar: son definitivamente parte de esa inquietante y numerosa familia de seres con una "doble vida" en el agua y la Tierra: de ahí viene la palabra griega, anfibios. Hay unas 300 variedades de salamandras, pero todas están definidas por el nombre de su orden: Caudata, "con cola".

El estudio de las salamandras forma parte de la herpetología, que se ocupa de reptiles y anfibios, y su clasificación científica registra la existencia de 10 familias distintas.

Hábitat

Su hábitat es el ambiente nocturno, principalmente forestal, en las riberas o en las laderas poco luminosas pero cercanas al agua o a lugares húmedos como huertas, pinares, con abundancia de líquenes con los que cubrir su suelo, es decir, siempre huyen de los lugares secos, prados y de zonas con sequía. Por el día, permanecen ocultas entre las rocas o pequeñas cuevas naturales, resguardándose del abrasador sol. Su adaptabilidad supera los 1.800 metros por encima del nivel de mar pero su existencia está amenazada por la tala de bosques y por los incendios. Se desplaza de forma lenta y pausada y solamente en los días de abundante lluvia puede desarrollar su actividad cotidiana por el día, mientras el sol está medio oculto.

Las estaciones del año también influyen en el desarrollo vital de este anfibio, puesto que los meses de acuciante calor y los extremadamente fríos están dedicados al letargo de la especie. Para encontrar salamandras en España debemos mirar hacia el norte de la península, en Galicia, pero sobre todo buscaremos en los sistemas montañosos tales como el Bético, el Penibético o el Central.

Comida y costumbres

Hay que diferenciar la alimentación de las salamandras en sus primeros meses de vida de lo que luego será su dieta cuando éstas sean adultas. Las salamandras neonatas comen principalmente pequeños crustáceos y las larvas de insectos y gusanos.

Cuando alcanzan la edad madura, la ingestión de sustento es mayor y se compone fundamentalmente de invertebrados de cuerpo blando. Entre sus manjares favoritos debemos distinguir los artrópodos y arácnidos de reducido tamaño, gusanos y lombrices de tierra, caracoles o babosas, insectos de la familia de los coleópteros.

Desde el otro punto de vista, es decir, los animales que suponen una amenaza para la salamandra por ser parte importante del menú de los mismos, están la culebra de collar, la culebra viperina, las víboras en general y la nutria. También incorporan la salamandra como plato culinario favorito, animales como los erizos, los rapaces, las urracas y algunas especies de peces.

Reproducción de la salamandra

La estación adecuada para su reproducción es el otoño, puesto que es el período en el que estos animales se ponen en celo. El apareamiento tiene lugar en la tierra y principalmente de noche. El macho comienza la cópula situándose encima de la hembra y va deslizándose hacia abajo rítmicamente. Al principio es la hembra la que, en su propio cuerpo, desarrolla los huevos, pero el parto tiene lugar en pequeños charcos o concentraciones de agua. Generalmente, las larvas suelen nacer entre los meses de diciembre y febrero. El número de larvas que puede llegar a alumbrar una salamandra hembra es de hasta 85-90 pero, por regla general, no se supera en 30-40 en cada parto.

La capacidad de nadar es innata en las larvas que, al principio, son grisáceas con reflejos metálicos para, poco a poco, ir adquiriendo las típicas manchas amarillas en un tiempo aproximado de 3 ó 4 meses, al igual que la desaparición de las branquias. La cabeza de los recién nacidos es ancha y sus patas están perfectamente constituidas. Las larvas abandonan el hábitat acuático cuando su longitud sobrepasa los 6 centímetros. Al llegar a la juventud con la metamorfosis, son muy similares a los adultos, pero no alcanzar la madurez sexual hasta pasados 3 ó 4 años, momento en el que ya son capaces de reproducirse y de perpetuar la especie.

Fuentes