Samuel Pepys

Samuel Pepys
Información sobre la plantilla
Samuel pepys.jpg
Escritor
Nacimiento23 de febrero de 1633
Clapham, Bandera del Reino Unido Reino Unido
Fallecimiento26 de mayo de 1703
Obras destacadasDiario

Samuel Pepys. (1633- 1703). Es uno de los cronistas más importantes de la historia inglesa, gran conocedor de la vida de la época y un gran caminante de Londres por lo que en sus escritos se puede ver una visión de cómo era la ciudad durante el siglo XVII.

Síntesis biográfica

Samuel Pepys nació en Clapham, el 23 de febrero de 1633, el segundo hijo de Juan Pepys (1601-1680), un sastre y Margaret Pepys.

Fue un hombre humilde que gracias a su valía personal e incuestionable inteligencia llegó a ser uno de los personajes más relevantes de la Corte inglesa durante el reinado de Carlos II.

Niñez y adolescencia

En 1644 Pepys asistió a la escuela de la gramática de Huntingdon y posteriormente a la Escuela del St Paul, Londres, entre 16461650.

Estudios superiores

Obtuvo una beca para cursar estudios universitarios, en 1651 entró a la Universidad de Magdalene, Cambridge, donde se graduó en letras en 1654 a la edad de veintiún años.

Pepys aprendió en Cambridge el método de taquigrafía de Thomas Shelton, de 1626 y lo usó por la economía, confidencialidad y rapidez de la escritura. La taquigrafía fue un elemento común a los intelectuales de la época, entusiasmados por la invención.

Un año después de licenciarse, se casó con Elizabeth Saint-Michel, una joven de quince años que era hija de refugiados franceses por profesar el credo protestante.

Labor profesional

Su conocimiento de latín, griego, francés y español, entre otros saberes, formaban parte de una formación que le permitió desempeñar diversos cargos políticos; fue Secretario de Estado de la Marina Británica, miembro del Parlamento en varias legislaturas y Presidente de la Sociedad Real.

Es autor de unas Memorias sobre la marina real (1640) y de un Diario ([[1660]–1669), escrito en caracteres cifrados, que permaneció ignorado hasta que John Smith lo transcribió y publicó de forma parcial en 1825; esta obra ha sido elogiada tanto por la sinceridad con que el autor anota sus observaciones e impresiones, como por constituir una valiosa fuente de datos sobre su época.

Tomó al dictado para su divulgación el relato de Carlos II sobre sus acciones en la batalla de Worcester, también dictó varios diarios sobre asuntos públicos de su responsabilidad, que resultan incomparables en contenido y en tenor con el Diario personal.

Pepys estuvo recluido en dos ocasiones por sospechas de tramas políticas, aunque fue liberado y repuesto de nuevo en su posición. Presenció en 1649 la decapitación de Carlos I y los hechos de la República liderada por Oliver Cromwell, participó en 1661 en el regreso de Carlos II de su exilio, en los Países Bajos y su coronación. Intervino en los preparativos militares de la segunda guerra con Holanda entre 16651667, durante la cual los holandeses hicieron una incursión en el estuario del Río Támesis, así como en los de la tercera guerra con Holanda, en 1672.

Aunque no era escritor profesional Pepys registró en su diario personal un número de acontecimientos históricos significativos, entre ellos Guerra en segundo lugar Anglo-holandesa, la Gran plaga de Londres de 1665 y el Gran incendio de Londres 1666, además de las intrigas de la corte de Carlos II, las revueltas religiosas, los encuentros de gente de ciencia junto con la bulliciosa vida de comercios y tabernas.

En uno de sus relatos hablaba de la solemnidad de un acto religioso y de su contraste con la reacción popular, indiferente y ajena a ese mundo eclesiástico:

"El teniente Lambert y yo fuimos a la Abadía de Westminster donde asistimos al traslado del doctor Frewen al arzobispado de York Vi a los obispos de Winchester, Bangor, Rochester, Bath y Wells, y Salisbury, con sus hábitos, en la capilla del Rey Enrique VII. Pero, ¡Dios mío!, cuando ellos salieron, el pueblo los contempló como criaturas extrañas, con muy poco amor y respeto."

.

La esposa murió de fiebres en 1669, poco después del viaje que realizó la pareja a Francia y los Países Bajos y Pepys no volvió a casarse ni tuvo descendencia. En este mismo año se vio obligado a dejar de escribir por una enfermedad que le estaba dejando ciego, debido a las largas horas de trabajo en el Diario entonces sólo dictaba a sus colaboradores entre quienes estaba Paul Lorrain.

" Así termina sin duda todo lo que podré escribir yo mismo en mi diario, con mis propios ojos, pues en lo sucesivo seré incapaz de hacerlo: cada vez que tomo la pluma, pienso que perderé la vista. Ocurra lo que ocurriere, debo abstenerme. De hoy en adelante, lo continuarán los míos en lenguaje claro, y yo deberé resignarme a no anotar nada que no pueda ser conocido por ellos y por todo el mundo."

Para la historiografía de la ciencia, Pepys es una personalidad por la participación institucional en la Sociedad Real y por la donación de su notable biblioteca a la Universidad de Cambridge, además porque la narración de su Diario es una fuente que revela detalles de la historia inglesa.

En la Lingüística resulta relevante su contribución a la obra de John Wilkins, “Ensayo sobre una escritura objetiva y un lenguaje filosófico”, editada en 1668 bajo los auspicios de la Sociedad Real.

Muerte

Murió el 26 de mayo de 1703, donando su diario a la institución inglesa donde había estudiado, la Biblioteca del Magdalene College de Cambridge, junto con su biblioteca. Allí el diario pasó inadvertido casi un siglo hasta que se encontró y empezó la titánica labor de descifrarlo, puesto que Pepys escribía utilizando abreviaturas y mediante taquigrafía.

El Diario

El hábito de tener un diario formaba parte de los gustos ilustrados poco comunes que tomaron cuerpo entre intelectuales de la época. Pepys tuvo la disciplina de cumplimentar sus notas con regularidad y la discreción de no divulgar su hábito. Se comprende su prudencia por razones políticas.

El Diario de Pepys es una obra literaria e histórica de primer orden, que documenta bajo una perspectiva insólita la ciencia del siglo XVII o siglo del lenguaje, el estudio de su contenido permite vincular los intereses del autor por el lenguaje, la oratoria, la escritura cifrada y el progreso científico y su lectura proporciona una mirada a la vida cotidiana y a la ciencia de la época. Es extraordinario el testimonio que Samuel Pepys dejó de hechos tan trágicos como el incendio de Londres o la epidemia de peste.

Escrito en una de las muchas formas estándar de taquigrafía, Pepys registró su vida de cada día por casi diez años con honradez impresionante; sus relaciones familiares, los negocios particulares, las mujeres que él persiguió, sus amigos, sus celos, inseguridades, preocupaciones triviales, su relación turbulenta con su esposa, su gusto por el vino y los juegos y de la compañía de la gente; detalla un recuento importante de Londres en la época, incluida su descripción personal de la Restauración de la monarquía mezclando comentarios en política y acontecimientos nacionales junto a su vida personal.

La redacción del Diario respondía a un carácter instrumental, el de recoger notas personales sobre hechos generales y particulares del día. Con un estilo escueto y no demasiado atento a la gramática, reunió anotaciones de modo acumulativo.

Pepys no establecía un flujo narrativo, no revisaba lo escrito ni reescribía pasaje alguno. Tampoco redactaba todas las palabras de las frases e incluso el lenguaje taquigráfico ha dejado a los transcriptores un margen notable para elegir la forma sintáctica de las palabras, pues la inscripción indica una raíz, pero no si es nombre o verbo; y si es un verbo, no marca el tiempo verbal. Ello ha dado mucho margen a los filólogos que han elaborado la admirable transcripción de un diario muy extenso, que abarca diez años y cuenta con una entrada para cada uno de sus días.

La escritura biográfica de Pepys revela su personalidad con una naturalidad desconcertante. Un estilo llano, una expresión equilibrada de los sentimientos y la libertad de estar dialogando sólo consigo mismo, junto con un espíritu refinado, hacen que estas páginas tengan un gran interés literario.

Trascripción del Diario

En 1819 el Reverendo John Smith fue contratado para transcribir el Diario en inglés llano; tarea que acometió por tres años, al parecer inconsciente que una llave al sistema de la taquigrafía fue almacenada en la biblioteca de Pepys algunos estantes sobre los volúmenes del Diario.

La Transcripción de Smith, que también se conserva en la Biblioteca de Pepys, fue la base para la primera edición publicada del diario, lanzada en dos volúmenes en 1825.

Una segunda transcripción, hecha con la ventaja de la llave, pero menos exacta, fue terminada en 1875 por Mynors Bright y publicada entre 18751879. El Henrio Wheatley, siguiendo a sus precursores, produjo una nueva edición en 18931899, revisada en 1926, con notas extensas y un índice.

La edición completa y definitiva, corregida y transcrita por Roberto Latham y Guillermo Matthews, fue publicada en nueve volúmenes, sobre los años 19701983. Las varias abreviaciones simple volumen de este texto están también disponibles.

La biblioteca

Biblioteca de Samuel Pepys, según un dibujo tomado en 1693.

El gusto de Pepys por el arte y la cultura, le indujo a coleccionar pinturas y a componer una biblioteca memorable. Fue construida en roble y con puertas de cristal, una novedad que resguardó a sus libros del polvo y la luz solar. Encargó títulos de su agrado a libreros y corresponsales europeos, encuadernó con primor los libros y documentos, inventarió minuciosamente las existencias e instruyó a su sobrino y heredero sobre biblioteconomía. En todo ello se puede observar la pasión de Pepys por la belleza y la curiosidad intelectual.

Ordenó sus ejemplares con el criterio más objetivo que pueda pensarse: por tamaño. Todas las demás clasificaciones se han revelado ambiguas e imperfectas; siempre hay libros que escapan a un determinado género o categoría. Resolvió renovar los que guardaba a lo largo de los años pues, como las personas, el libro que se atesora a los veinte puede convertirse en odioso o antipático a los cuarenta. Por último, decidió que debía contener: tres mil ejemplares.

Entre los artículos más importantes de la biblioteca están los manuscritos encuadernados originales del Diario de Pepys. Aunque está claro que el contenido fue escrito como expediente puramente personal de su vida y no para la publicación, hay las indicaciones que Pepys tomó activamente medidas para preservarlas.

En su biblioteca se conservan siete obras de Wilkins, entre las que destaca “Ensayo sobre una escritura objetiva y un lenguaje filosófico”, junto con sus otros trabajos sobre comunicación encriptada y ensayos prospectivos de la vida en Marte y del transporte submarino.

Dato curioso

Por todas las aficiones que tenía Samuel Pepys, el destino lo vinculó a la obra científica más famosa de la ciencia inglesa, Principia mathematica “Principios matemáticos de filosofía natural”, estudio de Isaac Newton que resultó crucial para la ciencia pues abrió un nuevo horizonte a la ciencia experimental y a la matemática. La obra se publicó en 1686 y llevaba una dedicatoria al presidente de la Sociedad Real, que era a la sazón Samuel Pepys.

Fuentes