San Juan de Ribera

Juan de Ribera
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Sacerdote de la Iglesia católica
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Información personal
Nombre religiosoSan Juan de Ribera
Nacimiento27 de diciembre de 1532
Fallecimiento6 de enero de 1611

San Juan de Ribera: fue un santo patriarca latino de Antioquía y hombre de estado español.

Biografía

San Juan de Ribera nació en Sevilla España el, 27 de diciembre de 1532 - Valencia, fallece el 6 de enero de 1611), fue un santo patriarca latino de Antioquía y hombre de estado español. Prelado español. Hijo de un virrey de Cataluña y de Nápoles.

De extracción o posición social noble, su padre, Per Afán de Ribera, era duque de Alcalá, marqués de Tarifa y posteriormente al nacimiento de Juan, virrey de Cataluña y de Nápoles. Se quedó huérfano de madre siendo muy niño y con esto creció sin el amor materno.

Estudio

Estudió en la prestigiosa para la época Universidad de Salamanca, 1562 fue nombrado obispo de Badajoz y, más tarde, arzobispo de Valencia y patriarca de Antioquía 1568, a fin de que pudiera afrontar los graves problemas planteados por los moriscos valencianos. Al fin, tras treinta años de frustrados intentos, se convirtió ante el rey en el más firme abogado de su expulsión. Escribió numerosas obras. Beatificado en 1796, fue canonizado en 1960.con teólogos tales como Melchor Cano y Domingo de Soto. Cuando tenía unos pocos años de ser sacerdote y contaba solamente con 30 años de edad, en 1562,fue profesor hasta 1562, fecha en la que fue nombrado obispo de Badajoz. Seis años más tarde el papa San Pío V le otorgó el título de Patriarca de Antioquia, y lo promovió al Arzobispado de Valencia donde “fue el alma de la restauración espiritual de la diócesis valentina al aplicar las directrices del Concilio de Trento”. El propio Pontífice lo definió como “lumbrera de toda España, singular ejemplo de virtud y de bondad, dechado de gloriosas costumbres y santidad… porque no sólo hace oficio de obispo sino de cura”, con el Papa Pío IV, fue nombrado obispo de Badajoz. Allí se dedicó con toda su alma a adoctrinar a los católicos e ir en contra del nuevo movimiento de los protestantes. Más tarde, fue nombrado arzobispo de Valencia, y patriarca de Antioquía (1568), a fin de que pudiera afrontar los graves problemas planteados por los moriscos valencianos. El Rey lo nombró virrey de Valencia, y así llegó a ser al mismo tiempo jefe religioso y jefe civil.

Expulsión de los Moriscos

Tras treinta años de frustrados intentos, utilizó su posición e influencias para ser uno de los principales impulsores y el más firme abogado ante el rey de la expulsión de los moriscos de 1609.

  • Escribió numerosas obras. Desde 1569 hasta 1610, hizo 2715 visitas pastorales a las parroquias y los resultados de esas visitas los dejó en 91 volúmenes con 91,000 páginas.
  • Celebró siete Sínodos, o reuniones con todos los párrocos.
  • Fundó el Real Colegio Seminario del Corpus Christi, conocido entre los valencianos con el nombre de El Patriarca, tuvo como cometido principal la formación de sacerdotes según el espíritu y las disposiciones del Concilio de Trento, tal y como recoge el mismo fundador en las constituciones, y se convirtió así en un ejemplo y paradigma de la Contrarreforma

en Valencia.


Figura Influyente.

El clima religioso de la Contrarreforma y a la personalidad y al mecenazgo artístico del fundador, lo convirtió en una de las figuras más influyentes de este periodo, que llegó a ocupar los cargos de arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía, virrey, capitán general, presidente de la Audiencia y canciller de la Universitat. San Pío V le había llamado, hacía cuarenta años, lumen totius Hispaniae (lumbrera de toda España). Fue Arzobispo de Valencia desde 1568 hasta 1611, cuyo pontificado fue el más largo de la diócesis valentina, fue beatificado por Pío VI en el año 1796 y canonizado por Juan XXIII el 12 de junio de 1960. Durante su pontificado fundó el Real Colegio Seminario de Corpus Christi. Fue arzobispo de Valencia durante 42 años, siendo el pontificado más largo de la diócesis valentina, hasta su fallecimiento el 6 de enero de 1611.

Como hombre de Dios

No tenía más interés que el de Jesucristo: que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Ahora recuerdo el sermón de san Agustín, en el que dice que el buen pastor es el que tiene el mismo interés de Jesucristo. Y eso con los criterios y desde los criterios mismos de Dios, que no son otros sino el amor. Y la respuesta del sacerdote a ese amor es la caridad pastoral. El hombre de Dios es incansable por acercar a Dios a los hombres: por eso no escatimó en el trabajo: hasta 11 veces recorrió la diócesis valentina anunciando a todos el Evangelio. El hombre de Dios no vive y no muere sino por Dios, ¿qué bien llevó a cabo esta tarea San Juan! [Esta capilla es un ejemplo de cuanto digo: nada más entrar por la puerta se siente a Dios. Aquí se huele a Dios]. San Juan de Ribera fue un hombre de Dios.

Como hombre de Iglesia

San Juan entendió que no se puede vivir en cristiano fuera de la comunión eclesial. En un tiempo difícil para la iglesia, para su unidad, Juan de Ribera luchó por la Reforma católica: fue un obispo según los ideales del Concilio de Trento, cuyas normas y disposiciones trató de aplicar con tesón, sobre todo en la reforma de la universidad y del clero. El Hombre de Iglesia obedece a la Iglesia, es decir la escucha y tiene para con ella una actitud de justa entrega.

Como Hombre

San Juan no escatimó esfuerzo ninguno por promover la paz y la justicia. Como virrey de Valencia, y virrey cristiano, no dudó en crear nuevas infraestructuras para promover el bien común.

Fuentes