Sanatorio Antituberculosis de Topes de Collantes

Sanatorio Antituberculosis de Topes de Collantes
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Sanatorio Topes de Collante.jpg
El sanatorio tras ser inaugurado.
LocalizaciónTopes de Collante, Trinidad, Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba
Fundación1954
Clausura1959
Camas1000
EspecialidadTratamiento de la tuberculosis

Sanatorio Antituberculosis de Topes de Collantes, también conocido como Sanatorio General Batista o Sanatorio Topes de Collantes. Fue una institución de salud cubana construida por el gobierno dictatorial del General Fulgencio Batista para el tratamiento de la tuberculosis. La instalación se encuentra a una altura de 850 metros sobre el nivel del mar, en el Macizo Montañoso del Escambray, un sitio escogido por su microclima, lo que posibilita tratar esta enfermedad.

El edificio para el Sanatorio Topes de Collante fue calificado en su época de arquitectura con alas por considerarse la más arriesgada de las empresas y la más audaz de las obras en aquel entonces.

Historia

Construcción

El día 15 de junio de 1937, bajo la dirección del arquitecto Cristóbal Díaz González, fue colocada la primera piedra del impresionante edificio de siete plantas, estilísticamente ubicado entre el Art Déco y el Monumentalismo. Durante los gobiernos auténticos de Grau y Prío entre 1944 y 1952 el proyecto fue congelado y no fue hasta la llegada al poder de Batista mediante un golpe de estado que se reiniciaron las obras bajo la dirección de los arquitectos José Pérez Benitoa y Rafael Castiz.

Su construcción fue una idea del entonces coronel Batista en 1936. Emplazado sobre una meseta de la finca Itabo, en las montañas del Escambray, a 850 metros de altura, la obra cuenta con 32000 metros cuadrados de superficie cubierta y 11 pisos. Tiene 183 metros de frente, 63 de fondo y 36 de alto. Lo más señalado de la obra, sin embargo, fueron los obstáculos innumerables que tuvieron que vencerse para su construcción. El mayor de esos obstáculos fue la empinada carretera de 23 kilómetros que se impuso construir, así como toda la infraestructura de albergues, almacenes, agua, electricidad y otras facilidades.

Como el edificio requería el empleo de unos seis millones de ladrillos, se construyó un tejar en sus inmediaciones y se abrió una cantera de roca volcánica en la falda de la loma. La construcción del Sanatorio Antituberculoso de Topes de Collante, que se realizó con estructura de acero, requirió de 2860 toneladas de vigas, 4760 toneladas de cemento, 542 toneladas de cabilla, 23 600 metros cúbicos de piedra y 40000 metros cúbicos de arena.

El sanatorio se inauguró el 9 de mayo de 1954[1] aunque fue finalizado completamente en 1957. Alguien la definió como una obra «musolinesca». Se le llamó El Escorial de Topes de Batista. Lo cierto es que apenas se utilizó como centro antituberculoso.

Apoyo batistiano

Sello postal cubano en homenaje al Sanatorio General Batista.

La construcción contó con el apoyo del dictador Fulgencio Batista quien puso a su entrañable amigo, Rolando Fischer Lorenzo, dirigente local del gubernamental Partido de Acción Unitaria y además Senador de la República, al frente de la Junta Autónoma del Sanatorio de Topes de Collante. En homenaje al dictador la edificación fue denominada Sanatorio General Batista.

Las condiciones del sanitario respecto a sus pacientes eran pésimas, los mismos enfermos protestaron mediante una huelga de hambre a la deficiente alimentación a la que eran objeto, a pesar del presupuesto que se destinaba para ello, el cual era robado por Fischer y sus amigos. El propio Fische utilizaba los fondos del sanatorio para sus sistema de botellas (puestos públicos ficticios aunque pagados), fraudes y ventas o regalías de puestos de trabajo a cambio de células electorales y apoyo al régimen batistiano.

Características

El hospital fue equipado con la más alta tecnología médica de la época en las distintas especialidades, contando además con una sala-teatro con capacidad para 400 espectadores, biblioteca y sala para estudios. En la planta baja se hallaba la dirección y la administración, así como la cocina, frigorífico y otros servicios paramédicos; en el sótano se ubicación los almacenes, lavandería y la casa de calderas. Al ser inaugurado contaba con una capacidad para atender a 1000 enfermos[2].

Referencias

  1. La Carretera Central y otras historias. Artículo de Ciro Bianchi Ross publicado en el Diario Juventud Rebelde. Consultado el 4 de octubre de 2013.
  2. Apuntes para la historia de la lucha antituberculosa en Cuba. Artículo publicado por el Dr. Enrique Beldarraín Chaple. Rev Cubana Salud Pública v.24 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1998. Consultado el 4 de octubre de 2013.

Fuentes