Edith Stein

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Edith Stein
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Religiosa judía alemana asesinada en la cámara de gas.
NombreEdith Stein
Nacimiento12 de octubre de 1891
Breslau,
Alemania Bandera de Alemania
Fallecimiento9 de agosto de 1942 (50 años) 
campo de concentración de Auschwitz,
Polonia Bandera de Polonia
Causa de la muerteTeóloga y religiosa alemana de origen judío que fue asesinada en la cámara de gas
Nacionalidadalemana
EducaciónLicenciatura en Filosofía
Alma materUniversidad de Friburgo
OcupaciónProfesora, enfermera, y teóloga
Conocido porTeresa Benedicta de la Cruz
TítuloDoctora en filosofía
PadresSigfred y Auguste
Obras destacadas* Formación y vocación de la mujer.
  • La oración de la iglesia.
  • El misterio de la Navidad.
  • La ciencia de la cruz.
  • El ser finito y el ser eterno.

Edith Stein, conocida también por su seudónimo Teresa Benedicta de la Cruz (Breslau, 12 de octubre de 1891 - Auschwitz, 9 de agosto de 1942) fue una teóloga y religiosa alemana de origen judío que fue víctima de la barbarie nazi.

El papa polaco Juan Pablo II la beatificó en 1987 y la canonizó en 1998.

Síntesis biográfica

Perteneciente a una familia judía, se convirtió al catolicismo, adoptando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz al tomar los hábitos, y descubrió a Tomás de Aquino, Duns Escoto y San Juan de la Cruz. Su obra filosófica constituye un nexo fundamental entre el cristianismo y la fenomenología de Husserl, de quien fue discípula. Su tesis El ser finito y el ser eterno, escrita en 1933, no fue publicada hasta 1950.

Nació en Breslau el 12 de octubre de 1891, última de once hermanos, cuando nació la familia festejaba el Yom Kippur, la mayor fiesta hebrea, el día de la expiación. Esto hizo, más que ninguna otra cosa, que su madre tuviera una especial predilección por la hija más pequeña. Precisamente esta fecha de su nacimiento fue para la carmelita casi un vaticinio.

El padre, comerciante de maderas, murió cuando Edith Stein no había cumplido aún dos años. La madre, una mujer muy religiosa, solícita, voluntariosa, y admirable, al quedarse sola, debió hacer frente tanto al cuidado de la familia como a la gestión de la gran hacienda familiar; pero no consiguió mantener en los hijos una fe viva. Edith Stein perdió la fe en Dios. «Con plena conciencia y por libre elección dejé de rezar».

Estudios

Obtuvo brillantemente la reválida en 1911 y comenzó a estudiar germanística e historia en la Universidad de Breslau, más para tener una base de sustento en el futuro que por auténtica pasión. Su verdadero interés era la filosofía. Le interesaban también los problemas de la mujer. Entró a formar parte de la organización Asociación Prusiana para el Derecho Femenino al Voto. Más tarde escribía: «Como bachiller y joven estudiante, fui una feminista radical. Perdí después el interés por este asunto. Ahora voy en busca de soluciones puramente objetivas».

Siguió las tradiciones de su pueblo y su religión; no obstante, pronto perdió la fe de sus antepasados, a pesar de lo cual conservó un ideal moral intenso. Sedienta de verdad, se dedicó todavía muy joven a los estudios filosóficos. Frecuentó la Universidad de su ciudad natal y las de Gotinga y Friburgo de Brisgovia. En esta última fue discípula del filósofo Edmund Husserl, y luego de haberse graduado en filosofía (1916), auxiliar del mismo durante breve tiempo.

Retorno al objetivismo

Por aquellos tiempos, Edmund Husserl fascinaba al público con un nuevo concepto de verdad: el mundo percibido no solamente existía de forma kantiana, como percepción subjetiva. Sus discípulos entendían su filosofía como un viraje hacia lo concreto. Sin que él lo pretendiera, la fenomenología condujo a no pocos discípulos y discípulas suyos a la fe cristiana. En Gottinga, Edith Stein se encontró también con el filósofo Max Scheler y este encuentro atrajo su atención sobre el catolicismo. Pero todo esto no la hizo olvidar el estudio con el que debía ganarse el pan en el futuro y, en 1915, superó con la máxima calificación el examen de Estado. No obstante, no comenzó el período de formación profesional.

Edith Stein prestando servicios de enfermera.

Al estallar la primera guerra mundial escribía: «Ahora ya no tengo una vida propia». Siguió un curso de enfermería y prestó servicio en un hospital militar austriaco. Fueron tiempos difíciles para ella. Atendía a los ingresados en la sección de enfermos de tifus y prestaba servicio en el quirófano, viendo morir a hombres en la flor de su juventud. Al cerrar el hospital militar en 1916, siguió a Husserl a Friburgo en Brisgovia, donde obtuvo el doctorado summa cum laude con la tesis Sobre el problema de la empatía.

Bautismo

Tenía gran amistad con el asistente de Husserl en Gottinga, Adolf Reinach y su esposa. Adolf Reinach muere en Flandes en noviembre de 1917. Edith Stein va a Gottinga. Los Reinach se habían convertido al Evangelio. Edith Stein tenía cierta renuencia ante el encuentro con la joven viuda.

En otoño de 1918, Edith Stein dejó la actividad de asistente de Edmund Husserl porque deseaba trabajar independientemente. La primera vez que volvió a visitar a Husserl después de su conversión fue en 1930. Tuvo con él una discusión sobre la nueva fe de la que la hubiera gustado que participara también él. Tras ello escribió una frase sorprendente: «Después de cada encuentro que me hace sentir la imposibilidad de influenciar directamente, se agudiza en mí el impulso hacia mi propio holocausto».

Tras la muerte de su colega, Adolf Reinach, vivió en casa de su viuda y se encargó de la ordenación de los textos del difunto. Allí se relacionó por vez primera con un cristianismo vivo, en el seno de una familia duramente probada por el dolor. El contacto con Max Scheler y, finalmente, la lectura de la "Vida de Santa Teresa de Ávila" la ayudaron a convencerse de la verdad del catolicismo. El primer día del año 1922 recibió el bautismo y asumió el nombre de Theresia Hedwig.

En enero de 1922 Edith Stein se bautizó. Era el día de la Circuncisión de Jesús, la acogida de Jesús en la estirpe de Abraham. Estaba erguida ante la fuente bautismal, vestida con el blanco manto nupcial de Hedwig Conrad-Martius, que hizo de madrina. «Había dejado de practicar mi religión hebrea y me sentía nuevamente hebrea solamente tras mi retorno a Dios». Ahora tendrá siempre conciencia, y no sólo intelectualmente, sino de manera tangible, de pertenecer a la estirpe de Cristo. En la fiesta de la Candelaria, una fiesta cuyo origen se remonta también al Antiguo Testamento, fue confirmada por el Obispo de Espira en su capilla privada.

Profesora

Inmediatamente después de su conversión, Edith Stein aspira a entrar en el Carmelo, pero sus consejeros espirituales, el Vicario general de Espira y el Padre Przywara, S.J., le impiden dar este paso. Acepta entonces un empleo de profesora de alemán e historia en el Instituto y seminario para maestros del Convento dominico de la Magdalena de Espira hasta Pascua de 1931. Por insistencia del Archiabad Raphael Walter, del convento de Beuron, hace largos viajes para dar conferencias, sobre todo sobre temas femeninos. «Durante el período inmediatamente precedente y también bastante después de mi conversión... creía que llevar una vida religiosa significaba renunciar a todas las cosas terrenas y vivir solamente con el pensamiento puesto en Dios. Gradualmente, sin embargo, me he dado cuenta de que este mundo exige de nosotros otras muchas cosas..., creo, incluso, que cuanto más se siente uno atraído por Dios, más debe salir de sí mismo, en el sentido de dirigirse al mundo para llevar allí una razón divina para vivir». Su programa de trabajo es enorme. Traduce las cartas y los diarios del período precatólico de Newmann y la obra Quaestiones disputatae de veritate de Tomás de Aquino, en una versión muy libre por amor al diálogo con la filosofia moderna.

El Padre Erich Przywara, S.J., la incitó a escribir también obras filosóficas propias. Aprendió que es posible «practicar la ciencia al servicio de Dios... sólo por tal motivo he podido decidirme a comenzar una serie de obras científicas». Encuentra siempre las fuerzas necesarias para su vida y su trabajo en el convento benedictino de Beuron, al que va para pasar allí las fiestas más importantes del año eclesiástico.

Cátedra católica

En 1932 se le asigna una cátedra en una institución católica, el Instituto de Pedagogía científica de Münster, donde tiene la posibilidad de desarrollar su propia antropología. Aquí encuentra la manera de unir ciencia y fe, y de hacer comprensible esta cuestión a otros. Durante toda su vida sólo quiso ser «instrumento de Dios». «A quien viene a mí, deseo conducirlo a Él».

Durante el período 1930-33 se había dedicado a los temas de pedagogía y formación femenina. Los textos de estos años, junto con un breve ensayo sobre Santa Isabel de Hungría, fueron reunidos en el volumen "Formación y vocación de la mujer" (1949). En el curso del primer año de vida carmelita escribió "La oración de la Iglesia" y "El misterio de Navidad", dos interesantes opúsculos llenos de profundo y genuino sentimiento religioso. Luego, por consejo de sus superioras, compuso la monumental obra "El ser finito y el ser eterno" (1950), en la que examina todo lo creado e increado para llevar a cabo una síntesis entre Santo Tomás de Aquino y la filosofía moderna; en cuanto a esta última dio una preferencia singular a la ideología de la escuela fenomenológica de Husserl.

El Archiabad Walzer, de Beuron, ya no le impidió entrar en un convento de Carmelitas. Durante el tiempo que estuvo en Espira había hecho ya el voto de pobreza, castidad y obediencia. En 1933 se presenta a la Madre Priora del Monasterio de Carmelitas de Colonia. «Solamente la pasión de Cristo nos puede ayudar, no la actividad humana. Mi deseo es participar en ella». Una vez más Edith Stein fue a Breslau para despedirse de su madre y de la familia. El 12 de octubre fue el último día que pasó en su casa, el día de su cumpleaños y, a la vez, la fiesta hebrea de los tabernáculos.

Edith Stein acompaña a su madre a la sinagoga. Fue un día nada fácil para las dos mujeres. «¿Por qué la has conocido [a la fe cristiana]? No quiero decir nada contra él [Jesucristo]. Habrá sido un hombre bueno. Pero ¿por qué se han convertido en Dios?». Su madre lloró. A la mañana siguiente Edith Stein tomó el tren para Colonia. «No podía tener una alegría arrebatadora. Era demasiado tremendo lo que dejaba atrás. Pero yo estaba tranquilísima, en el puerto de la voluntad de Dios». Cada semana escribirá después una carta a su madre. No recibirá respuesta. Su hermana Rosa le mandará noticias de casa.

Campo de concentración Auschwitz

El 14 de octubre Edith Stein entra en el monasterio de las Carmelitas de Colonia. El 14 de abril de 1934, tuvo lugar la ceremonia de toma de hábito. El Archiabad de Beuron celebró la misa. Desde aquel momento Edith Stein llevará el nombre de «sor Teresa Benedicta de la Cruz».

Cuando previó el recrudecimiento de la persecución contra los hebreos y advirtió el peligro que su presencia extrañaba para el cenobio, pidió ser trasladada al extranjero; la última noche del año 1938 fue acompañada por un médico amigo hasta la frontera de Holanda, país en el cual recibió acogimiento en el convento de Echt. Allí escribió su última y segunda gran obra: "La ciencia de la Cruz" (1950), interpretación de la mística de San Juan de la Cruz a la luz del método fenomenológico.

Sor Teresa Benedicta de la Cruz

Pero antes de dar fin al manuscrito fue detenida el 2 de agosto de 1942 por la policía alemana (Holanda había sido, mientras tanto, invadida y ocupada), y obligada por la fuerza a salir de Echt. Llevada a primeramente al campo de concentración de Amerfoort y luego al de Westerbork, fue vista por última vez en la estación de Schifferstadt, en un vagón precintado, por una de sus alumnas, a la que dijo: «Saluda en mi nombre a las hermanas de Speyer y diles que me llevan hacia el este». El viaje terminó en el campo de Auschwitz y en la cámara de gas.

En 1950 los editores Herder (Alemania) y Nauwelaerts (Bélgica) iniciaron conjuntamente la publicación, en cinco tomos, de las principales obras de la autora. Una interesante antología de las mismas vio la luz en Londres en una traducción inglesa de H. Graef (1956). Edith Stein fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por Juan Pablo II.

Obras

  • Formación y vocación de la mujer.
  • La oración de la iglesia.
  • El misterio de la Navidad.
  • La ciencia de la cruz.
  • El ser finito y el ser eterno. (Considerada su obra maestra): En la obra Ser finito y ser eterno, Edith Stein induce a presuponer que el concepto de verdad es la convergencia sintética del aristotelismo, tomismo y de la fenomenología: la verdad es el ser mismo que se abre espacio, que se revela, que se manifiesta, que se descubre, a la inteligencia humana.

La estructura de este trabajo monográfico está planteado en cuatro capítulos, descritos de la siguiente manera:

  • En un primer capítulo, el planteamiento del problema, el cual se resume en la descripción del camino de la Verdad que se propone Edith Stein, para una «filosofía» cristiana, en su obra Ser finito y ser eterno.
  • El segundo capítulo, hace referencia al contexto histórico de la autora, su biografía; sus influencias filosóficas y religiosas; y sus aportes y características.
  • El sentido de una Filosofía Cristiana, basada en la pregunta: ¿qué es la Verdad? Buscadora de la Verdad. Relación entre Filosofía y mística; son los temas que planteo en este tercer capítulo.
  • En el cuarto capítulo planteo la propuesta de Edith Stein para el hombre de hoy, que por su experiencia de vida contrapone dialécticamente en estos seis puntos: el racionalismo, el pragmatismo, la degradación de la vida interior, la fuerza de arrastre de la sociedad, la falta de esperanza, además, de la actitud de muchos frente a la Iglesia.

Palabras de Juan Pablo II en su beatificación

Palabras fueron pronunciadas por el Papa Juan Pablo II con ocasión de la beatificación de Edith Stein en Colonia, el 1 de mayo de 1987:

Nos inclinamos profundamente ante el testimonio de la vida y la muerte de Edith Stein, hija extraordinaria de Israel e hija al mismo tiempo del Carmelo, sor Teresa Benedicta de la Cruz; una personalidad que reúne en su rica vida una síntesis dramática de nuestro siglo. La síntesis de una historia llena de heridas profundas que siguen doliendo aún hoy...; síntesis al mismo tiempo de la verdad plena sobre el hombre, en un corazón que estuvo inquieto e insatisfecho hasta que encontró descanso en Dios
Juan Pablo II

Enlace externo

Fuentes

  • «Edith Stein», artículo publicado en el sitio web Biografías y Vidas.
  • «Edith Stein», artículo publicado en el sitio web católico Vatican.va (Ciudad del Vaticano).
  • «Edith Stein», artículo publicado en el sitio web Monografias.