Serenata

(Redirigido desde «Serenatas»)
Serenata
Información sobre la plantilla
Serenata2.jpg
Concepto:Composición musical o poética destinada a ser cantada para festejar a una o varias personas. (Imagen tomada de Blog Al otro lado del camino)

Serenata. Costumbre que consistió en que un joven enamorado llevara a la ventana de su amada un trío, cuarteto o sexteto para dedicarle dulces melodías de amor. Forma musical concebida para orquesta de cuerda, de viento, mixta, conjunto de cámara o percusión.

Origen

La serenata tiene su origen en el siglo XIX; la palabra serenata viene del latín serenare, que se refiere a un canto a la hora del sereno y que se puede llevar desde que se oculta el sol hasta antes del amanecer y se acompaña con trío, mariachi o con guitarra; pero hay que tener cuidado porque no es lo mismo serenata que gallo, porque la serenata puede ser de amor o desamor y el gallo se llama así porque comienza justamente a las 12 de la noche, como el primer canto del gallo del día que se va a festejar.

Los instrumentos eran distintos a los usados con posterioridad; no obstante el espíritu resultaba el mismo, idéntica emoción hervía en el hecho musical a la luz de la luna o las estrellas. La costumbre se extendió y en el siglo pasado, según puede leerse en las "Crónicas de Santiago de Cuba", de Emilio Bacardí, era frecuente, "sobre todo los sábados por la noche", escuchar a los trovadores cantar a "sus adorados amores" junto a los ventanales torneados.

Intérpretes

Con el transcurso de los años y la aparición de nuevos trovadores, proliferó la serenata. Ahora eran primas y bordones las que resultaban pulsadas por manos populares y las canciones de antaño cedían su turno a nuevos aires, criollas y boleros. La queja sentimental tomaba nuevos giros. Sin embargo, en el fondo seguía el mismo motivo musical envuelto en notas llenas de sentimientos amorosos las más de las veces. Grupos de músicos tocando violín, flauta y guitarra, acompañaban las voces de "primo", "segundo" y falsete que desgranaban endechas sentimentales donde estaba presente la huella de la romanza francesa, el área operística o la canción napolitana.

La ciudad de Santiago de Cuba tomó la costumbre y se aferró a ella. Familias de rango -como se decía entonces- a principios de siglo, llamaban a Pepe Sánchez, maestro de trovadores, para cantar junto a la ventana de una dama conocida por entonces, como Cristina Bory, o lo llevaban hasta el ingenio Borjita, hoy Paquito Rosales, a cantar por el onomástico de la primogénita del dueño del central. Otras veces, el maestro se hacía acompañar por Emiliano Blez, Pepe Figarola, Bernabé Ferrer y Luis Felipe Portes -extraordinario quinteto- para llegar a la ventana de la soberbia mansión de Germán Michaelsen con motivo del "santo" de alguien en la familia.

Serenatas de barrio

Si las anteriores eran serenatas de alcurnia, también en los barrios vibraron las cuerdas a media noche, junto a una ventana modesta, haciendo despertar, en medio de sus arpegios y acordes, o de algún amigo acompañante. Estas serenatas de barrio tenían un algo particular, distinto, brindadas en familias de abolengo. Sucedía que, en el barrio se conocía, por ejemplo, el "santo" de fulanita: Caridad, Mercedes, María. De antemano, ya fuera el galán enamorado -que bien pudiera ser uno de los trovadores- o el novio oficial, o simplemente, un amigo.

Es lo cierto que se organizaba con anticipación o se improvisaba a última hora; llegando el instante preciso, por lo general a media noche, se acercaban a la ventana y, tras el rasguear de primas y bordones, se ofrecía el concierto galante a la luz distante de la luna. Resultaban apropiadas para estos casos, aquellas canciones o criollas a tono con las intenciones del organizador de la serenata.

Terminada la canción, la homenajeada asomaba su rostro por la ventana y daba las gracias, a la vez que invitaba a pasar. Ya dentro se sucedían los boleros; venían algunos brindis para ambientar y continuaban las canciones y boleros; a veces se estrenaba la obra de uno de los trovadores y los aplausos de la familia agasajada resultaba ser el mejor visto bueno para el autor.

En ocasiones, después de los primeros números cantados para rendir pleitesía a la dueña del "santo", se "calentaban" las cuerdas y venían unos boleros alegres, bailables y alguien sacaba a su pareja, con lo que el ejemplo era seguido de los otros, convirtiéndose aquello en un "asalto". Se bailaba entonces muchas veces hasta el amanecer. Otras veces se ofrecía más de una canción junto a la ventana, pero los trovadores no entraban, despidiéndose con la promesa de volver "mañana", que ya era ese mismo día.

Múltiples ejemplos pudieran citarse de serenatas. Serenatas de ayer, reflejo del sentir de generaciones que pusieron en ellas el alma de la nación en una de las formas más características. Música arrancada a la emoción de cada momento y ofrecida con la más pura espontaneidad.

Fuentes

  • García Abel, Daphne del C. Multimedia: Santiago de Cuba. Identidad de una ciudad.
  • Cisneros Justy, Ramón. Las Serenatas, Periódico Sierra Maestra.

Enlace Externo

Periódico Sierra Maestra