Siete maravillas del mundo antiguo

Las 7 maravillas del mundo antiguo.
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Concepto:Las siete maravillas del mundo fueron obras arquitectónicas y escultóricas de la antigüedad.

Las siete maravillas del mundo antiguo han sido magníficos monumentos de la antigüedad que sobrevivieron más allá de su propia ruina. Luego de más de 2000 años llegan a nosotros a través de la historia y la leyenda, perdidas para siempre, con la excepción de la Gran Pirámide de Egipto.

Estas maravillas han sido relatadas por los antiguos griegos, más específicamente durante la época helenística, alrededor del siglo III a. n. e.

Fueron escogidas por ser las siete obras más perfectas del mundo, tanto arquitectónicas como escultóricas.

No se sabe exactamente quién las eligió, pues algunas fuentes señalan a un ingeniero alejandrino, Filón de Bizancio, en el siglo III a. n. e., y otras fuentes, quizás más fiables, señalan a Antípater de Sidón, en el siglo II a. n. e.

De ellas, en la actualidad, solo se conservan las pirámides de Gizeh en Egipto, mientras que de las maravillas "menos conocidas" (la estatua de Zeus, el templo de Artemisa en Éfeso, etc.) sólo tenemos leyendas y tímidas referencias históricas.

Pirámides de Egipto

Vista aérea de las tres pirámides de Egipto, tal como se ven ahora. Al fondo se ven los suburbios de la ciudad de El Cairo.
Pirámide de Keops representada por un dibujante medieval que evidentemente no conocía las pirámides.

Las pirámides de Gizeh se construyeron durante el periodo del Imperio Antiguo, por los faraones de la IV Dinastía (entre el 2613 y el 2498 a. n. e.).

Las más antiguas tienen cerca de cinco mil años la más antigua que se conoce es la pirámide escalonada de Sakkara, tumba del faraón Dyeser, que data del 2660 a. n. e. El arquitecto fue el gran visir y famoso sabio Imhotep (2690-2610 a. n. e.).

Después de este primer ejemplo, los egipcios continuaron construyendo pirámides hasta bien entrado el Imperio Medio, en que se pasó a emplear el sepulcro subterráneo en vez de las pirámides. Sin embargo, del Antiguo Imperio han quedado nada menos que ochenta de estas pirámides, repartidas por el Bajo Egipto.

La mayor de las tres pirámides de Gizeh, la de Keops, ocupa una superficie de 48 000 metros cuadrados y se eleva hasta 146 metros de altura y 230 metros de ancho compuesta por bloques de granito descomunalmente pesados y de un metro de altura. Las filas de piedras están muy bien apretadas y pintadas, formando franjas de diferentes colores; la punta es de color dorado.

Todas las pirámides están orientadas hacia el norte. Los lados de la pirámide tienen una mucha inclinación: 51 grados. En los alrededores se encuentran las pirámides menores y las edificaciones rectangulares de paredes inclinadas para los altos funcionarios. Las paredes son perfectamente lisas, como corresponde a la sepultura de una encarnación del dios Ra. Tras depositar el sarcófago en la cámara sepulcral, el corredor será cegado y disimulado, para evitar robos. La pirámide contiene asimismo una falsa cámara sepulcral.

Las tres pirámides fueron levantadas en la altiplanicie de Giza, cerca de Menfis, por los faraones de la IV dinastía: Keops, Kefrén y Micerino. Esas pirámides datan del 2570, 2540 y 2510 a. n. e.

Altura:

  • la primera: 145 m
  • la segunda: 136 m
  • la tercera: 62 m.

Conjuntamente con las pirámides en la llanura de Gizeh: esta la esfinge, escultura, que representa a un león con rostro humano, se cree que representa al faraón Khafra; pues, viste sobre la cabeza el típico klaft (manto que llevaban los faraones).

Es contemporánea a las pirámides, mide 70 metros de longitud y 20 m de altura. Para construirla, aprovecharon un montículo de caliza en la llanura, que labraron y completaron con bloques de piedra. Cuando ya contaba con mil años de edad, el faraón Tuthmosis IV hizo esculpir entre sus patas una escena representando un sueño, en el cual la esfinge le daba el trono en recompensa por haberla salvado de morir sepultada.

Jardines colgantes de Babilonia

Imagen fantástica de los jardines colgantes de Babilonia.
Imagen fantástica de los jardines colgantes de Babilonia.

Los jardines colgantes ubicados en Babilonia ―llamada Babel en la Biblia hebrea― a orillas del río Éufrates. A mediados del siglo VI a. n. e., gobierna el rey Nabucodonosor II, rey de los caldeos. Nabucodonosor llenó la ciudad de construcciones monumentales. Quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las hermosas montañas de su florida tierra, tan diferentes de las grandes llanuras de Babilonia.

Así, edifica una serie de terrazas escalonadas en las cuales depositan la tierra necesaria y empieza a plantar árboles, flores, arbustos, etc. También construye una máquina semejante a una noria que transportará el agua desde un pozo hasta los jardines para regarlos. En poco tiempo, estos rebosan de vegetación, y las copas de sus árboles se divisan incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad.

Según otra leyenda, en cambio, los jardines habrían sido construidos en el siglo XI a. n. e. Pero entonces reinaba en Babilonia Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, como regente de su hijo Adadnirari III. Fue una reina valiente, que conquistó la India y Egipto. Pero no resistió que su hijo conspirara para derrotarla, y terminó suicidándose. Pertenece a la Mesopotamia antigua y es parte de las maravillas del mundo antiguo.

En el año 539 a. n. e. los persas conquistaron Babilonia, y ello provocó su decadencia. La población empezó a menguar y, para cuando Alejandro Magno visitó la ciudad (en el 326 a. n. e.) parte de esta se encontraba en ruinas. La destrucción definitiva tuvo lugar en el año 126 a. n. e., fecha en la que el parto Evemero conquistó la ciudad y la incendió. Desde entonces no quedaron más que las ruinas a orillas del Éufrates.

Templo de Artemisa

Imagen fantástica del Templo de Artemisa antes de ser destruido.

El templo de Artemisa estaba ubicado en la ciudad de Éfeso, a orillas del mar Jónico, junto a la desembocadura del río Meandro. A mediados del siglo VI a. n. e. se construye el templo de Artemisa, ciudad que ha sido desde siempre un centro de culto a la diosa Artemisa, llamada después Diana por los romanos. Se trata de la soberana de la naturaleza selvática y de los animales salvajes, y suele representársela acompañada por una cierva y armada de arco y flechas. Desde muy antiguo, existe un templo dedicado a la diosa. Pero en el siglo VII a. n. e., la ciudad sufrió el ataque de los sumerios y aunque se resistió, no se pudo evitar que el templo se incendiara y fuera destruido.

Esopo se propone levantar un nuevo templo a Artemisa, mejor que el anterior. Para ello se lleva a cabo una suscripción pública; todos los ciudadanos donarán algo de dinero para el templo nuevo y finalmente el templo se levanta, cuenta con 127 impresionantes columnas de 20 metros de altura, algo descomunal para su época, y cuenta con esculturas de Escopas. Este templo ilumina la ciudad de Efeso durante dos siglos. Sin embargo, llega la tragedia: en el año 356 a. n. e., el pastor Eróstrato destruye el templo incendiándolo.

Alrededor de veinte años después, Alejandro Magno ocupó la ciudad de Efeso y residió en ella por un tiempo, escuchó la historia del templo de Artemisa y descubrió que había sido destruido la misma noche en que había nacido él. Al parecer fue esta coincidencia la que le impulsó a reconstruir el templo, durante el tiempo que permaneció en Efeso instaurando un gobierno democrático.

Estatua de Zeus en Olimpia

Imagen fantástica de la estatua del dios Zeus.
Imagen fantástica de la estatua de Zeus

La Estatua de Zeus en Olimpia existió entre el 438 a. n. e. y el siglo V de nuestra era.

En el año 391 de nuestra era, el emperador romano Teodosio I prohibió la participación en cultos paganos y cerró todos los templos que no fuesen cristianos. El templo de Olimpia cayó en desuso. Se desconoce cómo fue su destrucción. Hay dos versiones principales:

  • La estatua se destruyó junto con el templo de Olimpia en un gran incendio en el 425
  • Habría sido trasladada al palacio de Lauso, en Constantinopla, donde en el 475 se destruyó en un incendio que hizo caer el palacio.

Los mejores escultores de Grecia trabajaron en su construcción. Olimpia, en la Élida, centro religioso de la antigua Grecia donde se rinde culto al principal de entre todos los dioses: Zeus. Aquí, bajo el monte Olimpo, se celebra cada cuatro años la más famosa de las festividades es la Olimpiada en honor de Zeus.

Los dos frontones representan los preparativos de la competición atlética de Pelópe y Enomao para obtener la mano de Hipodamia, y la lucha entre lapitas y centauros en la boda de Piritoo. Estos frontones, junto con las metopas, serán considerados no solo el más importante conjunto escultórico del estilo severo, sino las más notables series escultóricas del arte clásico griego junto con el Partenón. Su autor, de quien no se sabrá el nombre, será conocido como el Maestro de Olimpia.

La estatua de Zeus para realizarla fue el más famoso de entre todos los escultores de la antigua Grecia: Fidias. Su estilo, por su plasticismo, por su equilibrio en la elección de temas, en la composición y en la gradación de los efectos del claroscuro, por su representación esencial, sin ser detallada del cuerpo humano, por su majestuosa y noble serenidad, y por su armonía de formas, consigue ser la encarnación de los ideales del arte griego.

La obra representa al dios sentado sobre un trono empleando la técnica crisoelefantina, consistente en cincelar sobre marfil y añadir por encima oro, representando la carne y las vestiduras del personaje. El trono está adornado por diversas pinturas. Fidias empleó más de un año en llevar a cabo la estatua, lo cual da idea de su gran tamaño y de su detalle y calidad.

El mausoleo de Halicarnaso

Imagen fantástica del mausoleo de Halicarnaso.

En el año 352 a. n. e. en Halicarnaso, en la Caria, un estado del Asia Menor fallece Mausolo rey de Caria se dispone a demostrar su reconocimiento haciéndole la sepultura más especial de la historia, tanto, que dará nombre a los "mausoleos" que se construirán en el futuro.

Los arquitectos Sátiros y Piteos construyen un podio rectangular; sobre él, se levanta una columnata de orden jónico; sobre esta, una pirámide escalonada. Y en lo más alto, una estatua representando una cuadriga. El conjunto alcanza la vertiginosa altura de 50 metros y los mejores escultores griegos de la época esculpirán las estatuas y relieves: Briaxis, Timoteo, Leucastes y el famoso Escopas

Esta maravilla, va a ser la menos duradera de todas apenas dieciséis años más tarde, en el 334 a. n. e., Alejandro Magno destruye la ciudad. Él, que ordenara reconstruir el templo de Artemisa en Efeso, muestra ahora su semblante destructor y aunque poco después los reyes egipcios conquistarán la Caria y reconstruirán Halicarnaso, ciudad que permanecerá hasta estos días hoy llamada Bodrum

El Faro de Alejandría

Imagen fantástica del faro de Alejandría.

El faro de Alejandría era una torre construida en el siglo III a. n. e. (entre los años 285 y 247 a. n. e.) en la isla de Faros, frente a la ciudad de Alejandría (Egipto) para servir como el punto de referencia del puerto y luego como faro.

Con una altura estimada entre unos 100 y 115 metros, fue la estructura hecha por el hombre más alta por muchos siglos, y fue identificada como una de las siete maravillas del mundo por Antípatro de Sidón.

Fue construido por el arquitecto Sóstrato de Cnido por orden de Ptolomeo II en la isla de Faro (Pharos), frente a Alejandría. Consistía en una gigantesca torre sobre la que una hoguera nocturna marcaba la posición de la ciudad a los navegantes, dado que la costa en la zona del delta del Nilo es muy llana y se carecía, por tanto, de cualquier referencia para la navegación.

Su altura alcanzaba los 134 metros y en su construcción se utilizaron grandes bloques de vidrio que fueron situados en los cimientos para evitar la erosión y aumentar la resistencia contra la fuerza del mar. El edificio, erigido sobre una plataforma de base cuadrada, era de forma octogonal y estaba construido con bloques de mármol ensamblados con plomo fundido. En la parte más alta un gran espejo metálico reflejaba la luz del sol durante el día, y por la noche proyectaba la luminosidad de una gran hoguera a una distancia de hasta cincuenta kilómetros.

Junto con la Gran Pirámide de Giza, el faro sobrevivió al resto de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin embargo, fue severamente dañado por los terremotos de 1303 y 1323 hasta el punto de que el viajero árabe Ibn Battuta escribió que le había sido imposible entrar en las ruinas.Los restos desaparecieron en 1480 cuando el sultán de Egipto Qaitbey empleó los bloques pétreos de las ruinas para construir una fortaleza en el lugar.

Pharos dio origen a la palabra «faro» en la mayor parte de lenguas romances: castellano (faro), catalán (far), francés (phare), gallego (faro), italiano (faro), portugués (farol) y rumano (far).

Coloso de Rodas

Imagen fantástica del Coloso de Rodas. Por razones de ingeniería, las piernas no pueden haber estado separadas, y su altura era como máximo de 32 metros, mientras que la estatua en esta imagen parece ser tres veces más alta, en comparación con los barcos.

El Coloso de Rodas fue una gigantesca estatua del dios griego Helios, erigida en la isla de Rodas, en el siglo III a. n. e. por el escultor Cares de Lindos. Todo lo que se conoce sobre este tema es debido a las noticias dejadas por los escritores antiguos Polibio, Estrabón y Plinio, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el Sirio y Filón.

Hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro, la estatua representaba al dios griego del sol, Helios. Su tamaño era de unos 32 metros de altura y un peso de unas 70 toneladas. En el año 305 a. n. e., Rodas, que en las luchas de los Diadocos se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso ejército dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monophtalmos.

Para apoderarse de la ciudad, Demetrio inició la construcción de varias torres de asedio con el fin de asaltar las murallas. Después de varias victorias por los rodios decidieron erigir una estatua gigantesca al dios Helios, protector de la ciudad.

Su construcción fue encargada a Cares, nativo de la isla 56 años después de su construcción, en el año 223 a. n. e. un terremoto derribó la colosal obra, pero los habitantes de Rodas decidieron dejar sus restos en el mismo lugar donde cayeron por seguir el designio de un oráculo. Y así ocurrió durante novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 n. e., los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones.

Fuentes