Sociedad Civil Cubana

Sociedad Civil Cubana
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PaísBandera de Cuba Cuba

Sociedad Civil Cubana. Es la base del sistema político cubano. Ambos trabajan en el tránsito por una sociedad más justa y mejor. Si el sistema político tiene el poder del Estado y el Gobierno, la Sociedad Civil es protagonista también en actividades políticas, como la votación por la Constitución, participa a través de consultas en la toma de decisiones de envergadura, en tanto los ciudadanos postulan y eligen a los miembros de los cuerpos legislativos, así como su pertenencia o no a organizaciones políticas; porque el ciudadano y el miembro del pueblo cubano actúa en las esferas económicas, sociales, cotidianas, como actores de la Sociedad Civil.

Composición

La Sociedad Civil Cubana está compuesta por elementos como las instituciones familiares, la escuela, los medios de comunicación, las iglesias, los sindicatos y las ONG. Estas dos últimas son, de consenso, reconocidas tanto en las ciencias políticas de occidente como en el Enfoque Sur, como organizaciones estatales.

Desde el Enfoque Sur, todos los individuos registrados o no, productivos o no, forman parte de la Sociedad Civil donde se incluyen los indios, los desempleados, los pobres, es decir, los individuos realmente existentes; en la concepción occidental no están presentes y la Sociedad civil solo se refiere a aquellos que han logrado una capacidad de organización.

El Estado y la Sociedad Civil no son dos conjuntos de cosas físicas, sino que forman parte de una totalidad que es la formación social, en esa totalidad las instituciones estatales y las de la Sociedad Civil no son dos bloques opuestos, sino se interrelacionan. Ejemplo de ello es el candidato a la Asamblea del Poder Popular de una circunscripción, que es un representante de la comunidad, pero al convertirse en candidato comienza a formar parte del sistema político y de la propia institución del poder estatal.

Los miembros del Partido Comunista de Cuba (PCC) como organización política que suman tres cuartos de millón, representan a todos los sectores de la sociedad con visiones e intereses sociales diferentes, de manera que las demandas y los planteamientos de esos miembros del PCC están recogiendo visiones de distintos grupos de la Sociedad Civil que se transmiten hacia arriba y llegan a la máxima dirección política, que se articula con el poder del Estado. Es decir, que el Partido desde arriba es una institución política y desde abajo es Sociedad Civil.

Cuando se mira la política no solo como expresión de aparatos de Gobierno sino como respuesta a la presión social, se puede entender que la lógica del proceso de cambios que recoge la actualización del modelo económico no se limita a cambios económicos. También responde a demandas que buscan soluciones a problemas de naturaleza política. Cuando el Partido acuerda en el VI y VII Congresos una política de descentralización, respondiendo a un reclamo de abajo, está redistribuyendo el poder político, al ceder poder de decisión y atribuciones al nivel local.

La Sociedad Civil en Cuba está integrada por más de 2200 organizaciones, entre las que destacan las organizaciones sociales y de masas y las organizaciones o asociaciones científicas o técnicas, culturales y artísticas, deportivas, de amistad y solidaridad y cualesquiera otras que funcionan en virtud de la Ley de Asociaciones (Ley 54). Las organizaciones de masas y sociales son reconocidas en el artículo 7 de la Constitución cubana. Por su amplia membresía, representatividad y capacidad de movilización, el sistema político cubano garantiza a estas organizaciones no gubernamentales amplios poderes y capacidad prepositiva, de consulta, opinión, y decisión, en el ejercicio de la Democracia Participativa instituida por el orden constitucional vigente. Entre las organizaciones sociales y de masas aparecen algunas de larga trayectoria, y otras surgieron al calor del Triunfo de la Revolución y por la necesidad de brindar a amplios sectores de la población la posibilidad de convertirse en actores directos del proceso de cambios.

Relación con el Estado

La Sociedad Política y Civil conforman el mismo sistema político que tiene como objetivo su reproducción, por supuesto que con sus diferencias, que pueden ser totales o parciales, porque la Sociedad Civil reclama siempre del Gobierno y el Estado lo que les interesa en un momento dado. Pero un determinado sistema político siempre busca su conservación y su reproducción. Solo en momento de oposición extrema, elementos de la Sociedad Civil o la Sociedad Civil en su conjunto se oponen al Estado.

Pero a pesar de sus diferencias hay que recordar que incluso Gramsci planteó que en última instancia el Estado y la Sociedad Civil son una misma cosa. Pero atención, eso no quiere decir que no mantengan su relativa independencia.

Por supuesto, el Estado tiene instrumentos de poder para incidir dentro de la Sociedad Civil que pueden ser socializadores o coactivos. Ahora bien, no necesariamente las organizaciones integrantes de la Sociedad Civil tienen que oponerse al Estado; en América Latina muchas organizaciones apoyan proyectos del Estado, organizaciones tanto internas financiadas por el propio Gobierno o por otras organizaciones internacionales.

En la Sociedad Civil Cubana aparecen grupos pequeños que son opuestos al sistema político. Se supone que en defensa de sus intereses, muy específicos y particulares porque no es posible que un ser humano pueda oponerse a que sus connacionales sean atendidos desde antes de su nacimiento; que la educación sea gratuita para todos los cubanos; que además, esta nación haya desarrollado la solidaridad hasta el punto que, desde su formación, ha sido solidaria con el progreso de otros países, a los cuales ha extendido el combate contra el analfabetismo y en general por la educación; que ha auxiliado a otros en la salud y que puede considerarse defensora de la libertad a nivel global cuando Cuba ha luchado contra el Apartheid, por integrantes de la Sociedad Política y de la Sociedad Civil.

En esos propósitos humanos ha coincidido el Estado cubano y los miembros de la Sociedad Civil que han concurrido voluntariamente a esas tareas. Esta es una prueba de la legitimidad que otorga la Sociedad Civil al Estado y Gobierno.

Relación con el pueblo

En muchas ocasiones, la sociedad civil cubana se ha visto manipulada por el surgimiento de algunos disidentes organizados y financiados por gobiernos extranjeros opuestos al proyecto socialista cubano, que se consideran exponentes de la Sociedad Civil Cubana hacia lo externo.

A partir de 1959 la sociedad cubana se organizó en función de la defensa de la Revolución frente a las agresiones de Estados Unidos. Tal estructuración de las masas populares fue un aporte cubano al movimiento revolucionario internacional y un factor indispensable para explicar su capacidad de resistencia a lo largo de medio siglo.

Si se acepta que la Sociedad Civil explica la relación de los individuos con el poder político, es difícil negar que las Milicias Nacionales Revolucionarias, el ejército de alfabetizadores de 1961 o la organización de los Comités de Defensa de la Revolución, no han sido formas de organización de la Sociedad Civil Cubana, solo para señalar algunos ejemplos.

Está claro que se estructuró en simbiosis con el Estado revolucionario, concebido no como un poder autónomo del resto de la sociedad, sino como el depositario del poder popular.

En el plano jurídico, se puede resumir el desarrollo de la Sociedad Civil Cubana a partir del Triunfo de la Revolución de la forma siguiente:

  • Desde 1959 a 1976: Se promulgó la primera ley pos neocolonial acerca de las asociaciones. Surgieron otras disposiciones que benefician las amplias masas populares y aparecieron nuevas formas de asociatividad con carácter masivo que se identificaron y convirtieron en sujetos determinantes en la ejecución de las medidas de contenido social y económico, lo cual constituyó la base de la hegemonía del embrionario sistema político que se conformó condicionado por el aumento progresivo de la agresividad de Estados Unidos.
  • Desde 1976 hasta la Reforma Constitucional de 1992: Con la institucionalización del sistema político cubano se promulgó la Ley 1320 de 1976 que regula el derecho de asociación. Luego, con la aprobación de la Constitución socialista se legalizó la incorporación de algunas organizaciones al ejercicio de actividad estatal, se traspasó el Registro de Asociaciones al Ministerio de Justicia, y en 1986 se reinscribieron de oficio, todas las asociaciones registradas en ese momento.
  • De 1992 hasta 2010: En esta etapa varios hechos marcaron una mayor dinamización del sistema asociativo: la crisis económica y social del país en la década del 90, la reforma constitucional de 1992, el incremento por parte de EE.UU. de las medidas económicas y políticas para destruir el sistema político cubano y el reconocimiento político que le hace el V Pleno del Comité Central del PCC a la Sociedad Civil.

Así, en ocasión del V congreso del PCC, en 1996, la dirección política del país reconoció oficialmente la existencia de esas organizaciones no gubernamentales, atendiendo a la batalla política que se librara luego del derrumbe del campo socialista con las falsas impugnaciones de enemigos acérrimos a la Revolución que negaban la existencia de una Sociedad Civil en Cuba.

Al respecto, en el Informe que presentara el miembro del Buró Político y Segundo Secretario del Comité Central al V Pleno el compañero Raúl Castro Ruz, expresó:

Para nosotros, la Sociedad Civil no es la que refieren en Estados Unidos, sino la nuestra, la Sociedad Civil Socialista Cubana que componen nuestras potentes organizaciones de masas (CTC, CDR, FMC, ANAP, FEU, FEEM e incluso los pioneros), las sociales, que como es sabido agrupan entre otros a los combatientes de la Revolución, a economistas, juristas, periodistas, artistas y escritores, etc., así como otras ONGs que actúan dentro de la legalidad y no pretenden socavar el sistema económico, político y social libremente escogido por nuestro pueblo, a la vez que aun cuando tienen personalidad propia e incluso su lenguaje específico, junto al Estado revolucionario persiguen el objetivo común de construir el socialismo.

En estas definiciones queda claramente expresado que en el caso cubano para pertenecer a las mismas no se exige una filiación política, sin embargo, tienen la particularidad de que los propósitos no se contradicen con el proyecto revolucionario. Por tal razón el carácter no gubernamental de una organización no implica en modo alguno una actitud antigubernamental como es frecuente encontrar en otros países.

En la actualidad, la Sociedad Civil en Cuba está integrada por más de 2200 organizaciones sociales y de masas y las asociaciones científicas o técnicas, culturales y artísticas, deportivas, de amistad y solidaridad y cualesquiera otras que funcionan en virtud de la Ley de Asociaciones (Ley 54). Entre las organizaciones sociales y de masas aparecen algunas de larga trayectoria, y otras surgieron al calor del triunfo revolucionario por la necesidad de brindar a amplios sectores de la población la posibilidad de convertirse en actores directos del proceso de cambios.

La Sociedad Civil Cubana es parte indisoluble de la nación. Actúa en la conformación y enriquecimiento continuos de la identidad nacional y los valores patrios; participa plenamente en los procesos de desarrollo de la entidad cultural; y defiende los más sólidos principios e intereses de la Revolución y es, en su esencia, reflejo y encarnación de la espiritualidad del pueblo.

Foro en Defensa de los Pueblos de América

II Foro

Como parte de la Sociedad Civil Cubana, en La Habana se reunieron representantes de esas más de dos mil organizaciones y asociaciones y participaron en el II Foro de la Sociedad Civil Cubana Pensando Américas.

El encuentro, realizado en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) previo a la VIII Cumbre de las Américas, se organizó para conformar las propuestas y recomendaciones que los actores sociales de la Isla llevarán a Lima, Perú.

En el teatro del edificio de la CTC, se debatió sobre “Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción”, tema central de la cita peruana.

Organizaciones internacionales y regionales con representación en el país, estuvieron presentes en el intercambio, donde se reflexionó sobre los tres ejes temáticos que se debatirán el 10 y 11 de abril en Lima, “desde la visión de actores, organizaciones y movimientos sociales de la izquierda de nuestro continente”.

Este II Foro nacional dio continuidad al realizado en 2015, igualmente previo a la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, cita en la que Cuba participó por primera vez en este tipo de encuentros.

Al finalizar sus fructíferos debates, los actores sociales y las organizaciones de la Sociedad Civil Cubana, en representación genuina del pueblo cubano, reunidos en el marco del II Foro “Pensando Américas” adoptaron la siguiente declaración:

“Respaldando plenamente las respectivas intervenciones de la vocera de la Coalición “Por un mundo inclusivo y respetuoso” y el jefe de la delegación cubana en el Diálogo Hemisférico, acordamos:
  1. Rechazar inequívocamente la presencia en Lima, en el marco del proceso preparatorio del Foro de la Sociedad Civil de la VIII Cumbre de las Américas, de ciudadanos de origen cubano y organizaciones mercenarias al servicio de gobiernos e instituciones extranjeras, que no cuentan con reconocimiento y legitimidad alguna, que persiguen revertir el orden interno, el bienestar social y el sistema político que hemos elegido los cubanos de manera soberana y democrática.
  2. Demandar al Gobierno de los Estados Unidos el levantamiento del criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de 55 años contra el pueblo de Cuba, el cual constituye una violación de sus derechos humanos e impedimenta para la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible; así como la devolución incondicional del territorio que ilegalmente ocupa la Base Naval de Guantánamo.
  3. Repudiar la pretensión imperial y de la oligarquía conservadora regional de imponer nuevamente los postulados de la tristemente célebre Doctrina Monroe y restaurar su hegemonía y el neoliberalismo que ha plagado de miseria a las naciones latinoamericanas y caribeñas.
  4. Respaldar los principios y propósitos del Consenso de Nuestra América como guía práctica hacia la consolidación de un programa político en favor de las mayorías.
  5. Denunciar todo intento de agresión económica, política o militar contra cualquier nación latinoamericana y caribeña, así como la injerencia en sus asuntos internos por parte de gobiernos o instituciones, contrario a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y las normas del Derecho Internacional.
  6. Apoyar expresamente al pueblo y gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, así como sus derechos a la libre autodeterminación y la independencia de elegir el sistema social para el bienestar de su nación.
  7. Hacer un llamado a respetar los principios de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobados en II Cumbre de la CELAC en La Habana, enero de 2014, como herramienta para alcanzar la estabilidad necesaria para hacer frente a la corrupción, erradicar la pobreza y la inequidad económica y social, y a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.

Fuentes