Sociedad Teosófica

Sociedad Teosófica
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Institución
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Es fundada en New York. Se inaugura el 17 de noviembre de 1875 y es transferida a Adyar, Madras, Bandera de la India India el 19 de diciembre de 1875
Fundación:8 de septiembre de 1875
Tipo de unidad:Sociedad de carácter esotérico

Sociedad Teosófica. Como todo grupo humano, la Sociedad Teosófica fue y es criticada por muchos. Ya Helena Petrovna Blavatsky comentaba que una cosa era la Teosofía y otra la Sociedad Teosófica. En este sentido, no interesa tanto los aciertos y errores que como individuos o institución cometiera la Sociedad Teosófica y sus miembros, sino lo que de válido y esencial existe en el que fue el movimiento esotérico más importante de finales del siglo XIX y principios del XX, y que tal vez lo siga siendo.

Nacimiento

Fue fundada el 17 de septiembre de 1875 por un grupo de investigadores entre los que se encontraban Helena Petrovna Blavatsky (sceretaría–registradora), el coronel Henry Steel Olcott (presidente), G.H. Feld (vicepresidente), William Judge (secretario)y otros. Se eligió el nombre Teosofía por el contenido del término que comenta Blavatsky en La Clave de la Teosofía: “Preg.: ¿Cuál es el verdadero significado del término? Teós.: “Saber Divino”, Theosofia (Theosofia) es Sabiduría de los dioses, como theogonia (Theogonia), genealogía de los dioses. La palabra Theos, en griego significa un dios, uno de los seres divinos, y de ningún modo “Dios” en el sentido que damos hoy día al término. No es, por lo tanto, la “Sabiduría de Dios”, según traducen algunos, sino Sabiduría Divina, la poseída por los dioses. El vocablo cuenta con miles de años de existencia” (Pág. 11).

Desde el principio se creó y organizó como una logia masónica y una “hermandad”. Se incluyeron grados de iniciación, una doctrina secreta y un distintivo: una serpiente enroscada en una tao egipcia. Funcionó tanto como una logia como una organización de carácter científico y mantuvo en su primera etapa una especial relación con los científicos americanos más importantes de la época.

Se admitía como miembro a cualquiera que aceptase los tres principios o objetivos en los que se basaba la Sociedad:

  1. Formar un núcleo de Fraternidad Universal de la Humanidad, sin distinción de raza, color, sexo o credo.
  2. Fomentar el estudio de las Escrituras, de las Religiones y de las Ciencias del Mundo, tanto Arias como las otras, y reivindicar la importancia de la antigua literatura asiática y principalmente de las filosofías Brahmánicas, Buddhista y Zoroastriana.
  3. Investigar los misterios ocultos de la Naturaleza bajo todos los aspectos posibles, y los poderes psíquicos y espirituales latentes, especialmente en el hombre.

Ya observamos en estos tres principios ideas que hoy se defienden abiertamente corno la Tolerancia y el Eclecticismo, sobre todo religioso.

Pero el objetivo principal lo explica HPB en La Clave de la Teosofía cuando escribe:

“Por ahora, el objeto principal, fundamental, de la Sociedad, es sembrar semillas en los corazones de los hombres; semillas que puedan germinar a su tiempo y, bajo circunstancias más propicias, llevarnos a una reforma saludable, capaz de ofrecer a las masas mayor felicidad que la que hasta ahora han conocido”.
Monumento a Helena P. Blavatsky y El Coronel Olcott en la sede de Adyar, India
Revista Spiritual Scientist, que estudiaba los fenómenos ocultos a la luz de la religión, la filosofía y la ciencia

El mismo año fundaron una revista titulada Spiritual Scientist, que estudiaba los fenómenos ocultos a la luz de la religión, la filosofía y la ciencia. Precisamente el éxito de esta revista hizo que Alejandro Aksakof, consejero privado del Zar les pidiera consejo para el recién creado comité especial de la Universidad Imperial de San Petersburgo, que pretendía profundizar en el estudio de estos fenómenos. Necesitaban médiums y querían que el Spiritual Scientist se encargara de buscarlos.

Fruto de la expansión de esta primera época a la que pertenece la obra Isis sin Velo fue la visita a la India el 17 de diciembre de 1878, visita “bendecida” por el presidente de los Estados Unidos, Rutherford Hayes, que “consideró que la misión de los teósofos estaba destinada a abrir nuevas perspectivas a la humanidad… Envió al coronel Olcott una orden de misión manuscrita, recomendando a todos los diplomáticos norteamericanos que le ayudasen y le facilitaran su trabajo en cualquier ocasión” (Jacques Lantier, La Teosofía, pág. 53). La Sociedad de Nueva York se dejó en manos del general Abner Doubleday, quien más tarde alcanzó fama por inventar el Béisbol.

Además de la misión “esotérica” del viaje y la de difusión de la Doctrina Teosófica, Blavatsky y Olcott realizaron una gran labor social en la India, nación que paso a ser el centro del mundo teosófico, asentandose la sede central en la ciudad de Adyar. Algunas de las razones de esta decisión fueron el origen hindú de los Maestros que inspiraban a H.P.B y Olcott, y la pureza de las Sabiduría India que aún perdura. Está se acerca bastante al núcleo central de la doctrina teosófica.

En 1879 se editó el primer número de The Theosophist con H.P.B como editora y contribuciones de los mismos maestros y de personajes eminentes como A.P. Sinnet y Hume. En 1887 apareció Lucifer, una revista destinada a “sacar a la luz las cosas ocultas en las tinieblas”. Y para 1890 se habían creado ya numerosas escuelas sobre todo en Ceilán.

Helena Petrovna Blavatsky y El Coronel Olcott - 1888

El Coronel Olcott ejerció de sanador gracias a las dotes curativas que había adquirido y en verdad, con la llegada de los fundadores a la India, empezó una labor muy fecunda, pero también empezó la concienciación de la sociedad hindú de su grandeza como pueblo y de la necesidad de independizarse. Ya en la primera conferencia que dio Olcott el 8 de mayo de 1879 expuso que uno de los objetivos era “dar a los indígenas el sentido nacional. Declaró que la India sólo volvería a encontrar su pasada grandeza y se convertiría en una nación si los hindúes redescubrían en sus propias tradiciones el orgullo de ser hindúes“ (La Teosofía, pág. 56).

Cuando más tarde volvió H.P.B a Occidente, el Coronel siguió propagando la Teosofía por la India y otros lugares de Asia, dando charlas, incluso en Japón, precisamente en Hiroshima. Después de una larga trayectoria y labor altruista en la India, murió el 17 de febrero de 1907.

Dejo a la posteridad una inapreciable obra para conocer sin desviaciones los primeros tiempos de la S.T., contados por uno de sus principales protagonistas: él mismo. La obra se titula: Historia auténtica de la Sociedad Teosófica.

Características

Esta Sociedad es una organización no sectaria, cuyos miembros se esfuerzan por descubrir la verdad, por servir a la humanidad con miras espirituales, por contrarrestar el materialismo y revivir las tendencias espirituales. A ninguna persona se le pregunta sus opiniones religiosas, filosóficas o políticas al ingresar a la Sociedad, ni se permite que otros intervengan en ellas, pero se espera de todos que demuestren, hacia la religión y manera de pensar de los demás, el mismo respeto que piden para las suyas.

La Sociedad Teosófica no tiene dogmas, ni ceremonia alguna. Pero no combate a las religiones; por lo contrario, afirma que todas son buenas para sus fieles; y aconseja a sus miembros que vivan la suya como un medio de fomentar su propia evolución espiritual.

La Sociedad Teosófica invita a sus miembros al estudio comparativo de todas las religiones, filosofías y ciencias, antiguas, y modernas; esto capacita al estudiante para quitarse prejuicios y falsas creencias al darse cuenta de que ningún sistema de enseñanza nos explica el secreto de la VIDA tan satisfactoriamente como nos lo da la Teosofía.

La primera y más importante tarea que ante sí tiene el estudiante es "LA MODIFICACIÓN DE SU CARÁCTER." Para ello se le envió a esta tierra. A tal fin y para su mejor capacitación, la Sociedad Teosófica le suministra los elementos necesarios; uno de ellos al pedirle, como único, requisito de afiliación, que "TRATE DE VIVIR LA FRATERNIDAD" con todo ser viviente, "SIN EXIGIRLA" de ninguno. De esta manera va desapareciendo de nuestro carácter el EGOÍSMO acumulado en él. Actuando a base de altruismo, llevando a cabo obras amorosas, sin duda alcanzaremos la Sabiduría.

Los teósofos se dan cuenta de que por lo mismo que el intelecto puede actuar mejor solamente en su propia atmósfera de libertad, la verdad, que es indefinible, puede vislumbrarse mejor cuando no se fijan condiciones al derecho de pesquisa, ni a los métodos de investigación.

La Sociedad Teosófica está compuesta de estudiantes pertenecientes a todas las religiones del mundo o a ninguna; que están unidos por su aceptación de los tres objetos indicados; por su deseo de eliminar los antagonismos ideológicos y atraer a los hombres de buena voluntad, cualesquiera que sean sus opiniones; y compartir con los demás los resultados de sus estudios.

Su lazo de unión no es la profesión de un credo común, sino una investigación y aspiración común por la verdad. Sostienen que la Verdad debe buscarse por el estudio, la reflexión, la pureza de vida y la devoción hacia ideales elevados; consideran la Verdad como algo que va creciendo en lo íntimo de su ser y niegan autoridad a todo libro o persona para imponer cualquier Verdad; consideran que las creencias deben ser el resultado del estudio o de la intuición individuales y no su antecedente, y que deben basarse en el conocimiento y no en meras afirmaciones.

Hacen extensiva su tolerancia a todos, aún a los intolerantes, no como un privilegio que otorgan sino como un deber que cumplen; y tratan de hacer desaparecer la ignorancia, no de castigarla. Ven a cada religión y a cada filosofía como una expresión PARCIAL de la Sabiduría Divina, y prefieren estudiarlas a condenarlas, y su práctica, al proselitismo. La PAZ es su consigna y la Verdad su aspiración.

Teosofía

La Teosofía es el conjunto de verdades que forma la base de todas las religiones, todas las filosofías y todas las ciencias, y que no puede pretenderse sea de la exclusiva posesión de ninguna. Ofrece una filosofía que hace inteligible la vida, y demuestra la justicia y el amor que guían su evolución. Coloca a la muerte en su verdadero lugar, como un incidente que se repite en una vida sin fin, y que conduce a una existencia más intensa y radiante. Restaura al mundo la Ciencia del Espíritu, enseñando al hombre a conocer al Espíritu como a si mismo y a la mente y al cuerpo como a sus servidores. Ilumina las escrituras y doctrinas de todas las religiones, descubriendo su oculto significado, justificándolas así, ante la inteligencia, de igual manera que son siempre justificadas ante los ojos de la intuición.

Los miembros de la Sociedad Teosófica estudian estas verdades y los Teósofos se esfuerzan por vivirlas. Todos los que quieran estudiar, ser tolerantes, tener aspiraciones elevadas y trabajar perseverantemente, son bien venidos como miembros y queda en manos de ellos el llegar a ser verdaderos teósofos. "SABER TEOSOFÍA NO ES SER TEÓSOFO; VIVIR LA TEOSOFÍA ES SER TEÓSOFO; NO ES, PUES, CUESTIÓN DE SABER, SINO DE SER."'

Sociedad teosófica

La Sociedad Teosófica no hace teósofos. El teósofo se forma a sí mismo en el laboratorio de la vida, asimilando las experiencias que le proporcionan los acontecimientos. Esta Sociedad es un vasto experimento mundial de transformación interna del ser humano. Para que el Estudiante reforme su carácter, la Sociedad Teosófica le proporciona los conocimientos elementales y le crea un clima adecuado; lo demás es obra suya; y en sus manos está que este proceso sea breve o dilatado, según sea que él ponga verdadero interés o que simplemente se deje llevar por los factores evolutivos que gobiernan a la generalidad de los hombres.

En la Sociedad Teosófica nadie tiene autoridad en materia de opiniones, cada uno de sus miembros queda en completa libertad para formular su teoría de la vida y para determinar la dirección de su pensamiento sin que nadie tenga el menor derecho para dictarle lo que debería elegir o lo que debería pensar. En la Sociedad Teosófica hay solamente una condición que obliga a todos sus miembros: reconocer la Fraternidad Universal, en todos los reinos de la Naturaleza. Fuera de esto, cada miembro es absolutamente libre.

La teosofía contiene cierto cuerpo de enseñanzas que por ahora se pueden dar al mundo y la difusión de ese conjunto de enseñanzas es uno de los fines, que la Sociedad Teosófica se propone, pero sin hacerlas obligatorias para sus miembros. Tal actitud de la Sociedad descansa en una base muy sólida: la de que ninguna persona podrá realmente creer una verdad, mientras no haya crecido internamente lo suficiente para verla por si misma. El hombre que no está ciego y abre los ojos, ve la luz; no es necesario pedirle que crea en ella; tal sucede con la verdad en nuestro plano mental: tan pronto como quedan abiertos los ojos de la naturaleza interna, los ojos del intelecto, no queda ya lugar alguno para la argumentación; es cuestión de VER.

Libertad de pensamiento

Como la sociedad Teosófica se ha difundido por todo el mundo civilizado y, sin renunciar a los dogmas especiales de sus respectivas creencias. Se han hecho miembros de la misma fieles de todas las religiones, y personas cuya única religión es su propio código interno de moralidad y de conducta, se ha creído conveniente hacer resaltar el hecho de que no existe doctrina, ni opinión concebida o sustentada por quienquiera que sea, que en modo alguno pueda atar a algún miembro de la Sociedad, y que no sea libre todo miembro de aceptar o rechazar.

La única condición para ser miembro es la aceptación de los tres objetos. Ningún instructor o escritor, tiene autoridad alguna para imponer sus enseñanzas u opiniones a los miembros. Todos ellos tienen, pues, igual derecho para adherirse a cualquier instructor o escuela de pensamiento que prefieran, pero no tienen derecho para obligar a otro en su elección. Ningún candidato para un cargo podrá ser elegible, ni ningún elector perderá su derecho de votar con motivo de cualquier opinión que sustente, o porque pertenezca a una escuela de pensamiento cualquiera. Las opiniones o creencias ni implican privilegios ni imponen penalidades.

Enseñanzas

La parte interna de toda enseñanza, ya sea religiosa, filosófica o científica, se ha reservado en todo tiempo, para quienes desean adquirir el conocimiento directo de la Divinidad (como el místico); de sus propósitos (como el filósofo); y de sus procedimientos (como el cientista). Esta enseñanza integral se conoce en Occidente, desde el siglo III, como TEOSOFÍA, y desde millares de años en Oriente como “BRAHMAN–VIDYA” (literalmente “Divina Sabiduría”, “Dios –ciencia”), o sea, el conocimiento de las cosas de la Deidad.

La Teosofía, tanto en el mundo moderno como en el antiguo, ha proclamado siempre la posibilidad de tal conocimiento, como un resultado inevitable de la inmanencia de la Divinidad. (“Dios está en todo lugar por esencia, presencia y potencia”). El hombre es, esencialmente, un ser espiritual, pues su ser o espíritu es una emanación del Ser o Espíritu Universal. De aquí que conocerse uno a sí mismo, a ser mas íntimo, es conocer la Deidad. Tal ha sido la universal experiencia de quienes han tenido éxito al encontrar el “Reino de los Cielos” dentro de sí mismos. No puede ser un verdadero Teósofo el hombre que no haya tenido conocimiento directo de la Deidad; pero todos podemos lograr tal conocimiento si nos capacitamos mediante el esfuerzo requerido.

Históricamente, la palabra TEOSOFÍA denota un cuerpo de verdades o de hechos concernientes a la Deidad (Religión), o a la Conciencia y la Evolución (Filosofía), y a la constitución del Universo y del hombre (Ciencia). Puede encontrarse su rastro en “LOS UPANISHADS”; en los “PURÂNAS” y en las seis “DARSHANAS” o Sistemas de filosofía hindú; en el Taoísmo y “LOS CLÁSICOS DE LA PUREZA”, de los Chinos; en el “LIBRO DE LOS MUERTOS” de los Egipcios; en el “GATHAS” y otras escrituras de los Persas; en la “KÁBALA” y el “TALMUD” de los Hebreos; en Pitágoras y Platón; en las escrituras cristianas de los primitivos padres Gnósticos de la Iglesia Cristiana, como Basílides, Orígenes, etc.; en la Escuelas Neoplatónicas con Plotino, Jámblico y los teurgistas como Simón el Mago; en los doctores de Islam; reapareciendo con los estudiantes rosacruces de alquimia y astrología, en Rosenkreutz, Paracelso, Giordano Bruno y cientos más que asimilaron y transmitieron la Sabiduría–Tradición, o sea la Teosofía.

Su renacimiento y sistematización de un cuerpo de doctrinas coherentes e interrelacionadas, es moderno y ha sido labor de la Sociedad Teosófica.

Religiosas

La idea central Teosófica, que es la primera verdad universal de religión, es la de "LA UNIDAD DEL SER", o sea, LA EXISTENCIA–UNA que es la fuente de todas las existencias actuales y potenciales, la “supervida” eterna tras lo transitorio; inmutable tras lo cambiante; que a todos sostiene sin ser sostenida; que todo lo abarca y todo lo contiene; lo UNO–SIN–SEGUNDO.

La segunda grande y universal verdad religiosa de la Teosofía es "LA TRINIDAD DE UN LOGOS" al manifestarse. Adopta este término la Teosofía tomándolo de Platón, de Filón y del Cuarto Evangelio. “…Procediendo de las profundidades de la Existencia–Una que sobrepasa toda comprensión y todo lenguaje, un “LOGOS”, imponiéndose a Sí Mismo un límite y circunscribiendo voluntariamente su propia área de acción, deviene un "DIOS MANIFESTADO" y crea un Universo. Esta Deidad creadora se auto–desenvuelve en triple forma. El primer Logos que exhala de Sí y aspira dentro de Sí los mundos, (VOLUNTAD) el Segundo Logos manifiesta los dos aspectos de Vida y Forma entre los cuales ha de tejerse la contextura del Universo, (SABIDURÍA), y el Tercer Logos, la Mente Universal creadora, fuente de todas las formas arquetípicas que han de ser producidas y elaboradas en la materia durante la Evolución del Universo. (ACTIVIDAD)…” "LA JERARQUÍA DE SERES", es la tercera verdad universalmente aceptada.

Hay Legiones de Logos secundarios, desde los que rigen las congregaciones de sistemas solares hasta los que rigen un solo sistema hay innumerables huestes de inteligencias espirituales (Los Devas, Arcángeles y Ángeles de las religiones), así como las graduaciones de espíritus infundidos en cuerpos humanos, hasta las inteligencias sub–humanas, espíritus de la Naturaleza, y las que aún no despiertan.

La cuarta verdad en Teosofía es la "FRATERNIDAD UNIVERSAL", inevitable deducción de las precedentes. Puesto que una sola vida anima todas las formas, éstas deben hallarse interrelacionadas y eslabonadas; por más desigual que pueda ser su desarrollo, no dejan de constituir una sola gigantesca familia. La Fraternidad Universal de la Teosofía, postulando identidad de origen y potencialidad, reconoce diversidad de desarrollo evolutivo moral, intelectual y social.

Filosóficas

Filosóficamente, la Teosofía es idealista, sostiene que la CONCIENCIA es el primero y único hecho indubitable para todos; hecho que ni puede ser fortalecido ni puede ser debilitado por argumento alguno. “Yo–soy”, es el testimonio de la conciencia para sí misma y nada puede quebrantarlo pues cualquier argumento negativo deberá ser dirigido a aquella misma conciencia, lo cual implica su existencia. "LA ETERNIDAD DEL ESPÍRITU"" (inmortalidad del alma) es parte integrante de la filosofía teosófica como deducción inevitable de la identidad de naturalezas del ser humano y del Ser Universal. La continuidad de conciencia e igualmente inevitable puesto que el “Yo” es consciente y eterno y en él deben residir todas sus experiencias, la inspección sucesiva de las cuales se llama “Memoria” o recordación.

El medio para que se desarrolle este Ser continuo y consciente en el reino humano, es reencarnándose. La Reencarnación constituye de hecho, “la única doctrina de inmortalidad que la filosofía puede contemplar y admitir” como lo dijo Hume. Significa que el Ser, ya evolucionado, hasta la etapa humana, principia naciendo como salvaje de tipo ínfimo para acumular, durante muchas vidas, experiencias agradables o dolorosas, y convertirlas, después de la muerte, en capacidades mentales y morales. Cada nacimiento trae consigo el fruto de las vidas precedentes, como punto de partida para la nueva peregrinación. Este fruto es el carácter innato, o sea el temperamento mental y moral de cada persona.

Científicas

La Teosofía difiere de la ciencia moderna en que, bajo la denominación de ciencia, incluye las investigaciones en los mundos suprafísicos. Pero sus métodos son iguales: investigación mediante la observación de los fenómenos objetivos; razonamiento a base de dicha observación; elaboración de hipótesis; descubrimiento de secuencias invariables; esto es, de leyes naturales; repetidos experimentos para verificar las deducciones y, por último, formulación de resultados. Así como el científico usa de instrumentos de laboratorio para sus observaciones, el teósofo usa de sus sentidos, pero ya refinados; de hecho, “super–sentidos” que respondan a vibraciones de materia más fina y sutil que aquella que afecta a los sentidos físicos.

LA CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO, enseñanza científica de la Teosofía, nos parece como la más razonable y es congruente con las observaciones que somos capaces de hacer. Un universo consta de siete clases de materia, o siete “planos”, de los cuales el inferior o más denso se llama físico o sólido. Los llamado Sistemas Solares se hallan todos en el Plano físico del Universo y cada Sistema Solar repite dentro de si las siete clases de materia cuyas subdivisiones pueden ser estudiadas por videntes más o menos desarrollados. He aquí un campo de observación abierto al estudiante ocultista de nuestros propios días que acomete la empresa de purificar sus vehículos lo suficiente para capacitarse a fin de hacer investigaciones directas.

LA CONSTITUCIÓN DEL HOMBRE es análoga la del Sistema Solar y de aquí la posibilidad de un conocimiento directo de éste. Es el hombre un fragmento del Ser Universal, y se halla revestido de la materia de los mundos inferiores a fin de que pueda reconocerlos conquistarlos.

LA LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN es universal y actúa tanto en los mundos de emoción, pensamiento y espíritu, cuanto en el físico. De aquí que un hombre pueda reconstruir su carácter tan científicamente como puede reconstruir su cuerpo. El estudio y la utilización de esta Ley, sintetizada como KARMA, constituye una parte fascinadora de la labor del estudiante de Teosofía.

LA EVOLUCIÓN. Tras el despertar de la conciencia a través de los reinos mineral, vegetal y animal, la inteligencia alcanza la etapa humana para seguir su desarrollo mediante la reencarnación y bajo la Ley de KARMA. La variedad de tipos raciales suministra a los Egos reencarnantes la variedad necesaria de organismos para su evolución, renaciendo en las diferentes razas y subrazas, tan a menudo cuanto fuere necesario para su evolución, hasta alcanzar la perfección humana y las Iniciaciones propias del “Sendero de Santidad”.

Portada del libro de donde se han extraido la mayoría de las fotos.
Primera publicación de La Sociedad Teosófica.

Emblema

EL EMBLEMA de la Sociedad Teosófica está compuesto por varios símbolos y todos ellos se han utilizado desde tiempos muy antiguos para expresar profundos conceptos filosóficos y espirituales sobre el hombre y el Universo. Se encuentran, con gran variedad de formas, en las grandes religiones del mundo y su aparición en culturas tan diversas muestra su universalidad.

Cada símbolo, estudiado separadamente, admite una gran riqueza de significado. Tomado en conjunto como en este emblema, sugieren un vasto esquema de evolución que abarca la totalidad de la naturaleza, física y espiritual, su estudio puede conducir al investigador serio a comprender algunos de los más profundos misterios de la existencia.

En parte por su antigüedad, y en parte por la dificultad en establecer su origen, los símbolos no pueden ser interpretados con una estrecha precisión. La interpretación ofrecida aquí es para ser tomada como una aproximación a las verdades, más que como una exacta exposición de su significado.

"SERPIENTE". En todas las simbologías y religiones arcaicas encontramos asociada la figura del Dragón, de la gran serpiente, con la idea de Sabiduría, o al menos, de conocimiento de cosas ocultas. Los “Dragones de Sabiduría” se denominaban antiguamente a los Grandes Iniciados, a Instructores o Maestros en Religión, Filosofía y el Arte de Curar. En el México prehistórico se denominaban “Los Nâgas” (o Serpientes) a una de las grandes tribus o clanes de la subraza Tolteca, así como a los Sacerdotes o Magos.

El sello Teosófico comprendido dentro de una serpiente, alude, pues, a la Sabiduría que es posible obtener en este Universo, es decir LA TEOSOFÍA, o sea, el conocimiento de todas las cosas que la Divinidad está llevando a cabo en su incesante labor de crear, preservar y destruir mundos. La serpiente enroscada sobre sí misma en forma de círculo, significa los ciclos a base de los cuales procede la manifestación de lo visible, así como la evolución y el desarrollo de todo aquello en que se infunda la Vida Una, desde el Cosmos y el Planeta hasta el Hombre y la célula; desde las sucesivas civilizaciones hasta las instituciones, los sistemas, la historia, etc. “El Círculo,– dice el Maestro –indica la cualidad dimanante y circunscribiente del TODO; el principio universal, que desde un punto dado se dilata y extiende hasta contener en sí todas las cosas, incluyendo la potencialidad de cada acción en el Cosmos”.

La serpiente enroscada, con su cola en la boca, representa, pues, el Círculo de lo Infinito; el espacio abstracto–absoluto en el cual se manifiesta, por modo enteramente periódico, el espacio concreto relativo con su multiplicidad de universos. Cada vez que la serpiente “se traga la cola” transcurre un Ciclo Mayor compuesto de siete ciclos menores. El cambio periódico de su piel podría simbolizar la regeneración y el renacimiento. La cabeza y la cola pueden simbolizar el Principio y el Fin, la Causa y el Efecto. Cada causa contiene en sí, potencialmente, el efecto, y todo efecto viene a ser causa a su vez. Según esto, la cabeza y la cola serian el Alpha y el Omega de la naturaleza manifestada, del Logos, del Gran dragón de la Sabiduría.

"LOS TRIÁNGULOS ENTRELAZADOS", o sea, la “Estrella de Seis Puntas”, signo hindú de Vichnu, (de donde lo adoptó Salomón) aluden, tomando en cuenta su sentido oculto, a las Siete fuerzas de la naturaleza; los siete planos o Mundos, los Siete principios, etc. Simbolizan también la unión del Espíritu (o sea el fuego), la llama que asciende, con la Materia (o sea el agua) que se fecunda y se expansiona. Ambos son inseparables y expresan los dos aspectos pensables de Lo Absoluto.

El doble triángulo, considerado por los Kabalistas como el Sello de Salomón, es el Sri-Antara del arcaico templo Ario, e indica la síntesis geométrica de toda la Doctrina Oculta, el “Misterio de los Misterios”. Simboliza la base de la Creación y contiene la “cuadratura del círculo”, la Piedra filosofal, los magnos problemas de la Muerte y de la Vida, así como el misterio del Mal.

El doble triángulo implica el Gran Activo y el Gran Pasivo, Purusha y Prakriti entre los hindúes; algo equivalente a Espíritu y Materia entre los occidentales; principio generador y principio fecundador; macho y hembra, etc. De ambos triángulos entrelazados, el que apunta hacia abajo es la Sabiduría ya revelada en este mundo fenoménico, y el que apunta hacia arriba es la Sabiduría oculta aún. El doble triángulo o Estrella de Seis Puntas es el perfecto siete porque su punto central es el germen del seis y su matriz; siendo el círculo que lo abarca el Infinito Espacio o Principio Universal.

Cada triángulo es una trinidad porque implica un triple aspecto. El blanco representa, en sus líneas rectas, el Conocimiento, el que conoce y lo conocido. El negro representa la sustancia, la Forma y el Color. Ambos denotan las fuerza creadoras, preservadoras y destructoras que se hallan íntimamente correlacionadas entre sí, como las tres “Gunas” de la materia.

"La Cruz ansata", el “Ank” o Cruz con asa, es la cruz de carne en la que el hombre está incesantemente sacrificando al divino Logos, su YO supremo.

En el bosquejo, sumamente simple, representa un hombre: la cabeza y la espina dorsal que son el Sendero o camino de Kundalini, la Fuerza Serpentina, la Tercera Corriente que con las dos precedentes forma una cruz en el cerebro y al fin llega a “la puerta de Brama”, o “el Sendero de la Evolución Espiritual” y corresponde al TAO (Tao significa “camino”) de los chinos, la palabra sagrada de la Cuarta Raza raíz. Es razonable, pues, deducir que este símbolo, como los demás, tuvo su origen en la Atlántida.

"LA SVÁSTICA." Pocos símbolos existen que encierran mayor significado que éste. Es Alfa y Omega de la Fuerza Creadora Universal desarrollándose del espíritu puro, y terminando en la materia densa. Sus cuatro brazos vueltos en ángulo recto se refieren al continuo movimiento y evolución del Cosmos invisible de las Fuerzas Primordiales; en el Cosmos manifestado y en la tierra significa la rotación de los ejes del mundo y sus cinturones ecuatoriales; en su posición giratoria simboliza el dinamismo que alienta en toda partícula y en todo ser, desde el átomo al Cosmos; la continua vibración de todo lo que existe; la energía en acción. La svástica (palabra que significa seña propicia) es el sumario de la Evolución del Cosmos y del Hombre. En una de las catacumbas de Roma se encontró este signo con la inscripción “vitalis Vitalia” o sea Vida de la Vida. "EL EMBLEMA." En caracteres sánscritos está la Palabra Sagrada del Hinduísmo escrita generalmente como AUM u OM, una palabra de profundo significado que representa la Palabra creadora o Logos, la Inefable Realidad que es la fuente de toda existencia, es una palabra de poder y siempre debe ser utilizada con la mayor reverencia, es la síntesis de todo sonido creador de toda manifestación y de toda aspiración a la Unidad Fundamental de la Existencia. "El LEMA" de la Sociedad Teosófica "“No hay religión más elevada que la Verdad”" rodea al emblema. La Verdad es el objeto de la búsqueda de todo auténtico Teósofo, cualquiera que sea su fé, y cada gran religión es en alguna medida una encarnación de esta Verdad y un camino hacia su realización. Según frase del Maestro K.H. “el chela capaz de interpretar o explicar este Sello desde cada uno de sus aspectos o significados, será virtualmente, un Adepto”.

Enlaces externos

Fuentes

  • H.P.Blavatsky -CD-ROM de compilación digital de las Obras completas en castellano, José Rubio Sánchez y José Miguel Cuesta Puertes, Julio de 2002, Editorial Teosófica, dirección: C/ Almirante Cadarso, Nº 12, puerta 1, 46005 Valencia, España.
  • Revista Atma Vydia, editada por la Fundación Blavatsky de México
  • l ESPINOSO, naturaleza y potencial humano