Sodalicio de Vida Cristiana

Sodalitium Christianae Vitae
Sodalicio de Vida Cristiana
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TipoSociedad de Vida Apostólica de derecho pontificio en la Iglesia católica
FundadorLuis Fernando Figari
Fundación8 de diciembre de 1971
Sitio webSodalicio de Vida Cristiana (en español)
Sodalitium Christianae Vitae (en inglés)
Sodalício de Vida Cristã (en portugués).

El Sodalicio de Vida Cristiana (también conocido por su nombre en latín Sodalitium Christianae Vítae, SCV) es una «sociedad de vida apostólica» de derecho pontificio, según el Código de Derecho Canónico[1] que rige para la Iglesia católica. Fue fundado en Lima (Perú) por Luis Fernando Figari el 8 de diciembre de 1971, día en que la Iglesia católica celebra la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Adquirió su forma canónica actual al ser aprobada definitivamente por el papa Juan Pablo II el 8 de julio de 1997.[2]

El Sodalicio está compuesta por laicos consagrados y sacerdotes que viven en comunidad, llamados «sodálites», quienes viven los consejos evangélicos haciendo compromisos perpetuos de celibato y obediencia, así como de comunicación de bienes.

Los sodálites reconocen un llamado a la santidad, que consideran un llamado particular de Dios a una entrega plena. Para ello buscan recorrer un camino espiritual de encuentro y configuración con la persona de Jesús de Nazaret, que llaman el proceso de amorización. Este es un recorrido que quieren alcanzar por medio de la piedad filial a Santa María.

Al mismo tiempo que buscan alcanzar la santidad, los sodálites participan de la misión evangelizadora de la Iglesia, intentando que la Buena Nueva se difunda en las culturas del ser humano.[3]

Según señala el grupo, el apostolado sodálite es universal, «abierto a una multiplicidad de campos de evangelización». Sin excluir otros ámbitos promueve tres acentos: la promoción de la juventud, la evangelización de la cultura, y la ayuda social a los más pobres.[4] También son ámbitos de importancia la promoción de la familia y la defensa de la vida, y la educación como espacio de evangelización de la cultura.

Al ser reconocida como sociedad de vida apostólica laical de derecho pontificio, el Sodalicio depende de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica de la Santa Sede. Se trata de la primera sociedad de vida apostólica laical en haber sido reconocida por el derecho pontificio.

El gobierno del Sodalicio recae en un «superior general» que es elegido cada seis años por una asamblea general de sodálites. Actualmente el superior general es Alessandro Moroni Llabrés, que le corresponde gobernar el periodo 2012-2018.[5]

La espiritualidad del Sodalicio es conocida como la espiritualidad sodálite, que conforma como en la tradición eclesial una familia espiritual, es decir un amplio grupo de personas que viven su relación con Dios desde una perspectiva particular siempre en comunión con la gran tradición de la Iglesia. La familia espiritual del Sodalicio es conocida como la Familia Sodálite, integrada por diversas asociaciones, obras y personas que viven la espiritualidad sodálite y se ven alentadas en la vivencia de la fe por ella.

Historia

El estudiante de abogacía Luis Fernando Figari ―que estaba estudiando la carrera de Abogacía en la Pontificia Universidad Católica del Perú―, publicaba junto con Pedro Benvenuto y Murrieta, Jorge Cáceres y otros amigos― la revista Tradición y Acción (órgano de la rama peruana del grupo radical católico Tradición, Familia y Propiedad, creado por el brasileño Plinio Corrêa de Oliveira).[6][7] En esa época fundó en Lima el grupo falangista Escalones Juveniles Nacionalistas.[6] Junto con un jovencísimo Francisco Tudela (n. 1955; quien cursaba los estudios secundarios en el Colegio Marista de San Isidro y terminaría siendo el primer vicepresidente de Alberto Fujimori) fundaron el grupo político Tradición y Acción por un Perú Mayor, la sucursal limeña de la secta católica brasileña Tradición, Familia y Propiedad.

1971 a 1977: los inicios

Según el padre Gerald Haby, un sacerdote marianista conocedor de la espiritualidad mariano-cristocéntrica propuesta por el beato Guillermo José Chaminade, a lo largo de 1971 se fue gestando un «sodalicio», una asociación de fieles para fomentar el amor filial mariano, camino que debía llevar a una vida santa y a un apostolado fervoroso en medio del mundo. Surgió también la así la idea de la consagración a María en medio de las ocupaciones de la vida cotidiana, aspecto que fomentaba el Concilio Vaticano II.[8]

El influjo del Concilio Vaticano II, en particular del documento Apostólicam actuositatem, que explicita el apostolado de los laicos como consecuencia de la gracia sacramental adquirida en el bautismo, orientándolos a consagrar todo el mundo a Dios en la vida cotidiana, fue de gran importancia para orientar el apostolado y misión del Sodalicio. Además, otros documentos conciliares como la Lumen gentium y la Gaudium et spes; o la encíclica Evangelii nuntiandi del papa Pablo VI; y el documento de conclusiones de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.[9]

El 8 de diciembre de 1971, Fernando Figari fundó el Sodalicio de Vida Cristiana.

En los siguientes años el Sodalicio experimentó un importante crecimiento en su apostolado juvenil, aspecto que fue una de las opciones preferenciales del documento de la Conferencia Episcopal de Puebla. La preparación sacramental para la confirmación, las jornadas de meditación cristiana, los retiros «Dios y Naturaleza», los congresos católicos de jóvenes «Convivio» y las Agrupaciones Marianas surgieron principalmente en la ciudad de Lima (Perú), ámbito inicial de su apostolado.

El arzobispo de Lima y primado del Perú, cardenal Juan Landázuri Ricketts, OFM, quien por muchos años fue también presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, alentó al Sodalicio de Vida Cristiana en sus inicios[10] y en 1977 aprobó los Estatutos como una asociación privada de fieles, según el Código de Derecho Canónico de 1917.[11] que entonces regía a las instituciones eclesiales. Se trataba de un primer paso jurídico-eclesiástico en el proceso que llevó al Sodalicio hasta su forma actual.

1978 a 1989: la vida comunitaria y los nuevos estatutos

Con las primeras experiencias de vida comunitaria en Lima, recién en 1978, surgen los primeras pautas para la vida fraterna en común,[12] que recogieron aspectos de la tradición eclesial de las comunidades religiosas. En una pequeña casa situada en el distrito de Jesús María, pequeños grupos de sodálites irían haciendo un ensayo de la vida fraterna en común.

En 1978 comenzó Misiones Universitarias, que luego se llamaría Acción Misional, y hoy forma parte del Movimiento de Vida Cristiana con el nombre de «Misiones MVC». Se trata de un servicio apostólico de jóvenes que comparten la fe colaborando espiritual y materialmente en zonas rurales o urbano-marginales afectadas por la pobreza.[13] Dos años después surgió también un servicio de atención a niños enfermos en el Hospital del Niño en Lima.

Tras la profesión perpetua del fundador Luis Fernando Figari, siguieron las profesiones de los primeros sodálites. En 1981 fue ordenado el primer sacerdote del Sodalicio, el P. Jaime Baertl Gómez, por el arzobispo de Arequipa Mons. Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, SJ. Al año siguiente el cardenal Juan Landázuri Ricketts, OFM, ordenaría sacerdote a José Antonio Eguren, actual arzobispo metropolitano de Piura (Perú).

En los primeros meses de 1984 se inaugura el Centro de Formación «Nuestra Señora de Guadalupe» ―en el balneario de San Bartolo, al sur de Lima―, que serviría para los primeros años de formación inicial.

En 1984, el arzobispo de Arequipa, Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, invitó al Sodalicio a fundar una comunidad en dicha ciudad en el sur del Perú. Se trataba de la primera comunidad fuera de Lima, su ciudad de origen. Para entonces el Sodalicio ya contaba con varias comunidades en la ciudad de Lima.

El mismo año Luis Fernando Figari es invitado a dar la «Catequesis sobre el Amor»,[14] una de las catequesis en español en el «Jubileo de los Jóvenes», en Roma, durante el Año Santo de la Redención.

En enero de 1985 se realizó en la ciudad de Arequipa el I Congreso Internacional sobre la Reconciliación, para reflexionar sobre el pensamiento de Juan Pablo II. Un mes antes había sido publicado la exhortación apostólica posinodal Reconciliatio et paenitentia, del papa Juan Pablo II, que fue importante en la temática del congreso.[15]

Ese mismo año sobre la experiencia de diversas asociaciones e iniciativas apostólicas existentes se forma el Movimiento de Vida Cristiana. Surge también la asociación Vida y Espiritualidad, que edita la revista VE.[16]

A solicitud de los padres de familia del colegio Santa María, en la ciudad de Chincha al sur de Lima, el Sodalicio comienza la administración del plantel escolar.

En 1986, el cardenal Eugênio de Araújo Sales (arzobispo de Río de Janeiro), invitó al Sodalicio a iniciar su primera comunidad fuera del Perú, en Brasil. El Sodalicio asumió la parroquia Nossa Senhora da Guía.[17] En las favelas del territorio parroquial se organiza una labor solidaria, y surgen entre los parroquianos los primeros grupos de parejas de casados, que hoy forman parte de la asociación Familia de Nazaret del MVC (Movimiento de Vida Cristiana).

En junio de 1987, en Lima (Perú), se inauguró el primer centro pastoral Santa María de la Evangelización promovido por el Sodalicio. En ese tiempo surgió también la asociación Betania para mujeres adultas que buscan formarse y vivir la fe cristiana. En Arequipa se fundó el Instituto del Sur para la enseñanza de carreras técnicas con una perspectiva de formación integral humana.

El nuevo Código de Derecho Canónico se había publicado en 1983, tras lo cual el Sodalicio fue definiendo mejor su figura jurídica en diálogo con el arzobispo de Lima, el cardenal Juan Landázuri Ricketts, OFM, y tras diversas consultas canónicas modificó sus Estatutos en 1986, manteniéndose aún como una asociación privada de fieles, pero con una estructura propia de una sociedad de vida apostólica, que son instituciones dedicadas al apostolado con vida fraterna en común según las propias constituciones.[18] Los nuevos estatutos fueron aprobados en 1989 y se erige canónicamente en la arquidiócesis de Lima el Sodalicio de vida Cristiana.

1989 a 1997: hacia la aprobación pontificia

En 1989 se creó en la arquidiócesis de Lima la parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación,[19] la que fue encomendada por el arzobispo de Lima al Sodalicio de Vida Cristiana. El obispo del Callao, Mons. Ricardo Durand Flórez,SJ, invitó al Sodalicio a fundar una comunidad en la diócesis vecina a Lima.

A solicitud del arzobispo de Medellín, el cardenal Alfonso López Trujillo, el Sodalicio llega a Colombia asumiendo una parroquia en 1990. Ese mismo año se funda una segunda comunidad en Brasil, en la ciudad de Petrópolis, desde la que se colabora con el apostolado juvenil en el ámbito universitario, la enseñanza escolar y la atención solidaria.

El 25 de marzo de 1991 ―solemnidad de la Anunciación-Encarnación―, Luis Fernando Figari creó la Fraternidad Mariana de la Reconciliación,[20] asociación de mujeres consagradas para el servicio apostólico, que llevan vida en común.

En 1992 el Sodalicio fundó una comunidad en la diócesis de Santo Amaro, en la ciudad de São Paulo en Brasil, sumando con presencia en tres ciudades del Brasil. Al año siguiente el Movimiento de Vida Cristiana llega a San José de Costa Rica.

En la fiesta de la cátedra de San Pedro, el 22 de febrero de 1994, el Sodalicio fue erigido como Sociedad de Vida Apostólica de derecho diocesano, por el arzobispo de Lima el cardenal Augusto Vargas Alzamora S. J.. Poco después ―el día 23 de marzo de 1994, fiesta de santo Toribio de Mogrovejo― el Movimiento de Vida Cristiana fue aprobado como Asociación Privada Internacional de Fieles de derecho pontificio. En el mes de diciembre de 1994 se celebró la I Asamblea General Ordinaria del Sodalicio, ya como sociedad de vida apostólica, ocasión en la que se presentaron las Pautas para la vida fraterna.

En 1995 se inauguró en la ciudad de Lima la comunidad Madre de la Fe y Nuestra Señora del Mar, y al año siguiente la comunidad y el templo parroquial Nuestra Señora de la Reconciliación. Se realizó también el V Congreso Internacional sobre la Reconciliación.

El Sodalicio por razones administrativas, adaptándose a las nuevas Constituciones, erigió su primera región en 1996: la Región Perú, que por entonces reunía las comunidades de las jurisdicciones de Lima, Callao, Chosica, Lurín y Arequipa. Al año siguiente se erigió la Región Brasil, con comunidades en Río de Janeiro, Santo Amaro (en la ciudad de São Paulo) y Petrópolis.

En diciembre de 1996, a consecuencia de la creación de la diócesis de Chosica en Lima (Perú), se erige la Parroquia Nuestra Señora de la Cruz que es encomendada al Sodalicio.

El 8 de julio de 1997, 25 años después de su fundación, el papa Juan Pablo II aprobó el Sodalicio de Vida Cristiana como Sociedad de Vida Apostólica laical de Derecho Pontificio,[21] dependiente de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Pocos meses después se erigió la comunidad sodálite Nossa Signora della Evangelizazione en la ciudad de Roma. Finalizando el año se fundó en Arequipa la Universidad Católica San Pablo.

1997 a 2010: concluye una etapa fundacional

En mayo de 1998 ―durante la Solemnidad de Pentecostés― el Sodalicio promovió la participación del Movimiento de Vida Cristiana en el Encuentro de Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades, convocado por el papa Juan Pablo II. Diversos miembros de la Familia Sodálite fueron invitados a participar del Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales que se realizó en esos días.

El 15 de agosto de 1998 ―solemnidad de la Asunción de la Virgen María―, Luis Fernando Figari fundó las Siervas del Plan de Dios,[22] una fundación de mujeres consagradas a Dios mediante la «plena disponibilidad apostólica», que viven en comunidad y realizan un servicio evangelizador y solidario.

En enero de 1999 el Sodalicio erigió en Santiago de Chile la comunidad Nuestra Señora del Carmen. El 6 de diciembre de 1999, durante la I Asamblea Plenaria del MVC en Roma, el papa Juan Pablo II se dirigió a los miembros del Movimiento de Vida Cristiana y del Sodalicio de Vida Cristiana invitándolos a ser artesanos de reconciliación en el mundo actual.[23]

En diciembre del año 2000 se celebró la II Asamblea General Ordinaria del Sodalicio de Vida Cristiana en la ciudad de Lima, en la que se eligió nuevamente a Luis Fernando Figari ―fundador del Sodalicio― como superior general.

Al comenzar el año 2001 se creó la Región Colombia ―que comprendía las jurisdicciones de Medellín, Cali y Bogotá―. Días después la Santa Sede aprueba la incardinación de los sacerdotes sodálites al Sodalicio, concluyendo así el proceso jurídico como sociedad de vida apostólica.

El 13 de febrero de 2001 fallece Germán Doig, quien había sido el primer vicario general y coordinador del Movimiento de Vida Cristiana desde sus inicios.

El año 2002 se estableció en Guayaquil (Ecuador) la comunidad Inmaculado Corazón de María. El 7 de abril de 2002, el cardenal Juan Luis Cipriani ordenó obispo a monseñor José Antonio Eguren, quien fue nombrado obispo auxiliar de Lima hasta julio del 2006.

Aceptando la invitación del entonces arzobispo de Denver, monseñor Charles Chaput (OFM), para administrar el Saint Malo Retreat Center, el Sodalicio fundó en 2003 una comunidad en algún sitio del estado de Colorado (Estados Unidos).

En 2004, el cardenal Jorge Mario Bergoglio ―arzobispo de esa jurisdicción eclesiástica y actual papa Francisco― invitó al Sodalicio a Buenos Aires (Argentina). En 2005 se fundó en Bogotá (Colombia) la comunidad Nuestra Señora de Chiquinquirá; y en San José (Costa Rica) la comunidad Nuestra Señora de los Ángeles.

El año 2006 es nombrado obispo de Ayaviri Mons. Kay Martín Schmalhausen Panizo.[24] Meses después Mons. Jose Antonio Eguren es nombrado arzobispo de Piura. Para acompañar la pastoral de los obispos el Sodalicio funda en Piura y en Ayaviri comunidades al año siguiente.

La III Asamblea General Ordinaria del Sodalicio de Vida Cristiana se llevó a cabo en diciembre de 2006 en la que nuevamente se elige como superior general a Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio.

En 2007 se erigió en Santiago de Chile la segunda comunidad del Sodalicio, con el nombre de Madre de los Apóstoles.

En el año 2009 se creó el centro de formación Santa María del Lago en la localidad de Nemi, en las cercanías de la ciudad de Roma, concebida como casa para estudiantes sodálites en las universidades romanas.

Tras la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (2007) realizada en Aparecida (Brasil), en 2010 el Sodalicio fundó en ese centro mariano la comunidad Santa María da Nova Evangelização.

En diciembre de 2010, Luis Fernando Figari renunció a su cargo y se convocó a una Asamblea General Extraordinaria para la elección de su sucesor. Con ello concluía la fase en la que la comunidad eclesiástica fue gobernada por su propio fundador.

2011 a hoy: el Sodalicio en la actualidad

En la Asamblea General Extraordinaria de enero de 2011 fue elegido como superior general Eduardo Regal Villa, quien desde el año 2001 había sido Vicario General y Coordinador General del Movimiento de Vida Cristiana.

En diciembre de 2012, en la IV Asamblea General Ordinaria, los delegados del Sodalicio para la asamblea eligieron a Alessandro Moroni Llabrés, peruano, quien desde 1999 era superior en Santiago de Chile.

Espiritualidad

Dentro de la común espiritualidad de la Iglesia católica, el Sodalicio posee una espiritualidad, disciplina y estilo propios. Estos son medios adecuados para vivir la propia conversión y misión dentro de la Iglesia.[25]

Características

La «vivencia integral de la fe», que es el fundamento de la vida cristiana, como un don que se proyecta en la acción. Para ello los miembros del Sodalicio se forman en la «fe en la mente» mediante la lectura, el estudio y la oración, en especial con la meditación de las Sagradas Escrituras; buscan además acoger la Palabra de Dios, profundizando y rezando unidos con la Iglesia la Palabra de Dios para llevar la «fe en el corazón»; y siguen el ejemplo de la bienaventurada Virgen María para vivir el amor a Dios y a los seres humanos en la «fe en la acción».[26]

La «centralidad del Misterio Trinitario» que orienta la aspiración a vivir una vida cristiana plena y perfecta en el Amor; amor al Padre Creador por el Hijo en el Espíritu Santo, amor filial a Santa María y amor a los seres humanos invitados a vivir la Comunión Trinitaria de Amor como horizonte de máxima realización humana.[27]

El «reconocimiento de la Encarnación del Verbo Eterno» en el seno purísimo de María Virgen como el acontecimiento central de la historia humana, en la que Jesús Reconciliador restaura la humanidad caída y revela plenamente la identidad y vocación de todo ser humano.[28]

El «amor filial a Santa María», como camino de configuración con su Hijo Jesús y de crecimiento en la vida cristiana, a través del proceso de amorización.[29] Ella que fue la Madre del Señor Jesús, es también para los sodálites su madre espiritual, lo que está expresado en el lema: «Por Cristo a María y por María más plenamente al Señor Jesús».[30]

La «vida comunitaria», dimensión en la que el ser humano descubre la realización como ser creado para vivir el encuentro y la comunión con los demás. En la vida comunitaria las personas que viven la espiritualidad sodálite acogen el don de la fe, profundizándola para compartirla y celebrarla, viviendo en espíritu de familia la participación en la Comunión Divina de Amor, como los discípulos en torno a María, la Madre de los Apóstoles.[31] Los integrantes del Sodalicio y su familia espiritual se reúnen como amigos en el Señor, para compartir la vida de fe, donde unos a otros sean estímulo de fervor, de humildad, de oración, de reverencia, de alegría, de trabajo, de apostolado, de solidaridad.[32]

El esfuerzo por vivir una «espiritualidad de la vida cotidiana», haciendo de la propia persona y de sus acciones un «culto agradable a Dios», viviendo las virtudes evangélicas, ejercitándose en la presencia de Dios, cumpliendo los deberes según la propia condición y oficio, respondiendo eficazmente a los dones personales para cumplir los planes de Dios.[33]

La «adhesión al don la reconciliación» para vivir en primera persona la propia conversión, y que con el testimonio de la palabra y la vida, pueda repetir con el apóstol Pablo: «No soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí».[34] Así, para la espiritualidad sodálite, se logra el cambio del corazón humano, cambio interior que es la base de todo cambio social.

La eclesialidad que se expresa en la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y Santo Padre,[35] en la participación de la vida eclesial y la disposición de servicio a su misión evangelizadora, buscando hacer más asequible la Buena Nueva del Evangelio.[36]

Interlocutores

La espiritualidad sodálite se encuentra relacionada con otras espiritualidades de la Iglesia, con las cuáles distintos miembros del núcleo fundacional han entrado en diálogo. Existen formas de diálogo distintas e interacción entre otras espiritualidades y la espiritualidad sodálite.

La espiritualidad del Sodalicio tiene influencias, entre otros importantes autores espirituales católicos, del Beato Guillermo José Chaminade (1761-1850), de San Ignacio de Loyola (1491-1556), de varios Padres de la Iglesia, diversos autores de la escuela benedictina y cisterciense ―entre ellos San Bernardo de Claraval (1090-1153)― así como de la Escuela Francesa de Espiritualidad, como el cardenal Pierre de Berulle (1575-1629). También de algunos espirituales de la Reforma española, como el cardenal abad Cisneros (1455-1510), Fray Luis de Granada (1504-1588) y San Juan de Ávila (1500-1569).[37]

Apostolado

El apostolado del Sodalicio es universal y sus miembros participan en la misión evangelizadora de la Iglesia, procurando que el dinamismo evangélico alcance todo aquello que está en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación.[38] Por ello, sus miembros se proyectan fraternalmente especialmente en un servicio apostólico con los jóvenes, en el amor preferencial por los pobres y en la Evangelización de la Cultura.[39] Todo esto no excluye otros ámbitos de apostolado que también se dan en la familia espiritual del Sodalicio, sobre todo en la familia, la defensa de la vida y la educación.

Apostolado con los jóvenes

El servicio evangelizador a los jóvenes es una prioridad para los sodálites, quienes siguen confiando en los jóvenes como una esperanza para el futuro de la humanidad.[40] La labor apostólica con los jóvenes se desarrolla en diferentes ámbitos, como en universidades, colegios, organizaciones y grupos juveniles de formación, en especial en el Movimiento de Vida Cristiana, proponiendo congresos, misiones, charlas, cursos, acompañamiento espiritual, retiros y espacios de formación en la fe.

Acompañando los esfuerzos de la Iglesia en acercarse a las nuevas generaciones de jóvenes,en especial en las Jornadas Mundiales de la Juventud,[41] los sodálites buscan llevarles el mensaje del Jesucristo, de amor a la Iglesia, desde el testimonio personal y el anuncio de la fe. En la dinámica propuesta a los jóvenes, la espiritualidad sodálite promueve que ellos sean los mismos apóstoles de los jóvenes, desde un compromiso misionero activo y entusiasta.[42]

Amor preferencial por los pobres

El Sodalicio nació en Latinoamérica, sub-continente afectado por la pobreza, lo que despertó desde los inicios una atención preferencial por los necesitados. La espiritualidad sodálite tiene la conciencia que la conversión personal en Dios debe ser acompañada de las consecuencias sociales que debe traducirse en el servicio al hermano concreto, sobre todo al más débil, al pobre, al que sufre, o se encuentra enfermo o marginado.[43]

Desde la comprensión de la relación entre evangelización y promoción humana, se busca ayudar a los desposeídos ayudándolos a pasar de condiciones de vida menos humanas a condiciones cada vez más humanas[44] y dignas de su condición como persona querida por Dios.

El Sodalicio se guía por las orientaciones de la enseñanza social de la Iglesia, que recoge el Magisterio que orienta las reflexiones y praxis sobre los pobres.

Evangelización de la cultura

La cultura, entendida como el ámbito en que el ser humano se educa, se conoce, se forman en los valores, reconoce y aprecia la verdad, la bondad, y la belleza, es un área de trabajo prioritaria para el Sodalicio,[45] pues entiende que es una escuela de humanidad, al mismo tiempo que espacio de realización humana.

El Sodalicio busca por ello investigar, desarrollar el pensamiento, la reflexión y la elevación de las condiciones culturales en las que la persona se desenvuelve, yendo a las mismas raíces de la cultura y de las culturas del hombre. Por ello hay miembros del Sodalicio y de su familia espiritual que se dedican al desarrollo, la investigación y la enseñanza en diversos niveles, en ámbitos muy variados de la cultura y del mundo profesional.

Familia y defensa de la vida

Reconociendo que la familia es la célula primera y fundamental de la sociedad, el Sodalicio la promueve como santuario de la vida y escuela donde el ser humano aprende a vivir el encuentro y la comunión fraterna. Considera también el matrimonio como un camino de santidad,[46] y la familia como la primera evangelizadora y educadora de la fe, en donde se vive el amor cristiano la integración entre sus miembros, el respeto a la libertad personal y a la vida, desde una espiritualidad de la vida familiar.

Por ello también existen iniciativas apostólicas que defienden la vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural.

Educación

Integrando diversos aspectos de su apostolado en el Sodalicio ha promovido una red educativa que comprende escuelas iniciales, centros de educación especial, educación escolar, universitaria, y técnica, en diversos lugares donde está presente la espiritualidad sodálite. En estos los jóvenes y sus familias, encuentran el espacio para desarrollar una cultura auténticamente humana en las que los valores se promueven una sociedad más solidaria y reconciliada conforme a los planes de Dios. Esta red tiene obras actualmente en el Perú, Colombia, Ecuador, Costa Rica y Chile. Además los miembros de la Familia Sodálite colaboran en tareas vinculadas a la educación en los cinco continentes.

Servicio de gobierno

El gobierno en el Sodalicio se entiende como un servicio, y se ejerce en diversos niveles, ya sea general, regional o local. Al ser una Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio el Sodalicio depende de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, un dicasterio de la Santa Sede (Vaticano). Todos las autoridades del Sodalicio se rigen según las Constituciones propias y las normas correspondientes del Código de Derecho Canónico.

Gobierno General

El Sodalicio está gobernado por un Superior General elegido cada seis años por una Asamblea General compuesta por delegados elegidos en su mayoría por los integrantes de derecho pleno del Sodalicio. Esta asamblea cuando está reunida es la máxima autoridad y sus decisiones obligan a todos. La última se celebró en diciembre de 2012.

Actualmente el superior general es Alessandro Moroni Llabrés, peruano elegido en diciembre del 2012 para gobernar durante el periodo 2012-2018.[47]

Junto al superior general componen el Consejo Superior un vicario general, y cinco asistentes generales responsables de las áreas de Espiritualidad, Instrucción, Apostolado, Comunicaciones y Temporalidades, quienes también son elegidos en la Asamblea General por el mismo periodo de tiempo.

Gobierno regional

Por razones administrativas el Sodalicio se divide en regiones, que la gobierna un superior regional designado por el superior general. A su vez el superior regional tiene un consejo regional que lo asiste compuesto por asistentes regionales en las cinco áreas de Espiritualidad, Instrucción, Apostolado, Comunicaciones y Temporalidades.

Una región puede reunir varios centros y obras propias, de las que es responsable el superior regional.

Gobierno local

A cargo de cada centro del Sodalicio está un Superior local, que es designado por el superior general. A semejanza de las otras estructuras de gobierno, también existe un consejo local con responsables en las cinco áreas de Espiritualidad, Instrucción, Apostolado, Comunicaciones y Temporalidades. Un centro puede reunir una o varias comunidades sodálites, además de obras propias.

Familia Sodálite

La Familia Sodálite es el conjunto de personas, instituciones y obras que se adhieren a la espiritualidad del Sodalicio. Según su estado de vida, los integrantes de la Familia Sodálite buscan vivir una vida cristiana auténtica y la construcción de un mundo mejor, más fraterno y reconciliado.[48]

Quienes participan en la Familia Sodálite lo hacen a nivel personal o asociativo, y son fieles cristianos de la Iglesia Católica, de cualquier edad o condición, que quieren vivir orientados por la espiritualidad sodálite como camino para alcanzar la santidad y se sienten identificados con esta familia espiritual.

Entre los integrantes, aunque no exclusivamente, se encuentran todos quienes forman parte de alguna de las instituciones fundadas por Luis Fernando Figari, como es el caso del Sodalicio de Vida Cristiana (Sociedad de Vida Apostólica laical masculina), el Movimiento de Vida Cristiana (Asociación Internacional de Fieles), la Fraternidad Mariana de la Reconciliación (Sociedad de Vida Apostólica laical femenina), las Siervas del Plan de Dios (Asociación Pública de Fieles de mujeres consagradas), la Asociación de María Inmaculada y la Hermandad Nuestra Señora de la Reconciliación. También forman parte de la familia espiritual aquellas personas que participan en las obras que han surgido orientadas por la espiritualidad sodálite.

Actualmente la Familia Sodálite alcanza a muchos millares de personas, en los cinco continentes, que se identifican con la espiritualidad sodálite.[49]

Controversias

Si bien existen padres de sodálites que respaldan la vocación de sus hijos, y algunos de ellos incluso integran asociaciones o forman parte del Movimiento de Vida Cristiana, también hay padres que están en desacuerdo, como los que reportó el año 2001 un programa de cable peruano, en la que se acusaba al Sodalicio de inducir la separación radical de jóvenes adolescentes respecto de sus familias antes de estar preparados para tomar decisiones vocacionales, [50] Esas acusaciones fueron desmentidas por testimonios de padres que viven en las comunidades del Sodalicio.

Según el psicoanalista Jorge Bruce, «aunque no me consta, [estos métodos podrían implicar un] sometimiento y una sujeción de chicos vulnerables».[51]

En 2011 el Sodalitium a través de un comunicado público informó sobre «inconductas sexuales» cometidas por Germán Doig, exvicario general, fallecido diez años antes. En una entrevista el 1 de febrero de 2011, el Sodalicio confirmó la cancelación del proceso de beatificación del difunto laico consagrado,[52] debido a tres «gravísimas acusaciones» que evidenciaron que Doig llevó una «doble vida». Se ordenó retirarle «el culto y la fe» debido a su «traición al Señor».[53] Ya desde fines del 2010, el Sodalicio había informado a miembros de su familia espiritual y autoridades eclesiásticas, y también había expurgado toda mención al fallecido vicario general Germán Doig en todos los sitios de Internet que hablaban de él.[54]

Meses antes, el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, había renunciado a su cargo de superior general alegando «motivos de salud». Esa versión fue refutada por el limeño Diario 16, que notificó la existencia de denuncias de abuso sexual también en su contra.[55]

Luis Fernando Figari declaró que todas las denuncias en su contra eran falsas.[56]

En 2013, el exsodálite peruano-alemán Martín Scheuch publicó un extenso texto con denuncias contra Luis Fernando Figari y otros líderes del Sodalicio.[57]

Fuente

  1. Código de Derecho Canónico, cann. 731 al 755, "De las Sociedades de Vida Apostólica".
  2. «Historia del Sodalicio», artículo en el sitio web del Sodalicio.
  3. «Vida espiritual», artículo en el sitio web del Sodalicio.
  4. «Apostolado sodálite», artículo publicado en el sitio web del Sodalicio.
  5. «Alessandro Moroni es el nuevo superior general del Sodalicio de Vida Cristiana», artículo del 3 de diciembre de 2012 en el sitio web Aciprensa.
  6. 6,0 6,1 González Ruiz, Edgar (2005): «Tradición, Familia y Propiedad», artículo del 6 de enero de 2005 en el sitio web Voltaire Net.
    En Perú, Tradición, Familia y Propiedad ha estado representada por Tradición y Acción por un Perú Mayor. Entre los personajes peruanos de los que se ha dicho que han tenido vínculos con Tradición, Familia y Propiedad se cuenta Francisco Tudela, vicecanciller y primer vicepresidente de Alberto Fujimori. El 11 de mayo de 2003, la publicación Psirrosis (versión electrónica) publicó un reportaje titulado «Nazis en el gobierno. ¿Quién es realmente Francisco Tudela Van Breugel Douglas?», donde lo definían como un «filonazi convicto y confeso». Dicho reportaje detallaba que Tudela estudió en el Colegio Marista de San Isidro, en la época en que apareció el grupo falangista Escalones Juveniles Nacionalistas, fundado por Luis Figari. «Precisamente, junto con este fundó luego Tudela una sucursal del grupo católico Tradición, Familia y Propiedad».

    Otro articulista peruano (Jack T. Manggio: «Secuestradores secuestrados»; mimeografía) ha comentado que Luis Fernando Figari, quien hoy es célebre como cabeza de los sodálites, era entonces estudiante de Derecho en la Universidad Católica y que ―junto con Pedro Benvenuto y Murrieta y Jorge Cáceres― publicaba la revista Tradición y Acción (órgano de la rama peruana de la ultraderechista Sociedad de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad).
    De acuerdo con el mencionado reportaje de Psirrosis: «Alrededor de 1973, aparece en la PUC [Pontificia Universidad Católica] y Cayetano el grupo de derecha radical Dios y Patria. En 1974, varias facciones de este movimiento se independizaron y tomaron otros nombres: la política Confederación Nacionalista de Juventudes, y la religiosa Sodalitium Christianae Vitae. Luis Fernando Figari pertenecía a esta última».

    De acuerdo con esa versión, el Sodalicio tenía vínculos con un grupo de oración llamado Falange, y la revista Presencia ocupaba el lugar de Tradición y Acción, con la colaboración del sacerdote Harold Griffiths, ya fallecido, y a quien el reportaje mencionaba como asesor espiritual del Sodalicio.
  7. González Ruiz, Edgar (2005): Cruces y sombras: perfiles del conservadurismo en América Latina (págs. 123 y 124), junio de 2005.
  8. Las primeras fundaciones del P. Chaminade, Fondo Editorial, abril de 1980, p.1.
  9. Dossier sobre el Sodalicio preparado por la Agencia Fides.
  10. Sitio web del Sodalicio, Historia
  11. Código de Derecho Canónico de 1917, en el sitio web Documenta Catholica Omnia.
  12. Reglamento de Comunidad, 1978.
  13. Sitio web de "Misiones MVC"
  14. Catequesis sobre el Amor, Cuadernos de Fe, Lima, 1990.
  15. Juan Pablo II: Reconciliatio et paenitentia, texto publicado el 2 de diciembre de 1984 en el sitio web Vatican.
  16. Sitio web de la revista Vida y Espiritualidad.
  17. «Historia», artículo en portugués en el sitio web de la parroquia Nossa Senhora da Guía.
  18. Código de Derecho Canónico, can. 731,2.
  19. Sitio web de la Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación
  20. «Nuestra Historia», artículo en sitio web de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación
  21. «El Sodalicio de Vida Cristiana celebra el décimo aniversario de la aprobación pontificia», artículo del 9 de julio de 2007 en el sitio web Aciprensa.
  22. Sitio web de las Siervas del Plan de Dios
  23. «Audiencia de Su Santidad Juan Pablo II a los miembros del MVC reunidos con ocasión de la I Asamblea Plenaria», artículo en el sitio web MVC (Movimiento de Vida Cristiana).
  24. Perú 21, 18 de febrero de 2006
  25. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 3
  26. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 15.
  27. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 2.
  28. Gaudium et spes, 22
  29. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 15
  30. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 16.
  31. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 5.
  32. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 7.
  33. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 15.
  34. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 9.
  35. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 12.
  36. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 14.
  37. Harold Griffiths Escardó: Peregrinar de una comunidad (pág. 24-25). Lima: Fondo Editorial, 2000.
  38. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 3.
  39. Constituciones del Sodalicio de Vida Cristiana, 8.
  40. Apostolado con los jóvenes, artículo en web del Sodalicio de Vida Cristiana
  41. «Vive la experiencia JMJ con el MVC - Sodalicio», artículo en el sitio web Sodalicio.org.
  42. Apostolado con los jóvenes artículo en sitio web del Sodalicio
  43. Solidaridad con los pobres artículo en sitio web del Sodalicio
  44. Populorum Progressio, S.S. Paulo VI
  45. Evangelización de la Cultura artículo en sitio web del Sodalicio
  46. Entrevista realizada por la agencia Fides a Luis Fernando Figari
  47. «Alessandro Moroni es el nuevo “superior general” del Sodalicio de Vida Cristiana», artículo del 3 de diciembre de 2012 en el sitio web Aciprensa.
  48. Dossier sobre el Sodalicio preparado por la Agencia Fides.
  49. Entrevista de la Agencia Fides a Luis Fernando Figari.
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  51. Valenzuela, Cecilia (2001): «Psicólogo Jorge Bruce, sobre el Sodalicio: “Hay un sometimiento y una sujeción de chicos vulnerables”», artículo del 20 de noviembre de 2001 en el sitio web Agencia Perú. Consultado el 7 de junio de 2013.
  52. EWTN Noticias (2011): «Sodalicio de Vida Cristiana anuncia conclusión de investigación a difunto vicario general», artículo del 2 de febrero de 2011 en el sitio web católico Aciprensa (Madrid). Consultado el 29 de abril de 2014.
  53. Godoy, Lidia (2011): «Se descubre su "doble vida" de abusador de menores. Germán Doig, líder del Sodalicio, otro caso Maciel», artículo en el sitio web Periodista Digital (Madrid) del 2 de febrero de 2011. Consultado el 29 de abril de 2014.
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