Suelo

Suelo
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Descripción y características de los suelos. O materia organica, A suelo B subsuelo C materia parental.

Suelo. Se denomina así en las ciencias de la Tierra y de la vida, a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que tiende a desarrollarse en la superficie de las rocas emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres vivos.

Etapas de su formación

De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en su formación son las siguientes:

  • Disgregación mecánica de las rocas.
  • Meteorización química de los materiales regolíticos, liberados.
  • Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese substrato inorgánico. Esta es la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y la putrefacción enriquecen ese sustrato.
  • Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales.

Evolución

El suelo es el sistema complejo que se forma en la capa más superficial de la Tierra, en la interfase o límite entre diversos sistemas que se reúnen en la superficie terrestre: la litosfera, que aporta la matriz mineral del suelo, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera que alteran dicha matriz, para dar lugar al suelo propiamente dicho.

Inicialmente, se da la alteración física y química de las rocas, realizada, fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes geológicos externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que es fundamental en este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y una composición química y biológica definida. Las características locales de los sistemas implicados — litología y relieve, clima y biota — y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos de suelo.

Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas, determinan la formación de un manto de alteración o eluvión que, cuando por la acción de los mecanismos de transporte de laderas, es desplazado de su posición de origen, se denomina coluvión.

Sobre los materiales del coluvión, puede desarrollarse lo que comúnmente se conoce como suelo; el suelo es el resultado de la dinámica física, química y biológica de los materiales alterados del coluvión, originándose en su seno una diferenciación vertical en niveles horizontales u horizontes. En estos procesos, los de carácter biológico y bioquímico llegan a adquirir una gran importancia, ya sea por la descomposición de los productos vegetales y su metabolismo, por los microorganismos y los animales zapadores.

El conjunto de disciplinas que se abocan al estudio del suelo se engloban en el conjunto denominado Ciencias del Suelo, aunque entre ellas predomina la edafología e incluso se usa el adjetivo edáfico para todo lo relativo al suelo. El estudio del suelo implica el análisis de su mineralogía, su física, su química y su biología.

Por este motivo, el suelo no es una entidad estrictamente geológica, por lo que la ciencia que lo estudia, la edafología, esta vinculada a la geología a la biología y a la agronomía. Adicionalmente el suelo puede ser considerados un recurso natural, creando así una vinculación a la economía. (ver ecosistema y Sistema ecológico cerrado).

Los usos del suelo, engloba los diferentes usos que el hombre puede hacer de la tierra, su estudio y los procesos que llevan a determinar el más conveniente en un espacio concreto

Tipos de suelo

Existen dos clasificaciones para los tipos de suelo, una según su funcionalidad y otra de acuerdo a sus características físicas.

Por funcionalidad

  • Suelos arenosos: No retienen el agua, tienen muy poca materia orgánica y no son aptos para la agricultura, ya que no tienen nutrientes.
  • Suelos calizos: Tienen abundancia de sales calcáreas, son de color blanco, secos y áridos, y no son buenos para la agricultura.
  • Suelos humíferos (tierra negra): Tienen abundante materia orgánica en descomposición, de color oscuro, retienen bien el agua y son excelentes para el cultivo.
  • Suelos arcillosos: Están formados por granos finos de color amarillento y retinen el agua formando charcos. Si se mezclan con humus pueden ser buenos para cultivar.
  • Suelos pedregosos: Formados por rocas de todos los tamaños, no retienen el agua y no son buenos para el cultivo.
  • Suelos mixtos: tiene características intermedias entre los suelos arenosos y los suelos arcillosos.

Por características físicas

  • Litosoles: Se considera un tipo de suelo que aparece en escarpas y afloramientos rocosos, su espesor es menor a 10 cm y sostiene una vegetación baja, se conoce también como leptosales que viene del griego leptos que significa delgado.
  • Cambisoles: Son suelos jóvenes con proceso inicial de acumulación de arcilla. Se divide en vértigos, gleycos, eutrícos y crómicos.
  • Luvisoles: Presentan un horizonte de acumulación de arcilla con saturación superior al 50%.
  • Acrisoles: Presentan un marcado horizonte de acumulación de arcilla y bajo saturación de bases al 50%.
  • Gleysoles: Presentan agua en forma permanente o semipermanente con fluctuaciones de nivel freático en los primeros 50 cm.
  • Fluvisoles: Son suelos jóvenes formados por depósitos fluviales, la mayoría son ricos en calcio.
  • Rendzina: Presenta un horizonte de aproximadamente 50 cm de profundidad. Es un suelo rico en materia orgánica sobre roca caliza.
  • Vertisoles: Son suelos arcillosos de color negro, presentan procesos de contracción y expansión, se localizan en superficies de poca pendiente y cercanos escurrimientos superficiales.

El suelo como sistema ecológico

Constituye un conjunto complejo de elementos físicos, químicos y biológicos que compone el sustrato natural en el cual se desarrolla la vida en la superficie de los continentes. El suelo es el hábitat de una biota específica de microorganismos y pequeños animales que constituyen el edafón. El suelo es propio de las tierras emergidas, no existiendo apenas contrapartida equivalente en los ecosistemas acuáticos. Es importante subrayar que el suelo así entendido no se extiende sobre todos los terrenos, sino que en muchos espacios lo que se pisa es roca fresca, o una roca alterada sólo por meteorización, un regolito, que no merece el nombre de suelo.

Desde el punto de vista biológico, las características del suelo más importantes son su permeabilidad, relacionada con la porosidad, su estructura y su composición química. Los suelos retienen las sustancias minerales que las plantas necesitan para su nutrición y que se liberan por la degradación de los restos orgánicos. Un buen suelo es condición para la productividad agrícola.

En el medio natural los suelos más complejos y potentes (gruesos) acompañan a los ecosistemas de mayor biomasa y diversidad, de los que son a la vez producto y condición. En este sentido, desde el punto de vista de la organización jerárquica de los ecosistemas, el suelo es un ecosistema en sí y un subsistema del sistema ecológico del que forma parte.

Relaciones entre los componentes biológicos del suelo

Entre los microorganismos presentes en el suelo se establecen diferentes relaciones, las cuales pueden tener mayor o menor complejidad , de acuerdo a las condiciones del mismo. Dentro de las relaciones existentes entre los componentes biológicos que integran este importante medio, se encuentran las siguientes:

  1. Sintrofismo: aquella afinidad ecológica mediante la cual los microorganismos se proporcionan alimentos unos a otros, ejemplo: algunas bacterias del suelo hidrolizan la celulosa a celobiosa y otros pueden utilizar la celobiosa, que puede ser descompuesta hasta glucosa por otros gérmenes. La glucosa es una fuente de energía casi universal, que por otros organismos es descompuesta en moléculas más pequeñas que pueden ser utilizadas como nutrientes por otros microorganismos. Es decir, los desechos producidos por unos microorganismos son indispensables para la nutrición de otros.
  2. Sinergia: es la acción cooperante de dos factores con efecto total mayor que la suma de los efectos separados. Es la acción conjunta de dos microorganismos en un medio carbohidratado, con producción de gases, que no engendra ninguno de aquellos al desarrollo por separado. Este tipo de asociación es muy común en la naturaleza. En muchas ocasiones, el microorganismo productor de gases pierde esta propiedad cuando se asocia a una especie distinta.
  3. Antibiosis: es la expresión del antagonismo existente entre especies de gérmenes en la que en una de ellas elabora sustancias tóxicas específicas que perturban el metabolismo de las demás hasta el punto de que mueran o sean incapaces de reproducirse. Las sustancias producidas reciben el nombre de antibióticos. Se define también como la vida en común de dos especies de gérmenes una de ellas nociva para la otra hasta el extremo de hacerla sucumbir. Dubos en 1939 aisló del suelo un bacilo esporífero capaz de destruir bacterias gram positivas vivas, dicho microorganismo es el Bacillus brevis, capaz de producir el antibiótico gramicidina.La mayoría de los microorganismos productores de antibióticos se alojan en el suelo.
  4. Efecto rizosférico: es el efecto cuantitativo y cualitativo que produce la zona radical de las plantas de cultivo de los microorganismos.

La rizosfera es la porción del suelo sobre la cual influyen física, química y biológicamente las raíces de las plantas. Es esta zona de gran interés agrícola porque en ella se producen las interacciones entre los microorganismos y las plantas. Las raíces de las plantas liberan anhídrido carbónico, oxidan sustancias orgánicas, desprenden células muertas y otras partes. Estos productos y sus transformaciones, sirven como fuente de energía y de nutrientes para los microorganismos en esa zona. Pueden ser exudados también productos dañinos que influyen negativamente sobre el desarrollo de los microorganismos.

Suelo orgánico

El estudio de la dinámica del suelo muestra que sigue un proceso evolutivo al que son aplicables por completo los conceptos de la sucesión ecológica. La formación de un suelo profundo y complejo requiere, en condiciones naturales, largos períodos de tiempo y el mínimo de perturbaciones. Donde las circunstancias ambientales son más favorables, el desarrollo de un suelo a partir de un sustrato geológico bruto requiere cientos de años, que pueden ser millares en climas, topografías y litologías menos favorables.

Los procesos que forman el suelo arrancan con la meteorización física y química de la roca bruta. Continúa con el primer establecimiento de una biota, en la que frecuentemente ocupan un lugar prominente los líquenes, y el desarrollo de una primera vegetación. El aporte de materia orgánica pone en marcha la constitución del edafon. Éste está formado por una comunidad de descomponedores, bacterias y hongos sobre todo y detritívoros, como los colémbolos o los diplópodos, e incluye también a las raíces de las plantas, con sus micorrizas. El sistema así formado recicla los nutrientes que circulan por la cadena trófica. Los suelos evolucionados, profundos, húmedos y permeables suelen contar con las lombrices de tierra, anélidos oligoguetos comedores de suelo, en su edafón, lo que a su vez favorece una mejor mezcla de las fracciones orgánica y mineral y la fertilidad del suelo.

Causas de la degradación o destrucción de los suelos.

  • Meteorización: consiste en la alteración que experimentan las rocas en contacto con el agua, el aire y los seres vivos
    Meteorización física o mecánica: es aquella que se produce cuando, al bajar las temperaturas que se encuentran en las grietas de las rocas, se congelan con ella, aumenta su volumen y provoca la fractura de las rocas.
  • Meteorización química: es aquella que se produce cuando los materiales rocosos reaccionan con el agua o con las sustancias disueltas en ella.
  • Erosión: consiste en el desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie terrestre por acción del agua, el viento, etc. Los fragmentos que se desprenden reciben el nombre de detritos.
  • Transporte: consiste en el traslado de los detritos de un lugar a otro.
  • Sedimentación: consiste en el depósito de los materiales transportados, reciben el nombre de sedimentos, y cuando estos sedimentos se cementan originan las rocas sedimentarias.

Los suelos se pueden destruir por las lluvias. Estas van lavando el suelo, quitándole todos los nutrientes que necesita para poder ser fértil, los árboles no pueden crecer ahí y se produce una deforestación que conlleva como consecuencia la desertificación

Formación del suelo

El suelo puede formarse y evolucionar a partir de la mayor parte de los materiales rocosos, siempre que permanezcan en una determinada posición el tiempo suficiente para permitir las anteriores etapas. Se pueden diferenciar:

  • Suelos autóctonos: formados a partir de la alteración in situ de la roca que tienen debajo.
  • Suelos alóctonos: formados con materiales provenientes de lugares separados. Son principalmente suelos de fondos de valle cuya matriz mineral procede de la erosión de las laderas.

La formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores mezclándose con materia orgánica en descomposición. El lecho rocoso empieza a deshacerse por los ciclos de hielo-deshielo, por la lluvia y por otras fuerzas del entorno:

  1. El lecho de roca madre se descompone cada vez en partículas menores.
  2. Los organismos de la zona contribuyen a la formación del suelo desintegrándolo cuando viven en él y añadiendo materia orgánica tras su muerte. Al desarrollarse el suelo, se forman capas llamadas horizontes.
  3. El horizonte A, más próximo a la superficie, suele ser más rico en materia orgánica, mientras que el horizonte C contiene más minerales y sigue pareciéndose a la roca madre. Con el tiempo, el suelo puede llegar a sustentar una cobertura gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva
  4. Cuando el suelo es maduro suele contener un horizonte B, donde se almacenan los minerales lixiviados.

Composición

Los componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y gaseosos.

Sólidos

Este conjunto de componentes representa lo que podría denominarse el esqueleto mineral del suelo y entre estos, componentes sólidos, del suelo destacan:

  • Silicatos, tanto residuales o no completamente meteorizados, (micas, feldespatos, y fundamentalmente cuarzo).
  • Como productos no plenamente formados, singularmente los minerales de arcilla, (caolinita, illita, etc.).
  • Óxidos e hidróxidos de Fe (hematites, limonita, goetita) y de Al (gibsita, bohemita), liberados por el mismo procedimiento que las arcillas.
  • Clastos y granos poliminerales como materiales residuales de la alteración mecánica y química incompleta de la roca originaria.
  • Otros diversos compuestos minerales cuya presencia o ausencia y abundancia condicionan el tipo de suelo y su evolución.
  • Carbonatos (calcita, dolomita).
  • Sulfatos (aljez).
  • Cloruros y nitratos.
  • Sólidos de naturaleza orgánica o complejos órgano-minerales, la materia orgánica muerta existente sobre la superficie, el humus o mantillo:
  • Humus joven o bruto formado por restos distinguibles de hojas, ramas y restos de animales.
  • Humus elaborado formado por sustancias orgánicas resultantes de la total descomposición del humus bruto, de un color negro, con mezcla de derivados nitrogenados (amoníaco, nitratos), hidrocarburos, celulosa, etc. Según el tipo de reacción ácido-base que predomine en el suelo, éste puede ser ácido, neutro o alcalino, lo que viene determinado también por la roca madre y condiciona estrechamente las especies vegetales que pueden vivir sobre el mismo.

Líquidos

Tipos de líquido en el suelo.

Esta fracción está formada por una disolución acuosa de las sales y los iones más comunes como Na+, K+, Ca2+, Cl-, NO3-,… así como por una amplia serie de sustancias orgánicas. La importancia de esta fase líquida en el suelo estriba en que éste es el vehículo de las sustancias químicas en el seno del sistema.

El agua en el suelo puede estar relacionada en tres formas diferentes con el esqueleto sólido:

Tipos de líquido en el suelo.

  • La primera: Está constituida por una película muy delgada, en la que la fuerza dominante que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta temperatura. Esta parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.
  • La segunda: Es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales, en función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.
  • Finalmente: El agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos los espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola y va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales están llenos de agua, el suelo se dice saturado.

Gases

La fracción de gases está constituida fundamentalmente por los gases atmosféricos y tiene gran variabilidad en su composición, por el consumo de O2, y la producción de CO2 dióxido de carbono. El primero siempre menos abundante que en el aire libre y el segundo más, como consecuencia del metabolismo respiratorio de los seres vivos del suelo, incluidas las raíces. Otros gases comunes en suelos con mal drenaje son el metano (CH4 ) y el óxido nitroso (N2O).

Estructura del suelo

Se entiende la estructura de un suelo la distribución o diferentes proporciones que presentan, los distintos tamaños de las partículas sólidas que lo conforman, y son:

  • Materiales finos, (arcillas y limos), de gran abundancia en relación a su volumen, lo que los confiere una serie de propiedades específicas, como:
  1. Cohesión.
  2. Adherencia.
  3. Absorción de agua.
  4. Retención de agua.
  • Materiales medios, formados por tamaños arena.
  • Materiales gruesos, entre los que se encuentran fragmentos de la roca madre, aún sin degradar, de tamaño variable.

Los componentes sólidos, no quedan sueltos y dispersos, sino más o menos aglutinados por el humus y los complejos órgano-minerales, creando unas divisiones verticales denominadas horizontes del suelo.

La evolución natural del suelo produce una estructura vertical “estratificada” (no en el sentido que el término tiene en Geología) a la que se conoce como perfil. Las capas que se observan se llaman horizontes y su diferenciación se debe tanto a su dinámica interna como al transporte vertical.

El transporte vertical tiene dos dimensiones con distinta influencia según los suelos. La lixiviación, o lavado, la produce el agua que se infiltra y penetra verticalmente desde la superficie, arrastrando sustancias que se depositan sobre todo por adsorción. La otra dimensión es el ascenso vertical, por capilaridad, importante sobre todo en los climas donde alternan estaciones húmedas con estaciones secas.

Se llama roca madre a la que proporciona su matriz mineral al suelo. Se distinguen suelos autóctonos, que se asientan sobre su roca madre, lo que representa la situación más común, y suelos alóctonos, formados con una matriz mineral aportada desde otro lugar por los procesos geológicos de transporte.

Horizontes

Horizontes del suelo

Se denomina horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura, adherencia, etc. El perfil del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes.

Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:

  • Horizonte 0, "Capa superficial del horizonte A"
  • Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles.
  • Horizonte B o zona de precipitación: Carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro, en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba, principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, carbonatos, etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas lateríticas tropicales.
  • Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica), pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.
  • Horizonte D u horizonte R o material rocoso: es el material rocoso subyacente que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que tiene encima.

Los caracteres, textura y estructura de los horizontes pueden variar ampliamente, pudiendo llegar de un horizonte A de centímetros a metros.

Clasificación del suelo

Para denominar los diferentes tipos de suelo que podemos encontrar en el mundo, se han desarrollado diversos tipos de clasificaciones que, mediante distintos criterios, establecen diferentes tipologías de suelo. De entre estas clasificaciones, las más utilizadas son:

  • Clasificación Climática o Zonal: se ajustan o no, a las características de la zona bioclimática donde se haya desarrollado un tipo concreto de suelo, teniendo así en cuenta diversos factores como son los climáticos y los biológicos, sobre todo los referentes a la vegetación. Esta clasificación ha sido la tradicionalmente usada por la llamada Escuela Rusa.
  • Clasificación Genética: en esta se tiene en cuenta la forma y condiciones en las que se ha desarrollado la génesis de un suelo, teniendo en cuenta por tanto, muchas más variables y criterios para la clasificación.
  • Clasificación Analítica (conocida como Soil Taxonomy): en la que se definen unos horizontes de diagnóstico y una serie de caracteres de referencia de los mismos.Es la establecida por la Escuela Americana.

Hoy día, las clasificaciones más utilizadas se basan fundamentalmente en el perfil del suelo, condicionado por el clima. Se atiende a una doble división: zona climática y, dentro de cada zona, el grado de evolución. Dentro de ésta, se pueden referir tres principales modelos edáficos que responderían a las siguientes denominaciones:

  • Podzol: es un suelo típico de climas húmedos y fríos.
  • Chernozem: es un suelo característico de las regiones de climas húmedos con veranos cálidos.
  • Latosol o suelo laterítico: es frecuente en regiones tropicales de climas cálidos y húmedos, como Venezuela y en Argentina (Noreste, Provincia de Misiones, frontera con Brasil)

Textura del suelo

La textura del suelo está determinada por la proporción de los tamaños de las partículas que lo conforman. Para los suelos en los que todas las partículas tienen una granulometría similar, internacionalmente se usan varias clasificaciones, diferenciándose unas de otras principalmente en los límites entre las diferentes clases. En un orden creciente de granulometría pueden clasificarse los tipos de suelos en arcilla, limo, arena, grava, guijarros,barro o bloques.

En función de cómo se encuentren mezclados los materiales de granulometrías diferentes, además de su grado de compactación, el suelo presentará características diferentes como su permeabilidad o su capacidad de retención de agua. Y su capacidad de usar desechos como abono para el crecimiento de las plantas.

Importancia del suelo

El suelo tiene gran importancia porque interviene en el ciclo del agua y los ciclos de los elementos y en él tienen lugar gran parte de las transformaciones de la energía y de la materia de los ecosistemas.

Además, como su regeneración es muy lenta, el suelo debe considerarse como un recurso no renovable y cada vez más escaso, debido a que está sometido a constantes procesos de degradación y destrucción.

Análisis de Suelo: importancia respecto a limitar la degradación de la fertilidad mineral

Algunos agricultores usan el análisis de suelo para determinar cuánto fertilizante puede ser aplicado en forma rentable; sin embargo, otros utilizan el análisis para determinar simplemente la cantidad mínima de fertilizante con la que medianamente se podría sacar adelante el cultivo. Los agricultores progresistas deben recibir recomendaciones de fertilización para obtener el máximo rendimiento económico, ya que a medida que se aumentan las dosis de aplicación de cualquier nutriente, los retornos físicos (cosecha) son cada vez menores. El agricultor no desea la máxima producción física sino el Máximo Rendimiento Económico (MRE), ya que éste último es el que produce la mejor rentabilidad. Al aplicar dosis no económicas de fertilizantes la producción puede incrementarse, pero este incremento no paga el fertilizante adicional. La dosis más económica de fertilizante, relacionada con el (MRE), está en función de la relación entre el valor unitario del producto y el costo unitario del nutrimento contenido en el fertilizante (kg de N, P2O5 o K2O). Al mismo tiempo el análisis de suelo ofrece la oportunidad para determinar las prácticas de manejo que pueden mejorar la eficiencia del uso de fertilizantes, la rentabilidad del cultivo y densidad de siembra, evitando la degradación de la fertilidad mineral del suelo. El agricultor de hoy debe esforzarse en obtener producciones cada vez más altas, para esto es necesario evaluar todos los factores en la ecuación de la producción y determinar cuáles de estos pueden ser controlados. Entre estos factores está por supuesto la fertilidad del suelo. La antigua filosofía de analizar el suelo para predecir la respuesta a la aplicación de un nutrimento no satisface los anhelos del agricultor moderno, que desea mantener el suelo en óptima condición para producir altos rendimientos. Los rendimientos no deben ser limitados por una deficiencia o desbalance de nutrimentos. Es costoso volver a producir rendimientos promedio, para después tratar de obtener respuestas a la aplicación de nutrimentos. Es mejor elevar el nivel de nutrimento en el suelo a un nivel óptimo y mantenerlos en este nivel. El análisis de suelo es una excelente herramienta para determinar cuánto fertilizante puede ser aplicado en forma rentable y apropiada respecto a la fertilidad del suelo. A través de este análisis puede conocerse los siguientes aspectos: • El nivel óptimo de un nutrimento en el suelo para obtener Máximo Rendimiento Económico (MRE). • Dosis necesarias de aplicación para llegar y mantener ese nivel en el suelo. • Por otro lado, el mantener una fertilización óptima permite que el agricultor logre maximizar el potencial de rentabilidad y minimizar el potencial del daño al medio ambiente.


Bibliografía

  1. Bowen Sarles, William. Editorial Ciencia y Técnica. 1970
  2. Frobisher, Martín. Microbiología. Editorial Salvat. 1969.
  3. Mayer Silverio, Sergio. Microbiología de suelos. Editorial Revolucionaria 1989.
  4. Piatkin, K. D. Microbiología. Editorial Mir. Moscú. 1981
  5. Salle, A. J. Bacteriología. Editorial Revolucionaria 1968.

Enlaces relacionados

Véase además

Fuente

  • Tipos de suelo
  • Desechos Orgánicos, residuos presentes en la naturales
  • Rodríguez, Katia. 2017. Limitación de la contaminación ambiental y mayores rendimientos utilizando alternativas nutricionales en cultivos de importancia económica. Tesis presentada para optar por el título de Máster en Ingeniería en Saneamiento Ambiental. Fac. Química y Farmacia. UCLV