Teatro Manzanillo

Teatro Manzanillo
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Institución con sede en CubaBandera de Cuba
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Institución cultural Teatro de Manzanillo
Fundación:14 de septiembre de 1856
Tipo de unidad:Teatro
País:CubaBandera de Cuba
Dirección:Villuendas esquina Antonio Maceo, Granma

Teatro Manzanillo. Cuya construcción se realizó en la ciudad de Manzanillo.

Historia

El Teatro Manzanillo, se fundó en el mes de septiembre del año 1856.Según cuentan, de 1838 a 1860 se levantan nuevos y grandes escenarios, desde la capital a Santiago de Cuba, y el ciclo que se abre en La Habana con el Teatro Tacón hoy Gran teatro de la Habana se cierra en Matanzas con el Sauto.

Inmersa en este proceso se encontraba la aristocracia manzanillera que se propuso a iniativa de la Sociedad de Instrucción y Recreo “La Filarmónica” aunar recursos para construir un teatro denominado Teatro Manzanillo comenzándose sus gestiones en 1852.

El terreno para la construcción se encontraba ubicado en la intercepción de las calles Santa Ana (hoy Villuendas) esquina a Salas (hoy Antonio Maceo), dicho terreno perteneció a los señores vecinos de esta ciudad Don Juan Bautista Mendieta y Don Jaime Martí, quiénes previo traspaso lo hicieron propiedad de la Sociedad de Instrucción y Recreo “La Filarmónica”.

La construcción se inició desde principios de 1852 hasta 1856 aunque se siguió trabajando en el acabado definitivo del mismo hasta Febrero de 1858, continuando bajo el régimen legal y representativo de la Sociedad Anónima en que dos años antes se había convertido. El decorado del Teatro Manzanillo estuvo a cargo del escenógrafo italiano Francisco Bessantini y su aventajado discípulo cubano Jesús Fernández.

El decorado de la bóveda central no era igual a ningún otro, en el cenital se mezclaban pinturas renacentistas con cierto barroquismo que reflejaban ángeles, flores y hermosas mujeres en el paraíso. A raíz del levantamiento en la Demajagua, el edificio del teatro fue ocupado por las fuerzas españolas y dedicado durante ese período a cumplir funciones de hospital de sangre, quedando la bella instalación casi en las ruinas.

No fue hasta 1874 que el entonces gobernador militar Don Manuel Sánchez Lamelas decide evacuar y restaurar el lugar con el objetivo de reiniciar la actividad teatral.

Mientras en 1908 se reconstruyó el teatro nuevamente agregándosele un confortable café salón, lo que constituyó un gran éxito que revitalizó mucho más la actividad del coliseo al que vinieron numerosas compañías tanto nacionales como extranjeras para presentar funciones exclusivas.

Otro momento importante fue en 1926 cuando el maestro de obra manzanillero, Rafael Orchell le restaura totalmente pero sin afectar su forma inicial.

Constitución y construcción de Teatro Manzanillo.

Alguien muy entendido en cuestiones estéticas, durante una visita a nuestro terruño, expreso del Teatro Manzanillo “ Es una reliquia arquitectónica de tipo colonial que debe conservarse”. Construcciones como esta, conocidas como teatros de herradura, por la conformación de su interior, solo existen 4 en la isla de Cuba: Martí, en La Habana; Sauto, en Matanzas; Ferry, en Cienfuegos y en la Ciudad de Manzanillo.

Además e su arquitectura, el Teatro Manzanillo forma parte de las tradiciones culturales de la ciudad desde mediados del siglo XIX. El 8 de agosto de 1852 se reunió un grupo de personas en los Salones de la Sociedad Filarmónica de la villa con el propósito de reunir fondos para la construcción de un teatro. En ese mismo año radico en Manzanillo el Licenciado Carlos Manuel de Céspedes, por lo que se supone que fue uno de los propulsores de estas inquietudes.

El objetivo de la reunión era recabar la contribución de los elementos pudientes para echar a andar el proyecto, emitiéndose 96 y ¾ de acciones, con un valor de 50 pesos cada una, lo que totalizo 4 837,50 pesos. Explicándose en esta reunión, que una vez pagado a los tenedores el importe de las acciones, el Teatro quedaba a beneficio del Hospital de Caridad que funcionaba en la Villa. En menos de dos meses, el 3 de octubre de 1852, se acordó adquirir el solas de Don Juan Bautista Mendieta y parte del contiguo, propiedad de Don Jaime Martí, situados en las calles Santa Ana y Salas (hoy Villuendas y Maceo) donde se dio comienzo a las obras, responsabilizando a cinco personas del grupo para su finalización.

Ya agotados los recursos económicos, fue necesario recurrir a empréstitos, lo cual se expresó en reuniones sucesivas que se celebraron el 23 de octubre de 1853, el 25 de mayo de 1854 y el 3 de junio de 1855; hasta que el 30 de marzo de 1856, la comisión de los cinco rindió cuentas de la terminación casi total del teatro, lo cual fue aprobado. El 26 de agosto se dio a conocer el reglamento a cumplir por el teatro, no estando de acuerdo con ello el Teniente Gobernador, quien le hizo algunas objeciones, por lo que se encargaron los licenciados Carlos Manuel de Céspedes, José de Jesús Mariño Botello y José L Ramírez a hacerle las modificaciones pertinentes, dándolo por concluido el 15 de marzo de 1857.

El 10 de Febrero de 1858, se presentan ante el escribanos, los licenciados don Gregorio Santiesteban y don Jaime Mayol, para otorgar, la escritura pública, de la que fueran testigo don Jaime Ramón, don Juan García Silveira y don Juan Pablo Guerra. Quedaba constituido en esta fecha, lo que ha sido por mas de un siglo, el primer coliseo de nuestro terruño.

Actividades del Teatro después del período colonial

Cuando se habla de las actividades en el Teatro Manzanillo, en la etapa colonial, es imposible dejar de mencionar al Maestro-músico Eleuterio Estacio, el nonagenario Chichín (Director de la banda Municipal de Conciertos durante el Gobierno de Paquito Rosales) quien estubo muy ligado, como instrumentista, a las actividades de nuestro primer coliseo.

De las memorias de nuestro amigo Chichín se tratan las anécdotas contadas. Comenzaba a estudiar el contrabajo por aquellos entonces, pero ya por el año 1910 tocaba en la Banda Municipal de Conciertos, con un sueldo mensual de doce pesos. Cuenta que llegaron a Manzanillo unos empresarios, los hermanos Crehueras, quienes propusieron al ayuntamiento agregar un Teatro a la Ciudad, para convertirlo en un lugar de espectáculos a la altura del famoso Maxin, de Paris, pero tropezaron con algunos inconvenientes; primero: los hermanos querian un contrato de 30 años de duración y el Ayuntamiento, con una votación de 4 a favor y el resto en contra, sólo accedía a 20 años; y segundo: el propietario del solar, que los hermanos querían comprar pretendía 15 000 pesos y ellos solamente ofrecían 10 000; de manera que esto no se pudo llevar a cabo.

Sin embargo al parecer, estos empresarios, además de continuar con los espectáculos teatrales, incorporaron, con algunas adaptaciones, una nueva actividad recreativa y cultural: la naciente industria del cine. Por supuesto que se trataba de las películas mudas de aquel entonces, para hacerlas mas amenas las acompañaban con música acorde, interpretada por un grupo de ejecutantes en vivo. Después de haber actuado en Santiago de Cuba, llegó a Manzanillo una Compañía de teatro española, que debuto con la zarzuela española Marina, permaneciendo en Manzanillo alrededor de un mes. Chichín acepto el puesto de bajista para la orquesta acompañante por $ 2,50 por cada función.

Los hermanos Crehuelas le propusieron al director de la orqueta de la compañía que se quedaran en Manzanillo. Acepta don Luis González y no solo eso, también se casa e imparte clases de piano a los jóvenes de las familias acomodadas de la época. Don Luis organizó una orquesta permanente para el Teatro Manzanillo, en la que fue incorporado Eleuterio Chichín Estacio, con un sueldo de $ 45 mensuales.

Durante el primer cuarto de siglo, desfilaron por el Teatro Manzanillo la llamada Emperatriz de la Opereta, Esperanza Iris, los tenores operáticos Hipólito Lázaro y Sagibarba; actores dramáticos como Ernesto Vilches y Borrás; hipnotistas como Onofrof; virtuosos instrumentistas como Brindis de Salas.. Todos con una bien ganada fama internacional.

Actividades del Teatro Manzanillo desde 1926 hasta su cierre

La última etapa del Teatro Manzanillo comenzó a partir de 1926 en que fue reconstruido. Don Vicente Más, magnifico carpintero ebanista, con sus herramientas especiales, iba tallando las puertas y otras ornamentas que arponaron en aquel entonces a nuestro coliseo. La decoración del techo y los retratos de óleo de la Avellaneda y Heredia, que en sendos medallones aparecen en ambos lados del escenario, fueron obra del pintor Bonachea.

Seguía el Teatro con su doble función de teatro y cine. Como cine vivió la época del silencio, la del sistema Vitaphone y luego el cine parlante propiamente dicho. Por el escenario del Teatro Manzanillo, desfilaron todas las mejores compañías criollas, Bolito, Espígul, Arredondo, Castany y muchos otros. Todas enjuiciaban el momento político en que se estaba viviendo, en los cuales no podían faltar los personajes del Gallego, el Negrito, la Mulata y el Bobo; finalizando las representaciones con lo que llamaban fin de fiesta, por toda la compañía.

Tambien se presentaron en el Teatro Manzanillo Compañías españolas de comedias y dramas, además de solistas, prestigiadores, declamadores, conferencistas, etc. Fue sede de veladas culturales y graduaciones de cursos de algunos centros de enseñanza públicos y privados, del Instituto de Segunda enseñanza y de la Escuela Normal para Maestros. También se dieron muchas funciones benéficas cuyo producto económico – descontando el alquiler que le pagaba al empresario – se destinaba a alguna persona o agrupación necesitada: asilo de niños o ancianos, estudiantes que querían continuar estudios en la Universidad, etc. El último asomo cultural del Teatro Manzanillo en esa época lo constituyó la presentación que hiciera Pro-Arte, cada tantos meses, a sus asociados, de espectáculos de alto nivel de los géneros de teatro, danza y música.

Características arquitectónicas más relevantes

Teniendo en cuenta el periodo de construcción del teatro (1852 -1858) por la presencia de la portada de tendencia barroca y por otros elementos aportados por la investigación arqueológica parece indicar que corresponde a un estilo colonial anterior al neoclasicismo, ya que este ultimo era incipiente en esta época en nuestra ciudad.

Ya en la restauración de 1874 le son añadidos elementos neoclásicos y posteriormente en 1926 adquiría sus características eclécticas que llegan hasta nuestros días. Presentando una fachada principal simétrica de estilo ecléctico con el vano de entrada principal más amplio que los restantes en el centro, coincidiendo con el eje principal de la fachada, rematado en su parte superior por un arco de medio punto decorado en su interior por una herrería característica de la época, en sus bordes presentaba una moldura que semejaba una archivolta,dándole mayor realce, el mismo descansaba sobre columnas de base cilíndrica y fuste tronco cónico terminados en capiteles compuestos semejando el orden corintio.

Conformando el resto de la portada aparecían a ambos lados pilastras adosadas con base y fuste cilíndricos apoyados sobre pedestales de sección cuadrada y la terminación era rematada en capiteles jónicos unidos en su parte superior por una cornisa moldurada, debajo de la misma y por encima del arco aparecía el rotulo TEATRO MANZANILLO y a ambos lados unos medallones con las fechas de la primera y segunda restauración (1874 y 1926).

Dándole continuidad a la fachada en los laterales de la entrada principal se encontraban vanos de puertas ventanas (dos a la derecha y dos a la izquierda) rodeados por enmarques. Delimitando la parte inferior de la pared aparecía un zócalo y esta se extiende hasta la parte superior que remataba en un pretil de balcones con barandas de balaustres pétreos, siendo estos balcones más pequeños sobre los vanos laterales y más amplios en la parte central, mientras el pretil descansaba sobre una imposta (elemento característico en las edificaciones de dos niveles) lo que inspiro seguramente al proyectista actual para desarrollar el segundo nivel.

La cubierta del vestíbulo tenía un enviguetado de madera y losas de barro y sobre estos una cubierta de zinc, como impermeable, que no permitía el uso de esta área como terraza. En la zona central y en el escenario era de mayor altura a dos aguas de tejas de zinc.

Importancia histórico-cultural

La primera función Teatral nombrada “Arte de Hacer Fortuna” fue presentada el 14 de Septiembre de 1856 auspiciada por la Sociedad de Instrucción y Recreo “La Filarmónica” y teniendo por Director de escena a Don Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Nación Cubana, brillante estratega y de extraordinaria sensibilidad artística a quién corresponde el mérito de ser el hombre unificador que con su cultura y conocimiento hizo resplandecer una de las principales corrientes artísticas presentada en el Teatro bajo el seudónimo de Hortensio y denominada “Las Dos Dianas”.

Es de destacar la participación de grandes figuras de las luchas independentistas en la vida de este teatro como las personalidades de revelancia histórica reflejadas en Don Francisco Vicente Aguilera, el Mayor General Don Bartolomé Masó Márquez, el Presidente de la República en Armas Don Manuel de Jesús Titá Calvar y por supuesto el Padre de la Patria quien contaba con un palco fijo en el lugar.

A partir de 1900 se presenta en el escenario del Teatro la soprano cubana Esperanza Iris conocida como la Emperatriz de la Opereta, además de Hipólito Lázaro y Sagibarba tenores operáticos de la época, Ernesto Vilches y Borras y el Hipnotista Onofrof.

Su escenario fue privilegiado por artistas de primera como el Actor Español Antonio Vico, Luisa María Casado, el famoso violinista cubano Brindis de Salas conocido como “El Rey de las Octavas”, además de Caballero y Barón, también hicieron historia miembros de ordenes españolas, portuguesas, alemanas y austríacas, así como los Asociados a la Gran Cruz del Aguila Negra y violinista de cámara del Emperador de Alemania.

El Teatro acogió entre otras personalidades a la consagrada cantante lírica manzanillera Carolina Segrera, al Saxofonista Aquilino Calzado González, al Ballet Español, al Ballet de Opera de París, al Orfeón de Cuba, Trío Matamoros, la Compañía Cubana de Arredondo, Compañía de Arte Dramático “Las Máscaras”, y el incipiente Ballet de Manzanillo quienes sin dubitación alguna hicieron desfilar a todo el parnaso legítimamente acompañado de las nueve musas. Continuaron el desfile de estrellas los actores Pedrito Rico y el inolvidable Jorge Negrete.

Continúa a la anterior puesta en escena, la obra “Su Amor o la Muerte” presentada el 26 de octubre del propio año; seguida por “Un Bobo de Día”, exhibida el 18 de noviembre de 1856 y en la postrimería del año alcanzó gran éxito la obra “Las Huérfanas de Bruselas”.

Luego de haber sido modernizado por el entonces propietario Ramón Escobar Tamayo, en el propio salón del Teatro se desarrolló una simultánea de ajedrez llevada a cabo por el Gran Maestro cubano José Raúl Capablanca y un acto de demostración del destacado deportista de lucha greco-romana el Conde Konia.

Mientras, el 6 de Julio de 1944 constituyó una fecha memorable por el inigualable debut en la prestigiosa institución manzanillera del naciente Ballet Nacional de Cuba bajo la dirección de Alberto Alonso y la Prima bailarina rusa Alejandra Dasinova.

Fueron numerosos y diversos los espectáculos que hicieron época en el histórico Coliseo entre ellos el presentado por la compañía musical Barna Basi; asi como Carmelina Rosell, soprano de fama reconocida; la compañía de alta comedia de Magda Haller y Otto Sirgo, el pianista chileno, Claudio Arrau, la compañía de bailes españoles Rosario y Antonio la declamadora argentina Bertha Sigermann, los Niños Cantores de Viena, el notable guitarrista español Andrés Segovia, deleitaron durante varias jornadas al público manzanillero que concurría a sus veladas. Todo lo que significo buen arte estuvo en los programas del teatro: personalidades como Ernesto Lecuona, Igor Yuskevich y compañías como Espigul y la de Arquímedes Pous

Otros momentos importantes resultaron la presentación de la compañía coral de Rusia: LosCosacos del Don, la de la compañía de melodramas y alta comedia de Ernesto Vilohas, el debut del violinista manzanillero Diego Bonilla, la respetable actuación de la orquesta filarmónica de la Habana con su primer violín la también manzanillera Belén Socarrás. A su vez como parte de la sociedad pro-arte de Manzanillo en este mismo teatro ofrecieron memorables conciertos el pianista Luis Borbolla y años después lo harían el maestro Ernesto Lecuona y la soprano América Crespo además de la señora María Luisa Bory de Alsina, pianista y fundadora del conservatorio “Esteban Salas” de Santiago de Cuba además de Nicole Genriot y el escritor manzanillero Rafael Maria Merchán quién no sólo puso en escenas sus obras sino que también las representó fielmente.

La exhibición de películas una vez convertido en cine por los hermanos Crehueras a principio de siglo como actividad colateral del teatro, rebasaron en la década del 50 los 864 filmes, de ellos 580 fueron estadounidenses, 97 mexicanos, 17 argentinos, 3 españoles, 2 cubanos, 5 franceses, 8 italianos, 1 inglés y 1 brasileño.

De ellos 130 aventuras, 106 dramas, 46 del oeste, 42 melodramas, 17 musicales, 9 dramas bélicos, 7 pertenecientes al cine negro, 6 a deportes, 6 dibujos animados, 4 al de horror-terror, 4 comedias musicales, 2 policiacos, 2 documentales, 1 drama histórico y 1 de misterio.

Restauración

Este teatro tuvo un periodo de inactividad que duró unos 30 años y el día 16 de noviembre del año 2002, volvió a funcionar, luego de haber sido reparado. Por el alto grado de deterioro y la perdida de muchos de sus valores se hizo necesario acometer una acción de rehabilitación con ampliación del Teatro Manzanillo la que se programó de acuerdo a los proyectos elaborados por arquitectos y personal especializado en artes decorativas quienes mantuvieron en todo momento la línea original de la construcción del Coliseo, con el salón de espectadores en forma de herradura de dos niveles, con entrepiso de madera enchapado con tabloncillos y estructura sobre perfiles de acero.

Esta estructura es soportada por las columnas originales que sustentaban la galería superior del Teatro las cuales son de hierro fundido decorados en el fuste y capitel, excepto las dos de entrada al área de las lunetas que fueron en su momento concebidas de madera y hasta hoy se conservan como tal. Se hizo necesaria realizar una ampliación del mismo para garantizar el buen funcionamiento del mismo como sala teatro según lo requieren las técnicas modernas de las artes escénicas.

Por otro lado el falso techo se erige de tabloncillos, semejante al original. La cubierta es de zinc galvanizado, el patio interior mantiene su trazo con piso de losas tocho rosado, por otro lado la carpintería interior se detalla en maderas de dos hojas y tableros resaltados, mientras en las puertas de los baños se empleó la madera al estilo tropical. En cuanto al área de lunetas aun conserva su estructura delimitada por una baranda de acero de sección cuadrada con pasamanos de madera.

A las pinturas murales se les hizo un trabajo de rescate y restauración devolviéndole a las mismas su apariencia original según fueron concebidas por Bessantini, por otro lado no ocurrió asi con las imágenes del falso techo, ya que al quedar destruido este totalmente la labor de rescate se hizo más difícil y luego de una ardua investigación para su posterior restauración se logro reproducir las mismas semejantes al original.

Por su parte el área del vestíbulo contiene el piso de terrazo integral con las iniciales del Teatro Manzanillo colocadas al centro, asi como las paredes cubiertas por un zócalo de azulejos blancos con diseños de motivos vegetales y hojas en verde dando un retoque primaveral combinado con los vanos de las puertas delimitados por enmarques a relieve con formas geométricas.

En la parte superior se encuentra el área de Proyecciones y Luminotecnia, a la que se accede a través de escaleras de hormigón de varios tramos con piso de terrazo; la terminación de esta área se enmarca en pisos de baldosas de terrazo y paredes con resano interior fino y el exterior con betún mono capa.

En la fachada se respeto la forma original del primer nivel en cuanto a la abertura de sus vanos, los elementos de la portada principal y sus balcones, a su vez la edificación creció en altura y aprovechándose los mismos se retomo la idea de crear un segundo nivel con una arquitectura que recuerda el post-modernismo donde se insertan elementos modernos con los del neoclasicismo.

Asi queda dispuesta la fachada, de dos niveles presentando balconajes con balaustradas, con un frontón en forma triangular y un circulo truncado, los vanos rectos y semicirculares, en el segundo nivel los enmarques son resaltados a relieve y lisos, mientras en el primer nivel todos son rectos con enmarques lisos y al centro, jerarquizando la entrada con un arco de medio punto protegido por rejas con pletinas de acero y diseños en forma de “ese”, asi como dos columnas circulares con capitel corintio que sustentan el arco de medio punto y otras dos columnas de mas alto puntal sobre pedestal y con capitel jónico.

Servicios

El Teatro Manzanillo, se considera hoy en día como una joya arquitectónica y cultural manzanillera, y en la actualidad se encuentra abierto al público en general y brinda servicios desde una función de circo y actividades para niños hasta los más excelentes conciertos de personalidades de la cultura en el país y el exterior.

Véase también

Fuentes

  • Investigación realizada por el equipo de investigadores del Joven Club Manzanillo 1.
  • Emisora Municipal de Manzanillo. Radio Granma.