Teatro Universitario de La Habana

Teatro Universitario de La Habana
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Teatrounivhabana.jpg
Agrupación teatral más antigua de Cuba
Fundación:20 de mayo de 1941
País:Bandera de Cuba Cuba

Teatro Universitario de La Habana. Agrupación teatral más antigua de Cuba y posiblemente una de las más antiguas de América

Reseña Histórica

El antecedente más directo de la compañía teatral lo había sido un colectivo teatral cuando en 1915 el doctor Salvador Salazar organizó para escenificar fragmento de obras de los clásicos españoles, estudiadas en las carreras de humanidades del centro de altos estudios. Esta agrupación teatral abrió sus puertas el 20 de mayo de 1941. Por ella han transitado importantes figuras de las artes escénicas cubanas como Eslinda Núñez, Sergio Corrieri, Raquel Revueltas y Vicente Revueltas. En la Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana se estrenaba en la escena, la obra Antígona. Los alumnos del seminario de Teatro impartido por el profesor Ludwig Schajowicz en esa Casa de Altos Estudios estrenaban su trabajo de graduación, sin sospechar que las ganas de hacer que dejó el éxito de esa noche, marcarían el inicio de una gran historia para quienes hacen de ese arte, más que oficio, una afición.

En 1956, en medio de una representación de La Zorra y las Uvas, que hacía Teatro Universitario de La Habana en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, la policía batistiana irrumpía de modo poco amistoso en el recinto y detenía la puesta en escena. Actores y público eran desalojados del lugar y poco después, la Universidad de La Habana fue cerrada también. Comenzaba uno de los períodos de inactividad forzada de lo que ya era una de las instituciones más importantes del teatro cubano.

La obra estuvo dirigida por Ludwig Schajowicz, un austriaco de amplia cultura humanística, graduado de dirección teatral y dramaturgia en el Reihardt Seminar y que había escogido a Cuba para vivir, tomando distancia de la confrontación política que estremecía a Europa. La función estuvo dirigida a recaudar fondos para el monumento a los mártires universitarios del machadato Schajowicz estuvo al frente del grupo durante varios años, y la acogida de público, sobre todo universitario, fue favorable. La prensa dedicó espacios a reseñar el acontecimiento; entre las valoraciones, destacaba una de José Manuel Valdés Rodríguez.

Fue la época de Hécuba, de Eurípides; Una tragedia florentina, de Oscar Wilde, y El Mercader de Venecia, de Shakespeare. Otros directores se harían cargo del grupo, el austriaco saldría para Puerto Rico en busca de mejoras económicas y menos turbulencias políticas. Era la época en que en la Universidad de La Habana se impartían entonces seminarios de Artes dramáticas, surgía también el Teatro experimental, y en el ambiente cultural universitario, el espíritu de conjunto era más importante que el éxito.

El nuevo colectivo llegaba a desarrollar conocimientos de la técnica de escenografía, utilería, el diseño de luces y vestuario. Entre 1948 y 1967 el ambiente teatral universitario alcanzó un esplendor extraordinario, con pocos momentos de inactividad como el que se produjo en 1956. La Zorra y las Uvas sería, fue la obra con que abriría Teatro Universitario de La Habana una temporada iniciada el 26 de mayo de 1959, cinco meses después del triunfo de la Revolución, y en medio de las discrepancias de los sectores académicos reaccionarios, que empezaban abandonar el país. Cuando La Celestina estrenada el 20 de mayo de 1967, Eslinda Núñez hacía la Melibea; Mercy Aguilar, la Celestina; e Iván Colás, de Calixto. Actuaban también Ángel Toraño, entre otros. Tiempo antes, también habían pasado por esta agruación teatral, Raquel y Vicente Revueltas, fundadores de Teatro Estudio. Helena de Armas, teatrista formada en la propia compañía se hizo cargo de la agrupación teatral hasta el 15 de enero de 1978. En los bajos del Hotel Habana Libre con el nombre de sala Tespis, el grupo tendría por muchos años un cuartel general.

Por el taller creativo alrededor de Teatro Universitario pasaron Gaziella Pogolotti, Helmo Hernández, Erdwin Fernández, Roberto Blanco, Liliam Llerena, Alfredo Guevara, Sergio Corrieri y una larga lista de personalidades que hoy prestigian las artes escénicas cubanas Armando del Rosario quien había entrado en 1966 como actor, se hizo cargo del grupo doce años después. Teatro Universitario de La Habana cambiaría de sede y la Sala Talía, en el edificio Mella L entre 23 y 21, Vedado es el refugio de los enamorados del teatro.Comenzó entonces el período de Contigo Pan y cebolla y La Hija de las Flores, entre otras representaciones famosas. En un festival de la década de los 80 La Soprano Calva era elegida entre las diez mejores puesta en escena del teatro cubano. En 1987 se estrenaría Las Vacas Gordas, de Aberlado Estorino el mismo autor estaría presente la noche del debut, una obra con veinticuatro escenarios distintos, con el grupo danzario Alma Mater y un conjunto musical, también de la universidad, quizás la producción más ambiciosa de este grupo.

Actualmente

Después del 2006 una nueva ruptura se produjo en esa fecha, cuando la compañía perdió su espacio por segunda vez, tras el cierre de la sala Talía. Desde entonces el grupo busca una oportunidad de asentamiento, pero solo encuentra algunas efímeras oportunidades. Ha quedado reducida la agenda de los muchachos de Armando del Rosario, quienes solo se presentan en los Festivales Nacionales de Artistas Aficionados y en el Festival Internacional de Teatro Universitario, que se realiza cada dos años. Una realidad que atenta contra la continuidad, es que muchos estudiantes se han unido en sus facultades para formar pequeñas compañías de teatro. Teatro Universitario se ha diseccionado en varias partes muy difíciles o casi imposibles de unir. Actualmente se montan obras sin muchos requerimientos técnicos llevando adelante el proyecto.

Desde hace ya casi 70 años, es tradicional que esta agrupación comparta la docencia con su vocación por las artes escénicas. Las posibilidades de estudiar teatro en esa época eran pocas, razón por la que esa compañía devendría escuela para quienes deseaban unir su destino a las tablas y dar vida al artista que llevaban dentro.

Fuentes