Teatro del absurdo

Teatro del absurdo.
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Concepto:Movimiento teatral surgido posterior a la Segunda Guerra Mundial

Teatro del absurdo. Movimiento teatral contemporáneo, influenciado por los movimientos de vanguardia franceses y por el existencialismo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. [1]

Definición y surgimiento del término

Proviene del latín, absurdus, y se compone del separativo ab y de surdus, sordo. Adjetivo: Contrario y opuesto a la razón. Sustantivo masculino: Disparate, inoportunidad. Dicho o hecho repugnante a la razón.

El término fue definido por el crítico español Alfredo Marqueríe, y difundido más tarde por el inglés Martín Esslin, para aludir al movimiento teatral surgido en Francia en 1950, a raíz del estreno de la obra de Eugene Ionesco, La cantante calva.[2]

Antecedentes

La Segunda Guerra Mundial, que había dejado el triste balance de 96 millones de muertos y países enteros arrasados, la humanidad había hecho importantes avances técnicos y científicos, pero no había logrado solucionar los problemas que atañían a su propia naturaleza; la propia lógica del sistema había hecho caer a los seres humanos en lo ilógico y lo irracional. En ese momento, la desconfianza en la razón y en la lógica social fue recogida por el llamado teatro del absurdo.[3]

Los antecedentes de esta tendencia teatral se pueden encontrar en Alfred Jarry, con Ubu Rey. Su declaración sobre lo incomprensible parece ya una declaración de principios del teatro del absurdo:

“…relatar cosas comprensibles sólo sirve para entorpecer la mente y desviar la memoria, mientras que el absurdo ejercita el cerebro y hace trabajar la memoria”.[3]

Su influencia se encuentra además en los movimientos Dadaísmo y el Surrealismo, antecedentes inmediatos del absurdo.

Características

Se caracteriza por la destrucción del lenguaje y las técnicas tradicionales escénicas, para dar paso a un renovado lenguaje escénico que se convierte en el protagonista del teatro contemporáneo,[2] y, en cuanto al contenido, la insistencia en mostrar al hombre ridículo en su necesaria lucha por hacer comprensible un universo ininteligible.[1]

El teatro del absurdo es un teatro de revelación de la realidad concreta y viva de los elementos resistentes a la vigencia racional. Ionesco o Samuel Beckett no describen conflictos con incidencia de una anormalidad absurda. Ellos crean un universo escénico cuya ley es el absurdo; así se revela la vigencia del absurdo de la naturaleza humana y, por lo mismo, en la sociedad de los hombres.[4]

Autores

Entre los princiales exponentes de este movimiento se encuentran: Beckett, Ionesco, Boris Vian, Fernando Arrabal, Harold Pinter, Alfred Jarry, Manuel de Pedrolo, algunas de las obras de Günter Grass, Albee, Adamov, Genet, entre otros.

Curiosidades

Falsa alarma, obra de Virgilio Piñera Llera considerada como la primera de este movimiento teatral en hispanoamérica.

Referencias

Fuentes