Terapia de enzimas

Terapia de enzimas
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Concepto:Consiste en la utilización de diferentes enzimas o frecuentemente los elementos que promueven su puesta en acción, solas o en grupos, en el tratamiento de las enfermedades.

Terapia de enzimas. Se conoce que la base de la vida y de las funciones se construyen sobre las reacciones bioquímicas. Las enzimas son catalizadores que intervienen en esas reacciones de las moléculas orgánicas, tanto fuera como dentro de la célula. Su función como catalizadores es posibilitar o facilitar esas reacciones de transformación que ocurre en las sustancias orgánicas, por tanto, van a hacer posible la vida activando las reacciones y las transformaciones bioquímicas que suponen las funciones.

Tanto las enzimas derivadas de la plantas, como las pancreáticas se emplean en la terapia de enzimas y pueden usarse independientemente o en combinación. Las enzimas de plantas se prescriben para mejorar la vitalidad del cuerpo, mediante el fortalecimiento del sistema digestivo, mientras que las enzimas pancreáticas son beneficiosas, tanto para el sistema digestivo, como para el sistema inmunológico. Tan pronto se restaure el adecuado funcionamiento digestivo, muchas condiciones crónicas y agudas pueden también pueden remediarse.

Las enzimas y la digestión

El cuerpo humano produce aproximadamente 22 enzimas digestivas diferentes, capaces de digerir las proteínas, los carbohidratos, los azúcares y las grasas. La gente digiere los alimentos por etapas: comienzan en la boca, luego pasan al estómago y finalmente a lo largo del intestino delgado. En cada etapa, enzimas específicas desmenuzan los diferentes tipos de alimento. Las enzimas diseñadas para digerir las proteína, por ejemplo, no tienen efecto alguno sobre el almidón y una enzima activa en la boca estará activa en el estómago. Este proceso se equilibra mediante la acidez; cada sitio a lo largo del tracto digestivo tiene un grado de acidez diferente que permite que ciertas enzimas funcionen mientras inhiben otras.

A medida que las enzimas comienzan a digerir los alimentos en la boca y continúan su trabajo en el estómago, las enzimas de las plantas (derivadas del propio alimento o tomadas como suplemento) también se unen y se hacen activas. Los alimentos entonces penetran en la porción superior del intestino delgado donde el páncreas (un órgano digestivo que introduce enzimas en el intestino) proporciona enzimas pancreáticas para fomentar la destrucción del alimento. La descomposición final de las pequeñas moléculas restantes de los alimento ocurre en el intestino delgado inferior. Idealmente estas enzimas pueden trabajar juntas, digiriendo los alimentos y entregando nutrientes a las células para mantener su salud. Los protocolos en la terapia de enzimas están basados en esta secuencia de sucesos.

Terapia de enzimas de plantas

Debido a que las enzimas de plantas son esenciales para la adecuada digestión de los alimentos, éstas pueden desempeñar un importante papel en la promoción de una buena salud. Esta es la base de tratamiento en la terapia de enzimas de plantas. Según Howard F. Loomis, Jr., D.C., de Forsyth, Missouri, "la habilidad para absorber los nutrientes en los alimentos que comemos está en los cimientos de la buena salud. Si tratamos los trastornos digestivos es frecuente que ello traiga como resultado la solución de otras dolencias."

En su propia práctica el Dr. Loomis realiza pruebas a sus pacientes en cuanto a la insuficiencia de enzimas y luego reemplaza esa insuficiencia con suplementos de enzimas. El Dr. Loomis añade que "por supuesto, si un paciente ingiere alimentos poco nutritivos, ni todas las enzimas del mundo van a ser capaces de mejorar su salud básica. Se necesita combinar la terapia de enzimas con buenos hábitos alimentarios. Las frutas frescas, los vegetales, las nueces y las semillas pueden proporcionar abundantes enzimas de plantas y los suplementos de las enzimas de las plantas solamente suplen aquellos que ocurren de forma natural en los alimentos."

Las 4 categorías de las enzimas de plantas tienen aplicaciones en la terapia de enzimas de plantas. La proteasa digiere proteínas; la amilasa digiere carbohidratos; la lipasa digiere grasas; y la celulasa digiere fibras. Las plantas son la fuente única de celulasa de las personas ya que el cuerpo humano es incapaz de producirla. Numerosas fórmulas de enzimas de plantas en el mercado combinan estas enzimas.

Las enzimas de plantas funcionan en el estómago, mediante la predigestión de los alimentos y la terapia de enzimas de plantas usa esto a su ventaja. Este fenómeno fue primero propuesto por el Dr.Howell en la década del 20 y el estudio de este proceso llegó a ser el trabajo de su vida.[ii] Dijo: Si el estómago desempeña su adecuado papel y si ingerimos nuestros alimentos sin cocinar, una gran parte de la ingestión se digerirá parcialmente antes de reaccionar con los jugos digestivos más fuertes que allí se encuentran. Además, un menor número de las enzimas digestivos internas del cuerpo acudirán a desempeñar la función digestiva." Es ese apoyo a la carga de trabajo de las enzimas del cuerpo el se cree contribuye considerablemente a los efectos de curación de la terapia de enzimas. Cuando el cuerpo recibe abundantes suministros de enzimas, según el Dr. Howell, "sus suministros internos de enzimas se conservan para la importante labor de mantener una armonía metabólica." Como resultado se fortalecen muchos sistemas corporales.[iii]

Esta predigestión de los alimentos sucede durante un período interino, antes de que se acumule suficiente ácido clorhídrico (HCI) en el estómago para comenzar la próxima etapa de digestión, pero ésta usualmente no se conoce. Como dice Lita Lee, Ph.D., de Eugene, Oregon, "mucha gente no cree en esto, porque ellos han escuchado decir que el HCI gástrico excretado por el estómago destruye las enzimas." En realidad, pasan de 30 a 60 minutos antes de que suficiente HCI se acumule en el estómago para iniciar la digestión de los alimentos. Además el HCI no destruye, sino que meramente desactiva estas enzimas, lo que torna el ambiente más ácido. Estas se reactivan posteriormente en el duodeno (parte superior del intestino delgado) si se logra el pH alcalino óptimo. Las enzimas en el estómago pueden digerir del 30 al 40% de los almidones que comemos.[iv] Y agrega la Dra. Lee: "Al ingerir alimentos crudos y tomar enzimas alimentarias el 30% de las proteínas y 10% de la grasa puede digerirse en el estómago en menos de 1 h."

La cocción de los alimentos puede destruir estas importantes enzimas de plantas, ya que éstas que son más sensibles al calor que las vitaminas y son las primeras en destruirse durante ese proceso. Se destruyen al calentarse a más de 48 ºC (118 ºF),[v] y, como señala la Dra. Lee, "se desactivan o se destruyen mediante el proceso de pasteurización, enlatado y cuando se someten a las microondas." Sin embargo, mientras se recomienda la ingestión de alimentos sin cocinar, no es necesario llevar a cabo una dieta de 100% de alimentos crudos. El Dr. Loomis indica que algunas personas pueden tener problemas con la ingestión de alimentos sin cocinar debido a una falta de celulasa. "Aquellos que están acostumbrados a comer alimentos crudos pueden tener problemas cuando finalmente se decidan a ingerir frutas y vegetales sin cocinar, ya que no mastican completamente sus alimentos", dice el Dr.Loomis. "La masticación libera la celulasa de la comida, pero cuando se comen alimentos crudos y no se mastican adecuadamente la celulasa no se liberará nunca. También puede haber carencia de celulasa debido a la forma en que los suministradores manejaron los alimentos. Algunos vegetales de los supermercados carecen de celulasa porque fueron rociados con sulfitos, que pueden destruir estas enzimas."

Insuficiencia de enzimas de plantas

En su práctica, la Dra. Lee frecuentemente ha observado las consecuencias de ingerir una dieta de alimentos predominantemente cocinados -algunas inflamaciones, hipertrofia pancreática (aumento de tamaño), colon tóxico y alergias. Debido a la inflamación pueden ocurrir estados como bronquitis, sinusitis, cistitis, rinitis y artritis, y puede estar acompañada de fiebre, enrojecimiento, hinchazón y dolor. La hipertrofia pancreática se produce cuando una dieta que carece en enzimas provoca una tensión extra en la producción de enzimas del páncreas. Si el páncreas se retrasa en su trabajo el órgano caerá en una hipertrofia (aumentará de tamaño) de la misma forma que las tiroides producen un bocio cuando no pueden producir suficientes hormonas. Esto sucede en cuanto un órgano no puede producir las secreciones suficientes y se agranda en un intento de producir más secreción.

Los bajos niveles de enzimas también pueden conducir a un cuadro de colon tóxico. Los alimentos sin digerir pueden permanecer en el intestino sin excretarse. Ahí, las moléculas se convierten en toxinas que se transportan por la sangre hasta el hígado para la desintoxicación. Sin embargo, si el hígado trabaja demasiado será incapaz de desintoxicar la sangre adecuadamente. En su práctica el Dr. Loomis analiza la orina y con frecuencia encuentra presencia de toxinas como el fenol –una molécula orgánica con una estructura similar al alcohol. La presencia de estos fenoles puede conducir a una amplia variedad de problemas, que incluyen: alergias, acné, ciática y patología de mamas.[vi]

Una comida de alimentos predominantemente cocinados también puede conducir a una leucocitosis digestiva (un mayor conteo de glóbulos blancos). El aumento en las células de los glóbulos blancos es una señal de que el sistema inmunológico está sufriendo una movilización. Este acompaña a muchas condiciones patológicas, como las infecciones y la intoxicación, pero también puede ocurrir inmediatamente después del desayuno el almuerzo o la comida. La Dra. Lee dice que "la leucocitosis digestiva ocurre apenas unos 30 min después de la ingestión de comidas cocinadas. Ello no ocurre cuando una persona come alimentos crudos debido a la presencia de enzimas de plantas en estas comidas." Tal respuesta agrega estrés al sistema inmunológico. "El concepto de que el sistema inmunológico se estimula con las comidas, fue reportado por primera vez en 1897 por Rudolph Virchow el padre de la patología celular. En otros términos, el sistema inmunológico se estimula como si se estuviera en presencia de una infección", confirma el Dr. Loomis.

Beneficios de la terapia de enzimas de plantas

Según la Dra. Lee, cuando se trabaja para solucionar las insuficiencias de las enzimas de plantas en un paciente también se pueden solucionar muchas otras afecciones, desde los padecimientos digestivos y los comunes dolores de garganta hasta la fiebre del heno, las ulceraciones y la candidiasis. En una ocasión, la Dra. Lee usó las enzimas de plantas para tratar un caso de trastornos digestivos crónicos. Un hombre de 57 años había padecido de problemas intestinales severos durante la mayor parte de su vida adulta. Un número de especialistas médicos le habían hecho varios diagnósticos, como colon espástico, diverticulitis, desequilibrio de levadura e intolerancia a los productos lácteos, pero ninguno de ellos fue capaz de descubrir la causa de la situación.

Probó sin éxito varios cambios de dieta y finalmente se acogió a un tratamiento con Lomotil para tratar sus diarreas. Después de las comidas continuaba experimentando dolores de estómago, diarreas, dolores de cabeza y un sentido general de debilidad, hasta que por último le diagnosticaron que no había cura para esa situación. La Dra. Lee realizó una análisis de orina cada 24 horas y un examen de sangre y diagnosticó que el problema del paciente era una insuficiencia de enzimas lipasas emparejada a una intolerancia a las fibras. Luego de 4 meses de suplementos de enzimas, la condición del hombre mejoró completamente, sin reaparición alguna de síntomas.

La terapia de enzimas de plantas también puede aumentar la absorción de los nutrientes. La Dra. Lee recuerda un caso de miastenia gravis (una enfermedad caracterizada por una extrema debilidad muscular) asociada con insuficiencias de vitamina B y E y manganeso. Con las enzimas el paciente fue capaz de disminuir la dosis de vitaminas y minerales debido a que esos nutrientes se absorbían entonces con mayor facilidad. En otro caso, a un niño se le diagnosticó una severa anemia de hierro. Al recibir una fórmula, además de enzimas, el estado del niño mejoró a los 3 días. La Dra. Lee dice que "la gente piensa que simplemente mediante la ingestión de minerales y vitaminas van a estar más saludables, pero no saben que cada vitamina y mineral requiere de una enzima. Usted puede ingerir libras y libras de vitaminas y minerales, pero si no tiene las enzimas apropiadas, éstas no trabajarán."

La Administración de Fármacos y Alimentos (AFA) aprobó hace mucho tiempo el uso de las enzimas de plantas, pero solamente como suplementos dietéticos. Como asevera el Dr. Loomis, "lo único que decimos es que mediante la eliminación de los problemas digestivos hemos notado que muchos otros problemas parecen alejarse, así como también se pueden evitar nuevos padecimientos." E inmediatamente añade: "No puede decirse que una cierta enzima puede ayudar en una cierta enfermedad. Cualquier tratamiento es multifacético y requiere de varias enzimas además de otras formas de cuidado, así como también una adhesión a una dieta saludable con sus adecuados alimentos crudos".

Terapia de enzimas pancreáticas

La historia de la terapia de enzimas pancreáticas antecede el trabajo de la terapia de enzimas de plantas. En 1902 el embriólogo inglés John Beard inyectó extractos pancreáticos directamente en tumores de pacientes con cáncer, lo cual tuvo éxito terapéutico.[vii] Cuando otros probaron este método y fracasaron, sobre todo debido a la impureza de los preparados del extracto, la terapia cayó en descrédito. Posteriormente en Alemania, Max Wolf, M.D. y Karl Ransberger, Ph.D., usaron enzimas para tratar con éxito a pacientes con cuadros de esclerosis múltiple, cáncer e infecciones virales. Ambos médicos proporcionaron unas de las primeras investigaciones sobre las enzimas y las coenzimas.[viii]

Héctor Solorzano del Río, M.D., D.Sc., coordinador del Programa para el Estudios de la Medicina Alternativa y profesor de Farmacología de la Universidad de Guadalajara en México es uno de los tantos médicos que usa la terapia de enzimas pancreáticas. Ha tratado una amplia variedad de enfermedades -estados inflamatorios como trastornos reumáticos, trauma del tejido suave, infecciones virales, artritis, esclerosis múltiple, cáncer y enfermedades auto inmunes como el SIDA. Las dosificaciones se dan de forma oral con el estómago vacío o se inyectan y pueden combinarse con las enzimas de plantas.

Cómo trabaja la terapia de enzimas pancreáticas

Las enzimas pancreáticas son enzimas animales que incluyen proteasas, amilasas y lipasas. Las enzimas pancreáticas funcionan en el intestino y en la sangre. Las enzimas pancreáticas suplementales pueden ayudar a la digestión en el intestino, al compartir la carga de trabajo de las propias enzimas pancreáticas del cuerpo que están activas allí. Sin embargo, no digieren alimentos en el estómago o contribuyen a la importante etapa de predigestión. El Dr. Loomis, quien está extensivamente adiestrado en el uso, tanto de enzimas de plantas, como pancreáticas, recuerda un caso en particular. Un paciente con pancreatitis crónica (inflamación del páncreas) sentía dolor después de cada comida. Había estado tomando enzimas pancreáticas, pero sin resultado positivo alguno.

Debido a que las enzimas pancreáticas permanecen inactivas en el estómago, éstas no eran capaces de solucionar el verdadero problema. Entonces el Dr. Loomis probó con el método de colocar al hombre bajo un régimen de enzimas de plantas, las que predigieren los alimentos en el estómago antes de que lleguen al intestino. Con la comida preparada para la digestión se resolvió la situación. Luego de tomar enzimas de plantas, con la próxima comida se eliminó el dolor del paciente.

Mediante el suplemento de las propias enzimas pancreáticas del cuerpo, esta terapia, al igual que la terapia de enzimas de plantas, promueve la salud, al disminuir las demandas del cuerpo de suplir las enzimas y convertir los alimentos en nutrientes útiles y en energía. Las enzimas pancreáticas también juegan un fascinante papel en el sistema inmunológico, al ayudar directamente a los mecanismos de defensa[ix] y esta función ha mostrado ser una importante contribución a los poderes terapéuticos de estas enzimas. El sistema inmunológico ahora trata a éstas como invasoras. Los anticuerpos se acoplan con estos antígenos (substancias foráneas que provocan una reacción inmune) y se forman complejos inmunes circulantes (CIC). En una persona saludable estos CIC pueden neutralizarse en el sistema linfático. Pero en una persona enferma, los CIC se acumulan en la sangre donde pueden iniciar una reacción "alérgica". Cuando se acumulan muchos CIC, los riñones no pueden excretar lo suficiente y los CIC comienzan a acumularse en tejidos suaves, lo cual causa una inflamación. Esto provoca una innecesaria tensión al sistema inmunológico. El Dr. Loomis dice: "Siempre me pregunto por qué las dietas para el cáncer y el SIDA incluyen cantidades tan altas de proteínas cuando un exceso de proteínas sin digerir puede obviamente conducir a demandas en el sistema inmunológico.”

Es aquí donde las enzimas pancreáticas vienen a desempeñar su papel. Las enzimas pancreáticas " son capaces de destruir los CIC de forma tal que puedan pasar por los riñones para la excreción. Las enzimas se toman entre comidas para que no se usen para digerir los alimentos, sino para que se abran paso directamente hacia el torrente sanguíneo. Debido a su habilidad para digerir proteínas foráneas, las enzimas pancreáticas son también capaces de eliminar organismos infectantes como los virus, los tejidos de cicatriz y los productos de inflamación. Por ello, las enzimas pancreáticas se usan en una variedad de condiciones entre las que se incluyen las infecciones pulmonares, las infecciones dentales, las fracturas de los huesos y se recomiendan con anterioridad a la cirugía.

Beneficios con el empleo de la terapia de enzimas pancreáticas

Las enzimas pancreáticas han demostrado ser beneficiosas en una variedad de condiciones de enfermedad, como la inflamación, las enfermedades virales, la esclerosis múltiple y el cáncer.

  • Inflamación: La inflamación es una respuesta a estímulos nocivos y es una vía que el cuerpo usa para librarse a sí mismo de substancias nocivas. Los signos clásicos de inflamación son el dolor, el enrojecimiento, la hinchazón y el calor. Sin embargo, una vez que ocurre la inflamación, puede comenzar la curación. Con las lesiones deportivas, las enzimas se usan para promover la inflamación a fin de acelerar el proceso de curación y tomarlas antes de hacer atletismo puede proporcionar una curación más rápida en caso que ocurran lesiones.
  • Enfermedades virales: Los virus tienen una capa de proteína y las enzimas son capaces de iniciar reacciones que pueden digerir esta capa protectora para que los virus puedan destruirse. Las enzimas también ayudan en la eliminación de los CIC, que son abundantes en las enfermedades virales. Las investigaciones conducidas también indican que las enzimas son beneficiosas en el tratamiento del herpes zoster y sobre todo en pacientes con insuficiencias inmunes[x]. Y las enzimas pueden contrarrestar en parte la disminuida función inmune de la infección por el VIH (virus de inmunodeficiencia humano).[xi]
  • Esclerosis múltiple: Aunque se desconoce la causa de la esclerosis múltiple, se ha demostrado que ocurre una desmielinización (reducción de la grasa que cubre los nervios). El Dr. Solorzano cuenta el caso de paciente confinado a una silla de ruedas al que se le diagnosticó una esclerosis múltiple, que ningún tratamiento tradicional había sido capaz de solucionar. Mediante la aplicación de la terapia de enzimas pancreáticas el paciente ganó fuerza y en un mes ya se podía vestir sin ayuda. Luego de 3 meses ya podía trabajar con cierta dificultad y a los 6 meses sus síntomas desaparecieron completamente y fue capaz de reanudar una vida productiva normal.
  • Cáncer: Las enzimas pancreáticas pueden ayudar en el tratamiento del cáncer por varias vías. Las enzimas ayudan a exponer los antígenos en la superficie de las células del cáncer, de forma tal que puedan ser reconocidas como foráneas y destruidas por el sistema inmunológico. También ayudan a destruir los CIC producidos cuando las células cancerosas vierten sus antígenos en la circulación para evitar la detección por el sistema inmunológico. Las enzimas pancreáticas pueden estimular a las células destructoras naturales, las células T y el factor de necrosis del tumor (agentes anticancerígenos), todos tóxicos a las células del cáncer.[xii]

las enzimas pancreáticas pueden penetrar en las células del cáncer en su fase reproductiva cuando no están completamente formadas y son más susceptibles a la destrucción. La vitamina A aumenta estos efectos ya que libera enzimas contenidas en los lisosomas (componentes del sistema digestivo intercelular) y frecuentemente se administra en combinación con las enzimas pancreáticas. En Alemania, las soluciones de enzimas pancreáticas se han inyectado directamente en los tumores, lo que ocasiona que éstos se disuelvan.[xiv]

El futuro de la terapia de enzimas

El futuro de la terapia de enzimas parece asegurado. En la actualidad existen más de 2000 terapeutas que practican la terapia de enzimas en los Estados Unidos, campo que se está expandiendo rápidamente. "Creo que la terapia de enzimas es la onda del futuro y revolucionará el campo de la nutrición. Todas las terapias preventivas incluirán tratamiento de insuficiencias de enzimas y todos los suplementos alimentarios estarán dirigidos a nuestra necesidad de enzimas", asegura la Dra. Lee.

El uso de la terapia de enzimas pancreáticas en el campo de la medicina tiene buen comienzo porque ya ha sido tema de muchas investigaciones en Europa. Y el Dr. Loomis prevé que "si los fondos de investigación estuvieran actualmente disponibles para estudiar todos los tipos de terapia de enzimas en los Estados Unidos de la misma forma que está en Europa, se pudieran dar grandes pasos. El futuro pudiera ser particularmente brillante para la terapia de enzimas de plantas.

El agotamiento de las enzimas de plantas conduce a un sinfín de enfermedades crónicas que en parte se pudieran evitar si suministráramos al cuerpo las enzimas que necesita. Resulta que no estamos conscientes de las insuficiencias de enzimas, porque ello toma tiempo en manifestarse. Cuando aparecen las señales el cuerpo está ya en un estado de agotamiento. Es ahí donde está el futuro de la terapia de enzimas de plantas en su potencialmente enorme desempeño en pos de la nutrición y la prevención de las enfermedades degenerativas crónicas."

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