Tinturas

Tinturas
Información sobre la plantilla
Concepto:Método para el total aprovechamiento de la planta.

Tinturas. Un antiquísimo método para administrar los principios activos y medicamentosos de los vegetales.

Las tinturas madres preparadas en el hogar

Se denominan tinturas los preparados farmacéuticos que se obtienen por la acción de varios disolventes, como el alcohol, éter, vino, vinagre, etc., sobre substancias secas vegetales, animales, y, a veces, minerales.
Las tinturas pueden ser simples o compuestas. Según se hayan empleado una o más substancias en su preparación.

Método de maceración

Se ponen las plantas en alcohol, de por lo menos 60, 70 u 80 grados. Según sean flores, hojas, raíces o cortezas.
Se usan hierbas medicinales secadas a la sombra, bien seleccionadas, libres de basuras u otras hierbas inútiles, como los yuyos, por ejemplo. Si son hojas o flores, se las estruja bien. Si raíces o corteza, se las machaca, contunde o tritura hasta reducirlas a polvo grueso. Por lo común, en una proporción de 100, 200 y hasta 300 gramos por cada litro de alcohol, si son hierbas con principios activos no tóxicos. En cambio, cuando la sustancia es muy activa, se usa en la proporción de 50 a 100 gramos por litro.

Aparatos necesarios para el procesamiento de las tinturas en el hogar

Las tinturas también suelen ser designadas con los nombres de: alcohólicos, cuando están preparadas con plantas secas. Y alcoholaturos, cuando en la preparación se han usado plantas frescas.
Los aparatos necesarios para la preparación de las tinturas caseras son: un frasco de vidrio de boca ancha con tapa esmerilada, si es posible, de uno a dos litros. Frascos comunes de vidrio color caramelo o bien simplemente oscuros, de boca angosta, con buena tapa, de 100, 200. 300, 500 y 1000 centímetros cúbicos, que servirán para guardar al abrigo de la luz solar las tinturas ya preparadas.
Una medida de vidrio graduada, de 100 cc. y otra de 500 cc. O bien una vulgar mamadera de vidrio graduada, lienzo, algodón o papel de filtro, para colar o filtrar las preparaciones después de maceradas. Un embudo de vidrio de regular tamaño. Y, si se desea aprovechar hasta la última gota de tintura, una prensa de las que se usan para jugo de fruta o carne.

Es útil para la farmacia casera, una balanza pequeña, al centígramo.
Las tinturas conservadas bien envasadas, tapadas herméticamente y al abrigo de la luz, si son bien filtradas, no suelen precipitar y se conservan muchísimo tiempo. Son baratas y, lo más importante, están dosadas en forma uniforme, existiendo la seguridad que siempre se ingiere la misma cantidad de principios activos disueltos en el alcohol.
Otra de las ventajas que ofrecen las tinturas es que: en el cocimiento y aun en la misma infusión los principios activos más importantes son destruidos por la acción del calor. Así ocurre con la infusión del boldo y muchísimas plantas muy eficaces para ayudar a curar las enfermedades, en que el glucósido en él contenido es destruido. No se toma, pues, más que una bebida caliente, que solamente beneficia a la digestión u otros trastornos, por el agradable calor y sabor que proporcionan. Una tintura de boldo, de ambay, de carqueja, de muérdago, de peperina, etc., etc., son verdaderamente y en forma completa eficaces para el tratamiento de las enfermedades para las que son indicadas. Se emplea alcohol de 60 a 70 grados en las preparaciones de tinturas de plantas no resinosas. En cambio, en las de plantas resinosas como el benjuí, la mirra, el bálsamo de tolú, la canela, el eucaliptus, el guayaco, etc., se usa el alcohol de 80 grados.
Las tinturas vinosas deben ser preparadas con vinos genuinos, de una graduación alcohólica de por lo menos 16º a 17° de alcohol. Por lo general, se recomiendan buenos vinos generosos como el marsala, el oporto, el málaga, el madera, etc.; pero siempre que sean genuinos, no imitaciones, de los de origen serio, en cuyos casos no habrá que aumentar la graduación, añadiendo alcohol rectificado.

Véase también

Fuentes