Tisquesusa

Tisquesusa
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Reinó en 1537
ResidenciaChia
OcupaciónSeñor Muisca
PredecesorNemequene
SucesorSagipa

Muisca Tisquesusa . Fue el cuarto de los zipas de Bacatá y uno de los líderes de la confederación muisca.

Síntesis biográfica

El Señor Muisca Tisquesusha, sobrino y sucesor de Nemequene, había sido cacique de Chia y dirigió los enfrentamientos del zipa con los Panches, al comienzo del gobierno de su antecesor.

Reinado

Estuvo a cargo del gobierno mientras el zipa Nemequene dirigió la guerra contra el zaque Quemuenchatocha, en la cual murió.

Mantuvo como general de su ejército a su primo Sagipa, quien continuó las agresiones contra Tunja, mientras se llevaban a cabo las ceremonias de sucesión en el zipazgo. Las exequias fueron solemnes, con el pueblo abatido, los jeques hicieron los honores depositando el cuerpo en un lugar recóndito para que nunca fueran profanados sus restos. Sus servidores según la usanza fueron enterrados vivos luego de narcotizarlos.

El Zipa invadió el cacicazgo de Sutatenza con 30.000 hombres y en pocos días sometió a los caciques de Machetá, Zunubá y Tibirita mientras el de Somondoco tuvo que pagar un fuerte tributo para no sufrir el mismo destino.[1] Continuó la guerra contra el Zaque Quemuenchatocha, organizó un ejército de 70.000 soldados para invadir Tunja en Cajicá. La vanguardia estaba al mando del cacique de Guasca, la retaguardia al mando de Quiximnimpaba (pariente del Zipa), pero la mediación del cacique de Sogamoso y del Sumo Sacerdote de Iraca, Sugamuxi, impidieron una carnicería, logrando un acuerdo de paz de dos años. El Zipa cedió los cacicazgos de Icabuco y Tibaná a cambio de un gran tributo.

Continuidad

Cajicá fue el punto de reunión de setenta mil hombres para atacar al zaque, con la asistencia de todos los caciques tributarios y aliados. Quemuenchatocha por su parte había reunido su ejército, incrementándolo con mercenarios bien pagados como los de Velez. Pero Sugamuxi, cacique del valle sagrado de Iraca, ejerció su mediación sagrada, la que debían acatar los monarcas, logrando una tregua, en cuyo transcurso se produjo la invasión española.

Cuenta Fray Pedro Simón que, cuando se preparaba a hacer la guerra al Hunza, tuvo un sueño que lo preocupó mucho. Representóles su imaginación que se estaba bañando en su casa de recreo de Tena, y que toda el agua se le convirtió en sangre. Lleno de temor, hizo llamar los principales jeques de sus dominios para que le explicasen el sueño. Los más viejos dieron primero su parecer, declarando que significaba que el zipa se había de bañar en la sangre del zaque; a todos los que estuvieron de acuerdo con esta interpretación, tan a la medida del gusto de su señor, los premió con mantas, joyas y favores.

Encuentro con los españoles

Tisquesusa mandó espías para que le trajeran informes sobre los invasores y, asombrado por lo que le decían —los "truenos" que lanzaban sus armas—, decidió que era preferible no hacerles frente; así que ordenó a sus súbditos evacuar el poblado de Bogotá, de manera que cuando llegaran los españoles encontraran vacía la ciudad. Tisquesusa se recluyó en su cercado o casa de monte, en los alrededores de Facatativá; en realidad el zipa vivía desde tiempo atrás atemorizado por las palabras de Popón, el mohán de Ubaqué, quien le había predicho que unos extranjeros invadirían sus tierras y le harían morir envuelto en su propia sangre.

Muerte

Los españoles conocieron el sitio donde se ocultaba debido a alguna infidelidad y lo atacaron por la noche. Tisquesusa salió con algunos de los principales de su corte y de su guardia por una puerta del cercado, y fue herido por la estocada de un soldado llamado Alonso Domínguez, que sin saber de quien se trataba, le dejó ir después de quitarle la rica manta que llevaba. Llegó a un bosque cercano donde murió bañado en sangre como lo había anunciado el jeque Popón. Los usaques lo enterraron en un lugar oculto. El secreto de su muerte se mantuvo durante casi un año. Fue sucedido por su primo Sagipa

Fuente