Tomás Coronado Interián

Tomás Coronado Interián
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Doctor en Medicina, investigador y profesor de Higiene y Medicina Legal.
NombreCoronado Interián, Tomás Vicente
Nacimiento22 de enero de 1855
pueblo de Limonar,[1]
provincia de Matanzas,
capitanía general de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento23 de diciembre de 1928 (73 años)
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Títulomiembro honorario de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana
Obras destacadasLos sueros en la isla de Cuba, Pirexias [fiebres] en la isla de Cuba, La química biológica en sus relaciones con la medicina

Tomás V. Coronado Interián (Limonar, 22 de enero de 1855 - La Habana, 23 de diciembre de 1928) fue un médico epidemiólogo, investigador y catedrático cubano.[2]

Fue miembro de la Junta de Sanidad y trabajó sobre el paludismo, la fiebre amarilla, la pústula maligna y la viruela.

Fue profesor titular de Higiene Pública y Medicina Legal en la Universidad de La Habana.

Realizó el primer diagnóstico de certeza del paludismo en Cuba.

Síntesis biográfica

Sus estudios primeros los realizó en el Colegio La Empresa al igual que su hermano político Domingo Madan Bebelagua. En este período de estudiante supo ganarse varias distinciones.

Estudió dos carreras en la Universidad de La Habana, se doctoró en Medicina y en Ciencias Naturales (Ciencias Físicoquímicas).

En ella fue profesor de Higiene durante veinticuatro años, desde el año 1900 hasta el año 1924. En la Facultad de Farmacia se tituló con la tesis Los sueros en la Isla de Cuba.[3] Para recibir su licenciatura en la Facultad de Medicina escribió La química biológica en sus relaciones con la medicina. Ambas fueron publicadas. Fue también profesor de Medicina Legal y miembro de la Sociedad de Estudios Clínicos.

En la Universidad de La Habana fue profesor de Higiene durante veinticuatro años, entre 1900 y 1924.

Fue también miembro de la Sociedad de Estudios Clínicos y de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, de esta última fue vicepresidente de 1901 a 1907 y académico de honor de 1923 hasta su muerte.

Cargos que ocupó

Fue delegado por Cuba y Puerto Rico ―ambas naciones bajo el dominio de España― al II Congreso Médico Panamericano realizado en México en el año 1896.

También en 1896 fue presidente de la Asociación Farmacéutica de Cuba, Académico de Número de la Academia de Ciencias de La Habana.

En 1899 fue vicepresidente de la Sociedad de Estudios Clínicos.

En junio de 1901 fue elegido presidente de la Asociación Médico-Farmacéutica de Cuba.[4]

Entre 1902 y 1905 vicepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba. Presidió la Sociedad de Estudios Clínicos y la Cátedra Auxiliar de Higiene y Medicina Legal.

El 4 de julio de 1917 fue nombrado catedrático titular de Higiene, Legislación Sanitaria, Medicina Legal y Toxicología en la Universidad de La Habana]]. Realizó una eficaz labor en pro del Laboratorio Bacteriológico fundado por el Doctor Juan Santos Fernández Hernández.

Trabajos

En 1897 demostró por primera vez, en la práctica mundial médica, el contagio del paludismo, el hallazgo lo reportó en su folleto “El microbio de la malaria y su evolución de la sangre de los intoxicados”, publicado en La Habana en el año1890, diez años después de haber sido descubierto por Charles L. A. Laverán (1845-1922) y a sólo un año de haber sido aceptado, dicho descubrimiento, por la Academia de Ciencias de Francia. Tiene casi 400 trabajos originales: varios sobre el paludismo y sobre el hematozoario del mismo, habiendo colaborado en algunos con el mencionado hermano Domingo Madan Bebelagua, uno ellos el libro Pirexias en la isla de Cuba que fue premiado en 1896 por la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.[5]

Escribió varios trabajos sobre la higiene aplicada a las escuelas, tiene un libro sobre el tema: Higiene Escolar para los maestros; el cual obtuvo premio en la Exposición de San Luis (Estados Unidos) y sus folletos sobre Patología tropical e higiene obtuvieron medalla de oro en la Exposición de Charleston en 1906.

Otros muchos trabajos aumentaron el prestigio del doctor Coronado como malariólogo, entre ellos se destacan:

  • Determinaciones viscerales del paludismo (1891), primer premio del Certamen de la Prensa Médica;
  • Remitentes palúdicas de larga duración (1894), premiado por la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana;
  • Laveráneas linhémicas (1895), que trata sobre experimentos hechos por él sobre el parásito de Laveran; obtuvo en París (Francia) el premio Orphila d’Encouragement, otorgado por la Academia de Medicina de París.
  • Fiebre palúdica durante el puerperio (1895), monografía;
  • Unidad del paludismo (1897), enviada al Congreso Médico de Moscú.

Muchos de sus trabajos fueron publicados en revistas científicas como La Gaceta Médica, Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana, El Progreso Médico, Archivos de Estudios Clínicos, Anales de la Academia de Ciencias y Revista de la Asociación Médico-Farmacéutica (revista quincenal ilustrada).

Fue uno de los más destacados publicistas del país con alrededor de 120 artículos científicos conocidos en Cuba y el extranjero.

En 1896 dirigió junto al Dr. Rodríguez Esaci la revista Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, que bajo su dirección comenzó a salir mensualmente.

También se dedicó a propagandizar la higiene escolar entre los maestros.

El 13 de septiembre de 1896 resultó electo miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

En 1897 fue director de los anales de esa institución y el 14 de diciembre de 1923 pasó a ser miembro honorario.

Fallecimiento

Su último trabajo resultó ser un libro inédito sobre los médicos cubanos del siglo XIX.

Vicente Coronado falleció en La Habana el 26 de diciembre de 1928.

Fuentes