Tormenta de San Francisco de Borja

Tormenta de San Francisco de Borja
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Categoría 5  (EHSS)
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Duración10 -11 de octubre de 1846
Vientos máximos250 km/h (durante 1 minuto)
Fallecimientos175 muertes
Áreas afectadasGuanabacoa
Bejucal
San Antonio de los Baños
Güines

Tormenta de San Francisco de Borja. La relación de huracanes intensos que han azotado a Cuba la encabeza la llamada Tormenta de San Fran­cis­co de Borja, la cual castigó severamente a La Ha­bana los días 10 y 11 de octubre de 1846.

Trayectoria

Al amanecer del 10 de octubre de 1846, la Habana estaba a punto de ser aplastada por las nubes. Desde el mar Caribe, la asechaba un intenso huracán que en las próximas 48 horas iba a cruzar sobre el occidente de la Isla y dar lugar a un extraordinario desastre natural, con particular impacto en la ciudad de La Habana. Los estudios actuales apoyan la idea de que este meteoro pudo alcanzar la actual categoría cinco de la escala Saffir-Simpson, no solo por los daños reportados tras su paso, sino por la mínima barométrica de 916 hPa, correspondiente al ojo del huracán, que cruzó directamente sobre la capital. El centro cruzó muy cerca de La Habana y la ciudad sufrió los vientos del más terrible huracán que hubiera conocido.

Velocidad de los vientos

La velocidad de los vientos debió superar el rango de los 250 km/h, de manera sostenida, y seguramente generó rachas de mayor velocidad que siempre conllevan enorme poder destructivo. Es indudable que el efecto dinámico del viento tuvo un papel decisivo en la magnitud de las pérdidas humanas y materiales acaecidas, pues, en la Ciudad, la mayor cantidad de víctimas se atribuyó a los numerosos derrumbes ocurridos.

Daños ocacionados

Se calculó 786 casas totalmente destruidas en La Habana y en 2 337 dañadas, tanto en el área de intramuros como de extramuros. Asimismo, se produjo la destrucción total de 10 edificios de piedra, considerados muy sólidos, y daños serios en otros 22. Ocho fortalezas de la ciudad recibieron daños de diferente magnitud, y en todos los hospitales (seis) se reportaron serios perjuicios. El meteoro causó la destrucción de decenas de embarcaciones en la bahía habanera. Además de ello, la Ciudad permaneció dos días completos sin agua debido a que la Zanja Real quedó ocluida por la acumulación de escombros y palizadas en varios puntos de su curso, incluyendo algunas de sus compuertas, lo que impedía el normal suministro del líquido. Por otra parte, se hizo imposible consumir el agua acumulada en los aljibes debido a que su contenido se tornó salado, obviamente por el transporte de agua de mar hacia tierra adentro, por efecto del viento. Este desastre causó la pérdida de prácticamente todos los cultivos en el área rural azotada. Se considera que 60% de los árboles fueron derribados. Solo en la ciudad, se contaron 1 252 caídos en parques y alamedas. En el campo, el ganado porcino y las aves de corral se perdieron en casi su totalidad. Solo en El Cerro, se reportaron 68 estancias de labor destruidas.

Daños humanos

Los daños humanos conocidos son considerables: 175 muertes, 57 heridos y 21 lesionados; este dato parece referirse a La Habana y sus comarcas, pues otra fuente señala que “al salir del territorio de la isla, el huracán dejaba más de 600 muertos”. El evento produjo, probablemente, unos 50 000 damnificados. Atendiendo a las características y escenarios propios de la época se trata, sin duda alguna, uno de los desastres más notables de los que se tiene referencias en Cuba. En las poblaciones como Guanabacoa, Bejucal, San Antonio de los Baños y Güines, fuera del perímetro de la Ciudad, las muertes ascendieron a 80; más 30 heridos, seguramente datos parciales.

Fuentes