Tundama

Tundama
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Reinó en 1539
Fallecimiento1539
OcupaciónSeñor Muisca

Tundama . Señor muisca en 1539. Héroe máximo de la resistencia contra la invasión española, no solo de Colombia sino de toda América.

Síntesis biográfica

El cacique Tundama, en la época de la conquista española residía en el cerro La Tolosa, y tenía como tributarios a los caciques de Cerinza, Chitagoto, Icabuco, Lupacoche, Sátiva, Soatá y Susacón.

El señorío de Duitama, se ubicaba sobre las estribaciones de la Cordillera Oriental, habitando las llanuras circundantes y los cerros de La Milagrosa, Cargua, San José, La Tolosa y Tocogua, cerca de la montaña del Pan de Azúcar (2.850 m.s.n.m.) y las riberas del Chicamocha. El cacique de Duitama era consultado en caso de discordia en la elección del cacicazgo del valle sagrado de Iraca. Tundama que había apoyado al zaque Quemuenchatocha en la Batalla de Arroyo de las Vueltas (1514) contra el zipa Nemequene, a diferencia de los otros caciques muiscas, decidió enfrentar a los conquistadores españoles en una "guerra amuerte", para ello reunió un ejército de diez mil hombres.

En agosto de 1537, los españoles tomaron Tunja, y se noticiaron del valle sagrado de Iraca y del famoso Templo del Sol, ávidamente se dirigieron hacia Sogamoso. Tundama al enterarse se apresuró a enviar al encuentro de Gonzalo Jiménez de Quesada un embajador con regalos de mantas y oro y la falsa promesa que el cacique iría en persona con ocho cargas como esa, así logró demorarlos para preparar la defensa y ocultar los tesoros. Los Panches, Guanes, y el resto de los dominios Muiscas se sometían, Tundama continuaba desafiante.

Tundama forma su ejército

Tundama llamó los tercios de los señores de Soatá, Chitagoto, Serinza y Tobasia, y formó campo de más de veinte mil hombres de guerra ejercitados en los pasados encuentros y bien prevenidos de flechas, macanas, hondas y víveres para muchos dias, se acuarteló en un campo llano y espacioso, rodeado por la mayor parte de tierra anegadiza y pantanosa que imposibilitaba el paso á los infantes y caballos, aunque lo intentaran con manifiesto riesgo de perderse; y reconociendo que de otro igual impedimento que pusiese á la invasión de los caballos pendia la principal defensa de su campo, á causa de tener el sitio, por la parte que mira á la sierra, libro la entrada por tierra firme, labró de la una punta á la otra del pantano, que lo ceñía en forma de média luna, un foso profundo y ancho, por el cual se comunicaban sus aguas, y por el bordo interior del foso levantó trincheras y paredones de tierra y céspedes trabados, de suerte que, formando troneras para la flechería, pudiesen á un mismo tiempo servirle para ofender á sus contrarios y resguardarse de ellos. A esta fortificación añadió su industria de que en contorno de los cuarteles se sembrasen agudas puntas de macana, que estando ocultas en partes las más dispuestas á poder asaltar los españoles les fuesen de tal embarazo, que sin valerse de otras armas quedasen rechazados de la industria.

Respuesta que dio el cacique Tundama a los españoles cuando le pedían que se rindiera, antes de la Batalla:

“No soy tan bárbaro, famoso español, que ignore que la paz sea el centro a que tiran las líneas de la circunferencia de este mundo; pero tampoco quiero que vivas persuadido a que se me encubra que las palabras blandas con las que propones, desdicen mucho de las obras ásperas que ejecutas. Dulce tesoro es la Paz con que me convidas y quien podrá dudarlo sino los que saben, que las mezclas con los tributos injustos que cobras, de los que te creen”

La gran batalla

La gran batalla, que podría ocupar el primer lugar en número de víctimas entre todas las de nuestra historia, ocurrió el 15 de diciembre de 1539 en el Pantano de la Guerra, sobre la “isla” que sobresalía del mismo (según el historiador Lucas Fernández de Piedrahita). Al enfrentar a los hombres del capitán Baltasar de Maldonado, futuro encomendero de Duitama. Murieron en combate cuatro mil de los hombres de Tundama, y otros tantos resultaron heridos. Hubo una resistencia de mas de 4 años, defendiendo la Libertad de este nuevo mundo.


Muerte

El cacique reorganizó sus huestes y se dirigió a Cerinza y atacó de nuevo al español quien volvió a vencerlo y por consiguiente tuvo que doblegarse; al no cumplir con el pago de los tributos impuestos, el propio Maldonado le aplicó un martillazo en la frente y lo mató, terminaba el año 1539 y la resistencia muisca.

En su honor hoy día una provincia colombiana ostenta su nombre.

Fuente

  • Artículo disponible en pueblosoriginarios.com. Consultado el 12 de agosto de 2013.
  • Fernández de Piedrahita, Lucas. Historia general de la Conquista del Nuevo reino de Granada, esencia nativa.
  • Becerra, José Virgilio. Resistencia Indígena, EL CACIQUE TUNDAMA y la conquista española. Ediciones Tundama.