Un mar para Tatillo

Un Mar para Tatillo
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Obra de Teatro puesta en escena por el Grupo de Teatro Pálpito de Maikel Chávez, Premio Dora Alonso 2008 y dirigida por Ariel Bouza. Un mar para Tatillo: una obra teatral para no perderse. Signada por la agilidad y la preocupación constante por la labor interpretativa, la obra, a partir del recurso de la analogía, refiere algunos pormenores de la niñez de un payaso.
Datos Generales
Autor(es):Maikel Chávez
Año:2009
País:Cuba


Un mar para Tatillo. Obra de teatro puesta en escena por el Grupo de Teatro Pálpito, estrenada el 5 de septiembre del año 2009, con texto de Maikel Chávez y dirigida por Ariel Bouza.


Sinopsis

En Un mar para Tatillo el joven autor conserva intacto ese aire entre cándido y retozón que resulta piedra de ángulo de su obra anterior. La obra, a partir del recurso de la analogía, refiere algunos pormenores de la niñez de un payaso. Gracias a este pretexto, Maikel Chávez se interna nuevamente en el mundo mágico y fantasioso de la infancia, remitiéndonos una vez más al marinero entorno de Caibarién. La recreación del ambiente pueblerino, el aliento tierno y la búsqueda de un humor sencillo y diáfano, son también constantes de su modo de hacer a las que recurre nuevamente. El dramaturgo apela aquí con marcada insistencia a la narración de aspectos clave del acontecer en lugar de a su dramatización. Dicho de otro modo: la acción en presente es sustituida por comentarios y descripciones, y esto provoca que no crezca de un modo continuo y armónico, que los dilemas se resuelvan en el plano de las palabras y no del accionar de los involucrados. Incluso el pez, uno de los polos del conflicto, tiene una presencia pasiva, en lo cual influye el hecho de que sus actos son reseñados en lugar de ejecutados. Una canción de circo y poesía marinera, así podría catalogarse este juguete para un payaso y sus muñecos. Desde una caja sorpresa, Tatillo cuenta a modo de retrospectiva la historia de su infancia cuando recibió un regalo extraordinario. Tato no es un niño terco, sino especial. Para él la amistad es algo fundamental en la vida, la fidelidad y el amor, incluso el de los amigos cuando son de verdad, tienen el tamaño del mar y al mar se atreven a doblegar, si es que ello es posible, con tal de reafirmarse. A Tato lo reclama su amor a Cantarino. Por él se va, por él se renueva, por él cambia, y para demostrar que lo que parecía horrible se ha vuelto hermoso, regresa. Sobre el escenario coexisten el mundo del circo y el ambiente del mar, mediante una fábula cargada de humor que hará reflexionar a grandes y chicos sobre la importancia de salvar, por encima de todo, una verdadera amistad. Ariel Bouza concibe una puesta en escena signada por la agilidad, la sencillez de las soluciones encontradas, la combinación de muñecos y actores, y la preocupación constante por la labor interpretativa. En esta ocasión opta por la utilización de títeres de mesa —técnica poco frecuente en las producciones de Pálpito— y apuesta, una vez más, por imprimirle al montaje un tono desenfadado que constituye una suerte de marca de agua de su quehacer. Por este rumbo consigue una envidiable comunicación con el público. El espectáculo atrapa al auditorio gracias a esa combinación de retozo y ternura, que proviene del texto y que es sabiamente respetada. De los diseños realizados por Dayamila Aguilera llama la atención la expresividad de las figuras y la desproporción entre estas y las edificaciones. Entre lo más efectivo de su propuesta está la caja del Payaso, que luego se va transformando hasta convertirse en el sitio en que discurre el acontecer. Corina Mestre funge como directora de arte y esa es tal vez una de las razones por las cuales el decorado nos remite con insistencia a otros entornos fabulados por la tropa de Ariel Bouza. La sugerencia del ambiente marinero o la utilización en segundo plano de técnicas propias del teatro de sombras, son algunas de esas constantes.

La faena del elenco es de muy buen nivel. Del conjunto destacan en primer término Maikel Chávez, quien acapara el protagonismo no solo porque asume al personaje principal, sino porque incorpora también a varias criaturas más. La capacidad para diferenciarlas, la simpatía natural del joven intérprete, su organicidad, junto al atinado trabajo con las voces y la manipulación, devienen sus mejores argumentos. Yudith Martín demuestra que posee condiciones como actriz. Creencia, vigor, una dicción que se agradece, la utilización de adecuados matices, el subrayado de las intenciones son sus credenciales. Grethel Delgado, Yanay Penalba, May Reguera y José Miguel Quesada laboran con una inteligente mezcla de sinceridad y desenfado, contribuyendo positivamente al resultado final.

Elenco

El espectáculo atrapa al auditorio gracias a esa combinación de retozo y ternura, que proviene del texto y que es sabiamente respetada. Del conjunto destacan en primer término Maikel Chávez, quien acapara el protagonismo no solo porque asume al personaje principal, sino porque incorpora también a varias criaturas más

Equipo de realización


Fuentes