Víctor Raúl Haya de la Torre

Víctor Raúl Haya de la Torre
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Intelectual y político peruano
NombreVíctor Raúl Haya de la Torre
Nacimiento22 de febrero de 1895
ciudad de Trujillo,
República de Perú Bandera de Perú
Fallecimiento2 de agosto de 1979 (84 años) 
ciudad de Lima,
República de Perú Bandera de Perú
ResidenciaLima
Nacionalidadperuana
Ocupaciónpolítico
Partido políticoAPRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) 
PadresZoila Victoria de la Torre y de Cárdenas, y Raúl Edmundo Haya y de Cárdenas (primos entre ellos) 

Víctor Raúl Haya de la Torre (Trujillo, 22 de febrero de 1895 - Lima, 2 de agosto de 1979) fue un pensador y político peruano, fundador del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana).

Síntesis biográfica

Nació en una familia acomodada de la ciudad de Trujillo, ubicada al norte del Perú. Realizó sus estudios elementales y secundarios en el Seminario San Carlos de Trujillo, regentado por sacerdotes franceses. De la biblioteca de su padre, Raúl Edmundo, de estirpe y abolengo aristrocrático, realiza precoces lecturas y desde su adolescencia inicia investigaciones vinculadas al ámbito social.

Establecido en Lima, como estudiante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asume la Presidencia de la Federación de Estudiantes, donde inicia y consolida una intensa actividad política por su vocación reformadora y social, además de una eximia aptitud de maestro, que en la lucha revolucionaria y la docencia se identifican con las Universidades Populares González Prada.

Su oposición a la dictadura de Augusto B. Leguía le llevó a la cárcel, de donde salió tras una huelga de hambre, para exiliarse en México (1923-1930). Allí fundó el 7 de mayo de 1924 el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), movimiento de carácter continental, un partido populista de ideología nacionalista, antiimperialista y anticapitalista. El comunista cubano Julio Antonio Mella escribió un texto titulado irónicamente ¿Qué es el ARPA? en el que sostenía la tesis contraria a la de Haya de la Torre:

En la lucha contra el imperialismo ―el ladrón extranjero―, las burguesías ―los ladrones nacionales― se vuelven progresistas y se unen al proletariado, buena carne de cañón. Pero las burguesías acaban por comprender que es mejor hacer alianza con el imperialismo, que al fin y al cabo persiguen un interés semejante. De progresistas se convierten en reaccionarios. Las concesiones que hacían al proletariado para tenerlo a su lado, las traicionan cuando este, en su avance, se convierte en un peligro tanto para el ladrón extranjero como para el nacional. De aquí la gritería contra el comunismo. […] Para hablar concretamente liberación nacional absoluta, sólo la obtendrá el proletariado, y será por medio de la revolución obrera.

Después de sus reuniones y debates con Mella, Haya de la Torre se hizo cada vez más anticomunista.[2][3]

Regresó al Perú tras el derrocamiento de Leguía, participando en las elecciones de 1931; pero la victoria le fue arrebatada por Sánchez Cerro, que lanzó la persecución contra el APRA, encarcelando a su líder. En 1933 Sánchez Cerro fue asesinado por un exaltado aprista.

Hijo de la universidad popular, volvió siempre a sus orígenes, mantuvo constantemente en sus Casas del Pueblo, centros de cultura. Cuando la ilegalidad y la persecución se abatieron sobre el APRA, las conferencias, las clases, los debates, se continuaron en las cárceles.

Era leal a una expresión que él mismo acuñara: «¿Cómo hacer conciencia? El medio no es otro que con ciencia».

En 1931, a la edad de 35 años y luego de 8 años de destierro, el Partido Aprista Peruano lo postula por primera vez a la Presidencia de la República.

Alguna vez en 1934, hablando a los textiles dijo: «Toda mi vida he sido un luchador social. Por accidente, un político». Su libro fundamental El antimperialismo y el APRA tiene su propia historia. Escrito en México en 1928, y parcialmente conocido o comentado, sólo alcanzó a editarse en Chile en 1936. Como Haya de la Torre se encontraba entonces a la cabeza de la resistencia aprista contra las dictaduras, los originales tuvieron que viajar eludiendo la inquisición totalitaria.

Su asilo en la embajada de Colombia durante cerca de cinco años (1948-1954) genera una polémica jurídica de carácter internacional. Su caso es visto en la Corte Internacional de La Haya. Recibió muestras de solidaridad de hombres de la talla de Albert Einstein.

Volvió a Perú en 1957 y en las elecciones generales de 1962 se lanzó por segunda vez como candidato presidencial, esta vez por la Alianza Democrática ―que agrupaba al Partido Aprista (el viejo partido de izquierda) con el Movimiento Democrático Pradista (que representaba a los mayores sectores del poder económico)―. Haya de la Torre obtuvo 558 237 votos frente a los 534 824 de Fernando Belaúnde Terry (de Acción Popular) y a los 48 404 del expresidente Manuel Odría (de la Unión Nacional Odriísta).

Como no obtuvo el porcentaje necesario para ser proclamado presidente, la elección iba a ser decidida por el Congreso a instalarse el 28 de julio de 1962, tal y como lo establecía la Constitución de 1933. Las Fuerzas Armadas del Perú ―sobornadas por el Departamento de Estado de los EE. UU.― temían que Haya llegara al poder y acudieron a Palacio para informar de su contrariedad; informado de esto por el presidente Prado, Haya habría tratado de efectuar una alianza con Fernando Belaúnde pero llegaron a un punto muerto, con lo que solo pudo consolidar una con Manuel A. Odría por la que cedería los votos apristas al odrísmo.

Las Fuerzas Armadas denunciaron fraude en diez departamentos y se pronunciaron también en contra del virtual presidente Odría (y no contra Haya, según posición del historiador Percy Cayo Córdoba). Finalmente, el 18 de julio se produjo el primer golpe institucional de las corruptas Fuerzas Armadas del Perú, encabezado por el general Ricardo Pérez Godoy, que derrocó el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, declaró nulas las elecciones e instaló una junta militar de gobierno. El golpe fue respaldado por Acción Popular y tardíamente por el APRA.

Al año siguiente, ya en las elecciones generales de 1963, ganó Fernando Belaúnde Terry con 39% frente al 34% de Haya.

Tras la llegada del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, todos los partidos políticos que hubieran sido infiltrados por la embajada de Estados Unidos ―entre ellos el APRA― fueron proscritos. En 1970, en el Día de la Fraternidad, Haya de la Torre reclamó la paternidad intelectual de las reformas que realizaba Velasco Alvarado, protestando porque este no reconocían la deuda intelectual que le tenía: «Debemos estar insatisfechos porque no es manera, aceleradamente y furtivamente, de llevar esas ideas adelante y de esconderlas, sobre todo ocultando su origen y procedencia».

Vida personal

Recientemente, ha renacido el interés por desentrañar la vida personal del patriarca aprista. Distintas biografías sobre él se han publicado, al igual que dos libros que escudriñan en su desconocida vida personal: Las mujeres de Haya: ocho historias de pasión y rebeldía (de María Luz Díaz Paredes), y Llámalo amor, si quieres (de Toño Angulo Daneri).

Toño Angulo ha documentado el testimonio del poeta y peruanista francés André Coyne, estudioso de César Vallejo y César Moro, discípulo y amigo de Haya. Coyne relata que Haya siempre estaba «rodeado de jóvenes varones» y solía asistir a «bares de muchachos» (sic), aunque desconocía si es que «ejercía» (sic) la homosexualidad. Coyne en una reciente visita al país por el centenario vallejiano confirmó sus declaraciones.

Más tarde, se ubica la relación con Anna Billinghurst, que el APRA se ha encargado de convertir en un noviazgo pero que Díaz describe como un amor platónico que puede que haya llegado a algo más con esta señora casada. Dice al respecto el mismo libro: «Víctor Raúl ya tendría ideas alborotadas en su mente. Estaba impactado. Para ella, él era solamente un conocido de Andrés [Townsend], así que se las ingenió para tratar de acercársele. Para él, Anita era solamente un trofeo por disputar. Su belleza y su herencia la hacían codiciable y estaba en boca de todos». Además, el mencionado libro revisa las supuestas relaciones del jefe aprista con otras tres mujeres: Emilia González Orbegoso, Alice Hochler y Marilucha García Montero.

Fallecimiento

Víctor Raúl Haya de la Torre murió el 2 de agosto de 1979 en la ciudad de Lima. En su lecho de muerte fue condecorado con la Orden El Sol del Perú, en el grado de Gran Cruz. En sus funerales estuvieron presentes varios líderes del partido, entre ellos Luis Alberto Sánchez Sánchez, Ramiro Prialé, Andrés Townsend, Javier Valle Riestra y Armando Villanueva, así como una enorme multitud, que acompañó el traslado de sus restos desde Lima hasta su ciudad natal.[4]

Fue enterrado en el Cementerio General de Miraflores de la ciudad de Trujillo. Su ataúd reposa debajo de una gran roca con la frase «Aquí yace la luz».[5]

Obras

  • 1928: El antiimperialismo y el APRA, escrito como respuesta contra el folleto crítico ¿Qué es el ARPA? (1926), del comunista cubano Julio Antonio Mella (asesinado en 1927 en México).[6]
  • Por la emancipación de América Latina.
  • La defensa continental.

Fuentes