Villa Hortensia (Artemisa)

Villa Hortensia
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Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaArtemisa
 • MunicipioArtemisa
Villa Hortensia.jpg
Finca agroecológica

Villa Hortensia. Finca agroecológica ubicada en el municipio Artemisa de donde se han multiplicado plantas ornamentales, árboles de marañón, guanábana, cerezos y otros frutales en sólo 2,14 hectáreas de tierra.

Ubicación y logros

Refugio natural

Un pulmón de oxígeno recibe a quienes llegan a Artemisa por la entrada noreste del municipio habanero. Tal vez pase desapercibido a la vista, a causa del cercado de arecas; sin embargo, en el aire se nota la diferencia. Villa Hortensia exhala aire puro desde sus casi 25 000 plantas. A esta finca repleta de marañones, guanábanas, cerezas y mameyes, van a parar las aves en busca de un refugio natural.

Allí se han multiplicado plantas ornamentales, árboles de marañón, guanábana, cerezos y otros frutales hasta lograr 25 000 ejemplares en solo 2,14 hectáreas. Sin más combustible, energía eléctrica o regadío que el imprescindible, ni más fertilizante que el humus de lombriz y abonos orgánicos, se ha multiplicado variedades casi extintas de la campiña cubana y promovido la educación ambiental de niños y jóvenes en las escuelas del territorio. Tiene implementado 17 proyectos agroecológicos.

Armonía en Villa Hortensia

En la finca se  logró una población forestal mixta de 24 595 ejemplares en apenas 2,14 hectáreas. En Villa Hortensia coexisten armónicamente frutales y plantas ornamentales en una densidad rayana en lo inverosímil, aunque bien palpable. Con los nutrientes necesarios ninguna resulta hostil a la otra: 134 árboles de marañón, seis de canistel, dos de mamey Santo Domingo, 13 de anón, 10 de guanábana y 33 cerezos; a la par, 266 de aguacate, 245 de guayaba, 111 de cítricos y 26 de mango, 13 de melocotón, 16 de mamey colorado, uno de chirimoya y cinco de pera, entre otros.

Decenas de variedades de orquídeas

Por si no bastara, en sus áreas cuelgan más de 2 000 orquídeas de una decena de variedades. Abundan igualmente el Laurel nevado, los ficus y crotos, las Dracenas rojas…Rodeados de tanto verde colocaron 14 nidales enmascarados de manera natural en áreas escogidas. Con el propósito de proteger la avifauna silvestre, dispusieron cuatro comederos que permiten atraer y multiplicar sinsontes, gorriones, tomeguines.

Empleo de recursos naturales

Con recursos de natura

Todo ha sido posible sin derroche alguno de recursos, pues estos han sido economizados al máximo. Uno de los grandes aciertos que exhibe la finca consiste en recurrir al riego subterráneo por goteo: este sistema asegura que cada planta reciba el agua directo a la raíz, y solo la cantidad precisa. Asimismo, emplear el humus de lombriz en lugar de productos químicos no solo evita importar estos últimos y elude sus elementos tóxicos, sino que también mejora los suelos y propicia frutos de mayor calidad. Entretanto, los vertederos orgánicos constituyen una solución a esa basura, la cual degradan y reutilizan como compost o la aplican directamente al suelo, de acuerdo con el grado de descomposición.

Disponen, además, de dos burros de abonos orgánicos con capacidad para 125 metros cúbicos.Ni siquiera hacen falta muchos brazos para multiplicar si cuentan con la ayuda de ciertos insectos. Cultivar las abejas Meliponas facilita la polinización de plantas, además de contribuir al rescate de las llamadas abejas de la tierra. Un sistema de guaridas confeccionadas con piedras y tejas criollas protege las 45 de colmenas y de abejas en Cuba en explotación.


Plantar ideas

Desde luego, impregnar este tesón a muchos más amplía los resultados. En el lugar organizó un movimiento agroecológico en la cooperativa Julito Díaz y la comunidad El Porvenir, con tal de enseñar sobre manejo agroecológico en las fincas de la comunidad.Con la vehemencia de una obra considerable sobre la tierra, se insiste en una conciencia ecológica de acción. “No pongamos cuotas. Nuestra desmedida forma de relacionarnos con el entorno no entiende de números. Pongamos corazón y voluntad.“Más allá de producir alimentos, se trata de mantener vivo al hombre del tercer milenio.

Es hora de bajar la manga de la camisa y apretar la hebilla del cinto, de esparcir árboles y plantas. Seamos mejores para que nuestros sucesores tengan menos que reclamarnos”. Idalio concibió, además, establecer la misión ambiental Club Los Verdes en la escuela primaria rural Adolfo Delgado, con el objetivo de transmitir esas ideas a las nuevas generaciones. “La propuesta ha despertado tal interés en los estudiantes que constituye tarea de primer orden en su quehacer diario, sin ser orientada por profesor alguno.

“Realizan excursiones a la finca, que les familiarizan directamente con las actividades agrícolas y les educan en una cultura agraria. Pueden ver las aves volando, la abeja en su colmena o en la flor, aquello que quizás suena frío en un libro, pero aquí tiene sabor a vida.“Han comenzado a plantar en sus patios. Ya meriendan guayabas que sembraron y abonaron. La cereza y el marañón crecen en la escuela y en la comunidad, junto con plantas de guanábana y de mamey. Ahora los niños emprenden acciones concretas en su pedacito de planeta”.Y la misión se extiende al resto de las escuelas del municipio mediante sociedades científicas y círculos de interés, entre otras iniciativas. Los proyectos se suceden uno tras otro. “Es respuesta y deuda con la naturaleza cubana, con sus bosques, aguas cristalinas, su aire puro y descontaminado. Paguemos lo que nunca debimos consumir”.

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