Villarroya de la Sierra

Villarroya de la Sierra
Información sobre la plantilla
Municipio de España
EntidadMunicipio
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaBandera de la Provincia de Zaragoza.png Zaragoza
 • ComarcaComunidad de Calatayud
Población (1998) 
 • Total708 hab.
TomoXVI553 002.jpg
Vista del Poblado.

Villarroya de la Sierra . Es una villa y municipio español ubicado en la comarca Comunidad de Calatayud, en la Provincia de Zaragoza (a 105 km. de la capital), en la Comunidad Autónoma de Aragón. Esta villa esta ubicada en el Sistema Ibérico, en el valle del Ribota, a 732 m. de alt. Temperatura media anual, 12,5°. Precipitación anual, 456 mm. Población: en 1998, 708 hab.; en 1978, 1.067 hab.; en 1950, 1.900 hab.; en 1900, 2.381 hab.

Hay dos torreones que los vecinos del lugar llaman castillos del Rey y de la Reina. También hay dos puertas, la Baja y la Sumo Aldea. Edificios nobles, con aspecto palaciego. El conjunto urbano tiene carácter monumental. La parroquia está dedicada a San Pedro Apóstol y luce portada gótica, único resto del primitivo templo. Sillería labrada en el coro y órgano en forma de barco de guerra. El santuario de Virgen de la Sierra se encuentra en la cota más elevada de la misma, a 1.500 m. Cuenta la tradición que allí pernoctó Fernando el Católico cuando pasó disfrazado a Castilla para casarse con la reina Isabel. Hay otra ermita dedicada a la Santísima Trinidad, románica, del siglo XII.

Hay fiestas del 24 al 26 de mayo, con romería al Santuario de la Virgen. Las fiestas mayores se celebran del 16 al 19 de septiembre. El último domingo de este mismo mes hay otras en honor del Santo Cristo del Consuelo.

Arqueología

Entre las riquezas del patrimonio cultural con que cuenta esta localidad, merece destacarse una que enlaza directamente con la tradición de artesanía alfarera largo tiempo mantenida por sus habitantes. En un lugar en que predomina la arcilla de buena calidad, se ubican los restos de un alfar romano. Como suele ser frecuente en época celtibérica y romana, se sitúa al borde de un barranco, que desemboca en la vega del río Ribota, hallándose sobre la pequeña planicie que domina el barranco gran cantidad de cerámicas, moldes, pruebas y otros elementos de alfar. Estos terrenos están labrados actualmente, produciéndose como consecuencia de los trabajos agrícolas la dispersión de los restos materiales por la zona.

Entre los diversos vestigios que se han encontrado en el lugar, aparecen abundantes elementos propios del trabajo de alfarería.

Se han excavado ya dos hornos y localizado un tercero. Estuvo en funcionamiento desde el 50 hasta el siglo IV, siendo su período de apogeo los siglos II y III. Junto a él se sitúa un área con enterramientos romanos en ataúdes, acompañados de ajuar: cerámicas, cuchillos, hebilla, vasija de vidrio y un pequeño caldero de bronce. Cerca se encuentra la villa de sus propietarios, con tuberías de cerámica.

En cuanto a las producciones del alfar, son escasos los fragmentos conservados de cerámicas de tipo común, casi siempre de gran tamaño, lo cual indica de forma clara que la actividad se centró casi exclusivamente en la fabricación de terra sigillata, como queda evidenciado por la gran abundancia de ésta, así como de moldes para su fabricación.

En lo referente a la terra sigillata, las piezas abarcan todas las formas publicadas hasta la fecha de producciones hispánicas, existiendo algunos fragmentos que parecen corresponder a tipos nuevos. Los colores de los engobes oscilan desde el rojo fuego anaranjado al rojo casi vinoso en las piezas más tardías. Las pastas son depuradas, con ligera presencia de mica, y presentan tonos que van desde el rosa anaranjado hasta llegar al rojo ladrillo. El tipo de arcilla es el mismo que existe todavía en la zona. En cuanto a los motivos decorativos, se observa una relativa variedad: círculos, líneas verticales de ángulos consecutivos, de ruedecilla, conejos, águilas, grifos, figuras humanas y escenas separadas por metopas con dibujos geométricos o florales. Ninguna de las piezas que se conocen presenta el sigillum del alfarero. Por lo que respecta a los moldes, los hay decorados y lisos, siendo el hallazgo de estos últimos poco frecuente.

La situación del alfar permite adelantar que, con bastante seguridad, sus producciones llegarían a la cercana Bilbilis abasteciendo sin duda a las villas de la zona, sin que podamos descartar que otras ciudades más alejadas, como Arcobriga o estuviesen también dentro de su ámbito comercial.

Desde 1981, la Asociación Cultural y Centro de Estudios Armantes viene estudiando los materiales, restos constructivos y el entorno de este alfar.

Fuentes