Pueblo visigodo

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Visigodos
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Expansión de los visigodos en el siglo V, en la península ibérica.
Información
Raíz étnicagodos
Idiomavisigodo
Recorrido de las campañas visigodas en tiempos de Alarico I.

Los visigodos fueron la rama de los pueblos godos, perteneciente a los pueblos germánicos orientales. Pueblo guerrero, seminómada, de origen indoeuropeo, proveniente de la actual Suecia que hablaba una lengua emparentada con el germano antiguo. Eran paganos, siendo su Dios Principal, Gutton, del que creían descender. Adoraban también como la mayoría de los pueblos de la antigüedad, a los fenómenos de la naturaleza.

Su presencia en Hispania data del año 416, cuando ―como federados de Roma― acudieron para combatir contra los suevos, vándalos y alanos, que se habían asentado en diversas regiones del territorio peninsular. Tras esta intervención, firmaron un acuerdo con Roma y se establecieron en el suroeste de las Galias, donde crearon el reino de Tolosa (en Toulouse). Más tarde regresaron a la Península con funciones de carácter militar iniciándose su asentamiento en estas tierras. Pero la afluencia masiva de visigodos hacia la Península se produjo después de la derrota sufrida frente a los francos en la batalla de Vouillé (507). Su asentamiento preferente se sitúa en la cuenca del Duero, una zona de escasa población y débil desarrollo urbano, que les permitía mantenerse aislados de los hispanorromanos.

Origen

Los visigodos guerreando.

Tiene su origen histórico en las tierras del Sur de lo que hoy es Suecia. Los godos eran un pueblo indoeuropeo, de tronco nórdico. Su lengua, hasta donde se sabe de ella, entronca con el germano antiguo y posiblemente tuviera la misma raíz. No se sabe con certeza en qué época los godos se diferenciaron de otros pueblos nórdicos vecinos de ellos, tales como gépidos, jutos, etc. Por ello no es posible trazar con total exactitud las raíces de los godos hasta su primer origen.

Los godos entran en la historia cuando autores romanos los mencionan como habitantes de las costas bálticas de los que hoy es Alemania y Polonia ya en el siglo I n. e. Su migración desde Escandinavia no puede ser datada con precisión aunque se suele aceptar la primera mitad de ese siglo como fecha aproximada.

Los visigodos surgieron de grupos góticos anteriores (posiblemente de los tervingios) que habían invadido el Imperio romano a partir de 376 y habían derrotado a los romanos en la batalla de Adrianópolis en el año 378. Los visigodos invadieron Italia bajo Alarico I y saquearon Roma en el año 410. Se establecieron en el sur de la Galia como federados del imperio romano, y tras la derrota de Vouillé en el año 507 pasaron a establecerse en Hispania creando un gran reino que abarcaba toda la península hasta que fueron derrotados por los árabes en la batalla de Guadalete en el año 711 y su reino fue sometido durante siglos hasta que posteriormente con la Reconquista, los Reyes Católicos, descendientes de los reyes visigodos, reinstauraron el Reino de España basándose en el antiguo Reino Visigodo.

A lo largo de casi dos siglos los godos van emigrando hacia el Sureste hasta establecerse, en la primera mitad del siglo III, en las orillas del mar Negro, al este del río Dniéster, en lo que hoy son Moldavia y Ucrania.

Hasta el momento de asentarse en las costas del Mar Negro los godos tenían una estructura social muy similar a la de otros pueblos seminómadas. Todos los hombres adultos eran por definición hombres libres y guerreros.

Historia

Durante el siglo III los pueblos godos greutungos y tervingios, efectuaron incursiones contra el Imperio, destacando las del 251 (contra Moesia y Tracia), la del 258–259 (contra la costa del Mar Negro, Propóntide, las islas del Egeo, Éfeso, Atenas y otros puntos) y la del 269 (contra Creta, Chipre, Tesalónica y otros puntos). Entre los años 270 y 273, el emperador romano Aureliano abandonó la Dacia, región sobre el norte del Danubio, y los tervingios emprendieron hacia el 300 la ocupación del territorio, y entraron como mercenarios al servicio de los romanos.

Pueblo de origen germánico que constituyó, junto a los ostrogodos, una de las grandes ramas de los godos. Establecidos desde el siglo II en Escitia, los visigodos se desplazaron hacia el oeste presionados por los hunos (376), ocupando la península griega (395) y Roma (410).

Penetración en el Imperio romano

Hacia el año 370 los greutungos estaban gobernados por un rey llamado Hermanarico o Ermrich, el primer rey histórico de la dinastía de los Amalos, quien hubo de enfrentarse en el 375 a los hunos dirigidos por Balamber. Hermanarico, ya anciano, fue gravemente herido en un atentado y se suicidó ante una inminente derrota, sucediéndole Vitimiro, cuyo intento de resistir a los hunos no tuvo éxito y él mismo resultó muerto, de modo que los gretungos fueron sometidos por los hunos.

Pero los tervingios al mando de Alavivo y Fritigerno, que eran unos doscientos mil, se reunieron en la orilla norte del Danubio y pidieron al Imperio, contra el que habían combatido unos años antes, que les aceptara en sus territorios y se les otorgaran tierras donde asentarse. A este grupo se le permitió asentarse en la orilla sur del Danubio y los Balcanes (Tracia y Moesia). Pero la explotación a que fueron sometidos por los funcionarios imperiales y por jefes militares romanos les creó una situación insostenible para su orgullo. Fritigerno y los grandes terratenientes visigodos presentarían quejas y el general romano Lucipino intentó asesinar a Fritigerno durante un banquete; el intento fracasó y Lucipino resultó muerto. Fritigerno y los visigodos se rebelaron (377) en Marcianópolis (Moesia Inferior), venciendo a las fuerzas imperiales en batalla de Adrianópolis (9 de agosto de 378) en cuyo combate murió el emperador Valente. Su sucesor, Teodosio, tras combatirles algún tiempo, ajustó con ellos la paz (381), pero hubo de asentarlos más firmemente en el Imperio y darles un papel importante en el ejército.

Alarico I, el primero en gobernar a todos los visigodos, importante incursor en el Imperio romano. Reproducción fotográfica de 1894 de una pintura de Ludwig Thiersch.

Los visigodos obtuvieron una participación destacada en las guerras civiles del 388 (contra Magno Clemente Máximo) y 394 (contra el pagano Eugenio). Cuando murió Teodosio (17 de enero de 395) el imperio de éste se dividió: el Oriente quedó para su hijo Arcadio y el Occidente se asignó a su segundo hijo, Honorio, que sólo tenía 11 años, por lo que Teodosio le había designado como regente al general Estilicón, jefe de su ejército. Los visigodos eran gobernados por Alarico I, al que Jordanes indicó que pertenecía al linaje de los Baltos, como un medio de incrementar su prestigio. Alarico atacó Constantinopla y asoló Grecia (395 y 396). El general Estilicón logró expulsarlos de Grecia, pero el emperador, temeroso del poder del general, designó a Alarico gobernador de Iliria, logrando con ello cinco años de paz (396 a 401).

Gala Placidia, nacida en el año 391 e hija de Teodosio estaba, desde niña, comprometida en matrimonio con un hijo de Estilicón, cuando los visigodos conducidos por Alarico penetraron el año 401 al norte de Italia. Estilicón, fue ejecutado en las revueltas posteriores al año 406 y el compromiso de Gala quedó sin efecto. Alarico dirigió sus ejércitos a Roma e impuso como gobernante a un romano, Átalo. No pudo someter a Honorio, aunque en agosto de 410 pudo entrar a Roma y sus godos la saquearon obeniendo también como la parte del botín más importante a Gala Placidia. Luego se dirigió al sur para ocupar Sicilia camino a controlar África,principal bastión de aprovisionamiento romano. Falleció a poco de intentar cruzar el mar y su sucesor, Ataúlfo, desestimó este intento y se volvió al norte, pero para buscar un acuerdo con Honorio, para servirle, se casó con su cautiva Gala Placidia en Narbona, el año 414.

El saqueo de Roma

Estatua de Ataúlfo. Pactó con Honorio la salida de Italia a cambio de la concesión del gobierno de las Galias.

En 401, Alarico marchó contra Roma pero fue vencido cerca de Pollentia (6 de abril de 402) y después en Verona. Probablemente Estilicón negoció con Alarico su ayuda contra otros bárbaros como Radagaiso, y se cree que le fue ofrecida la confirmación como Magister Militum y gobernador de Iliria, con unos límites que entraban en contradicción con las reivindicaciones territoriales de Oriente. El partido nacionalista romano, tal vez instigado por el gobierno de Constantinopla, acusó a Estilicón de preparar la entrega del Imperio a Alarico y urdió un complot. Estalló una revuelta de tropas que obligó a Estilicón a refugiarse en una iglesia, siendo asesinado en el momento de salir (tras prometérsele que salvaría la vida si salía) por Olimpo, bajo órdenes del emperador Honorio (23 de agosto de 408). Alarico regresó a Italia y obtuvo nuevas concesiones de Honorio que se había establecido en Rávena, pero una vez que se retiraron los visigodos, Honorio no mantuvo sus promesas. Los visigodos marcharon hacia Roma y apoyaron la proclamación de un usurpador llamado Prisco Atalo (409), que era de origen jonio y probablemente arriano, el cual concedió a Alarico el título de Magister Militum.

Pero Atalo no quiso o no pudo cumplir sus promesas y el rey visigodo regresó a Roma poniéndole sitio. Por primera vez en su historia desde la invasión gala, Roma cae ante un rey extranjero. Después de ser tomada por Alarico, éste depuso al usurpador (24 de agosto de 410) y sus hombres saquearon la Ciudad Eterna durante tres días, tras lo cual la abandonaron, llevándose con ellos a Atalo y a Gala Placidia, hermana de Honorio. De Roma pasaron al sur, devastando Campania, Apulia y Calabria. Alarico murió en el sitio de Cosenza (410) y le sucedió su cuñado Ataúlfo. Éste pactó con Honorio la salida de Italia a cambio de la concesión del gobierno de las Galias (territorios que escapaban del control de Roma, pues se habían sometido a Constantino). La caída de Roma fue un golpe muy duro para el mundo romano de esa época, porque a la Ciudad Eterna se la creía inexpugnable.

Asentamiento en las Galias

El rey visigodo Walia. En la Biblioteca Nacional de España.

Los visigodos bajo Ataúlfo dejaron Italia (412) y a cambio de tierras por paz, fueron al centro y al sur de las Galias y posteriormente, al norte de Hispania. Las largas y complejas luchas de Ataúlfo para dominar el sur de las Galias le ocuparon varios años (411 a 414). En el 414 el rey Ataúlfo, que tras una alianza con Honorio y con el Magister Militum Constancio, había vuelto a actuar por su cuenta, se casó con Gala Placidia, hermana de Honorio que había sido raptada por Alarico. Constancio fue enviado a la zona y los visigodos fueron derrotados en Narbona. Constancio logró desviar a Ataúlfo hacia Hispania (lo que le permitía conservar el sur de la Galia), y los visigodos entraron en la Tarraconense el 415.

Ese mismo año Ataúlfo fue asesinado en Barcelona. Walia, su sucesor, trató de establecer a su pueblo en África, pero una tempestad dio al traste con sus intenciones. Los visigodos, faltos de víveres, proponen una alianza con el Imperio romano, en nombre del cual se encargarían de combatir a los suevos, alanos, vándalos, asdingos y silingos, que ocupaban las provincias de Hispania (excepto la Tarraconense), y a entregar a Gala Placidia; a cambio Honorio les enviaría suministros. Así, los visigodos acaban con los vándalos silingos de la Bética y los alanos de la Lusitania, pero Honorio cambia de planes y vuelve a instalar a los visigodos en la Galia en el 418.

Reino visigodo

Reino visigodo de Tolosa (Francia)

En 418, en virtud de un pacto se asientan en la provincia romana de Aquitania Secunda en el sur de las Galias y logran fundar un reino con capital en Tolosa (la actual Toulouse).

Intervienen como aliados del Imperio para someter a otras tribus en Hispania y en 453 participan en la derrota de los hunos en la batalla de los Campos Cataláunicos.

La cúspide del poder visigodo fue alcanzada durante el reinado de Eurico (466–484), quien completó la conquista de España, salvo la Gallaecia (en poder de los suevos hasta 585, año que la conquistó Leovigildo).

En 507, Alarico II fue derrotado en Vouillé por los francos de Clodoveo I, perdiendo todas sus posesiones al norte de los Pirineos excepto la Septimania o Galia Narbonense (de población galorromana). Esta provincia, de vital importancia para el comercio de la época, se mantuvo hasta el final en poder del Reino visigodo de Hispania. Las ciudades de Narbona y Toledo (la capital de Hispania) constituyeron los polos de la política visigoda.

Reino visigodo de Toledo (España)

Conversión de Recaredo I del arrianismo al catolicismo, por el pintor Muñoz Degrain.
Los Reyes visigodos (Chindasvinto, Recesvinto y Égica) según el Códice Vigilano.

Al mando de Ataúlfo cruzaron los Alpes (412) y ocuparon la Provenza y Aquitania estableciéndose en el sur de la Galia y en Barcelona. Valia pactó la federación con los romanos (416) con el compromiso de expulsar a los bárbaros del oeste y sur de la Hispania; Roma les otorgó por el foedus (418) la Aquitania II y la Narbonense I, que comprendía Burdeos, Poitiers y Tolosa, donde situaron la capital. A cambio de sus servicios militares recibieron casi la mitad de las tierras cultivables del territorio (419-31).

La caída del Imperio de Occidente (476) convirtió al visigodo Eurico en rey de visigodos y romanos, permitiéndole expandirse por las Galias y toda Hispania. Paralelamente a la incorporación de otros pueblos godos, en especial ostrogodos, los visigodos fueron adoptando los sistemas jurídico e institucional y la lengua romanos.

Con Alarico II (484-507) se inició la decadencia del reino de Tolosa. A partir de la conversión al catolicismo de Recaredo en el III concilio de Toledo (589), adonde había sido trasladada la capital, la Iglesia intervino en los asuntos de Estado.

El ocaso del reino de Toledo se inició con Wamba (672-680), sucesor de Recesvinto. A la muerte del rey Vitiza (710) el reino quedó dividido en los partidarios de Agila, hijo de Vitiza, y los de Don Rodrigo, duque de la Bética. La amenaza musulmana del norte de África se hizo efectiva al convocarlos Agila para luchar contra Rodrigo, que fue derrotado y muerto (712).

Con la ocupación árabe de Carcasona (725) desapareció el estado visigodo, del que sólo perduró el pequeño reino de Teodomiro en el valle del Segura hasta el 779.

Vestigios de la lengua gótica

La presencia de los visigodos en España apenas ha dejado herencia lingüística porque llegaron a la península tras varios siglos de convivencia con el Imperio romano y sufrieron la consiguiente latinización. Parece que algunos hechos, como la palatalización de la k y de la g latinas en la época tardía tiene relación con los fonemas correspondientes del gótico y es común a otras lenguas románicas.

En el léxico se registra la raíz de origen germánico "burg"- que significa ciudad, y está presente tanto en Burgos como en Friburgo o Gotemburgo. Algunas palabras como falda, guerra, tregua, guardia y espía, relativas al mundo militar tienen origen godo. Los onomásticos Alfonso, Ramiro, Gonzalo y Elvira también son de la misma procedencia.

Invasiones

La infiltración germana en las fronteras del Norte comienza en el siglo IV, mucho antes de la gran irrupción bárbara atraídos por las comodidades de la vida romana. Muchas tribus germanas fueron vencidas y reducidos sus miembros a la esclavitud o utilizados como tropas auxiliares. Otros, como los francos y los visigodos, consiguieron pactos con los emperadores y se establecieron dentro de las fronteras como pueblos aliados o federados. Así se realizó una lenta penetración germánica llamada invasión pacífica.

En el siglo V diversos pueblos se vieron obligados a penetrar violentamente en el Imperio presionados por los hunos y los avaros, de raza amarilla. Al principio fueron rechazados pero en el año 406 tuvo lugar la gran invasión.

Nuevos reinos germánicos

A raíz de la desaparición del Imperio romano surgen los reinos germanos siguientes: el reino visigodo en España, el de los francos en la Galia, el ostrogodo en Italia, el vándalo en África del Norte y el reino anglosajón en Inglaterra. La invasión de los bárbaros rompe la unidad política romana.

La invasión germana destruyó la organización política y social de la civilización urbana clásica para dar lugar a una sociedad rural de señores feudales y siervos de la gleba.

La cultura sufrió un retroceso considerable con las invasiones. Pero la Iglesia, con la unificación religiosa, facilitó la fusión de las diversas razas y salvó las más puras esencias de la civilización romana. La cultura clásica refugiada en los monasterios, fue impregnada de sentido cristiano y acomodada a las nuevas nacionalidades, que la pudieron asimilar por haber adoptado la lengua de los vencidos.

Tervingios y greutungos

Gutthiuda, el territorio de la confederación tervingia del Danubio en el siglo IV.

La división de los godos se encuentra afirmada por vez primera en 291, donde aparecen mencionados los tervingios; esta primera mención tuvo lugar en un elogio al emperador Maximiano (285–305), pronunciado en el año 291 o poco después (o quizá pronunciado en Tréveris el 20 de abril de 292 que dice que los «tervingios, otra división de los godos» (Tervingi pars alia Gothorum) se unieron a los taifalos para atacar a los vándalos y a los gépidos. El término «vándalos» puede estar equivocado y referirse en realidad a los «victohali» porque alrededor del año 360 el historiador Eutropio narra que Dacia estaba entonces (nunc) habitada por los taifalos, victohali y tervingios.

Las referencias contemporáneas a las tribus góticas usaban los términos Vesi, Austrogothi, Tervingi y Greuthungi. La mayor parte de estudiosos han concluido que los términos Vesi y Tervingi fueron usados ambos para referirse a una misma tribu particular, mientras los términos Ostrogothi y Greuthungi fueron usados para referirse a otra. Herwig Wolfram indica que mientras las fuentes primarias no mezclan los nombres de los pueblos: estas mencionan por un lado la pareja Tervingios-Greutungos y por otro lado la pareja Vesi-Ostrogodos y no en otra combinación, aunque ocasionalmente se enumeran los cuatro nombres como Gruthungi, Austrogothi, Tervingi. Según Herwig Wolfram, en la Notitia Dignitatum los vesi son igualados a los tervingios en una referencia a los años 388–391; esto no está claro en la propia Notitia. Hay un gran debate erudito sobre la identificación de los vesi con los tervingios y los greutungos con los ostrogodos. Que los tervingios fueran los visigodos y los greutungos los ostrogodos es algo que también indica Jordanes, que identificó a los reyes visigodos desde Alarico I a Alarico II como los herederos del juez tervingio del siglo IV, Atanarico; y los reyes ostrogodos desde Teodorico el Grande a Teodato como los herederos del rey greutungo Hermanarico. Esta interpretación, sin embargo, aunque muy divulgada entre los eruditos actuales, no es universal.

Para Wolfram existe una continuidad entre tervingios y visigodos, y entre greutungos y ostrogodos. Las derrotas godas en época de Claudio II y Aureliano habrían hecho que los godos se escindieran. Al este del Dniéster permanecieron los greutungos, y en el Bajo Danubio los tervingios constituyeron junto con otros pueblos como los taifalos o sármatas, una confederación de pueblos que estuvo encabezada por un juez, Atanarico. De esta confederación de pueblos surgirían los visigodos. Para Heather, por contra, la división de los godos se produjo por la invasión de los hunos: los visigodos resultarían de una mezcla de tervingios y greutungos, y seguidores de Radagaiso, y que se establecieron al sur del Danubio a finales del siglo IV; mientras que los ostrogodos serían el resultado de la unión de fuerzas de Teodorico II y Teodorico el Grande a fines del siglo V. Roger Collins cree que la identidad visigótica surgió de la Guerra Gótica (376–382) cuando un conjunto de tervingios, greutungos y otros contingentes "bárbaros" formaron un ejército federado al este de los Balcanes que no se integró en la sociedad romana, y que por tanto no podía ser reconocidos únicamente como tervingios.

Wolfram indica que "Vesi" y "Ostrogothi" eran los términos que cada tribu emplearían para designar para autodescribirse, los vesi eran los buenos, y los ostrogodos eran los godos del sol naciente; mientras que "Tervingi" y "Greuthungi" eran identificadores geográficos con los que cada tribu describiría a la otra tribu, lo que explicaría que estos últimos términos dejaran de usarse después del 400, cuando los godos habían sido desplazados por las invasiones de los Hunos.

El término visigodo es una invención del siglo VI. Casiodoro, que era un romano al servicio del rey Teodorico el Grande, inventó el término "Visigothi" para hacer la correspondencia con el de "Ostrogothi", así mientras él pensaba que este último término significaba godos orientales, se inventó un término para designar a los godos occidentales. El término Visigodo fue empleado en el mismo reino visigodo pues así consta en sus relaciones diplomáticas con Italia en el el siglo VII.

Cultura y arte de la España Visigoda

La irrupción de las oleadas sucesivas de pueblos bárbaros provoca una época de luchas y de incultura en la Península. Solo la Iglesia mantiene vivo en la paz de sus monasterios el recuerdo y la influencia de las letras clásicas.

Los visigodos, romanizados por su contacto con la cultura del Imperio, adoptan la lengua latina y la religión católica de los hispano-romanos. La fusión de vencedores y vencidos origina un arte nuevo con elementos romanos, bizantinos y visigodos.

El pueblo visigodo fue el más romanizado y culto de los invasores. Su arte se inspira en modelos hispano- romano y bizantino, aportando como originalidad el estilo decorativo. El arte visigodo o hispanovisigodo es un arte cristiano de carácter religioso que se desarrolló principalmente en el siglo VII, ya que no se puede considerar perteneciente a la arquitectura y arte visigodo las manifestaciones anteriores (siglo VI) por ser de clara tradición tardorromana paleocristiana.

Orfebrería

Orfebrería de estilo visigodo: la corona de oro de Recesvinto.

La orfebrería visigoda tiene su más importante exponente en el llamado "Tesoro de Guarrazar". Durante la ocupación musulmana algunos clérigos visigodos lo enterraron en el monasterio de Santa María de Sorbaces, en la Huerta de Guarrazar, cerca de Guadamur, localidad a pocos kilómetros de Toledo.

A mediados del siglo XIX tal tesoro fue recuperado, aunque tras distintos avatares y robos se han perdido diferentes piezas.

Se trata de un conjunto donado por los reyes del Reino Visigodo, Suintila y Recesvinto -entre otros- a la iglesia de Toledo como ofrendas votivas. Está compuesto por cinco cruces y seis coronas de oro y pedrería, destinadas a ser colgadas del techo. Su estilo procede del mundo bizantino aunque con influencias germánicas.

Arquitectura

Iglesia de San Juan de Baños de Cerrato (en Palencia)

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La iglesia de San Juan de Baños de Cerrato está localizada a muy pocos kilómetros de la ciudad de Palencia.

Es un soberbio templo de estilo visigótico que, como en casi todos los casos, ha sufrido reformas, en este caso en época gótica. Lo más sobresaliente de este templo es el equilibrado ordenamiento del cuerpo de la iglesia, que está dividido en tres naves mediante arcos de herradura que voltean sobre grandes columnas de capiteles que imitan lo corintio.

Edificaciones más típicas

  • Ermita de Santa María de Quintanilla de las Viñas (Burgos);
  • Iglesia de Santa Lucía del Trampal de Alcuéscar (Cáceres);
  • Cabecero de la Iglesia de San Miguel de los Fresnos (en ruina) de Fregenal de la Sierra (Badajoz);
  • Capilla de San Fructuoso de Montelius de Braga (Portugal);
  • Iglesia de São Gião de Nazaré (Portugal).
  • Capilla de San Xes de Francelos de Ribadavia (Orense);
  • Iglesia de San Pedro de la Mata (en ruina) de Sonseca (Toledo);
  • Iglesia de Santa María de Melque de San Martín de Montalbán (Toledo);
  • Basílica de Santa María de Batres. Actualmente Carranque (Toledo);
  • Iglesia de San Juan Bautista de Baños de Cerrato (Palencia);
  • Cripta de San Antolín en la catedral de Palencia (Palencia);
  • Iglesia de San Pedro de la Nave en San Pedro de la Nave-Almendra (Zamora);
  • Iglesia de Santa Comba de Bande (Orense);

Política

Los visigodos carecían de leyes escritas al principio. El primer legislador fue Eurico, quien codificó las costumbres germanas convirtiéndolas en leyes. La obra legislativa más importante de la época visigoda es el Fuero Juzgo, redactada en tiempos de Recesvinto y Chindasvinto.

Los visigodos pretendieron instaurar un Estado centralizado, continuador del poder romano, a cuya cabeza estaba la institución monárquica. El rey era el jefe supremo de la comunidad y tenía amplios poderes judiciales, legislativos, militares y administrativos. Para reforzar su prestigio, los reyes visigodos adoptaron los atributos y el ceremonial de los emperadores. El rito de la unción regia, que recibían de los obispos, les confería cierto carácter sagrado. Tradicionalmente se accedía al trono por elección dentro de un linaje.

Diversos reyes intentaron hacerla hereditaria recurriendo al procedimiento de la asociación al trono, que aseguraba la sucesión dentro de la propia familia, pero finalmente se impuso el principio electivo (IV Concilio de Toledo, 633).

El organismo que auxiliaba a los reyes en sus funciones de gobierno era el Officium Palatinum, en el que se integraban los magnates de su confianza. Para la gobernación del territorio mantuvieron la división de época romana en provincias, a cuyo frente situaba a un dux. En cambio, los viejos municipios romanos fueron sustituidos por nuevos distritos de carácter más rural, los territoria, gobernados por un comes. Tanto los duques como los condes pertenecían a los escalones más altos de la nobleza y se erigieron en los grandes funcionarios de la administración territorial. Las grandes asambleas políticas del reino fueron el Aula Regia y los Concilios.

Economía y sociedad

Durante la época visigoda prosiguieron las transformaciones socioeconómicas características del Bajo Imperio. Los latifundios se convirtieron en centros de articulación política y social, en los que se integraba un gran número de población libre, vinculada personal y económicamente a los grandes propietarios. Prosiguió la decadencia de las ciudades y del comercio y se agudizó el proceso de ruralización de la sociedad.

Desde la conversión de Recaredo al catolicismo se produjo una confusión creciente entre el poder político y el religioso, y la cultura se convirtió en monopolio de la Iglesia. Sin duda la figura más destacada en este campo fue san Isidoro, autor de las Etimologías, considerada la primera enciclopedia cristiana.

Véase también

Fuentes

  • «Las cuatro mentiras sobre los godos», de Jurate Rosales
  • «El idioma que hablaron los godos», de Jurate Rosales.
  • Blog sobre la cuestión arriana.
  • Claudiano: Sobre la guerra gótica (De bello Gothico).
    • Texto latino, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus. Empleando el rótulo activo load, que se halla en la parte superior derecha, se obtiene ayuda en inglés con el vocabulario latino del texto.
  • Gabriel García Voltá: El mundo perdido de los visigodos.
  • Diccionario Enciclopédico Salvat Universal. (1985). España: Salvat Editores, S.A. T.20 p. 353-354.
  • Artículo: Legado Visigodo. Disponible en: Historialazo. Consultado el 2 de agosto de 2013.
  • Artículo: Arte Visigodo. Disponible en: Arteguías. Consultado el 2 de agosto de 2013.
  • Artículo: Origen y expansión. Disponible en: Feudalismovisigodos. Consultado el 2 de agosto de 2013.
  • Artículo: Economía y sociedad. Disponible en: Jaja. Consultado el 2 de agosto de 2013.
  • Artículo: Los Godos. Disponible en: La guía 2000. Consultado el 2 de agosto de 2013.