Voz del docente

La voz del docente
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Concepto:Principal medio de enseñanza sonoro que sirve como soporte material de las ideas que transmite el docente.

Voz del docente. La voz de profesores y maestros es considerada como el principal medio de enseñanza y como tal debe cumplir con algunos requisitos para alcanzar la mayor eficacia en su empleo.

Hace más de un siglo, José Martí daba consejos para ello. Se presentan aquí algunas recomendaciones para alcanzar su mejor utilización tanto en clases como en otras formas de expresión oral a un público numeroso. También se proponen medidas para su cuidado, pues numerosas enfermedades de los órganos fonatorios se deben, en gran parte, a su utilización inadecuada.

La voz como medio de enseñanza

Muchos profesores y maestros piensan que el uso de su voz es suficiente para una correcta transmisión de los conocimientos que imparten, considerando que sus alumnos pueden concentrar su atención por largo tiempo, además de que los conocimientos y experiencias previas que poseen les facilitan asimilar su mensaje, solo con la utilización de su expresión oral.

Olvidan que muchos elementos internos y externos conspiran en su contra y que logran distorsionar el mensaje, a veces en tal medida, que los estudiantes “no entienden nada”, a pesar de los profundos conocimientos de su materia que tiene el profesor.

Desde la famosa Retórica de Aristóteles, hasta la actualidad, numerosos autores han dado múltiples consejos sobre la utilización de la voz para la locución, el discurso o la impartición de clases. Aquí la enfocamos como el principal medio de enseñanza de que dispone el docente, pero para lograr su mayor eficacia debemos atender a algunas recomendaciones que son válidas no solo para maestros y profesores, sino para todos los que han de dirigirse a un público que los escucha, sean periodistas, animadores, locutores, pastores, sacerdotes, etc.

El uso de la voz desde la visión de José Martí

Hace más de cien años, en su artículo “Clases orales” publicado en la Revista Universal de México, el 18 de junio de 1875, Martí se refería a la forma en que deberían exponerse los contenidos, después de observar las clases que se dictaban en el Colegio de Abogados de ese país, por medio de la lectura de conferencias escritas.

Escribía Martí:

  • La atención se cansa de fijarse tanto tiempo en una materia misma, y el oído gusta de que distintos tonos de voz lo sorprendan y lo cautiven en el curso de la peroración. La manera de decir realza el valor de lo que se dice:- tanto, que algunas veces suple a esto”.

Y más adelante agregaba:

  • Viven las clases de la animación y el incidente. Necesita a veces la atención cansada un recurso accidental que la sacuda y la reanime. Grábanse mejor en la inteligencia los conceptos que se expresan en la forma diaria y natural, que los que se presentan envueltos en la forma diluida, siempre severa y naturalmente detallada, de las peroraciones escritas”.

Las recomendaciones que hizo el Apóstol, de quien se dice fue un orador y maestro destacado, tienen hoy plena vigencia.

Recomendaciones para el uso de la voz en clases

A continuación mencionamos algunas recomendaciones para el uso eficaz de la voz:

  • Cuando se habla en la clase, el ritmo o velocidad del habla debe ser más lento que en la conversación normal, de lo contrario los estudiantes sólo entenderán las primeras y las últimas palabras.
  • Utilice pausas al hablar. Existe un número “mágico” que es 7+-2 palabras. O sea, en cada emisión de voz usted debe pronunciar entre 5 y 9 palabras. Por supuesto que no va a estar contando las palabras cuando habla. Para entrenarse se hace un ejercicio sencillo: se toma un párrafo cualquiera de un libro, periódico o revista, se divide con líneas verticales de acuerdo a esa norma y se lee varias veces hasta que el cerebro se habitúa a ese ritmo. Con relación a esta medida también hay que tener en cuenta que no se puede dejar una o varias palabras aisladas o carentes de sentido solo porque no caigan en este rango.
  • La entonación de la voz en el aula tiene que ser más pronunciada que en la conversación normal. Por ejemplo: si se hace una pregunta hay que recalcar la entonación ascendente al final para que pueda ser entendida. Los cambios de tono al hablar (más agudo o más bajo) dan interés a lo que se dice y evitan la monotonía.
  • Utilice la mímica al hablar, la expresión del rostro y los gestos corporales ayudan a transmitir los conocimientos. Los desplazamientos discretos en el aula contribuyen a mejorar la atención.
  • Practique la correcta dicción (pronunciación) de las palabras en voz alta, óigase a usted mismo. Sobre todo de aquellas palabras nuevas o en idiomas extranjeros. Si no conoce la pronunciación correcta de una palabra en otro idioma, dígala en Español, pero evite las mezclas que muchas veces son desafortunadas. Tenga presente que muchos vicios de dicción se adquieren durante la infancia y son muy difíciles de erradicar.
  • Evite la repetición de términos como “entienden”, “entonces”, “bien”, etc. También sonidos como “eeee” y otros que dispersan la atención de los oyentes. Este tipo de error de dicción conocido como “muletilla” es difícil de erradicar y la mayoría de las veces el hablante lo repite sin darse cuenta. El arrastre del final de algunas palabras seguidas de pausas muy largas dan idea de inseguridad.
  • Observe a sus estudiantes cuando habla, por ellos se dará cuenta si su mensaje es entendido o no, si muestran interés en lo que les dice o solo desean que termine la clase para que se vaya.
  • Por último recuerde que la inseguridad, el temor, la cólera, la tristeza y otras emociones se transmiten por la voz. Domine su voz, usted es un artífice de la comunicación y como tal tiene que aprender a conducirse.

Cuidado de la voz

El hombre aprendió a hablar modificando las funciones de ciertos órganos de la respiración y la digestión, que no fueron “diseñados” por la naturaleza para ello. Por esto se hace muy necesario el cuidado de nuestra voz, sobre todo por las personas que se valen de ella para su desempeño profesional.

Durante el habla, la respiración normal (aprox. 500 cm³) se altera, se inspira muy rápido una gran cantidad de aire (unos 2000 cm³) y se espira lentamente con gran fuerza, pues solo entonces se produce la voz.

Por la razón anterior sucede que la inspiración, o sea la entrada de aire a los pulmones en gran volumen y con gran rapidez, se realiza por la nariz y por la boca, no solamente por la nariz como ocurre en la respiración normal.

La boca no tiene las defensas naturales que posee la nariz para filtrar el aire (pelos, mucosidades, etc.) y por lo tanto entran en la garganta y los pulmones partículas contaminantes de polvo y otras sustancias, que requieren medidas adicionales de protección.

Medidas para el cuidado de la voz

A continuación se sugieren algunas medidas para el cuidado de la voz, en sentido general, aunque cada persona de acuerdo a sus particularidades necesitará enfatizar unas u otras.

  • Utilice una intensidad para hablar que le resulte cómoda, no grite. Hable de manera que lo puedan escuchar los últimos alumnos del aula, pero no tan alto que los aturda. Para aumentar la potencia de la voz debe acostumbrarse a contraer el abdomen cuando habla para impulsar el aire con mayor fuerza.
  • Evite cualquier cosa que pueda ser irritante antes de su clase como fumar, ingerir bebidas alcohólicas, líquidos muy calientes o comidas muy condimentadas o calientes.
  • No hable nunca mientras borra la pizarra o escribe en ella. El polvo de la tiza es altamente irritante para sus órganos fonatorios. Mantenga la boca cerrada.
  • Descanse la voz entre turnos de clase o al terminar su sesión de trabajo.
  • No hable innecesariamente durante turnos muy largos. Planifique sus intervenciones, haga que los estudiantes trabajen independientemente.
  • No compita con los ruidos externos, como el paso de un camión o una motocicleta. Espere a que disminuyan o acérquese a los estudiantes. Si sus alumnos hacen mucho ruido entonces hable usted más bajo, comprobará que es más efectivo que gritar más que ellos.
  • Los locales que tienen el techo (puntal) muy alto producen una reflexión de las ondas sonoras conocida como “reverberación”, que se siente como un eco. Si su aula tiene esas condiciones trate de hablar más bajo para evitarla.
  • Trate de ingerir bebidas ligeras o agua fresca entre turnos de clase, que lubriquen y alivien la laringe (no excesivamente frías).
  • Evite contraer catarros o gripe, sobre todo durante invierno. No sienta vergüenza por rechazar la cercanía o las muestras de afecto (besos y abrazos) de personas infectadas, está protegiendo su principal instrumento de trabajo.
  • Dar clases en locales con aire acondicionado donde la temperatura sea muy fría puede ser irritante para su voz. Protéjase también para hablar, de ventanas y puertas por donde entren fuertes corrientes de aire o polvo.
  • Ante cualquier disfonía (ronquera) persistente, dolor u otros síntomas inusuales de sus órganos fonatorios acuda al médico enseguida.

Fuentes

  • Ideario Pedagógico de José Martí. Centro de Estudios Martianos. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  • Ledo Llorella, Artemio. Conferencias sobre Medios de Enseñanza (inédita) .