Vuelo Sevilla-Camagüey

Vuelo Sevilla-Camagüey
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Busto a Barberán y Collar, Parque "Casino Campestre" (Camagüey).
Fecha:1933
Lugar:Camagüey, Cuba
País(es) involucrado(s)
Cuba y España
Líderes:
Mariano Barberán y Joaquín Collar

Vuelo Sevilla-Camagüey. El 11 de junio de 1933, arribó a Cuba, específicamente en Camagüey -en gesto solidario- la aeronave "Cuatro Vientos", procedente de Sevilla, España. Tres años después en nueva demostración de solidaridad fue recibido en Cuba el avión "Plateado de la Marina".

Contexto histórico

Transcurría la década del 30 del pasado siglo XX, notoriamente reconocida por la historia, recién concluía la primera conflagración mundial. El mundo se aprestaba en breve a asistir a la segunda.

Cuba se movía al compás de la grave crisis internacional con nefastas consecuencias para su sociedad, que trajo consigo el aumento de las condiciones de precariedad para muchos habitantes de la recién instaurada República. Por lo tanto, la vida estaba sumida en pocos privilegios para la espiritualidad de la mayoría de los cubanos. En España, recién se instauraba la República.

En 1933, Camagüey era uno de los mayores territorios de Cuba, formado en aquel entonces por la actual provincia de Ciego de Ávila y el territorio que comprende actualmente esa provincia.

El "boom" azucarero que se produjo en Cuba a inicios del siglo XX, determinado por la presencia de los Estados Unidos de Norteamérica en todos los asuntos del país y de manera particular en la economía y la política; trajo consigo un aumento de la inversión extranjera de ese país en Cuba, fundamentalmente en la industria azucarera. Esta explosión se manifestó de manera más significativa en la industria de ese tipo de la entonces provincia.

Sin abandonar la explotación de la ganadería, renglón económico que marcaría de manera definitiva la identidad cultural de la región, la fisonomía de los campos cubanos empieza a ser marcada por las torres de numerosos ingenios azucareros y, los campos a ser plantados con la dulce gramínea.

Para entonces, la población de esta extensa provincia solo alcanzaba un poco más de 100 mil habitantes. Se ubicaba en ciudades y poblados el 38.6 % de los habitantes.

De la producción nacional de azúcar le correspondía a la región unas 300 mil toneladas métricas. A diferencia de la ganadería extensiva, practicada por siglos, la industria azucarera demandaba la utilización de miles de brazos que permitieran el laboreo del cultivo y cosecha de la caña de azúcar.

Esto provocó la aparición en esta época de una fuerte emigración, sobre todo proveniente del área del Caribe, cuya esencia era la búsqueda de fuentes de empleo. Según las estadísticas correspondientes al propio año 1933, más del 20 % de la población de Camagüey en esos momentos, había nacido en el exterior.

En el proceso de conquista y colonización de Cuba y por similares causas, fueron traídos provenientes de África, miles de hombres que cumplimentarían bajo otras condiciones las labores del campo y la servidumbre. No fue la región de la que les hablo de las que más participó de este proceso migratorio: las causas, su base económica -como he comentado- no requería de un voluminoso empleo de fuerza laboral.

Por las razones conocidas, llegaron a la región miles de personas provenientes de España. Un buen número echó cimiento y no regresó.

Antecedentes

El siglo XX es testigo de la llegada de muchas personas provenientes del mismo destino. En diferentes regiones del país se fueron asentando bajo condiciones distintas a las encontradas en siglos anteriores, además de traer otras expectativas. Camagüey recibió a canarios, gallegos, asturianos, cántabros, andaluces, catalanes, entre otros.

Esta emigración final, junto a procesos similares anteriores, vino a marcar de manera definitiva la influencia de la hispanidad en los procesos de conformación de lo que se ha dado en denominar: el surgimiento de la nación y la nacionalidad cubana. Se ha tejido una cultura centenaria a base de una fructífera mezcla de sabores, provenientes de diferentes y múltiples regiones geográficas del mundo. Se compara o denomina a esa mezcla como mosaico cultural.

Pero es Camagüey fuerte candidato a exhibir la huella hispánica de manera apreciable, como es el caso de su Centro Histórico. Su arquitectura tiene una alta influencia morisca, proveniente sobre todo de Andalucía. Se caracteriza por las costumbres, los hábitos culinarios, la laboriosidad y tenacidad isleñas, entre otras influencias de las diversas regiones. La toponimia, cultura y arte y religiosidad, son evidencias tangibles que ofrecen una seña indeleble de hispanidad.

De manera especial se fue tejiendo una cultura en la región que ha realizado aportaciones notorias en todos los procesos históricos a la nación cubana. Esa cultura y visión popular ha permitido que se cuente con un juicio y percepción agudos sobre las cosas. Esto, unido a los fuertes nexos históricos-culturales y los vínculos filiares construidos por siglos, permitió y probó la capacidad del Camagüey para apreciar y reconocer la heroicidad del gesto de los protagonistas del vuelo Sevilla-Camagüey.

Vuelo Sevilla-Camagüey

El 11 de junio de 1933 fue recibida la noticia de que provenientes de la península Ibérica y atravesando el Atlántico, dos pilotos españoles tenderían un nuevo puente entre Cuba y España, siguiendo la ruta una vez andada por el almirante Cristóbal Colón.

El avión "Cuatro Vientos" es avistado por vez primera en Cuba sobre las 2:00 p.m. de esa fecha, sobrevolando la ciudad de Guantánamo. En ese momento no pudieron aterrizar allí debido a las condiciones del tiempo; por lo que siguieron la ruta de la compañía cubana de aviación.

En Camagüey, el día transcurría tranquilo; una fina lluvia contribuía a la coloración de tonos grisáceos que matizaba el cielo. El aeródromo se ubicaba al norte, a nueve kilómetros de la urbe, camino a la ciudad portuaria de Nuevitas.

Este aeropuerto, junto a los de Guantánamo y Santa Clara, fue tomado como alternativo para el "raid", ante cualquier eventualidad que no le permitiera a la tripulación y su avión, llegar directo hasta La Habana, como finalmente sucedió. Por esas razones eran esperados en ese sitio.

Entrada la tarde y pasadas las tres, apareció el avión en el cielo del Camagüey, sobrevolándolo de este a oeste. El mismo siguió su rumbo y llegó a la ciudad de Florida; allí no disponían de combustible suficiente. Entonces dieron unas vueltas y reconocieron el lugar del aterrizaje, que finalmente se produjo a las 3:30 p.m.

El vuelo procedía del aeropuerto de Tablada, en Sevilla, España, y constituyó un record para la aviación mundial de entonces. Sus tripulantes fueron recibidos con mucho entusiasmo, en el mismo campo de aviación, por las autoridades allí presentes; donde se encontraban, entre otros: el director del periódico "El Camagüeyano", el presidente de la Colonia Española en la localidad y varios periodistas.

En el vuelo viajaban el capitán de ingenieros y jefe de la expedición Mariano Barberan, el piloto y teniente Joaquín Collar y el mecánico del avión y sargento Modesto Madariaga.

Collar fue el primero en descender. Después de los saludos se acercó al avión, y entre mezcla de sentimientos de satisfacción y orgullo se dirigió al avión y le dijo: "Qué bien te portaste, te has portado como un español".

Por su parte, Barberan manifestó: "Mi compañero Collar ha demostrado una serenidad y resistencia física maravillosa, haciendo en Tablada uno de los más difíciles despegues que recuerdo en mi vida de piloto por el enorme peso del aparato y después llevando durante la mayor parte del tiempo la dirección de la nave, mientras yo atendía las cartas y otros detalles de navegación. Finalmente, no quiero dejar de elogiar el brillante aterrizaje efectuado aquí, a pesar de las 40 horas de vuelo con que llegamos a Camagüey". Declaró más adelante: "(…)yo hice el despegue en Sevilla y el aterrizaje aquí, pero durante la travesía nos turnamos varias veces".

Desde su arribo, los aviadores manifestaron que su estancia en Camagüey sería breve, estarían varios días en La Habana y luego partirían hacia México, país al cual tenían mucho interés en visitar.

A la salida del aeropuerto se dirigieron al Hospital General, donde fueron reconocidos por médicos que los encontraron en perfecto estado de salud, aunque bastante agotados.

Después se trasladaron hacia el Hotel Camagüey, antiguo Cuartel de Caballería ]]. Allí, fueron recibidos por el jefe militar de la provincia para trasmitirle los saludos de las más altas jerarquías civiles y militares del país. La acogida en este lugar fue una cálida demostración de simpatía y entusiasmo popular, que impactó a los heroícos y agotados aviadores.

Visitas a la ciudad

En el hotel, un reconocido fotógrafo y cronista de apellido Cortiñas, tomó varias fotografías instantáneas en el jardín y en una habitación, junto al cónsul de España, señor Luis Roca Tabores.

Allí se supo, que habían partido desde La Habana tres aviones del cuerpo de aviación nacional, y que en uno de ellos viajaba el sargento y mecánico del "Cuatro Vientos" -Modesto Madariaga-, con todo lo necesario para que el avión pudiera continuar hasta la capital. Al final, el vuelo fue interrumpido en Santa Clara, al aparecer debido a una tormenta; continuando el viaje a Camagüey por carretera.

Los tripulantes del "Cuatro Vientos" emitieron sus saludos, desde el hotel y a través de la emisora local CMJK "La Voz del Camagüeyano", mensaje que fue trasmitido en cadena por el resto de todas las emisoras de radio de todo el país. En ese mismo lugar, y en horas de la noche, fueron agasajados con un gran banquete.

En la mañana del 12 de junio visitaron la redacción de la emisora CMJK, siendo presentados a la audición por el director del periódico local; manifestando el capitán Barberan su agradecimiento por las demostraciones de afecto que habían tenido.

En su intervención Collar manifestó: "Quiero felicitar a este pueblo por haber procreado mujeres tan bellas, amables y sencillas, así como unos caballeros tan gentiles y hospitalarios…viva Camagüey, viva Cuba".

Acto seguido, el cónsul español dió las gracias a las autoridades y los ciudadanos en general, por la afectuosa acogida dispensada a los aviadores ibéricos.

La visita realizada al periódico "El Camagüeyano" resultó acompañaba por un nutrido número de personas. Del rotativo, partieron hacia el local social de la colonia española, situado en la calle Cisneros; donde los esperaban miles de personas, en medio de una enorme congestión de vehículos que incluía automóviles y tranvías. Al entrar la comitiva en los salones, la banda municipal de Camagüey interpretó los himnos de España y Cuba, dando paso a los discursos de bienvenida.

Visitaron también el nacional City Bank, donde recibieron un cheque por mil pesos, obsequio de esa entidad; cuya suma destinaron a los fondos de repatriación de inmigrantes.

Después de las 10 a.m. del mismo día 12, los aviadores y sus acompañantes hicieron entrada en el cuartel del regimiento número dos; donde estaban presentes el gobernador provincial, el cónsul de España y el alcalde municipal, entre otros invitados.

Posteriormente, participaron en el banquete de despedida que les ofreció la Colonia Española, y al cual también asistió el jefe militar de la región Camagüey, así como otros representantes ilustres de la ciudad.

Al hacer uso de la palabra, el capitán Barberán afirmó: "El nombre de Camagüey ha hecho vibrar en nosotros la emoción más grata de nuestras vidas"

También se hizo entrega a los aviadores de un decreto firmado por el alcalde municipal, declarándolos huéspedes de honor de la ciudad de Camagüey, así como placas conmemorativas del vuelo hechas en maderas preciosas y plata en las que se leía: Vuelo Sevilla-Camagüey, 11 de junio de 1933. Dichas placas fueron entregadas por la Colonia Española.

Después de la 1 p.m. del lunes 12, salieron desde el hotel hacia la estación de ferrocarriles, por la calle República. Fueron vitoreados por cientos de camagüeyanos que les saludaban con emoción y reconocían así la hazaña realizada. Finalmente, pasearon por el tren compuesto por trece carros y el coche especial "Caonao". En el aeropuerto camagüeyano más de cinco mil personas acudieron a despedir al "Cuatro Vientos" y sus heroicos tripulantes.

Repercusión histórica

La aeronave partió con destino a La Habana a las 2:22 pm, custodiada por cuatro aviones militares que fungieron como escolta de honor. Así, se abría un hermoso capítulo en la historia de Cuba y España, donde quisieron las circunstancias que tuviera esta ciudad un importante protagonismo y se sellara por siempre el tributo de recordación, a estos héroes de la aviación mundial.

El final fue trágico, se vivieron momentos de mucha consternación. Camagüey, de manera particular reaccionó, obligado por sus nobles sentimientos de solidaridad y por el apego que tiene con su historia y el papel que tiene este hecho dentro de ella.

Monumento a Barberán y Collar

En junio de 1934 se comenzó a gestar la construcción de un monumento que perpetuara la heroicidad de la tripulación española, por lo que a instancias de la emisora radial "La Voz del Camagüeyano", las sociedades españolas y la Cámara de Comercio (Camagüey) radicada en esta ciudad, convocaron a una colecta pública que tuvo una fuerte acogida popular. La obra finalmente fue inaugurada el 19 de enero de 1941, en acto presidido por el Ministro de Obras Públicas del gobierno cubano, funcionarios de la embajada de España y oficiales de la aviación cubana y española.

La obra consiste en un monumento conmemorativo, concebido por los artistas Servando Pita Camacho y Esteban Betancort Díaz. Una esbelta columna truncada que busca el cielo, muestra en sus costados los escudos de Sevilla y Camagüey, debajo de los cuales se apuntan las fechas y horas de partida y llegada desde las respectivas ciudades, así como el tiempo de vuelo empleado para realizar la histórica travesía. En su parte frontal aparecen una corona de laureles y las efigies de los aviadores con la inscripción: Héroes del vuelo Sevilla-Camagüey.

La obra se ubicó en uno de los más importantes espacios de esta ciudad, el Casino Campestre, que acoge a lo mejor de la escultórica conmemorativa de la provincia.

Proezas similares

No fue este el único homenaje. El proyecto de un "vuelo respuesta" fue protagonizado por Antonio Menéndez Peláez, quien nació en el año 1902 en la aldea asturiana de Santa Eulalia de Riveras, en la región de Pravia, España.

Antonio, realizó su preparación como piloto en los Estados Unidos; obtuvo la nacionalidad cubana y se incorporó a laborar en la Compañía Nacional de Aviación "Curtis S.A".

Tras las visitas a Cuba de los aviadores españoles Jiménez e Iglesias, Mariano Barberán y Joaquín Collar, y luego del análisis realizado acerca de las características técnicas de la aviación en Cuba, las condiciones del vuelo, así como la distancia; se llegó a la conclusión de que el vuelo debía realizarse por etapas.

Después de incontables gestiones, lograron la materialización del vuelo. La noche del 11 de enero de 1936, Antonio Menéndez recibió la despedida oficial en el salón restaurante del Hotel Camagüey, oportunidad en que le fue entregada una moneda de oro; donada por el piloto y capitán Mariano Barberán, y la que debía llevar en el vuelo como testimonio de amistad entre los dos pueblos.

Un día después, a las 7:15 a.m. y desde el aeródromo de Camagüey, "El Plateado de la Marina" -marca Lockheed Sirius Especial- emprendía vuelo. Tras hacer varias escalas en numerosos países, toco suelo español el 14 de febrero de 1936 a la 1:00 p.m. (hora local), después de haber volado en solitario durante 79 horas y 40 minutos. El sueño se había cumplido, luego de dos años y ocho meses de que los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar partieran desde el aeropuerto de Tabalada y tocaran suelo camagüeyano. La historia reciprocaría con este gesto la proeza.

El teniente de la aviación naval cubana Antonio Menéndez Peláez, fue nombrado "Hijo Adoptivo y Huésped de Honor de Sevilla" y le fueron concedidas, entre otras condecoraciones: las medallas de las cruces militares y la del Mérito Naval. Por su parte, el cubano entregaba a los padres del capitán Mariano Barberán, la antigua moneda de oro que fuera propiedad de su hijo y que le fuera entregada en Camagüey.

Al transcurrir 75 años de este suceso, otras generaciones de ambos pueblos, continuan rindiendo merecido y sentido tributo a estos hombres y a la hazaña realizada por ellos.

Fuentes