Vuelo del Cuatro Vientos entre Sevilla y Camagüey (1933)

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Vuelo Sevilla - Camaguey
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Portada del Vuelo Sevilla-Camagüey
Fecha:12 de junio de 1933
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba , Bandera de España España
Ejecutores o responsables del hecho:
Pilotos Capitán Barberán y el Teniente Collar

Vuelo del Cuatro Vientos: fue una travesía del océano Atlántico, entre Sevilla (España) y Camagüey (Cuba), en avión llevada a cabo en 1933.

Hazaña Histórica

"Una de las mayores hazañas de la aeronáutica, fue la proeza de volar sin escalas entre España y Cuba."

Tras finalizar la campaña de África, el gobierno de la II República Española pretendía relanzar las relaciones con los países que habían sido colonias españolas. Existía, además, el objetivo técnico de abrir una nueva ruta comercial aérea entre España y América. De esta manera, surgió la iniciativa de cruzar sin escalas el Atlántico y entregar un mensaje del Presidente de la República a las autoridades mexicanas.

Ruta de vuelo del Cuatro Vientos

El vuelo España-Cuba, además de proporcionar las enseñanzas aeronáuticas y las ventajas de orden general inherentes a la realización de las empresas aéreas de esta envergadura, persigue varias finalidades de extraordinario interés.
En primer término ha de constituir un nuevo enlace entre España y América, que servirá para testimoniar el fraternal cariño que la República española siente por las repúblicas americanas de su misma raza y especialmente para que las alas españolas lleven el saludo cordial del viejo solar hispano a la República de México, que no ha sido visitada por aviadores españoles.
El vuelo del Cuatro Vientos había de servir también para estudiar una nueva ruta aérea sobre el Atlántico que en un porvenir no muy lejano sería el camino seguido por todas las comunicaciones aéreas entre Europa y América Central.
Finalmente, la realización del vuelo pone de manifiesto la capacidad y competencia de los aviadores españoles, el extraordinario interés que la república española siente por el progreso de la aviación y la perfección a que ha llegado la industria aeronáutica en España.

Preparación del vuelo

En diciembre, ya se había encargado el avión. Construcciones Aeronáuticas fue la elegida. En enero de 1933, en Getafe y Cuatro Vientos se dieron cita la técnica y la experiencia forjándose para las alas españolas días de gloria, triunfo y por azares del destino, de tragedia.
El Teniente Coronel José cubillo Fluitter fue el encargado del estudio meteorológico del vuelo e hizo un trabajo serio, responsable, minucioso y completo. De este estudio salieron once probables rutas, teniendo en cuenta todos los parámetros posibles. Se eligieron seis y por fin, la más favorable: Sevilla – Islas Maderas – Puerto Rico – Santo Domingo y Cuba (La Habana). Este trayecto tenía una longitud de 8.095 kilómetros.
Pero surgió la primera y grave dificultad: el avión encargado a CASA, no podía franquear de un salto esa distancia. Los ingenieros aeronáuticos de CASA, Guinea, Pousa y Aguilera, acometieron la tarea. Pruebas de túnel, cálculos, ingenio y experiencia, dieron por resultado el BREGUET “Super Gran Raid”, capaz de hacer el trayecto. El 15 de abril de 1933, el avión fue aceptado por la inspección militar. Bautizándose con el nombre de Cuatro Vientos.

El grupo propulsor fue un motor Hispano Suiza, tipo 12Nb, construido en la fábrica de Barcelona. El avión, pintado de blanco con franjas rojas, resultó un airoso aparato, orgullo de la aviación militar y costo ochenta mil pesetas, doble de un Breguet normal. Su número de fabricación era el 195.

La tripulación y el mecánico

Tres personas se relacionaron directamente con el vuelo del “Cuatro Vientos”: el Capitán Barberán, alma de la empresa, navegante y segundo piloto: el Teniente Collar, piloto, amigo y excelente colaborador y el Sargento Madariaga, serio, dedicado y gran profesional.
Fueron estos tres militares los más significativos y que contribuyeron al éxito del vuelo Sevilla-Cuba. Barberán con un historial único como navegante, estudios, culto y entusiasta; Collar, con su profesionalidad, enorme habilidad y excepcionales aptitudes para el vuelo; Madariaga, mecánico con gran experiencia, competente y dedicado

Emprendimiento del vuelo

El día 10, a las 02:00 el avión totalmente revisado fue sacado del hangar con la ayuda de 30 soldados. A las 04:00 ya estaba cargado con 5.300 litros de combustible y 220 de aceite. Las viandas en su sitio. Barberán y Collar, con monos blancos, chalecos del mismo color y zapatillas, vigilaban todo celosamente. A las 04:40, los aviadores de despidieron de todos los presentes y subieron a bordo. El motor arrancó, levantando una gran polvareda. La temperatura era de 14º C; Sevilla a lo lejos, dormía todavía.

Así comenzaba, una de las mayores hazañas de la Aviación universal. El vuelo constaba de dos etapas, la primera, llevar a cabo un vuelo, que hasta la fecha, no se había realizado: España-Cuba, sin escalas y la segunda etapa, Cuba-México.

En ese momento iba a ser la distancia más larga recorrida en una aeronave sobre el mar - 6,000 kilómetros-. Otro de los riesgos de la hazaña era que por primera vez se hacía un viaje directo de un continente hasta una isla. No había espacio para el más mínimo fallo de navegación. A pesar de esto, el peligro no dejaba de estar latente: primero por tener un solo motor y segundo porque un mínimo desvío malgastaría el combustible y haría imposible el aterrizaje en tierra.

Llegada a Cuba

A las 14 y 5, hora local cubana, avisan el paso del avión Cuatro Vientos sobre Guantánamo, a unos 1.200 metros de altitud. El tiempo era malo para aterrizar, por lo que a 700 metros de altitud siguieron el viaje sobre la vía férrea.
A las 14 y 30 pasaron por Victoria de las Tunas; a las 15 y 10 es avisado el avión sobre Camagüey, con rumbo oeste, pasa sobre Florida a las 15 y 20. El tiempo es malo. Viran 180º y se dirigen al SE., aterrizando por fin en Camagüey a las 15 y 39 horas (hora local).

El sistema de comunicación entre las estaciones y paraderos de trenes era el que mantenía el aviso sobre la ruta de los españoles. El 11 de Junio -casi 40 horas después- llegaban al campo de vuelo de Camagüey, una travesía de 2 días y 2 noches. Cientos de personas, acompañados de la prensa los esperaba.

Barberán y Collar pretendían arribar directamente a La Habana, pero la falta de combustible y el mal tiempo los orillaron a descender en el campo de aviación de Camagüey.
El avión llegó en perfectas condiciones, el recibimiento en Camagüey fue grandioso. La aviación Cubana los ovacionó y galardonó. En España al conocerse la noticia reinaba el júbilo. Fueron unas horas apasionantes hasta que de nuevo despegaron hacia La Habana. (Aeropuerto de Columbia). Despegaron a las 5:15 p.m., escoltado por cuatro aviones cubanos. Más de diez mil personas recibieron/despidieron al "Cuatro Vientos" y a su tripulación.

Estancia en Cuba

En la Ciudad de Camagüey

El capitán Vives, agregado militar entonces a la Embajada española en Cuba, se encontraba en el aeropuerto de Columbia de La Habana, esperando la llegada del avión Cuatro Vientos, así como las autoridades y el sargento Madariaga. Tanto el capitán como el sargento se trasladaron a Camagüey en dos aviones militares.
Al atardecer pudieron saludar a los aviadores hispanos, momento que aprovechó el capitán Vives para obtener la histórica carta de navegación utilizada por Barberán durante el vuelo de más de 7.895 km.
Los aviadores, aún con la misma ropa del vuelo, se alojaron en el Hotel Camagüey, esperando a Madariaga que traía los uniformes, el arrancador y el cilindro de aire para la puesta en marcha del motor. Barberán y Collar recibieron por la noche el homenaje de la colonia española.

Llegada a Camaguey

El sargento mecánico, Modesto Madariaga se encargó de revisar la nave; el motor funcionaba de forma inmejorable y el tren de aterrizaje se encontraba intacto. Sólo se descubrió una grieta en el tanque que se reparó. El 12 de junio a las 14:20 horas emprenden el vuelo hacia La Habana. Cuando los aviadores arriban a la capital cubana una multitud los recibe calurosamente y el gobierno les otorga una condecoración, así como las llaves de la ciudad.

Hacia La Habana

El avión despegó a las 14 y 22 (hora local) y era tal el entusiasmo del pueblo cubano que una emisora instalada en Columbia – donde esperaban más de diez mil personas – fue dando el paso por todas las poblaciones importantes. Cerca de Matanzas encontraron los aviadores lluvia y viento. Se reunieron allí con los cuatro aviones militares de escolta y tomaron tierra después de sobrevolar La Habana a las 17 y 15 horas, entre el delirio de las personas que esperaban. Más de diez mil personas esperaban la llegada de los aviadores españoles.

Recibimiento en La Habana


Durante la estancia en La Habana es difícil cuantificar la serie de actos-homenaje a estos aviadores; en España el júbilo fue inmenso. Ramón Franco propuso en las Cortes "un homenaje nacional a los gloriosos aviadores". Cuando los aviadores arriban a la capital cubana una multitud los recibe calurosamente y el gobierno les otorga una condecoración, así como las llaves de la ciudad.
Los festejos comenzaron en Cuba el día 12 a las 17 y 30 con este orden:

  • Recibimiento en Columbia.
  • Encuentro con el capitán Iglesias y embajador de España en Cuba.
  • Visitas al casino Español y al Diario de La Habana.
  • Conversación telefónica con el presidente de la República española, Niceto Alcalá Zamora y con sus familiares.
  • Alojamiento en el Hotel Inglaterra.
  • Visita a la Secretaría de Estado.
  • Corona al apóstol Martí.
  • Visita a diversos bancos, al Centro Asturiano, al de dependientes del comercio.
  • Cena en el restaurante Chateau–Madrid.
  • Entrega de las llaves y medallas de la ciudad.
  • Banquetes, pesca en yate, almuerzos, champagnes...
  • Imposición de la Medalla Militar a ambos aviadores.
  • Banquetes en el Teatro Nacional y en el Hotel Nacional, este último de la Embajada española.
  • Por último empezó la despedida del pueblo cubano el día 18.
  • El día 19 fue descanso y preparación para continuar el vuelo a México y Estados Unidos.
Medalla otorgada a Barberán
Medalla otorgada a Collar









Una vez en La Habana descansaron y recibieron honores y festejos y se le dio mantenimiento al avión. El 20 de junio salía el "Cuatro Vientos" en la segunda etapa de la travesía, esta vez de tan solo 1,920 kilómetros de la Habana a México, que según los cálculos, les tomaría unas 12 horas.

El vuelo a México

Entramos en una difícil fase del vuelo, que fue la partida hacia México en una mañana de cielo gris y fina lluvia.
El representante de la Compañía Mejicana de Aviación en Cuba ofreció sus servicios a los aviadores. Éstos se entrevistaron también con el padre Lanza; como no llevaban radio las señales se harían con paneles situados en diversos aeródromos de la ruta. Se les facilitaron lo partes meteorológicos a través de la Compañía Mejicana y a través de los servicios de meteorología militares de Cuba.
La travesía a México era de 1.920 km. y se calculaba que invertirían unas doce horas.
Los depósitos de combustible se llenaron con 2.000 litros. A petición de los aviadores no había acompañamiento de aviones militares cubanos hasta la costa. El recorrido a Yucatán era sólo de 440 km. saliendo por el cabo San Antonio. Un total de 6 aeródromos estaban preparados en toda la ruta.

Fin del Vuelo y comienzo de una leyenda

En México

En la ciudad de México; más de 60 000 personas encabezadas por el expresidente Plutarco Elías Calles, aguardaron bajo la lluvia su llegada durante casi un día.

Tras su salida de La Habana, no se volvió a saber del Cuatro Vientos. Los pilotos se guiaban sólo con ayuda de una brújula, ya que habían decidido volar sin llevar aparato de radio, a fin de aligerar el peso de la nave y cargar la mayor cantidad de combustible posible.

La meteorología no era buena pero tampoco peligrosa para el vuelo; sin dificultades hasta Veracruz, después había vientos contrarios. Parece ser que en el momento de la partida los aviadores no tenían aún trazada la ruta exacta a seguir, sólo la habían fijado hasta Villa Hermosa, para después decidir la más idónea; asía lo manifestaron aviadores cubanos que habían comentado con Barberán el innecesario peligro del vuelo directo La Habana – México.

Los aviadores llegaron al aeródromo de Columbia a las 5 y 5. Barberán vestía uniforme y Collar pantalones de vuelo con cazadora de cuero. El avión fue sacado del hangar y los aviadores colocaron los sacos de ropa en el interior.
El capitán cubano Torrer Menier recorrió a continuación el campo de vuelo en un automóvil para comprobar su estado y lo encontró correcto. El motor arrancó a las 5 y 46. Rodando, el avión se dirigió al Este. Despegó a las 5 y 52, viró, pasó sobre el campo y se perdió en el horizonte...

La tragedia

A las 13 y 38, parte de los 21 aviones preparados para dar escolta al Cuatro Vientos a su llegada a México, salieron a encontrarle, pero regresaron cuatro horas más tarde por que se había desencadenado una fuerte tormenta local.
El gentío que se encontraba en el aeródromo mejicano de Balbuena para darles la bienvenida permaneció esperando y aguantando la pertinaz lluvia hasta las 19 horas.
A las 20 y 30 (hora local de México), el primer magistrado de México dio orden -al jefe de Estado Mayor, Azcárate-, para proceder a la búsqueda del Cuatro Vientos.
En la travesía Cuba-México se deja de tener noticia de la nave cuando sobrevolaba la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Dos escuadras de la fuerza aérea mexicana encabezadas por Roberto Fierro y Gustavo León, jefes del primer y segundo regimientos respectivamente, se habían preparado para recibir a los aviadores, pero al no tener señales del Cuatro Vientos emprenden su búsqueda por mar y tierra en los estados de Villahermosa, Veracruz y Puebla.

Alonso Sordo Noriega, locutor de la XEW, informa que los esfuerzos realizados para encontrar a los aeronautas no han dado resultados, pero con un tono esperanzador señala que todavía no hay noticias definitivas.
El radiador del Cuatro Vientos es lo único que se pudo recuperar. Éste, junto a la carta de navegación que permaneció en Cuba y una reconstrucción del avión, se exhiben en el Museo del Aire de Cuatro Vientos (Madrid).
La hazaña aérea tenía como propósito estrechar los lazos de amistad de España con América Latina y cruzaría el territorio mexicano de Yucatán, Tabasco, Veracruz, Puebla hasta llegar a la Ciudad de México.

Por una orden de la Jefatura de Aviación, del 21 de febrero de 1934 O.C. del 19 del mismo mes, la República concedió la Medalla Aérea a ambos aviadores y se dispuso que los nombres de Barberán y Collar figurasen permanentemente en la Escalilla de Aviación Militar a la cabeza de sus respectivos empleos.
Y así llegamos al final de este vuelo, con la leyenda de la lápida dedicada por el Ayuntamiento de Sevilla a sus hijos adoptivos y héroes del Cuatro Vientos, con fecha 12 de noviembre de 1933.
"A la gloriosa memoria de Barberán y Collar artífices del vuelo a Cuaba y víctimas en la ruta a México"
En el año 1936 el vuelo del teniente Menéndez de Cuba a España devolvió la visita del Cuatro Vientos.

Cumplimiento de la misión

Mariano Barberán y Joaquín Collar cumplieron su misión de llegar a México. El 10 de junio de 1933 despegaron del aeropuerto de Barajas para cruzar el Océano Atlántico y llegar a la República Mexicana. Después de varios años de estudio, investigación y desventuras, el periodista Jesús Salcedo logro ubicar el sitio en donde cayó el "Cuatro Vientos". Los pilotos españoles lograron su objetivo. Fueron numerosas las misiones y varios los periodistas que unieron esfuerzos con Jesús Salcedo para descubrir el sitio en donde estan los restos de Baberan y Collar.

Honor y agradecimiento del pueblo cubano

La hazaña quedó presente para los camagüeyanos y el pueblo en general, en un monumento recordatorio con los bustos de los audaces pilotos, situados en una céntrica área del famoso Casino Campestre, hermoso parque de la ciudad de Camagüey.

Fuentes