Winfield Scott Schley

Este artículo trata sobre Winfield Scott Schley (1839 - 1911) contraalmirante de la Marina de los Estados Unidos. Para Winfield Scott o Winfield Mason Scott (1786 - 1866), general del ejército de Estados Unidos., véase Winfield Scott.
Para otros usos de Winfield Scott, véase Winfield Scott (desambiguación).
Winfield Scott Schley
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Winfield Scott Schley (contraalirante).jpg
Contraalmirante
Años de servicio1860-1911
LealtadEstados Unidos
Servicio/ramaMarina
Participó enGuerra Civil Estadounidense (1861-1865), Guerra Hispano-Cubano-Estadounidense (1898)

Nacimiento9 de octubre de 1839
granja Richfields, condado de Frederick, estado de Maryland, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Fallecimiento2 de octubre de 1911 (71 años)
acera de la 5.ª Avenida, cerca del hotel Algonquin, barrio de Manhattan, ciudad de Nueva York, estado de Nueva York, Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Causa de la muerteparo cardíaco
CónyugeAnnie Rebecca Franklin (casados entre el 10 Septiembre 1863 y el 2 Octubre 1911)

Winfield Scott Schley (estado de Maryland, 9 de octubre de 1839 - 2 de octubre de 1911) fue un contraalmirante de la Marina de los Estados Unidos y héroe de la batalla naval de Santiago de Cuba durante la Guerra Hispano-Estadounidense (1898).[1]

Síntesis biográfica

Nació en Richfields (la granja de su padre), cerca de la ciudad de Frederick, en el estado de Maryland. Su tío, Henry Schley, sirvió bajo el mando del general Winfield Scott en la guerra de 1812, y esa fue la razón por la que recibió el nombre del famoso General. Otro tío también luchó bajo las órdenes de Scott en la guerra con México, cuando el futuro almirante era solo un niño.[2]

Estudios

Después de asistir a escuelas primarias en Frederick, ingresó en la Academia Naval de los Estados Unidos en 1856 y se graduó cuatro años más tarde en 1860 como oficial naval. Fue designado como guardiamarina a bordo de la fragata Niágara en un viaje a China y Japón.[1]

Guerra Civil Estadounidense (1861-1865)

A su regreso en 1861, la Guerra de Secesión o Guerra Civil Estadounidense estaba en curso. Fue nombrado capitán y destinado a la fragata Potomac de la Escuadra del Golfo Occidental hasta 1862. Luego sirvió en el cañonero de rueda lateral Winona de ese escuadrón, y más tarde en las balandras Monongahela y Richmond, y participó en todos los enfrentamientos que condujeron a la captura de Port Hudson (estado de Luisiana), en el río Mississippi en 1863, (parte de la campaña para dividir a la Confederación en Vicksburg), habiendo sido ascendido a teniente el 16 de julio de 1862.[1]

Guerra de la Isla Chincha y Revolución de San Salvador

Se le ordenó abandonar las aguas del Sur en 1864 para ir a la Escuadra del Pacífico, donde sirvió en el cañonero de rueda lateral USS Wateree como oficial ejecutivo hasta 1866. Reprimió una insurrección de trabajadores chinos en las islas Chincha en 1865, y más tarde ese mismo año desembarcó en el puerto de La Unión, en El Salvador, para supuestamente proteger los intereses estadounidenses durante el alzamiento del general José Trinidad Cabañas el que fue derrotado.

En 1866 fue ascendido a capitán de corbeta [1] y obtuvo la plaza de instructor ayudante en la Academia Naval, cargo que ejerció hasta 1869 y de nuevo en la década de 1870 durante otros cuatro años.

Expedición a Corea

Después fue destinado a la Estación Asiática, y sirvió allí en la balandra de tornillo USS Benicia hasta 1872 y fue ayudante de las fuerzas terrestres durante el ataque de la expedición del contralmirante John Rodgers a los fuertes coreanos de la isla de Ganghwa los días 10 y 11 de junio de 1871.

A continuación, participó en la siguiente batalla de Gangwha, que causó la destrucción de las fortificaciones coreanas, una temprana intervención estadounidense en la península de Corea bastante desconocida antes de que Corea (entonces un reino independiente) fuese anexionada posteriormente por el Imperio japonés en 1910, y en la más famosa Guerra de Corea (1950-1953).[1]

Entre conflictos, décadas de 1870-1890

De 1872 a 1875 fue jefe del departamento de lenguas modernas de la Academia Naval.

En junio de 1874 fue ascendido a comandante.

Tras servir en Europa y en la costa occidental de África, comandó la balandra de guerra Essex de 1876 a 1879, la mayor parte del tiempo en el Atlántico Sur en la Estación Brasil.

Durante el crucero navegó con el Essex hasta las proximidades de las islas Shetland del Sur en busca de un cazador de focas desaparecido, y rescató a una tripulación naufragada en las islas de Tristán da Cunha. Desde 1879 hasta octubre de 1883 fue inspector del Segundo Distrito de Faros.

Después de que durante dos años las misiones de reabastecimiento y socorro fracasaran repetidamente en su intento de llegar a localizar a la Expedición del teniente Adolphus W. Greely, perdida en la Bahía Lady Franklin en el Ártico, en febrero de 1884, el comandante Schley fue designado para comandar la peligrosa misión de navegar hacia el Norte en la siguiente expedición de rescate. Esta se llevó a cabo a bordo de dos barcos muy bien equipados. Llevaba como buque insignia al recién adquirido USS Bear[3], el cual era un barco de vela y de vapor, con casco de madera -con costados de seis pulgadas (15,2 cm) de espesor- y que tuvo una larga vida en el servicio federal y el USS Thetis[4] (un ballenero de vapor con casco de madera y tres mástiles). El 22 de junio, cerca del cabo Sabine en Grinnell Land, Schley rescató a Greely y a seis (de sus veinticuatro) compañeros, tras atravesar 2300 km de hielo durante la travesía.[5]

Schley fue nombrado jefe de la oficina de equipamiento y reclutamiento de la [[Marina de Guerra de los Estados Unidos|Marina de los Estados Unidos en 1885 y es ascendido a capitán en marzo de 1888.

Comandó uno de los primeros cruceros protegidos, el USS Baltimore, en la escuadra del contralmirante George Brown frente a las costas de Chile en 1891, dirigiéndose al puerto de Valparaíso, cuando varios marinos estadounidenses que se encontraban allí fueron apedreados por una turba. En agosto de 1891, USS Baltimore, todavía bajo su mando, fue destinado a transportar a Suecia los restos de John Ericsson, diseñador del famoso acorazado Monitor, el primero de la Guerra Civil.

A principios de 1892 fue trasladado de nuevo a la Oficina de Faros, y hasta febrero de 1895 fue inspector del Tercer Distrito de Faros. Posteriormente, en 1895 fue puesto al mando del crucero acorazado USS New York, para incorporarse desde 1897 a 1898, como miembro (y presidente) de la Junta de Faros.

Guerra hispano-cubano-estadounidense (1898)

Schley fue nombrado comodoro el 6 de febrero de 1898, y el 24 de marzo, aunque ocupaba el último lugar en la lista de comodoros, fue puesto al mando de la Escuadra Volante, con el crucero acorazado Brooklyn como buque insignia, para prestar servicio en la Guerra Hispano-Estadounidense.[6]

El 18 de mayo de 1898, la Escuadra Volante de Schley fue enviada por el contralmirante en funciones William T. Sampson a Cienfuegos para perseguir a la Escuadra española al mando del almirante Pascual Cervera y Topete. Cuando Sampson recibió la noticia de que Cervera estaba en Santiago de Cuba, y no en Cienfuegos, al principio vaciló, informando primero a Schley del rumor, pero pidiéndole que se quedara en Cienfuegos, y más tarde cambiando sus órdenes para que Schley investigara la situación en Santiago.

Aunque Schley estaba subordinado a Sampson, estaba acostumbrado a ejercer el mando independiente de su barco y por su cuenta decidió quedarse en Cienfuegos, pensando que todo indicaba que Cervera estaba allí, en el puerto.

Tras enterarse por los insurgentes cubanos de que Cervera definitivamente no estaba en Cienfuegos, Schley decidió obedecer las órdenes de Sampson tres días después de recibirlas e ir a Santiago. Cuando la tripulación de los tres cruceros estadounidenses que encontró negó conocer el paradero de Cervera, Schley decidió regresar a Cayo Hueso (estado de Florida), para conseguir carbón para su barco.

El Departamento de Marina envió un despacho a Schley pidiéndole que permaneciera en Santiago, pero este respondió que no podía obedecer esas órdenes.

Inexplicablemente, Schley decidió a mitad de viaje regresar a Santiago el 28 de mayo, donde al día siguiente se confirmó que la Escuadra española estaba allí.

Por su parte Sampson llegó el 1 de junio a Santiago de Cuba y asumió el mando, ordenando que los barcos estadounidenses formaran una media luna invertida de oeste a sur y de sur a este para bloquear el estrecho canal de entrada del puerto orientado al sur y atrapar a los barcos españoles. En general, la media luna estaría formada por el crucero Brooklyn y el acorazado Texas, más rápidos, al oeste y al sur, y los acorazados Oregon, Iowa y Massachusetts, más pesados, al sur y al este.

El concepto era que los buques de guerra más grandes pero más lentos protegerían la cabeza de playa de Daiquiri y a los buques de suministro para apoyar la invasión terrestre al este, mientras los buques más rápidos ubicados al oeste podrían converger sobre la flota española a medida que saliera.

Evidentemente, la mayor preocupación de la Armada era proteger la cabeza de playa ocupada por el Ejército norteamericano de una salida por sorpresa española. Menos preocupantes eran los barcos españoles que huirían hacia el oeste. Había otro barco, el crucero acorazado New York, tan rápido como el Brooklyn pero menos armado, que Sampson utilizó como su propio buque insignia.[7]

Batalla naval de Santiago de Cuba (1898)

El 3 de julio, mientras Sampson en el New York se dirigía a reunirse con el general William Shafter en tierra firme en Cuba y el Massachusetts estaba en Guantánamo, el almirante Cervera intentó forzar a su escuadra a atravesar el bloqueo saliendo del canal hacia el puerto de Santiago con los cañones en ristre y virando después hacia el oeste.

Schley había asumido el control en ausencia de Sampson.

El Brooklyn, su buque insignia, se situó en el extremo occidental de la media luna estadounidense.

Como parte de su plan, Cervera dirigió intencionadamente al Infanta María Teresa, su buque insignia y líder de la Escuadra Española, y ya bastante dañado al paso del Iowa, que lo alcanzó con dos obuses de 12 pulgadas (300 mm), directamente hacia el Brooklyn con la intención de embestir o lanzar torpedos de proa (que tenían muy poco alcance).

La intención de Cervera era sacrificar al Infanta María Teresa para abrir un hueco al oeste al resto de los barcos españoles, que habían seguido al Infanta María Teresa fuera del estrecho canal en fila india y a través del guantelete de Indiana e Iowa al este y Texas y Oregón al sur, y acabar con el Brooklyn, el barco más rápido de la flota estadounidense.

El Brooklyn y el Texas se abalanzaron inicialmente sobre los españoles (este era el plan general, acercarse al enemigo lo más rápidamente posible), pero, cuando el Infanta María Teresa viró hacia el oeste, el Texas igualó su dirección para ofrecer su flanco de ataque y correr con la flota española, al igual que el Oregón, que iba detrás. El fuego era continuo desde todos los barcos, con los estadounidense algo cegados por el humo, más que los españoles.

Schley, en el Brooklyn, que se movía hacia el este, dándose cuenta de repente de que el Infanta Maria Teresa no iba a virar sino que iba a embestir o lanzar torpedos, ordenó al Brooklyn que se alejara del sorprendentemente agresivo Infanta Maria Teresa y volviera hacia la trayectoria del resto de la escuadra.

Esta acción provocó que el Texas, que acababa de alcanzar su velocidad máxima, invirtiera súbitamente la marcha de sus motores durante tres minutos, lo que le llevó casi a detenerse.

El Texas se detuvo porque ya no podía ver al Brooklyn después de haber notado el inicio del giro de este en su dirección general. Esta acción del Texas fue preventiva pero claramente prudente, ya que una colisión habría sido un desastre.

No está documentado lo cerca que el Brooklyn cruzó la proa del Texas.

Un artista de prensa lo situó más tarde muy cerca, y el capitán John Woodward Philip, comandante del Texas, declaró más tarde que Brooklyn era bastante grande en apariencia cuando cruzó por delante del Texas mientras el enorme crucero blindado aparecía entre el humo.

Posteriormente, el Texas, ahora inmóvil, también se vio obligado a dejar de disparar, ya que el Oregon, que ahora se movía a una velocidad sorprendente para un acorazado anterior al acorazado, corrió por la popa del Texas y, debido a su mayor potencia de fuego, pasó por el interior hacia la flota española, enmascarando eficazmente el fuego del Texas durante unos minutos.

Esto no fue especialmente grave, ya que el Texas, un diseño obsoleto (uno de los primeros acorazados fuertemente blindados de la Armada de EE. UU.), no podía disparar a una cadencia cercana a la de los otros acorazados más nuevos.

Cuando pasó el Oregón, el Texas se encontró con el almirante Oquendo, el cuarto barco de la línea española, y recibió cuatro impactos, ya que el español disparó la última de sus municiones «buenas» (los barcos españoles estaban en desventaja porque sus cañones de 5,5 pulgadas (140 mm), de disparo rápido, solo tenían un suministro limitado de munición adecuada, que gastaban muy rápidamente).

Irónicamente, como el Texas ya se había enfrentado hasta cierto punto al Infanta Maria Teresa, Vizcaya y Cristóbal Colón, y ahora más de cerca al almirante Oquendo e incluso a los torpederos españoles que le seguían, Plutón y Furor, y había participado en la emoción de las maniobras del Brooklyn y el Oregon, recibió una prensa excelente, mucho más de lo que realmente merecía, y esto hasta cierto punto pudo haber exacerbado la impresión negativa derivada de tener que detenerse primero para evitar una posible colisión y luego tener que enmascarar su fuego.

Además, el Texas ya había ganado laureles durante la toma del Guantánamo español, y ganaría más en su enfrentamiento con el Reina Mercedes después de la batalla, y esto puede haber aumentado su importancia percibida.

No hay duda de que el giro de Schley dio a los barcos españoles más tiempo para salir de la boca del puerto de Santiago, pero la flota estadounidense, incluido el Brooklyn de Schley, que había completado su giro y seguía por delante del Oregón, se cerró y a solo unas 1000 yardas (910 m) se enfrentó al Vizcaya en un combate a la carrera. Fue una suerte para Schley que el Vizcaya, normalmente un barco rápido, fuera muy lento por tener el casco muy sucio y no pudiera igualar la velocidad del Cristóbal Colón, que ahora estaba fuera de combate. Si el casco del Vizcaya hubiera estado limpio, Schley se habría encontrado persiguiendo a dos barcos y no luchando contra uno.

El Infanta María Teresa estaba ahora en llamas y tan dañado que tuvo que virar hacia el norte y varar en la playa. La batalla entre el Brooklyn y el Vizcaya fue feroz durante un tiempo mientras los barcos se dirigían hacia el oeste, pero la calidad del armamento del Brooklyn le superó, por no mencionar al Oregon, que estaba a popa y disparando.

El Vizcaya, terriblemente dañado tras la explosión interna de un torpedo y en llamas, se vio obligado también a varar. Para entonces el almirante Oquendo y los destructores españoles también habían sido arrollados por el fuego estadounidense.

Ahora Schley seguía al Cristóbal Colón con el Oregón a la zaga y el Texas más atrás, mientras el Iowa y el Indiana y buques auxiliares se ocupaban de las secuelas del resto de la flota española inutilizada.

La carrera con el Cristóbal Colón fue dramática, pero el Cristóbal Colón acabó perdiendo velocidad a medida que se agotaba su pequeño suministro de carbón inglés y tenía que depender de combustible de menor calidad; finalmente se vio obligado a intentar virar hacia el sur y abrir una brecha.

Sin embargo, los cañones de largo alcance de 13 pulgadas (330 mm) del Oregón le disuadieron y, con el Brooklyn inmediatamente detrás del capitán del Cristóbal Colón, decidió varar y hundir su barco.

La captura del Cristóbal Colón fue un emocionante final de la batalla.

El capitán Philip de Texas, que no expresó ninguna mala voluntad presente ni posterior por el malestar temporal de Texas durante la batalla debido al giro de Brooklyn, declaró que cuando se dirigía a Brooklyn en un pequeño bote para informar a Schley, el comodoro le gritó alegremente desde el puente: «Vaya pelea, ¿eh, Jack?».

Mientras tanto, Sampson, en el New York, demasiado al este en su reunión, intentaba con todas sus fuerzas alcanzar la batalla. Para cuando el New York alcanzó al grueso de la flota española, la batalla había terminado, y el New York tampoco pudo alcanzar el varamiento del Cristóbal Colón.

El New York no pudo disparar ni un solo tiro, privando a Sampson de toda participación en la batalla.

Cuando se informó del mensaje de victoria de Sampson, que por supuesto estaba al mando general de la campaña naval, no contenía ninguna referencia a otro oficial que no fuera él mismo, a pesar de no haber participado en los combates reales.

Sampson era reacio a elogiar el papel de Schley en la batalla, un hecho derivado de los celos profesionales, como quedó patente más tarde por la propia conducta de Sampson en el posterior tribunal de investigación.

Sampson opinaba que, de no haber sido por la batalla de Santiago de Cuba, Schley habría sido sometido a un consejo de guerra. El público, sin embargo, consideraba a Schley como el héroe no solo de la batalla, sino también de la guerra, mientras que Sampson era visto (acertadamente) como indecoroso por no reconocer el papel de Schley.

Última etapa de su carrera

El 14 de abril de 1899, Schley fue ascendido a contraalmirante.

En noviembre de 1899, fue puesto al mando de la Escuadra del Atlántico Sur y, el 9 de octubre de 1901, se retiró del servicio activo al alcanzar el límite de edad.

Controversia relativa a la batalla de Santiago

Surgió una controversia entre los partidarios de Schley y los de Sampson sobre sus respectivas reivindicaciones del mérito de la victoria sobre la flota de Cervera durante la reciente guerra.

De esa discusión ninguno de los dos oficiales tomó personalmente conocimiento público hasta después de la aparición de una obra de Edgar Stanton Maclay titulada Historia de la Marina de los Estados Unidos.

En ese libro, el autor se refería al comodoro Schley como un «caitiff, poltroon y cobarde». Las pruebas del libro habían sido leídas y aprobadas por varios oficiales navales, entre ellos el contralmirante Sampson.

A petición de Schley, debido a las acusaciones vertidas contra él en el libro, el 12 de septiembre de 1901 se abrió un tribunal de investigación, compuesto por el almirante George Dewey, el contraalmirante Andrew E. K. Benham y el contraalmirante Francis Munroe Ramsay, que investigó la conducta de Schley antes y durante la batalla de Santiago.

El 13 de diciembre de 1901, el tribunal informó sobre sus procedimientos y los testimonios tomados, con una declaración completa y detallada de todos los hechos pertinentes que consideró establecidos, junto con su opinión y recomendaciones.

Varios oficiales dieron testimonios contradictorios sobre la conducta de Schley, y uno de ellos, el capitán Templin Potts, acusó directamente a Schley de cobardía.

El informe mayoritario del tribunal determinó que el comodoro Schley no se dirigió a Santiago con la debida prontitud, que la escuadra no debería haberse retrasado por el yate USS Eagle, que no debería haber virado hacia el oeste, que debería haber obedecido la orden del Departamento de Marina del 25 de mayo de 1898, que no hizo todo lo posible por capturar a Cristóbal Colón, que el giro de Brooklyn hizo que el Texas se detuviera, por descuido al poner en peligro al Texas, por cubrir el fuego de otros buques estadounidense, que cometió una injusticia con el capitán de corbeta Hodgson (oficial de navegación del Brooklyn en el momento del incidente), que su conducta en la campaña de Santiago se caracterizó por la vacilación, la dilación y la «falta de empresa», y que sus informes sobre el carbón eran inexactos y engañosos.

El almirante George Dewey, sin embargo, presentó un informe minoritario, en el que elogiaba a Schley por su prontitud y eficiente servicio, y le atribuía el mérito de la destrucción de la flota de Cervera.

El tribunal recomendó que no se tomara ninguna medida en vista del tiempo transcurrido. El contralmirante Schley presentó una protesta contra las conclusiones del tribunal, que, sin embargo, fueron aprobadas por el Secretario de Marina Long, quien apoyó a Sampson por razones de rango y antigüedad. No obstante, la prensa pública, y en particular los periódicos de Hearst, consideraron que el resultado reivindicaba a Schley, cuyo estatus de héroe de guerra se vio reforzado por la exposición.

En enero de 1902, el contralmirante Schley apeló el veredicto ante el presidente Theodore Roosevelt, quien, sin embargo, confirmó la aprobación del secretario Long.

Otros intereses

Schley perteneció a varias sociedades militares, entre ellas la Orden Naval de los Estados Unidos, la Orden Militar de Guerras Extranjeras y la Orden Militar de la Legión Leal de los Estados Unidos (insignia número 9233). En 1905 se convirtió en miembro de la Empire State Society of the Sons of the American Revolution y se le asignó el número de socio nacional 17.070.

Schley escribió, con James Russell Soley, The rescue of Greely (Nueva York, 1885).

También escribió y publicó su autobiografía, Forty-five years under the flag (Nueva York, 1904).

Muerte y entierro

El contralmirante Winfield Scott Schley murió el 2 de octubre de 1911, nueve años después que el contralmirante Sampson (en 1902), que apenas sobrevivió a su jubilación. En el momento de su muerte, Schley era un destacado residente del famoso hotel Algonquin de Manhattan.

Tras desplomarse y morir en la 5.ª Avenida, cerca del hotel, el cuerpo de Schley permaneció varias horas sin ser reconocido ni reclamado en el patio trasero de la comisaría de policía local. Solo después de que se descubriera su desaparición fue debidamente identificado y recuperado por el indignado conserje del Algonquin.

El contralmirante Schley fue enterrado con todos los honores militares en el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia.

Legado

  • En las ciudades de Baltimore (Maryland) y Washington (DC) hay calles que llevan su nombre.
  • Hay un monumento a Schley en el vestíbulo de la Casa del Estado de Maryland, en State Circle (ciudad de Annapolis).
  • En Annapolis hay un busto suyo, obra del escultor Ernest Keyser (1876-1959).
  • El buque USS Schley (DD-103/APD-14) fue bautizado en su honor.
  • Schley (Minnesota), una comunidad no incorporada del condado de Cass, lleva el nombre del comodoro Schley.
  • Existe un cóctel Admiral Schley a base de bourbon, ron oscuro, lima y azúcar. El cóctel se menciona tanto en The Gentleman's Companion como en el Old Waldorf Bar Book.
  • En 1901, W. D. Allen compuso en su honor una marcha, titulada Todo el honor al almirante Schley.[8]

Fuentes