Xólotl

Xólotl
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Religión o MitologíaMitología azteca
SincretismoQuetzalcóatl
Patrón(a) o Dios(a) deDios del planeta Venus

Xólotl. (Xólotl Huetzi). Señor de la estrella vespertina, Venus, dios de la luz, el fuego y el relámpago para los aztecas y toltecas.

Iconografía

Usualmente se le representa como un esqueleto o un hombre con cabeza de perro y en ocasiones con las cuencas de los ojos vacías. Animal monstruoso y deforme, con los pies invertidos.

Mitología

Como lucero de la tarde, se alza antes de que el Sol se ponga, empujándolo hacia el inframundo, velando el cielo nocturno con su luz. Se dice además que trae mala suerte y pudo tener asociaciones funestas, aunque algunos estudiosos creen que únicamente poseía rasgos de perro.

En varios mitos Xólotl es llamado gemelo de la serpiente emplumada Quetzalcóatl. Este echo refleja la idea de que Quetzalcóatl, como estrella matutina y versión diurna del planeta Venus, tendría un gemelo "oscuro" que se alzaba al anochecer.

En la mitología azteca se le llama comúnmente Nahual, "guardián" o "protector" de Quetzalcóatl, yendo con él al inframundo a reunir huesos para crear a los humanos a principios del Quinto Sol, o era mítica azteca actual. Como dios del inframundo, ayudaba a los muertos en su viaje al Mictlán.

Xólotl era igualmente asociado con la enfermedad y las deformidades físicas. En los anales de la creación, cuando los dioses se sacrificaban ellos mismos para hacer nacer al Sol, Xólotl es mostrado tanto como aquel que sacrificaba a los demás dioses y como el único que intentó escapar del sacrificio.

Era también el patrón del juego Ulama. También llevó adelante al género humano y le entregó el fuego de la sabiduría.

Personaje tribal

Con el mismo nombre, Xólotl, se reconoce a un importante caudillo chichimeca. El personaje legendario que según la tradición guió a los nómadas chichimecas durante su entrada en el valle de México. Los chichimecas eran un conglomerado de pueblos cazadores y agricultores itinerantes, entre los que se contaban los náhuatl y los otomí, considerados bárbaros por los restantes pueblos de la zona, hasta el punto de ser llamados despectivamente de la estirpe de los perros. Xólotl aprovechó la situación de vacío de poder que siguió al abandono por parte de los toltecas de la ciudad de Tula para asentarse en este lugar. A continuación, extendió sus posesiones gracias a la ocupación de Tenayuca y Texcoco y recibió el vasallaje de pueblos de la región como tepanecas y acolhuas, con los que los chichimecas acabarían por mezclarse.

Enlaces externos

Fuentes

  • Bingham, Ann. South and Meso-American Mythology A to Z. New York : Facts On File Inc., 2004.
  • Feijóo, Samuel. Mitología americana. Ciudad de La Habana : Editorial Arte y Literatura, 1983.