Zoroastro

Zoroastro o Zaratustra
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Zarathustra Zartosht.jpg
Religión o MitologíaMazdeísmo o zoroastrismo
País o región de origenPersia (Irán)
Venerado enProfeta persa, fundador del mazdeísmo o zoroastrismo (Media o Bactriana)

Zoroastro (Teherán, I milenio a. n. e.), también conocido por su nombre en persa antiguo, Zaratustra, fue un profeta persa (iraní), fundador del zoroastrismo.

Antecesores

El nombre parece derivar del griego y se cree que era medo.

Los parsis actuales le llaman Zerdust, Zerdast o Zaradast.

Síntesis biográfica

De acuerdo con la leyenda zoroastriana, nació ―como otros dioses asiáticos― de una madre virgen de quince años de edad. Su familia y su pueblo consideraron este fenómeno como un milagro.

El país de Zoroastro era montañoso y sus habitantes vivían de la cría del ganado, que se consideraba sagrado. A través de su religión, quiso unir los rebaños para dificultar las actividades de los merodeadores, así como de los practicantes de ciertos cultos del sacrificio.

Nació en el seno de una noble familia, los Spitama, en un lugar denominado Airyana Vaejah (que podría encontrarse en el este de Persia, o en el antiquísimo pueblo de Ray, 16 km al sureste de Teherán), probablemente durante el período precedente a la dinastía Aqueménida.

Se cree que se autonombró “sacerdote” y que en su vejez empezó a afirmar que a los veinte años había dejado su hogar y habría pasado siete años en la cueva de una montaña; luego regresó a su pueblo y a la edad de treinta años habría empezado a recibir las “revelaciones” del dios Ahura Mazda (‘señor de la sabiduría’). Sus supuestas conversaciones con este dios, y sus dificultades para predicar, están recogidas en los textos Gathas, que forman parte del Avesta, principal texto sagrado del zoroastrismo.

Zoroastro encontró muy difícil convertir a la gente a su nueva religión. En diez años de predicación hizo solamente un creyente: su primo. Fue perseguido y hostilizado por los sacerdotes. Los príncipes rehusaron darle apoyo o protección y lo encarcelaron porque su nuevo mensaje perturbaba la tradición y creaba zozobra en las mentes de sus súbditos.

Dos años tras la conversión de su primo, Zoroastro logró influir al rey Vishtaspa, con lo que se hizo un ferviente seguidor. Esto fue el comienzo de la difusión de esta religión y de la gran reforma que consigo trajo. Al parecer, después de años de lucha con los sacerdotes de los cultos establecidos (período durante el cual realizó sus primeras conversiones, entre ellas las de sus propios familiares) logró el definitivo apoyo de Vishtaspa, rey de Chorasmia (en el actual Turkestán ruso). A partir de entonces, su religión se extendió. Prohibió los ritos orgiásticos que acompañaban a los sacrificios persas a los dioses, aunque mantuvo el culto al fuego. También prohibió el sacrificio a Ahrimán y su séquito, que en el panteón persa habían sido divinidades subordinadas, que Zoroastro en su nuevo credo convirtió en los principios del mal.

Las escrituras sagradas inventadas por Zoroastro se llaman Zend Avesta. Zoroastro profetizó que en un futuro lejano, el Espíritu de Dios se manifestaría otra vez en un “mesías” que aparecería en Persia. Dijo que la raza persa se levantaría, y que el Shah Bahram ―el salvador del mundo, el gran hacedor de la paz― que sería de ascendencia zoroastriana y que en su época el bien triunfaría sobre el mal y sobrevendría una era culminante del reino de la luz. Profetizó que este Salvador descendería de las familias reales del país de Zoroastro y se levantaría para unir a los pueblos y renovar el mundo. Esto fue copiado por religiones posteriores.

Según los zoroastrianos, la regla de oro de Zarathustra era: “Actúa como deseas que se comporten contigo”. Esto fue tomado por varias religiones posteriores.

Avesta

Zoroastro redactó unos cánticos llamados Gathas, que constituyen el componente más antiguo del Avesta (el libro sagrado del mazdeísmo).

Luchó contra la religión politeísta dominante en el mundo indoiranio y consiguió convertir a un príncipe de la región periférica de Asia central llamado Vishtaspa, que le protegió y facilitó la extensión del mazdeísmo. Y cuando la región fue incorporada al imperio persa ―en la época en que murió Zoroastro― su religión comenzó a extenderse por un espacio mayor, siendo adoptada por los emperadores aqueménidas.

La expansión del mazdeísmo entre los persas hizo que se convirtiera en religión oficial bajo la dinastía Sasánida (siglos III-VIII), después del período helenístico,[1] en el cual había retrocedido frente a la influencia cultural griega. Ante la islamización de Irán, algunos mazdeístas se refugiaron en la isla de Ormuz (en el golfo Pérsico) y en la India (convirtieron en los parsis), donde perviven comunidades de esta religión (además de las que han sobrevivido en el propio Irán).

El zoroastrismo ejerció un ascendiente notable sobre el judaísmo y está muy presente en la doctrina cristiana. Su idea de un mundo dominado por la lucha entre los principios del bien y el mal fue también la base del maniqueísmo desde el siglo III.

Fuentes