Arsenio Díaz Ortiz

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Arsenio Díaz Ortiz
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Arsenio Diaz Ortiz (1880-1949), criminal cubano expatriado en Alemania.jpg
El Chacal de Oriente
Nacimiento9 de mayo de 1880[1]
ciudad de Palma Soriano,
distrito de Santiago de Cuba,
provincia de Oriente,
Capitanía General de Cuba,
Reino de España Bandera de Cuba
Fallecimientoentre el 1 de enero y el 8 de mayo de 1949 (68 años)[1]
Alemania|Alemania estadounidense Bandera de Alemania
Nacionalidadcubana
Otros nombresEl Chacal de Oriente
Ciudadaníacubana
Ocupaciónmilitar
CónyugeMoreno (cubana);
Oliva Portuondo Diaz Ortiz;
Marie Gerdes
HijosArsenio Ortiz Moreno;
ocho hijos, entre ellos Oliva Luisa Müller (nacida Ortiz Portuondo) y Rita Ortiz Portuondo
PadresIsabel Ortiz (santiaguera) y un Sr. Díaz

Arsenio Díaz Ortiz (Palma Soriano, 9 de mayo de 1880 - Alemania estadounidense, 1949) fue un corrupto militar cubano. Supervisor militar de Oriente, nombrado en el cargo el 12 de noviembre de 1930, se instauraba en la provincia un régimen de terror y de corrupción, sin precedentes en la historia republicana de Cuba, que validó para este militar el sobrenombre de El Chacal de Oriente.[1]

Síntesis biográfica

Su madre, Isabel Ortiz, había nacido en Santiago de Cuba (47 km al sureste de Palma Soriano). Arsenio tuvo una hermana: Concepción Álvarez Felipe (nacida Concepción Moya Ortiz).

Los sucesos en Santiago de Cuba, unidos a otros ocurridos en otras provincias, pusieron en crisis al régimen que se vio precisado a tomar medidas extremas como la de nombrar supervisores militares en cinco provincias, quienes a modo de procónsules, fueron envestidos de los amplios poderes para tratar de imponer la normalidad. Se daba inicio así a una fase cualitativamente superior del proceso revolucionario y de recrudecimiento represivo de la tiranía.

Con el nombramiento de Arsenio Díaz Ortiz en el cargo de supervisor militar de Oriente el 12 de noviembre de 1930 se instauraba en la provincia un régimen de terror y de corrupción, sin precedentes en la historia republicana, que validó para este militar el sobrenombre de El Chacal de Oriente, quien utilizando todo tipo de presiones, chantajes y amenazas a los estudiantes y sus familiares pretendió detener sin conseguirlo al movimiento huelguístico, pues continuaron más estudiantes sumándose al mismo, en protesta contra la detención de sus compañeros.[1]

Crímenes del régimen de Ortiz

El movimiento dio muestras de la maduración alcanzada al sacudir todo el país, registrándose choques con la policía en numerosas localidades. Como una desesperada manifestación de la impotencia del régimen ante su crisis, Arsenio Ortíz inició una escalada de terror sin precedentes en Santiago de Cuba y otras localidades de la provincia oriental. Hizo célebre con sus crímenes a la Loma Colorada elevación al sur de la ciudad por la aparición a diario de cadáveres en sus inmediaciones y en las propias calles de la ciudad y sus alrededores.

El Chacal de Oriente se jactaba cínicamente del procedimiento de asesinar a delincuentes comunes preferentemente a jamaicanos o haitianos a quienes sacaban del vivac para presentarlos como si fueran “terroristas cogidos in fraganti”; también, por presentar los cadáveres de revolucionarios como si pertenecieran a bandoleros, además de llegar a incluir entre ellos a los de sus rivales personales o acreedores a quienes asesinaba.

Corrupción desatada por Ortiz

Otra muestra de la crisis del régimen de Gerardo Machado era la corrupción descarnada cuando las más altas autoridades del régimen encabezados por Arsenio Ortiz a pesar de su altísima jerarquía militar se vinculó con Barceló (el alcalde municipal de Santiago de Cuba), y la Jefatura de la Policía para controlar en beneficio personal el juego prohibido y la prostitución. Ortiz autorizó el establecimiento de una zona de tolerancia de la prostitución legalmente prohibida en Cuba en cuyo ámbito eran explotadas las mujeres atrapadas en esa actividad.

Arsenio Ortiz extorsionaba sistemáticamente a los comerciantes locales para enriquecerse personalmente.

A pesar del terror implantado, el movimiento estudiantil continuó sus protestas, declarándose en huelga el Instituto y La Normal con nuevas demandas. El régimen suspendió las clases hasta el 5 de enero de 1931, mientras los estudiantes se anotaban una importante victoria al quedar en libertad sus compañeros detenidos el día 21 de diciembre.

Suspensión del mandato de Ortiz

Los crímenes y abusos del poder de los que hizo gala el supervisor Ortíz, levantaron una ola entre la ciudadanía en la provincia e incluso, entre altas autoridades de la Audiencia Provincial. Contra él se efectuó un atentado y la noticia de la suspensión de su mandato en abril de 1931 produjo una generalizada alegría y alivio en el pueblo oriental.[1]

El Chacal en tierras extranjeras

En vísperas de la caída del dictador Gerardo Machado, Arsenio Ortiz fue enviado con su familia por mediación del tirano para Alemania. Era la etapa en que el nazismo se encontraba en pleno auge, con Adolfo Hitler al frente. Tal vez Machado lo haría con el objetivo de que su ¨Chacal¨, adquiriera más experiencia con las técnicas nazis para reprimir al pueblo cubano.

La caída del Asno con Garras, en agosto de 1933 mediante la huelga revolucionaria dirigida desde su lecho de muerte por Rubén Martínez Villena sorprendió a Arsenio en Europa. Ya no podía regresar a Cuba porque allí tendría que enfrentar a la Justicia por los crímenes cometidos. Aunque tal vez Fulgencio Batista, que era militar de la misma calaña que él, al haber sido designado como jefe del Ejército, lo perdonaría. De todos modos el Chacal estaba muy señalado, sus manos estaban llenas de sangre y temeroso de que si no era por la vía legal, familiares de muchos de los que él había asesinado, tomarían la justicia por su cuenta.

Acontecimientos ocurridos (después de su mandato)

En 1931 se puso en evidencia la profundización de la conciencia revolucionaria en las masas populares santiagueras con la reanudación de las llamadas Marcha del Hambre, el inicio de la Huelga de la Luz Eléctrica y transcendentales éxitos organizativos en el movimiento obrero y comunista, entre otros acontecimientos, mayoritariamente motivados por el recrudecimiento de la situación económica de las masas populares, agravadas en el territorio con el despido de centenares de obreros de Cuba y España al concluir las obras del acueducto y los tramos correspondientes de la carretera central, los cuales pasaron a engrosar el Ejército de desocupados; lo que aumentaba la represión.

Vida privada

Díaz Ortiz se casó con una cubana de apellido Moreno, con quien tuvo un hijo Arsenio Ortiz Moreno. También se casó con Oliva Portuondo Diaz Ortiz, con quien tuvo ocho hijos: Oliva Luisa Müller (nacida Ortiz Portuondo), Rita Ortiz Portuondo y otros seis hijos.[1]

En Alemania, Díaz Ortiz se casó con la alemana Marie Gerdes.[1]

Fuentes

  • «Algunas curiosidades del cuartel Moncada», artículo publicado el 16 de julio de 2020 en el sitio web Tuna Brava (Las Tunas).
  • http://www.juventudrebelde.cu/columnas/lecturas/2007-11-11/la-renuncia-que-no-fue «La renuncia que no fue»,] artículo publicado el 11 de noviembre de 2007 en el sitio web de la revista Juventud Rebelde (La Habana).
  • Bianchi, Ciro (2009): «Huracán de sangre», artículo publicado el 17 de octubre de 2009 en el sitio web de la revista Juventud Rebelde (La Habana).
  • Maresma López, Yoan (2006): Santiago de Cuba: Comisión de Asuntos Históricos del Comité Municipal del PCC, 2006.
  • Martínez, F. (1968): Superposición cultural (pág. 45). La Habana: Editorial de Ciencia y Técnica, 1968.
  • Picard, Gina (2019): «El Partido de Los Independientes de color y su trágico fin (parte 2)», artículo publicado el 23 de diciembre de 2019 en el sitio web Radio Ciudad Habana (La Habana).
    Sobre el final de Pedro Ivonet, el líder oriental del partido de los Independientes de Color [...], fue asesinado cuando viajaba prisionero a bordo de un tren que lo traía a La Habana. Lo condujeron a Santiago atado y al pelo sobre un caballo. En Altos del Rodeo se escuchó un tiroteo y él y su ayudante Céspedes intentaron escapar. Se le aplicó la ley de fuga y se le disparó. Murió de un extraño tiro… en la frente. Lo más plausible es que el teniente mulato Arsenio Ortiz ―de pésimo historial delictivo en la vida militar―, quien comandaba la partida que capturó a Ivonet, lo haya ajusticiado a quemarropa.