Batalla de Santa Clara

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Batalla de Santa Clara
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Fecha:Diciembre de 1958
Lugar:Santa Clara, Villa Clara
Resultado:
Toma de Santa Clara por las fuerzas rebeldes
Consecuencias:
Caída del régimen del dictador Fulgencio Batista.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Ernesto Che Guevara
Organizaciones involucradas:
Ejército Rebelde, Ejército de Cuba

Batalla de Santa Clara. Combate a combate se tejió la hazaña. La isla de Cuba cortada en dos, el ataque y toma de dos cuarteles y el cierre de la provincia por los cuatro puntos cardinales, crearon las condiciones para el asalto a la más importante urbe del centro del territorio nacional

La campaña de Oriente se realizaba desde la segunda quincena de noviembre y el comandante Ernesto Che Guevara, con la misión de la Comandancia General de operar en Las Villas como apoyo a la dirección del golpe principal que dirigía personalmente el Comandante en Jefe, aceleró los preparativos para la ofensiva ininterrumpida en la provincia.

Múltiples cuestiones políticas, de organización, y la responsabilidad de rechazar una ofensiva enemiga, retardaron por algunas semanas el cumplimiento de tal misión. Sin embargo, esas operaciones, que comenzaron a mediados de diciembre, se desarrollaron con tal precisión y rapidez que en unos días se logró el dominio del 80 por ciento del territorio, el corte de las comunicaciones y el aislamiento de las principales ciudades, incluida Santa Clara.

Inicio de la ofensiva rebelde

El 15 de diciembre el comandante Guevara dirigió personalmente el derribo del Puente de Falcón, sobre el Río Sagua la Chica, en el tramo de la Carretera Central entre Placetas y Santa Clara.

Al día siguiente comenzó el ataque a Fomento, donde el jefe de la plaza organizó la defensa distribuyendo sus fuerzas en varios puntos de resistencia, tales como el edificio de la empresa telefónica, la estación de radio local, el hotel Florida, el Teatro Baroja y el cuartel, en el cual se agrupaban las fuerzas principales. Integraban la tropa enemiga la compañía 34 de operaciones, la guarnición del escuadrón de la localidad y personal de la Policía; en total, unos 140 defensores.

Descarrilamiento, ataque y rendición del tren blindado.
El Che colocó una fuerte emboscada en Nazareno, punto intermedio en la carretera que conduce a Placetas, y cerró la vía Báez-Santa Clara con el apoyo de las fuerzas del Directorio Revolucionario del 13 de marzo. Entró antes del amanecer a la población, atacó los puntos de resistencia fuera del cuartel, los cuales se rindieron durante los primeros días de combate, y el 18 de diciembre concentró todas las fuerzas contra el reducto, que se rindió a las 16:30 horas con sus más de 130 soldados, clases y oficiales, con igual número de armas, entre las que se contaban un mortero 81 y una ametralladora 30.

El jefe del Ejército Rebelde en Las Villas ordenó avanzar sobre la Carretera Central atacando en rápida sucesión los cuarteles de Cabaiguán, Guayos y Sancti Spíritus. La tropa batistiana en estos tres enclaves se preparó con la misma fallida táctica de Fomento.

En Cabaiguán 110 defensores se hicieron fuertes en tres puntos: la microonda, la fábrica de tabacos y el cuartel, los que fueron atacados y tomados en menos de 48 horas. Paralelamente, el Che ordenó al comandante Bordón que atacara el cercano poblado de Guayos, donde se defendía un pelotón reforzado. Todas las posiciones enemigas en ambas localidades fueron tomadas por las fuerzas revolucionarias el 22 de diciembre. Se ocuparon en total 135 armas de guerra.

Al mismo tiempo, el Che mandó que otros pelotones derribaran los puentes sobre la línea férrea y la Carretera Central en la región espirituana, misión que cumplieron después de cruentos combates.

El ejercito fue incapaz de reforzar a las plazas atacadas y para entonces los prisioneros liberados por los rebeldes ya habían llegado a Santa Clara y Placetas, con la consiguiente afectación de la moral combativa de los soldados batistianos.

En Sancti Spíritus fuerzas de la Columna 8 al mando del capitán Armando Acosta y del Directorio Revolucionario, comandadas por el capitán Julio Castillo, entraron en la ciudad, asaltaron la cárcel y otros puntos e iniciaron el sitio al cuartel. Aprovechando una tregua solicitada por las instituciones cívicas, la guarnición enemiga escapó por la parte de atrás del edificio y se dirigió al cuartel de Jatibonico, 30 kilómetros al este, entonces en territorio perteneciente a la provincia de Camagüey.

Inmediatamente después de la toma de Cabaiguán, el Che ordenó el ataque a Placetas. Allí el ejército batistiano tenía una compañía de operaciones además de los soldados y policías del lugar.

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Ciudad de Santa Clara en pleno combate.
Siguiendo el mismo esquema se distribuyeron por el cuartel, la jefatura de Policía, el Teatro La Caridad y el paso superior de la carretera central en su salida hacia la capital provincial, a solo 35 kilómetros.

El comandante Guevara, al frente de parte de sus fuerzas y otras del Directorio, bloqueó con emboscadas las vías de acceso, reforzó la dirección oeste y entró a la ciudad. En horas tempranas del día 22 se rindieron algunos puntos de resistencia y al día siguiente la totalidad de las unidades batistianas, las cuales entregaron un total de 167 armas de guerra.

Al Regimiento Leoncio Vidal, sede del Tercer Distrito Militar, ubicado en Santa Clara, llegaron también las tropas derrotadas en Placetas, con un efecto demoledor en el deteriorado espíritu combativo de la tropa.

Además, la emisora de radio de Placetas divulgó la alocución del Che, en la cual afirmaba que se atacaría a Jatibonico por un lado y a Santa Clara por el otro. Sin embargo, el Che cambió el curso de la ofensiva hacia el norte para tomar Remedios y Caibarién, antes de atacar Santa Clara. Esta maniobra se explica por estar Camilo Cienfuegos, a quien correspondía ese territorio, enfrascado en el cerco y ataque al cuartel de Yaguajay, extremadamente difícil de tomar, tanto por su ubicación geográfica como por la resistencia de la numerosa tropa allí acantonada.

El 25 comenzó el asedio contra los puntos de resistencia dentro de Remedios, entre ellos el cuartel y la cárcel, dos sólidos edificios solo separados por la calle, y el ayuntamiento, donde se atrincheró la policía. Esa misma noche se prendió fuego a esta última posesión y los policías claudicaron. Al día siguiente lo hacían el cuartel y la cárcel. Paralelamente a los combates en Remedios, parte de la Columna 8 con el apoyo de un pelotón de Camilo, atacó a la ciudad portuaria de Caibarién, donde el enemigo resistió en el cuartel y el Puesto Naval. El día 26 capitularon los defensores.

En los combates de Remedios y Caibarién se capturaron armamento y equipamiento militar para unos 200 efectivos, con los cuales se organizaron dos nuevos pelotones de reclutas. Todo quedó listo para el ataque a Santa Clara

Toma de la ciudad

Los jefes batistianos organizaron la defensa de la ciudad casi con la misma táctica empleada por los jefes de las guarniciones atacadas y tomadas en días anteriores. Crearon un sistema de puntos de resistencia dentro de la urbe, algunos enclaves fuertes situados como defensas exteriores y otros como defensa de la retaguardia por la Carretera Central hacia La Habana.

Para cumplir este cometido, el mando del Tercer Distrito Militar, con más de dos mil efectivos, un pelotón de tanques medianos y otro de tanquetas livianas, decidió defenderse en la forma siguiente: el Regimiento como base principal. Puntos de resistencia dentro de la ciudad: Jefatura de Policía, Palacio del Gobierno Provincial, Gran Hotel, Teatro Martí, Cárcel y Audiencia. Puntos de resistencia y contención que actuaran como defensas exteriores: escuadrón 31 para cubrir las carreteras de Báez y Manicaragua; el llamado cuartel de los Caballitos, en la misma Carretera Central; el tren blindado en las lomas del Capiro, con dominio de la carretera de Camajuaní y también de la Carretera Central.

Puestos de defensa en la retaguardia con el objetivo de garantizar la Carretera Central hacia La Habana: cuartel de la Esperanza, puente sobre el río Sagua y cuartel de Santo Domingo.

El comandante Ernesto Che Guevara, para cerrar la provincia, decidió que el comandante Ramiro Valdés, con los pelotones de los capitanes Armando Acosta, Olo Pantoja y Eliseo Reyes (San Luis), emprendiera la ofensiva hacia Camagüey, atacara el cuartel de Jatibonico y avanzara hacia el interior del territorio neutralizando a las fuerzas acantonadas en la provincia.

Al comandante Víctor Bordón le ordenó ocupar el territorio al oeste de Santa Clara, atacar el puente sobre el río Sagua y el cuartel de Santo Domingo y evitar la entrada de refuerzos desde occidente.

Entretanto, el comandante Camilo Cienfuegos se ocupaba del cerco al cuartel de Yaguajay y de mantener cerrada la costa norte.

El comandante Faure Chomón, con fuerzas del Directorio, atacaría Trinidad y cerraría el puerto de Casilda.

Parte de las fuerzas del comandante Bordón , al mando del capitán Julito Martínez, cortaría la carretera de Cienfuegos-Santa Clara, en el tramo entre Palmira y Cruces. Las fuerzas del Segundo Frente Nacional del Escambray, cuya jefatura solicitó a última hora participar en la ofensiva, debían cerrar la carretera Cumanayagua-Cienfuegos, cercando por el sureste a dicha ciudad portuaria.

Sobre la base de datos obtenidos a partir de la exploración y el trabajo de inteligencia de los combatientes clandestinos, el comandante Guevara organizó la batalla. De manera secreta, los rebeldes se acercaron por distintas vías a los suburbios de la ciudad. Las fuerzas del Directorio, que debían atacar el Escuadrón 31 y el cuartel de los Caballitos, lo hicieron por la carretera de Manicaragua y los pelotones de la Columna 8 entraron por la de Camajuaní.

Archivo:Derribo puentes batalla de santa clara.JPG
Derribo de puentes estratégicos.
El pelotón del capitán Acevedo debía explorar los accesos de la urbe, obstruir las calles para dificultar el paso de los tanques y atacar los puntos de resistencia en la Audiencia y la Cárcel Provincial. El capitán Roberto Rodríguez, el Vaquerito, atacaría a la jefatura de Policía y el pelotón del capitán Ramón Pardo Guerra crearía condiciones en la línea férrea para descarrilar y atacar el tren blindado.

El capitán Alfonso Zayas con su pelotón atacaría al enemigo atrincherado en el Capiro y ulteriormente los puntos de resistencia situados en el Gobierno provincial y en el Gran Hotel. El pelotón del capitán Miguel Álvarez combatiría en las calles y más tarde reforzaría a los compañeros del Directorio.

El teniente Emerio Reyes con su pelotón combatiría en las calles y actuaría como refuerzo. Al capitán Pablo Rivalta con su pelotón le tocaba combatir en el barrio Condado, obstaculizar el paso de los tanques y eliminar a los francotiradores apostados en el teatro Martí. Al pelotón del teniente Emilio Carmona, se les destinó a combatir en las calles.

Desarrollo de las acciones

El 28 de diciembre la columna del Directorio Revolucionario tomó posiciones cercanas a sus objetivos e inició el ataque a las posiciones enemigas. Mientras, las tropas del Che desde la Universidad Central avanzaban sobre la ciudad. La vanguardia dirigida por el capitán Acevedo combatió contra las tanquetas en los suburbios, varios combatientes rebeldes resultaron muertos o heridos. El pelotón de Zayas atacó al enemigo atrincherado en las lomas del Capiro, el cual hacía fuego de flanco contra la tropa rebelde que avanzaba por la carretera de Camajuaní. La aviación de combate bombardeó y ametralló durante todo el día.

En horas de la noche todos los pelotones entraron a la ciudad, con la ayuda de los combatientes clandestinos designados como prácticos.

Al día siguiente, las calles se llenaron de barricadas, la población apoyó de múltiples formas a los combatientes. Los ataques aéreos se concentraron sobre la ciudad. El descarrilamiento, ataque y rendición del tren blindado fue la acción más importante de aquella jornada. El 30 de diciembre se combatía en toda Santa Clara. Y cayeron en manos rebeldes el Gobierno provincial, el cuartel de los Caballitos, la cárcel y la jefatura de Policía, donde momentos antes de la rendición cayó El Vaquerito, jefe del pelotón suicida.

Durante el último día de 1958, mientras continuaban los ataques de la aviación, los tanques y tropas de infantería salieron por última vez del Regimiento, en vano intento de cambiar la situación, pero fueron rechazados por los rebeldes. Los agentes del SIM y chivatos agrupados como francotiradores en el Gran Hotel, fueron capturados. Se tomó la Audiencia y el importante Escuadrón 31 también capituló. Todo quedo listo para cercar y atacar al Regimiento.
Archivo:Hotel Santa Clara Libre.JPG
Impactos de bala aun visibles en el entonces Gran Hotel, hoy Santa Clara Libre.jpg

Esa jornada también se rindió el cuartel de Yaguajay, quedando libre Camilo para apoyar al Che en el esfuerzo final. Por el este las fuerzas enemigas cercadas en Jatibonico estaban a punto de rendirse, mientras que el comandante Ramiro Valdés avanzaba con parte de su tropa hacia Ciego de Ávila y Florida. Por la dirección oeste, los destacamentos del comandante Bordón detenían el refuerzo blindado enviado desde La Habana, luego de combatirlo encarnizadamente durante los últimos tres días.

El 1 de enero, Santa Clara estaba en manos del Ejército Rebelde, cuyas fuerzas se dispusieron a atacar directamente la sede del Tercer Distrito Militar, donde el jefe de las tropas se dio a la fuga y los oficiales intentaron retardar la rendición incondicional exigida por el comandante Ernesto Che Guevara. Entregaron la fortaleza a las 12:00 horas de ese día.

El Comandante en Jefe Fidel Castro valoró la hazaña con las palabras siguientes:
Che era un maestro de la guerra, Che era un artista de la lucha guerrillera (...) lo demostró en su fulminante campaña en Las Villas; y lo demostró, sobre todo, en su audaz ataque a la ciudad de Santa Clara, penetrando con una columna de apenas 300 hombres en una ciudad defendida por tanques, artillería y miles de soldados de infantería.

Fuentes

  • Archivo del Instituto de Historia de Cuba: Fondo Col. 8 Ciro Redondo. Fondo Operaciones Ejército de Cuba.
  • Base de datos sobre Costos Humanos.
  • La compilación Fidel Castro sobre temas militares; y los libros Obras, 1957-1967, de Ernesto Che Guevara;
  • Víctor Bordón: El nombre de mis ideas, de José A. Fulgueiras.
  • 7RR: La historia de Radio Rebelde, de Ricardo Martínez; Camilo, señor de la vanguardia, de William Gálvez
  • Che en combate, la campaña guerrillera en Cuba central, de Antonio Núñez Jiménez
  • Una mancha azul hacia occidente, de Luis Rosado y Felipa Suárez.
  • Batalla de Santa Clara en Bohemia