Blanca Becerra

Blanca Becerra Grela
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Blanca Becerra fue una soprano y actriz cubana.
NombreBecerra Grela, Rosa Anastasia
Nacimiento27 de abril de 1887[1]
localidad de
San Antonio de Vueltas,
municipio Camajuaní,
antigua provincia de Las Villas,
capitanía General de Cuba,
Reino de España, Bandera de España
Fallecimiento30 de octubre de 1985 (98 años)[1]
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Ocupacióncantante soprano y actriz
Obras destacadasCecilia Valdés (zarzuela)

Blanca Becerra Grela (Camajuaní, 27 de abril de 1887 - La Habana, 30 de octubre de 1985) fue una cantante y actriz cubana que inició su carrera artística desde muy temprana edad.[1]

Síntesis biográfica

A los cinco años de edad debutó en el poblado San Diego de los Baños (en la provincia de Pinar del Río) en el circo La Estrella, del cual era propietario su padre, Antonio Becerra, quien fue el primer maestro de actuación que ella tuvo. Allí participó en los sainetes La Perla de las Antillas y Como son los hijos de Cuba. A los quince años de edad se presentó la carpa-teatro Edén, de provincia Santiago de Cuba, donde triunfó en la zarzuela cubana La mulata María (letra de Federico Villoch y música de Raimundo Valenzuela de León), y recibió clases de canto del maestro González, que mucho ayudó a la artista en el desarrollo de su magnífica voz de soprano.

En 1904 pasó al Oriente como miembro de la compañía de arte lírico del español Julio Ruiz, en la que debutó en la zarzuela El rey que rabió (con música de Rupert Chapí y libreto de Vital Aza y Miguel Ramos Carrión).

En 1905 contrajo matrimonio en la Catedral santiaguera con Gustavo Carulla, empresario de prestigiosos artistas criollos de la época. Posteriormente se trasladó a La Habana con la compañía artística de su padre. Actuaron en el Martí en parodias de distintas zarzuelas españolas.

Contrato con la empresa del Alhambra

En medio de una difícil situación económica familiar y separada ya de su esposo, aceptó en 1912, sin dejar de tener ciertas reservas, un contrato de la empresa del Teatro Alhambra, estigmatizado por considerársele un teatro para hombres solos. Pero, según declaró la Becerra en una entrevista publicada en un semanario Bohemia:

Después de las primeras actuaciones comprendí que, contrariamente a todo lo que yo suponía, aquel era un teatro como otro cualquiera. No había nada allí que ofendiera la moral de ninguna mujer. Sencillamente se presentaban obras de doble sentido. Quizás desmintiendo lo que la gente puede decirle al hablar del Alhambra, yo puedo asegurarle que las obras que se presentaban allí, hoy resultan infantiles.
Blanca Becerra

Blanca Becerra permaneció dos décadas en Alhambra y actuó en gran parte de las más notorias producciones llevadas a tal escenario, encarnando a la damita ingenua, la borracha, la gallega socarrona, la mulata soez, los distintos matices del personaje tipo de la negrita (catedrática, conga y sentimental), la vedette de las revistas fastuosas y, sobre todo, como la cantante que glorificó obras de Federico Villoch, Agustín Rodríguez, Jorge Ánckermann y otros autores criollos. Grabó dúos con reconocidos colegas suyos de ese teatro (Regino López, Julito Díaz, Adolfo Otero y Dulce María Mola) para las firmas Columbia, Victor y Brunswick.

Otras actuaciones

Con el colectivo del Alhambra actuó, además, en el Payret y el Nacional, entre otros coliseos de primera categoría. Tuvo una intensa participación en programas radiales, desde 1922, en la PWX y luego en Radio Lavin, RHC-Cadena Azul, CMQ.

Una intervención quirúrgica afectó su voz de soprano y devino actriz genérica. Entre sus incursiones en el teatro dramático cabría subrayar las piezas Sombras del solar (1938, de Juan Domínguez Arbelo), y Sabanimar (1943, de Paco Alfonso), ambas presentadas en el Principal de la Comedia. A principios del decenio de los cuarenta realizó una memorable creación de la Dolores Santa Cruz, en la zarzuela Cecilia Valdés, destacándose al interpretar el tango-congo «Po, po, po», que siguió representando toda la vida, y por el cual sería ovacionada aún octogenaria.

En el extranjero

Aparte de su labor en Cuba, trabajó también en Estados Unidos, México y España. En la cinematografía nacional su nombre quedó registrado en los créditos de las películas Manuel García, rey de los campos de Cuba (1940, dirigida por Jean Angelo) y Sed de amor (1945, dirigida por Francois Betancourt).

En Bejucal

Blanca Becerra (90) visita Bejucal en 1977. En la fotografía está acompañada por Juan José Barona (47).

Desde 1977, Blanca Becerra visitó la Casa de la Cultura de Bejucal en varias ocasiones por invitación del maestro Juan J. Barona, quien bautizó su compañía teatral con el nombre Blanca Becerra, debido a la gran admiración que sentía hacia ella. El propio Barona contaba que Becerra (en ese momento, de 90 años) bailó con mucha energía una rumba de cajón, y que estuvo de acuerdo con ser madrina del grupo. Juan Barona aprendió a interpretar el «Po, po, po» de la zarzuela Cecilia Valdés de la mano de Blanca Becerra, quien lo hizo como nadie en Cuba. Esta pieza había sido creada para una mujer pero el autor de la zarzuela ―el maestro Gonzalo Roig (1890-1970)― autorizó a Barona a interpretarla.

En febrero de 2010, en la grabación de las carrozas de las charangas de Bejucal, se escuchó un fragmento de esa interpretación en voz de Juan J. Barona (que falleció el 20 de junio de 2010, a los 80 años).

Últimos años de vida

Al arribar a sus últimos años de vida, residió largo tiempo en la ciudad de Las Tunas y en su casa se inauguró el llamado Patio de la Trova, dedicado a peñas culturales. Con el aval de varias décadas dedicadas al arte criollo, Blanca Becerra falleció en La Habana el 30 de octubre de 1985, a los 98 años de edad.

Fuentes

  • «Blanca Becerra Grela», artículo publicado en el sitio web Eumed.net (La Habana).
  • Dirección Municipal de Cultura de Bejucal