Calendario gregoriano

Calendario gregoriano
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Concepto:Calendario de uso mundial desde 1582

Calendario gregoriano. Es un calendario originario de Europa, actualmente utilizado de manera oficial en casi todo el mundo. Así denominado por ser su promotor el Papa Gregorio XIII, (15021585), papa (15721585). Este calendario vino a sustituir en 1582 al Calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instaurara en el año 46 a.n.e.. El Papa promulgó el uso de este calendario por medio de la bula Inter Gravissimas. Usando principios astronómicos como el cálculo metónico incorporó los años bisiestos al agregarle un día al mes de febrero. Su uso demoró hasta 300 años en ser aceptado por algunos países.

Historia

La reforma gregoriana nace de la necesidad de llevar a la práctica uno de los acuerdos del Concilio de Trento, entre 1545 y 1563 confirmados por el papa Pío IV el 26 de enero de 1564; el de ajustar el calendario para eliminar el desfase producido desde un concilio anterior, el primer Concilio de Nicea, 20 de mayo y el 25 de julio del 325, en el que se había fijado el momento astral en que debía celebrarse la Pascua y, en relación con ésta, las demás fiestas religiosas móviles. Lo que importaba, pues, era la regularidad del calendario litúrgico, para lo cual era preciso introducir determinadas correcciones en el civil. En el fondo, el problema era adecuar el calendario civil al año trópico.

En el Concilio de Nicea I se determinó que se conmemorase la Pascua el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera (en el hemisferio norte; equinoccio de otoño en el hemisferio sur). Aquel año 325 el equinoccio había ocurrido el día 21 de marzo, pero con el paso del tiempo la fecha del acontecimiento se había ido adelantando hasta el punto de que en 1582, el desfase era ya de 10 días, y el equinoccio se fechó en 11 de marzo. Día de Año Nuevo, primer día del año, 1 de enero, en el calendario gregoriano. En la edad media, gran parte de los países europeos utilizaban el calendario juliano y observaban el día de Año Nuevo el 25 de marzo, llamado Día de la Anunciación, y celebrado como el momento en que le fue revelado a María que daría a luz al Hijo de Dios.

Con la introducción del calendario gregoriano en 1582, los países católicos comenzaron a celebrar el día de Año Nuevo el 1 de enero.

El desfase provenía de un inexacto cómputo del número de días con que cuenta el año trópico; según el calendario juliano que instituyó un año bisiesto cada cuatro, consideraba que el año trópico estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, o lo que es lo mismo, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Esos más de 11 minutos contados adicionalmente a cada año habían supuesto en los 1257 años que mediaban entre 325 y 1582 un error acumulado de aproximadamente 10 días.

El calendario gregoriano adelanta cerca de 1/2 minuto cada año (aprox. 26 segundos cada año), lo que significa que se requiere el ajuste de un día cada 3300 años. Esta diferencia procede del hecho de que la traslación de la Tierra alrededor del Sol no coincide con una cantidad exacta de días de rotación de la Tierra alrededor de su eje. Cuando el centro de la Tierra ha recorrido una vuelta completa en torno al Sol y ha regresado a la misma «posición relativa» en que se encontraba el año anterior, se han completado 365 días y un poco menos de un cuarto de día (0,242189074 exactamente). Para hacer coincidir el año con un número entero de días se requieren ajustes periódicos cada cierta cantidad de años. De la regla general del bisiesto cada cuatro años, se exceptuaban los años múltiplos de 100, excepción que a su vez tenía otra excepción, la de los años múltiplos de 400, que sí eran bisiestos. La nueva norma de los años bisiestos se formuló del siguiente modo: la duración básica del año es de 365 días; pero serán bisiestos (es decir tendrán 366 días) aquellos años cuyas dos últimas cifras son divisibles por 4, exceptuando los múltiplos de 100 (1700, 1800, 1900...), de los que se exceptúan a su vez aquellos que también sean divisibles por 400 (1600, 2000, 2400...). El calendario gregoriano ajusta a 365,2425 días la duración del año, lo que deja una diferencia de 0,000300926 días o 26 segundos al año de error. Este error se acumula hasta llegar a un día cada 3300 años.

Representación de mundo heliocéntrico del griego Claudio Tolomeo.

Día, semana, mes

  • Día: Es la unidad fundamental de tiempo del calendario gregoriano. Un día equivale aproximadamente a 86.400 segundos del Tiempo Atómico Internacional o TAI: recordemos que es el TAI el que se tiene que ajustar al verdadero movimiento de rotación terrestre, que se retrasa con respecto a la duración del mismo.
  • Semana: Periodo de 7 días. Los mesoamericanos (Mayas, Aztecas) tenían una semana sagrada de 13 días, aunque su mes (Uinal) era de 20 días. (Ver Tzolkin)

En la mayoría de los países cristianos, la semana empieza el lunes, pues el día domingo se acomodó como el séptimo día según la religión cristiana predominante, la Católica, siendo, en realidad, el sábado el séptimo día bíblico, día de descanso (Éxodo 20:8-11). Aunque se considera que el primer día de la semana es el domingo, costumbre que se ha extendido a algunos otros países.

  • Mes: periodo de 30 ó 31 días, salvo para febrero que tiene 28 días en un año común, y 29 días en un año bisiesto.

Línea temporal

Sin embargo a pesar de haber sido una bula Inter Gravissimas promulgada por el Papa su uso no se generalizó de la misma forma por todos los países del mundo fueran católicos o no. De ahí que una especie de línea temporal que diferencia su uso o aplicación internacional. El mejor ejemplo de esto es de la Revolución de Octubre (1917) en Rusia, que fue en noviembre para el resto de Europa (exactamente, el día 7 de noviembre), pues los rusos se regían entonces todavía por el calendario de la Iglesia Ortodoxa.

Austria (Tirol, Salzburgo y Brescia): octubre perdió 11 días. Austria (Carintia-Kärnten y Estiria-Steiermark): diciembre fue el perdió los 11 días. Países Bajos (Groninga): el lunes 21 de febrero de 1583 vino después del 10 de febrero. Retrocedieron al juliano en julio-agosto de 1594. Finalmente el miércoles 12 de enero de 1701 vino después del martes [[31 de diciembre] de 1700.

Ésta es la causa de que aunque se dice que los escritores Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare murieron ambos el 23 de abril de 1616, en realidad este último murió 10 días después (el 3 de mayo del calendario europeo actual). En Inglaterra, a los días en el calendario juliano que ocurrieron antes de la introducción del calendario gregoriano en 1752 se les llama OS (Old Style o 'estilo antiguo'). Las iniciales NS (New Style o 'estilo nuevo') indican el calendario gregoriano.

  • Año 1753: Suecia y Finlandia (que cuando fue conquistada por Rusia tuvo que adoptar en cierto grado el calendario juliano): en el año 1700 se decidió cancelar los días bisiestos durante cuarenta años, lo que lograría acumular los 10 días que faltaban. Ese año se cumplió, pero no en los bisiestos 1704 y 1708 (no se sabe por qué). Por lo tanto en esa década sus fechas no coincidían con ningún otro país (ya sea que tuviera calendario gregoriano o juliano). Más tarde, en 1712 decidieron que volverían al calendario juliano agregando un día (un "30 de febrero") al año bisiesto 1712. Cuarenta años después decidieron hacer el cambio drástico normal: el jueves 1 de marzo de 1753 vino después del miércoles 17 de febrero.
  • Año 1867: Alaska: octubre de 1867, cuando Alaska se vuelve una entidad federal de Estados Unidos.
  • Año 1873: Japón: antes se usaba un calendario propio lunar.
  • Año 1875: Egipto.
  • Año 1912 ó 1929: China: antes tenía un calendario propio lunar. No hay acuerdo entre autores si el cambio se produjo en 1912 o en 1929. Hasta hace pocos años en Hong Kong el pueblo utilizaba el calendario lunar (que es muy difícil de traducir al calendario gregoriano, el cual es estrictamente solar). Albania: diciembre de 1912.
  • Año 1914 ó 1926: Turquía: hasta el 1 de enero de 1914 (según otros hasta 1926 por las reformas occidentales de Mustafa Kemal Atatürk) Turquía se manejó con un calendario islámico.
  • Año 1916: Bulgaria: el 14 de abril de 1916 vino después del 31 de marzo.
  • Año 1918: Rusia y Estonia: el jueves 14 de febrero de 1918 vino después del miércoles 31 de enero. Otras zonas orientales de la Unión Soviética lo cambiaron dos años después.
  • Año 1919: Yugoslavia; Rumania: el lunes 14 de abril de 1919 vino después del domingo 31 de marzo.
  • Año 1923: Grecia: el jueves 1 de marzo de 1923 vino después del 15 de febrero.

Año gregoriano

El calendario gregoriano distingue entre:

  • Año común: el de 365 días
  • Año bisiesto: el de 366 días
  • Año secular: el terminado en "00" -múltiplo de 100-

Es año bisiesto el que sea múltiplo de 4, con excepción de los años seculares. Respecto a éstos, es bisiesto el año secular múltiplo de 400. De esta manera, el calendario gregoriano se compone de ciclos de 400 años: En 400 años hay (400/4)-4 seculares = 96 años bisiestos De los 4 años seculares, sólo uno es bisiesto (múltiplo de 400) En el ciclo de los 400 años tenemos 96 + 1 = 97 años bisiestos, y 400 - 97 = 303 años comunes Haciendo el cómputo en días: 97 x 366 días = 35.502 días 303 x 365 = 110.595 días Esto hace un total de 146.097 días en los 400 años, de modo que la duración media del año gregoriano es de 365,2425 días. En los 400 años del ciclo del calendario gregoriano, estos 146.097 días, que son 20.871 * 7 días, hay un número entero de semanas 20.871, de tal modo que en cada ciclo de 400 años no solo se repite exactamente el ciclo de años comunes y bisiestos, sino que el ciclo semanal también es exacto, esta congruencia da lugar a que tomando un grupo de 400 años seguidos, el siguiente ciclo de 400 años es exactamente igual. La primera semana del año, la número 01, es la que contiene el primer jueves de enero. Las semanas de un año van de la 01 a la 52, salvo que el año termine en jueves, o bien en jueves o viernes si es bisiesto, en cuyo caso se añade una semana más: la 53.

Era cristiana

Los romanos contaban los años desde la fundación de Roma, es decir, ab urbe condita, abreviadamente a.u.c.

En la era cristiana, con el papa Bonifacio IV en 607, el origen de escala pasó a ser el nacimiento de Cristo. Un monje rumano, Dionisio el Exiguo, matemático, basándose en la Biblia y otras fuentes históricas, entre los años 526 y 530, había fechado el nacimiento de Cristo el día 25 de diciembre del año 753 a.u.c. Dicho año pasó a ser el año 1 A. D., Anno Domini, año 1 del Señor, pero los años anteriores a éste seguían siendo años a.u.c. Finalmente en el siglo XVII se nombran los años anteriores al 1 A. D. como años antes de Cristo, a. C., y los posteriores son años después de Cristo, d. C..

En otras nomenclatura se usa Antes de Nuestra Era (a.n.e.) y después de Nuestra Era (n.e.) como equivalente de esta fecha cero Cuando empieza la cuenta de la era cristiana, no existía el concepto matemático de cero y los años se contaban ordinalmente (esto es: primer año, segundo, etc.). El origen del calendario gregoriano, es pues el 1 de enero del primer año (año 1 d.C.), que da comienzo a la primera década, el primer siglo (s. I) y el primer milenio. El año anterior fue el primero antes de Cristo (año 1 a.C.). No hay año 0. Establecido así el origen del calendario, el primer milenio (primeros 1000 años) transcurrió entre el 1 de enero del año 1 hasta el 31 de diciembre del año 1000. De la misma forma, el primer siglo transcurrió entre el 1 de enero del año 1 hasta el 31 de diciembre del año 100.

Importancia del calendario gregoriano

A pesar de que, aparentemente, el calendario persa es más preciso que el Calendario gregoriano, en el que hay un error de un día cada 3300 años, mientras que en el calendario persa el mismo error aparecería cada 3.5 millones de años, la importancia del calendario gregoriano estriba en que el sistema de tiempo gregoriano es el que se utiliza universalmente, inclusive, en Irán, la antigua Persia Así, el problema del origen de nuestra era y los que se derivan del empleo de múltiples calendarios diferentes quedó resuelto con la creación del calendario gregoriano: si en él se afirma que la Era Cristiana comenzó 1582 años antes de su elaboración y todos los países respetan esta idea, toda discusión debería acabar; y los temas de cuándo nació Cristo o lo que estableció Dionisio el Exiguo dejan de tener importancia (al menos, desde el punto de vista de la medición del tiempo). La cuestión final era la adopción de dicho calendario y, como hemos visto, todos los países del mundo lo han venido adoptando a través del tiempo. La mayor precisión del calendario persa es algo discutible por una simple razón: se trata de una precisión a la que habría que realizar ajustes en el futuro, lo mismo que sucede con el calendario gregoriano. Si dentro de 3300 años (más o menos, cuestión muy importante) habrá que hacer un ajuste de un día al calendario gregoriano, parece bastante probable que el calendario persa tenga también que ajustarse antes de avanzar 3.5 millones de años en el futuro. El tiempo futuro no se puede determinar: la duración del año, del día, del segundo de tiempo, se desacelera con el tiempo, pero no se puede determinar exactamente cuánto ni a que ritmo. Y, sobre todo, un calendario no es importante por una enorme precisión en la medición del tiempo, sino por tener una precisión razonable y una fundamentación clara y aceptada por todos.

Fuentes

  • El tiempo y sus mediciones (1996). Ediciones Planeta
  • Morley, Slyvanus G.(1961). La Civilización Maya. 2da.ed. Fondo Cultural Económico.