Cayo Hueso (Estados Unidos)

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Cayo Hueso (Estados Unidos)
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Bandera de Key West (Cayo Hueso)
Bandera

Escudo de Key West (Cayo Hueso)
Escudo

Mapa de Cayo Hueso de 1971
Mapa de Cayo Hueso de 1971
CapitalKey West
EntidadPoblado
 • PaísBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Población 
 • Total31 335 hab.
Gobierno de Key West (en inglés) Sitio web oficial
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Cayo Hueso (en inglés, Key West). Es una isla de Estados Unidos, en el extremo suroeste de los Cayos de la Florida. Su población es de 31.335 habitantes. Fue poblado durante los años de la colonia española en Cuba por emigrantes de esta isla que buscaban mejoras económicas los cuales colaboraron con el escritor y revolucionario cubano José Martí en las labores de esta por una Cuba libre del dominio español.

Historia

En el pasado, estas islas tropicales eran el refugio de piratas, pescadores, comerciantes, buscadores de tesoros y personas rechazadas socialmente.

Según España cedía la Florida a Estados Unidos, Cayo Hueso se le era otorgado a Juan Pablo Salas. Este señor Salas vendió Cayo Hueso a un americano llamado John W. Simonton, realmente había vendido el Cayo a otro americano anteriormente. El 25 de marzo de 1822 el teniente Matthew C. Perry de la marina americana llegó a Cayo Hueso y plantó la bandera de Estados Unidos, quedando de esta forma definido que Cayo Hueso es tierra de Estados Unidos y poco después en las cortes que John W. Simonton era su propietario.

Vialidad

Actualmente es posible desplazarse en coche desde el continente hasta Cayo Hueso, la ciudad más meridional de Estados Unidos, a través de una carretera formada por decenas de puentes que atraviesan todos los cayos. Al pasar por los puentes es posible detenerse y observar las aguas cristalinas y el fondo marino a unos 6 metros de profundidad, pudiendo observar los cardúmenes de peces.

Ocio y Turismo

El gran escritor americano, Ernest Hemingway, fue residente de Cayo Hueso. Hoy en día este acogedor lugar, con su característico sabor tropical, es una próspera comunidad de artistas y un destino popular entre los turistas. La atracción más famosa es la reunión en el Muelle Mallory Square una hora antes de la puesta del sol y disfrutar de las actuaciones de artistas de la calle mientras contemplan el Sol tropical "meterse debajo" del horizonte.

Cayo Hueso es un soleado y divertido destino con un montón de lugares de interés para visitar cuando no esté buceando, practicando parasailing o tomando el sol. La casa de Hemingway es un lugar de visita obligada, y los interesados en la historia militar pueden también visitar las ruinas de Fort Zachary Taylor. Si prefiere las actividades acuáticas, varias empresas de la ciudad ofrecen excursiones de pesca en alta mar o submarinismo. En Cayo Hueso existen 38 hoteles y más de 90 hostales, así como 190 atracciones turísticas.

Cayo Hueso y Cuba

Sus inicios

Alrededor de 1760 Cayo Hueso comenzó a poblarse por personas procedentes de Cuba. Este asiento duró poco ya que al ser cedida la Florida a los ingleses en 1763, todas aquellas personas regresaron a Cuba. Veinte años más tarde, cuando España recuperó la Florida, algunas personas de Cuba, tal vez los mismos del asiento anterior, volvieron a establecerse en Cayo Hueso. Fue durante estos veinte años que algunas familias procedentes de las Bahamas, leales a la Corona Inglesa que habían abandonado las trece colonias durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, se trasladaron a Cayo Hueso y tan pronto los Estados Unidos lograron la independencia, algunos americanos también se instalaron en el Cayo.

Guerra de los Diez Años

Cuando estalló la Guerra de los Diez Años, la colonia de exiliados cubanos en Cayo Hueso aumentó, llegando a contar los cubanos en el Cayo en miles de personas. El impacto de tan numeroso éxodo pronto alteró el transcurso de la vida en la pequeña ciudad, llevándola a la vanguardia del Estado de Florida. En las décadas inmediatas anteriores Cayo Hueso había sufrido una serie de incendios que destruyeron gran parte de la zona urbana. Con la llegada de los cubanos y la necesidad de la reconstrucción, el Cayo pronto empezó a adquirir una nueva imagen de modernización y prosperidad. En muchas de las edificaciones se sustituyó la madera con el ladrillo rojo, permaneciendo algunas de tales edificaciones hasta nuestros días como testimonio de tal era.

La influencia cubana también fue notada en otros aspectos, como el cultural, el social y el económico. Ya desde 1831 en el Cayo se había establecido una fábrica de tabacos, indiscutiblemente habiendo existido cierta comunicación, o tal vez hasta negocio, con Cuba desde entonces. El exilio cubano elevó tal industria a los cientos de fábricas de tabaco, enviando al resto del continente millones de tabacos envueltos en Cayo Hueso. De 1875 a 1876 fue electo alcalde de Cayo Hueso nada menos que el hijo del Padre de la Patria Cubana, Carlos Manuel de Céspedes (hijo), siendo el primer alcalde cubano en los Estados Unidos de América. El español era la segunda lengua del Cayo, pero la primera en el uso diario; se dice que aun muchos de descendencia inglesa aprendieron algunas palabras en español, lo cierto fue que con sólo el español se podía resolver todas las necesidades del día.

Se crearon varias escuelas bilingües y también se imprimió un periódico en español que además de todas las noticias mundiales mantenía al exilio al tanto de lo que ocurría en Cuba. Por supuesto, hubo muchos otros adelantos en Cayo Hueso donde los cubanos se destacaron y se crearon instituciones propias del exilio, como la fundación del Instituto San Carlos en 1871, y tantas otras más.

Terminada la Guerra de los Diez Años en el Pacto del Zanjón, la comunidad cubana en Cayo Hueso, como los cubanos en la propia Cuba, pasa a un estado de incertidumbre. Algunas de las fábricas de tabaco más grandes se trasladan para Tampa a consecuencias de las huelgas de los obreros y los beneficios económicos que ofrece esta otra ciudad al norte en la Florida. La vida continúa y el Cayo espera.

Actualidad

En Cayo Hueso viven muchos cubanos que han llegado a los Estados Unidos y han decidido establecerse lo más cerca posible de su añorada Cuba; y es buen lugar donde vivir porque la ciudad es muy bonita y prospera, y el clima es muy similar al de Cuba. También hay muchos descendientes de las colonias cubanas ya mencionadas que optaron por quedarse en el Cayo donde echaron sus raíces.

El puerto de Cayo Hueso continúa viendo a cubanos pisar por primera vez territorio estadounidense en busca del llamado sueño americano bajo la Ley de Ajuste Cubano. Claro, nada se compara, y ahora estamos hablando a nivel de la historia mundial, al éxodo que ocurrió en 1980 cuando más de 125,000 cubanos procedentes del Puerto del Mariel llegaron a los Estados Unidos por el puerto de Cayo Hueso.

José Martí y Cayo Hueso

Martí en Cayo Hueso, 1891

En Cayo Hueso el Apóstol Nacional de Cuba realizo una importante labor al frente de la creación del Partido Revolucionario Cubano que se encargaría de organizar la Guerra Necesaria que pondría fin al colonialismo español en la Mayor de las Antillas. Como parte de su labor en Cayo Hueso el 25 de diciembre de 1891 José Martí da un discurso a los patriotas cubanos reunidos allí[1]:

Y he aquí la medicina, cubanos (...) he aquí el confortativo del alma, que también se enferma como el cuerpo, y dominada por la pasión, se postra o se entibia a veces, he aquí el cariño de este santo hogar, que aunque no es el legítimo, que sueño en mi fiebre o delirio, de una justicia definitiva para mi pueblo, tiene aquí su mejor levadura para levantarlo y sus raíces abonadas, con lágrimas tan puras y tan sinceras, como las de este joven y las vuestras. Y este cariño obliga al viajero tanto a merecerlo, que es ya medicina en su naturaleza; y ya se alivia la dolencia física y rejuvenecen sus bríos, y se siente doble en su júbilo, y el viajero no puede, en lengua de lisonja, hablar, a quienes ha tiempo, les guardaba el deseo de hacerles compañía: agradecido por cuanto ve, y sin estériles reservas, debe deciros: que os abraza, con esperanza real y con el alma entera. Pero el alma de nuestro pueblo, disgregada en jirones, paseando su nostalgia por tierras frías, que carecen del fuego de nuestro sol y la dignidad de nuestra palma, puedo decir, sin temor a equivocarme, que su mayor suma congregada, siempre la vi, y la palpo más de cerca ahora; unas veces con intensísimo dolor, otras con admiración, pero siempre con respetuoso recogimiento, por haber creado y mantenido un número de patriarcas leales a una idea, en los estrechos limites de este nido cubano: el noble Cayo.

Y esta conjunción de dolor y este perseverar en el sacrificio, por vivir en casa propia, levantada con manos amigas, débiles acaso, por la constante vigilia, pero heroicas por la tenacidad en las arremetidas, cuyos impulsos serán santificados con la sangre de nuestros soldados temerarios, serán también compensados, cuando en el banquete cordial y sincero de la patria redimida, pechándonos todos, hombreándonos, tocándonos el corazón con manos leales, alborozados por haber pagado y merecido nuestro cubierto, arraiguemos en tierra grata, la semilla fructífera de nuestra vida republicana, ya constitutiva de medio ambiente en nuestra residencia temporal del extranjero.

'Entonces, unidos en amor y aspiraciones, los cubanos, levantaremos hogar a los proscriptos, con el mismo generoso ejemplo que levantáis la vivienda temporal y el sublime altar en vuestras conciencias, al sacrificio por la Patria, que llevaremos en triunfo al Capitolio.

Adviértense pues, sin escudriñamientos ni sagacidad maliciosa, en las miradas que me rodean toda esa voluntad y deseo que habremos de realizar sin duda... Y este apretar de almas y enlazamiento de corazones, llenos de amor y verdad, desdeñando la pasión que pudo entibiarnos alguna vez; por avanzar muy de prisa o no precaver la oportunidad, es augurio de oportunidad que se allega, donde con provecho y eficacia para todos, podamos hablarnos, corazón a corazón, y sacarnos a un golpe previsor, para que vuele al cielo de nuestro destino, lo que tiene de enérgico y humilde nuestro pueblo, de grande y de sublime: filas águilas y las palomas!

Referencias

Fuentes