Chorro de Maíta

Sitio arqueológico de Chorro de Maíta
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Dirección:Municipio de Banes


Sitio arqueológico de Chorro de Maíta . Lugar donde -se supone- haya existido un contacto hindo-hispánico. Allí se evidencian todas las formas de enterramiento encontradas no sólo en el país, sino en el Caribe, amén de algunas variantes que nunca antes habían sido registradas.


Sitio arqueológico de Chorro de Maíta

Cementerio aborigen de los taínos o arahuacos insulares.
Escalando la montaña por un camino escabroso del poblado de Yaguajay, en el holguinero municipio de Banes, en el Oriente Cubano, se llega al primer cementerio aborigen de agricultores ceramistas encontrado en Cuba.

Es el controvertido sitio arqueológico de Chorro de Maíta, lugar donde -se supone- haya existido un contacto hindo-hispánico. Allí se evidencian todas las formas de enterramiento encontradas no sólo en el país, sino en el Caribe, amén de algunas variantes que nunca antes habían sido registradas.

La trans-culturación es evidente. A la presencia de vasijas, adornos, fragmentos de latón y cascabeles españoles, se suman los enterramientos cristianos: extremidades extendidas, brazos cruzados a la altura del pecho, y cráneos que, en su mayoría, no se deformaron.

Confluencia de otras culturas

Desde el cementerio aborigen de Chorro de Maíta, el paisaje es un derroche de tonos verdes, ocres y azules que matizan el mar, las palmeras y montañas. En una visita a aquel lugar paradisíaco, nos explicaba Iris Adat -ya desaparecida- que el sitio data de finales de mil cuatrocientos cuarenta hasta mil quinientos cuarenta, es decir, anterior y posterior a la llegada de los españoles a Cuba.

Chorro de Maíta debió ser un lugar de contacto con otras culturas. Se rescató un medallón de cobre -único en Cuba- propio de los venezolanos, quienes lo llevaban a la altura de la rótula y de los hombros.

Coincidentemente apareció allí un resto humano cuya estatura de un metro y setenta y seis centímetros sobrepasa la que promediaban los aborígenes. Todavía hoy, son muchos los enigmas por descifrar en Chorro de Maíta.

Un sitio que irradió cultura

Explican, especialistas del museo de sitio Chorro de Maíta, en la provincia de Holguín, que existe otro elemento convincente como para pensar que allí también hubo presencia de culturas mexicanas. Se encontraron restos de lo que debió ser una princesa a juzgar por sus atributos: un collar (joya única en Cuba) confeccionado con coral rosado, cuarzo, perlas, doradas cuentas bicéfalas y una cabeza de ave tallada igualmente en oro a la que llamaban Inrirri en la mitología Aruaca.

Se dice que el ave con su pico horadaba el sexo femenino y creó la etnia Arauca. La forma en que llegaron esos objetos a Chorro de Maíta sigue siendo una incógnita, sin embargo, no se puede olvidar que Cuba fue poblada por oleadas sucesivas de aborígenes, provenientes de disímiles confines.

Banes: capital arqueológica de Cuba

Noventa y seis sitios han sido registrados oficialmente en el holguinero municipio de Banes, zona declarada capital arqueológica de Cuba. Aunque se habla de la posible existencia de una provincia aborigen, lo cierto es que en aquella región oriental no quedan descendientes de la cultura Taína, palabra que en lengua Aruaca significa "yo soy bueno o yo soy manso".

Perpetuando la memoria aborigen, los holguineros instituyeron un ídolo simbólico confeccionado en concha de mar, que recrea a una mujer con ofrendas y que se entrega a distinguidas personalidades que visitan el territorio. Hoy, en el Museo de Sitio de Chorro de Maíta se erigen, como testigos del tiempo, un cementerio y una Aldea Taína que recrean la vida aborigen de la isla antigua

Chorro de Maíta una gran industria artesanal aborigen

Fue en la década de 1930 cuando llegaron allí los primeros exploradores, buscando elementos que confirmaran la indudable presencia aborigen. Sin embargo, la enorme cantidad de cuentas de cuarzito encontradas, dejó latente hasta hoy una incógnita: ¿fue el Chorro de Maíta una gran industria artesanal aborigen? El doctor Guarsh, arqueólogo cubano de reconocido prestigio, abunda sobre el tema en esta Revista Semanal. Aunque Yaguajay es el nombre aborigen del hermoso paraje de la oriental provincia cubana de Holguín, sus primeros exploradores arqueológicos decidieron referirlo al popular Chorro de Maíta. Yaguajay Yuca-yeque Turey, en lengua aruaca: Yaguajay, la aldea del cielo resplandeciente, es el título de un libro escrito por el doctor José Manuel Guarsh, quien narra sus experiencias durante las excavaciones en el Cementerio aborigen de Chorro de Maíta. "Fue en el año 76 cuando hice el censo arqueológico del municipio de Banes –apunta el arqueólogo cubano-. Cuando llegué a aquella zona, el dueño de las parcelas aseguró que cada vez que excavaba el terreno aparecían osamentas humanas en un área de caliza meteorizada". El caliche, muy común en Banes, tiene allí un espesor aproximado de un metro con cincuenta centímetros. Para el doctor José Manuel Guarsh y su equipo investigativo, los múltiples relatos sobre las apariciones de osamentas humanas en Chorro de Maíta constituyeron un grano de escepticismo. "Íbamos preparados para excavar en los antiguos basureros dejados por los aborígenes, pues es allí donde puede encontrarse mayor número de evidencias para reconstruir su modo de vida" –asegura el arqueólogo Guarsh-. Comenta que no habían avanzado ni 50 centímetros de longitud y profundidad cuando se apreció el primer cráneo. "El problema era cómo parar aquello –explica-, porque aparecieron varios esqueletos y no podíamos dejarlos expuestos". Según el especialista, poner al descubierto un esqueleto conlleva a una paciente labor de no menos de diez horas durante dos días. Llevar a la superficie un esqueleto enterrado, es como sacar una escultura de cualquier bloque marmóreo. Recuerda el doctor José Manuel Guarsh que trabajando a 80 centímetros de profundidad, en el cementerio aborigen de Chorro de Maíta, se le acercó un campesino lamentándose de que sus descendientes no podrían observar lo que allí acontecía. "Después de analizar lo que me había dicho aquel hombre, no dudé en un Museo de Sitio –enfatiza Guarsh-. Hubo que sanearlo todo, garantizando con un milímetro más-menos la exactitud de ubicación de cada pieza.

Hoy –finaliza el arqueólogo-, se muestran 56 de los 180 esqueletos encontrados".

La vida y la muerte están bien representadas en la aldea aborigen de Chorro de Maíta, sitio ubicado en el holguinero Cerro de Yaguajay. Dividido por una angosta y empinada carretera, el sitio arqueológico más importante de Cuba muestra al visitante, de un lado, todas las posiciones de enterramiento aborigen encontradas en las Antillas. Por otra parte se aprecia, reproducida a escala natural, una aldea taína con 38 esculturas humanas. Argumenta el doctor José Manuel Guarsh que esas piezas reflejan el fenotipo o físico exacto de la etnia aruaca. El valor estriba en el hiper-realismo logrado por los escultores Argelio Cobiellas, padre e hijo, y Lauro Echavarria Osorio.

Escenas destacadas de la vida aborigen

Según explica el prestigioso arqueólogo, José Manuel Guarsh, autor intelectual y guionista de la aldea taína de Chorro de Maíta, las esculturas humanas detallan la deformación craneana, la perfilación del rostro y el rápido envejecimiento de aquel grupo humano que a los 45 años de edad ya era anciano. "Se exhiben tres caneyes en esa pequeña aldea que no es la que existió allí, porque aquella tenía alrededor de 22 000 metros cuadrados de superficie –acota el doctor Guarsh-. También existen bajareques intermedios y un vara en tierra, que es donde se proyectaba la vida cotidiana". Todas las esculturas, ubicadas dentro de los caneyes, llevan la vestimenta y los abalorios utilizados por los aborígenes cubanos durante sus actividades diarias. Holguín, tierra donde la naturaleza puso su afán de prodigio multicolor, también exhibe una cultura sui-géneris, mezclada con una historia muy rica. "Estamos trabajando en otro gran proyecto que cubrirá desde los municipios de Gibara hasta Baracoa –explica el doctor José Manuel Guarsh-. Vamos a regresar al Bariay del siglo XVI, al momento mismo en que Cristóbal Colón plantó su escarpín falcado en la costa". Allí, a juicio del connotado arqueólogo cubano, se creará una pequeña aldea aborigen que recuerde a la que observó el Almirante poco después de su arribo. Las tres carabelas, La Niña, La Pinta, y la Santa María, volverán a emprender viaje tocando las mismas bahías que visitó el descubridor de América hasta llegar a puerto baracoense, por toda la costa Norte de la región oriental de Cuba.

Fuente

  • Sitio arqueológico de Chorro de Maíta
  • Catálogo del Patrimonio holguinero.

Enlace

  • www.baibrama.cult.cu
  • www.arqueotur.org