Ciencia, tecnología y sociedad

Ciencia, Tecnología y Sociedad
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Título originalTecnología y Sociedad
Autor(a)(es)(as)Fidel Castro Díaz-Balart
Editorial:Científico-Técnica
GéneroCiencia
EdiciónPalcograf, Palacio de Convenciones
Primera edición2003
PaísBandera de Cuba Cuba

Ciencia, Tecnología y Sociedad. Libro cubano de la editorial científico técnica, donde el autor nos presenta la obra estructurada por capítulos, reflejando las disímiles formas de ocuparse de la ciencia y la tecnología, con visiones y estrategias propias, vinculadas a la sociedad.

Hay varias maneras de ocuparse de la ciencia y la tecnología. Una de ellas es hacerlo “desde adentro”, desde el laboratorio de investigación, desde el ámbito donde se producen, transfieren, evalúan, adoptan las tecnologías. Las personas que se ocupan de esa tarea son los científicos y los tecnólogos. Ellos se ocupan de la práctica tecnocientífica’.

Hay, sin embargo, otro tipo de profesional que también se ocupa de la ciencia y la tecnología, pero lo hace de otro modo: las estudia para comprender los procesos involucrados en ella y tratar de favorecer su inserción favorable en las prácticas educativas, en la economía; tratar de orientar y evaluar sus impactos sociales y diseñar políticas para desarrollarlas y articularlas a la sociedad. A este tipo de actividad intelectual y práctica, por su sentido transformador, se le pudiera llamar la “industria tecnocientífica”.

La sociedad contemporánea necesita de la “práctica científica” y también de la “industria científica”. A la combinación armónica de una y otra se le puede denominar el “orden tecnocientífico”. Al menos desde la Función Social de la Ciencia (1939) de J. D. Bernal, y más aún desde la mitad del siglo pasado, existe el proyecto práctico de actuar sobre la ciencia y la tecnología para orientar sus procesos y convertirlas conscientemente en factores de transformación social y en variables de las políticas económicas, sociales y otras estratégicas que realizan las sociedades, lo cual es un objetivo de la mayor relevancia. Para eso han servido las políticas científicas y tecnológicas (PCT).

Sin embargo, en América Latina la imposición del Pensamiento Único y el auge de las políticas neoliberales consiguió también debilitar la atención a la PCI. La idea de desarrollar ciencia y tecnología propias, articuladas a proyectos de transformación social, cedió paso a concepciones centrada en las innovaciones tecnológicas, ubicada más bien en las empresas atenta a las ventanas de oportunidad’’ que supuestamente el mundo Globalizado se encargaría de ofrecer.

Introducción

En el amanecer del siglo XXI, la especie humana se bifurca progresivamente. La Globalización, que propicia una creciente interdependencia de los pueblos del mundo, en principio, parece ofrecer grandes oportunidades para enriquecer la vida de las personas y crear una comunidad mundial basada en valores compartidos. Pero el hecho cierto es que en su actual variante neoliberal, los mercados dominan el proceso, beneficios y oportunidades no se comparten de manera equitativa: la riqueza se incrementa y se concentra cada vez más en menos y la pobreza se incrementa y se propaga para la mayoría de los habitantes del planeta. A ese nefasto proceso de concentración-exclusión, se añade el deterioro acelerado del medio ambiente en sus múltiples manifestaciones —cambios climáticos, deterioro de la capa de ozono, desertificación y deforestación aceleradas y la reducción de las reservas de agua potable, entre otras—, y el rápido agotamiento de los recursos naturales y energéticos. Lo más preocupante es que se no dispone del tiempo suficiente para afrontar este problema. Solo con un desarrollo sostenible, armónico, inteligente y equitativo, la humanidad puede aspirar a lograrlo.

En ese contexto se deja de hablar progresivamente de política científica y tecnológica. La razón es obvia: ella supone la existencia de estados capaces de alentar políticas públicas con cierto grado de autonomía.

El desmontaje del Estado, la imposición del pensamiento único, la privatización del conocimiento, la atribución al mercado de la capacidad de regulado todo, incluido el conocimiento, ha desplazado la dimensión política en ciencia y tecnología. Su lugar lo ha tomado la gestión. El acento está en la gestión. Pareciera que ya no hay que discutir sobre los fines, los propósitos, los objetivos. Se asume que interesan los medios, no los fines. La gestión desplaza a la política y cuando se habla de fines se les reduce a su dimensión económica; la competitividad, la ganancia, la rentabilidad... Pareciera reducirse la innovación a un hecho económico.

También se prefiere hablar de innovación y no de la ciencia y sus contribuciones estratégicas. Tampoco de la formación de recursos de alto nivel. El corto plazo desplaza al largo plato. A esos desplazamientos, propios del pensamiento neoliberal, hay que presentar alternativas. Intelectuales y prácticas. Hay que restituir el papel de la política, el debate sobre los fines, el largo plazo y la función estratégica del conocimiento.

Hay que dominar la gestión (las herramientas, los medios), pero hay que restablecer la primacía de la política. Y esa política tiene que ser pensada con cabeza propia. Hay que estar atentos a la “industria tecnocientífica’’ que nos llega del exterior, pero hay que pensar la estrategia y la táctica en ciencia y tecnología con una propia visión, muy atenta a nuestras realidades, necesidades y proyectos. Para Cuba, empeñada en el avance socialista, eso es especialmente importante.

Se requiere mucha creatividad cultural para responder a preguntas básicas que articulan la Política: cómo aprovechar los conocimientos disponibles cómo orientar las actividades de investigación, desarrollo e innovación hacia objetivos de interés social; cómo formar incorporar los recursos humanos necesarios y cómo favorecer la conformación de redes.

Desde hace unos 20 años el centro de gravedad del trabajo del Dr. Se. Fidel Castro Díaz—Balart se ha ido desplazando de la “práctica tecnocientítica” a la “industria tecnocientífica”. En algún momento, y seguramente bajo imperativos prácticos, pasó a interesarse menos por la desviación de partículas en un campo magnético o los detalles técnicos de los reactores nucleares que por la economía del conocimiento, el impacto ambiental de las tecnologías, las estrategias energéticas de cara a los problemas del desarrollo, las interfases universidad-empresa, la gestión de la innovación... y tantos temas más. En síntesis, pasó a ocuparse de las políticas científicas y tecnológicas en sentido amplio. Después de seguir durante años su obra, me atrevo a sugerir que una de las preocupaciones. o quizás la preocupación central que lo ha acompañado durante varias décadas, es la de cómo articular efectivamente el conocimiento, la educación, la investigación, la gestión tecnológica al desarrollo económico, social y cultural de nuestro país.

Su obra escrita ha intentado ofrecer reflexiones y respuestas vinculadas a tal preocupación y su obra práctica, sobre todo la adelantada en el período en que desarrolló importantes responsabilidades en la conducción del Programa Nuclear Cubano y en la etapa en que participó en la gestación y desenvolvimiento del nuevo sistema le Ciencia e Innovación en la Industria Básica, basado en la dirección integrada de proyectos, pueden ser interpretadas como intentos de elaborar las bases conceptuales y mostrar ejemplos prácticos le cómo la ciencia y la tecnología pueden convenirse en motores del desarrollo social.

Con la política científica y tecnológica se pueden hacer varias cosas: una es magnificar; otra es tomarla prestada, bajo fa coartada del “efecto demostración’’, de las políticas seguidas por los países industrializados, lo que es una opción muy pobre, en términos culturales, y suicida, en el plano práctico, porque la mímesis, además de indeseable, es imposible.

Queda entonces el camino más difícil y creativo: generar visiones y estrategias propias, profunda y productivamente vinculadas a nuestras realidades y proyectos.

Entre sus muchos actos fundacionales, la Revolución Cubana, los guerrilleros en el poder, fundó lo que yo llamaría una Política del Conocimiento, esto es, una estrategia para promover la educación, favorecer la apropiación social del conocimiento y ponerlo en función del bienestar material y espiritual de todos los cubanos. Más adelante aquella política del conocimiento se expresaría en las diversas modalidades de Política Científica y Tecnológica, implícitas y explícitas, que la Revolución ha ido implementando a lo largo de cuatro décadas y media.

Sugiero que aún debemos continuar andando por el complejo camino, teórico y práctico, que conduce a la construcción de un pensamiento cubano fecundo en materia de ciencia y tecnología, cuyos pilares están en la obra fundadora de Fidel y Che.

Esa percepción es la que me conduce a saludar los intentos por desarrollar una cultura del debate sobre ciencia y tecnología, los esfuerzos por reflexionar sobre las interrelaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad. Esos esfuerzos nos permiten apreciar la diversidad de posturas que se construyen en el plano teórico. Estas van desde las más tecnocráticas y laudatorias del orden vigente, hasta aquellas que intentan lecturas críticas de las interrelaciones ciencia, tecnología y sociedad y promueven prácticas alternativas a las que se construyen desde el Pensamiento Único.

Según creo, la producción bibliográfica de Fidel Castro Díaz-Balart como estudioso y organizador de la ciencia y la tecnología, nos ayuda a avanzar en las urgencias culturales y políticas que he mencionado, lo que se patentiza también en la obra que ahora presento, cuyos textos, en su mayoría, fueron escritos originalmente en inglés y luego en español. Ello nos concede una bondad adicional: el disponer de una edición bilingüe, lo que amplia su capacidad de acceso a públicos diferentes.

Capítulos

La energía y el medio ambiente

En el capítulo “La energía y el medio ambiente: opciones difíciles” el lector encontrará una exposición actualizada acerca de las complejas relaciones que se establecen entre desarrollo energético y sostenibilidad ambiental: “la única manera de tener un futuro seguro es producir energía y usarla de manera sostenible”, dice el autor, insistiendo en que las elecciones tecnológicas deberán apoyarse en el consenso social que resulte de la colocación del bienestar humano como prioridad esencial y la educación, la cultura y el conocimiento como sus más sólidos pilares.

Ciencia y Desarrollo

El capítulo “Globalización", ciencia y desarrollo: comprender el desafío a partir de una experiencia latinoamericana” cumple el propósito de ofrecernos una visión crítica del mundo tecnocientífico unipolar. Globalización, sostenibilidad y abismo tecnocientífico Norte—Sur son problemas que el autor presenta explorando varias de sus muchas interconexiones. El comentario sobre experiencias de Brasil, India y Cuba, ilustran los esfuerzos que algunas naciones en desarrollo han venido realizando y sirve para corroborar una tesis básica del trabajo: ningún país puede avanzar por el camino del desarrollo sostenible sin consolidar una suficiente capacidad científica y tecnológica, lo que reclama voluntad política sostenida y recursos financieros.

Organización del futuro

El capítulo “Hacia la organización del futuro basada en el conocimiento” permite al lector orientarse en el llamado mundo de la Nueva Economía o Economía del Conocimiento. Aquí el autor se sitúa preferentemente en el contexto de la empresa: “La capacidad de la empresa para ser competitiva en este nuevo escenario dependerá de habilidad para incorporar en el menor tiempo posible las competencias y aptitudes directamente relacionadas con la gestión del cambio innovación, la gestión del conocimiento y la actualización de este activo a través de una formulación de excelencia”. El autor utiliza el concepto de “empresa extendida” para aludir a la organización capaz de llevar a cabo el aprendizaje continuo, el trabajo en redes que aprovechan las potencialidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones y el trabajo multidisciplinario, entre otras cualidades.

El capítulo “Los parques científicos y tecnológicos. Orígenes, desarrollo y perspectivas” nos ofrece información sistematizada y actual sobre las características fundamentales de unos 600 Parques Científicos y de alta Tecnología que existen en el mundo, los que parecen ser una pieza clave de la llamada “Economía del Conocimiento”, esbozada en el capítulo anterior, al facilitar una intensa sinergia entre las empresas y las instituciones productoras de conocimiento, con énfasis en las universidades. Los conceptos de empresa spin o/f, empresa Start up, “incubadora” de empresas aluden a mecanismos a través de los cuales el conocimiento es convertido en un activo económico, se dinamiza la innovación tecnológica y aumenta la competitividad de las empresas. Los ejemplos mostrados provienen de sitios geográficos diversos California, Malasia, Singapur, China lo que muestra que los parques y otras estructuras semejantes se han generalizado en el mundo y viven rindiendo frutos. El autor nos presenta los factores de éxito de estos, así como sus principales retos y tendencias.

El papel de las nuevas tecnologías en el desarrollo económico nacional

El capítulo final “El papel de las nuevas tecnologías en el desarrollo económico nacional: la experiencia cubana”, presenta un buen panorama sobre el desarrollo científico y tecnológico en Cuba y en este, el papel que juega la educación, en especial aquel los estudios que de modo más directo se articulan al desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. En el plano tecnocientífico se presta especial atención a la biotecnología y la industria farmacéutica. Concluye con una reflexión sobre “la Ciencia en el Sur” y su significado en un mundo fuertemente polarizado desde el punto de vista científico y tecnológico en el que la cooperación Norte — Sur necesita una reformulación radical.

Creo que en todos esos temas y no solo en ellos este libro que ahora presento nos adelanta un buen trecho. Además de útil en sentido práctico, se inserta muy bien en el propósito enunciado por el compañero Fidel de avanzar en la cultura general e integral de nuestro pueblo.

La cultura científica y tecnológica, constituyente central de esa cultura integral, no consiste solo en apropiarnos de conocimientos científicos específicos (sobre ADN, estructura de la materia, origen de la vida. . .) sino también de una capacidad reflexiva sobre las interrelaciones entre ciencia, tecnología y sociedad. También en este plano, llamémosle cultural, el libro colabora en nuestros esfuerzos actuales y futuros.

El autor de esta obra tiene una conocida y fecunda trayectoria vine u- lada al desarrollo de la ciencia cubana, lo que dota a sus contribuciones de intencionalidades prácticas que creo que el lector sabrá apreciar. Estimo que esta obra está escrita por una persona que entiende muy bien que la ruta del éxito en Ciencia, Tecnología e Innovación no sigue un solo camino. Siempre es posible imaginar alternativas, construir nuevas posibilidades. Es necesario innovar en el pensamiento, en las formas institucionales, las estrategias. No hay algoritmos exclusivos. La gestión y la política del conocimiento tienen numerosos referentes internacionales, pero si va a ser fructífera entre nosotros, tenemos que ser innovadores y pensar la gestión y la política del conocimiento con cabeza propia.

Los dejo con la obra.

Coordinador de Jorge Núñez Jover la Cátedra Cubana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación. Universidad de La Habana, mayo de 2004.

Índice del libro

  • PRÓLOGO. /7
  • INTRODUCCIÓN. /15
  • LA ENERGÍA Y EL MEDIO AMBIENTE: OPCIONES DIFÍCILES.
  • Las presiones son fuertes para los países en desarrollo. /19
  • GLOBALIZACIÓN: CIENCIA Y DESARROLLO.
  • Comprender los desafíos a partir de una experiencia latinoamericana. /33
  • HACIA LA ORGANIZACION DEL FUTURO
  • BASADA EN EL CONOCIMIENTO. /67
  • LOS PARQUES CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS Orígenes, desarrollo y perspectivas. /83
  • EL PAPEL DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN
  • EL DESARROLLO ECONOMICO NACIONAL:
  • LA EXILRIENCIA CUBANA. /119
  • BIBLIOGRAFIA. /143

Fuentes

  • CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD. Hacia un desarrollo sostenible en la Era de la Globalización La Habana, 2004.