Combate de La Guanábana (provincia de Las Tunas, 17 de noviembre de 1958)

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Combate de La Guanábana
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Parte de Guerra de Liberación Nacional de Cuba
Combate delaguanabana.jpg
El Capitán Roger García y un grupo de combatientes del Cuarto Frente Oriental.
Fecha 17 de noviembre de 1956
Lugar [La Guanábana (Las Tunas)
Resumen Enfrentamiento entre una compañía del Ejército Constitucional de Cuba y los hombres de la Columna 12 Simón Bolívar
Resultado Hostigamiento al Ejército Constitucional de Cuba
Beligerantes
Ejército Constitucional de Cuba Columna 12 Simón Bolívar
Comandantes
- Eduardo Sardiñas
Fuerzas en combate
1 Compañía Pelotones de laColumna 12 Simón Bolívar
Bajas
-


Combate de La Guanábana : El combate de La Guanábana ocurre el 17 de noviembre de 1958 en la zona rural homónima aledaña a la Carretera Central en el tramo comprendido entre Guáimaro y Las Tunas. Fue un enfrentamiento entre la Columna 12 Simón Bolívar y el Ejército Constitucional de Cuba que trataba de trasladar un convoy militar compuesto por catorce vehículos con suministros para las tropas de Holguín y hacia la parte oriental de la isla efectivos y tropas que reforzaran sus debilitadas posiciones.

El Combate de La Guanábana es un buen ejemplo, de lo que algunos historiadores han llamado “la guerra de las carreteras”, estrategía mediante la cual al final de la Guerra de Liberación todos los movimientos del Ejército Batistiano eran fuertemente hostigados en encuentros que ocurrían casi a diario en todas las carreteras de las zonas tomadas por las fuerzas rebeldes para impedirles reagruparse y fortalecerse.

En esa acción un rebelde murió y el capitán Roger García resultó herido.

Acciones previas

En la mañana del 17 de noviembre de 1958, el enemigo avanzaba por la Carretera Central en dirección Guáimaro-Tunas y era atacado por uno de los grupos de turno de la Columna 12 Simón Bolívar que cumpliendo la orden del Comandante en Jefe a todas las columnas, tendían emboscadas en las carreteras. Pese a la tenacidad con que el pelotón de la Columna 12 lo combatía, el ejército de la tiranía había podido continuar su avance debido, fundamentalmente, al número de fuerzas y medios con que contaba y a lo desventajoso del terreno

Avisado el mando de que había sido imposible detener el avance del ejército, organizó una emboscada junto a la Carretera Central en La Guanábana y de forma escalonada estableció la defensa a lo largo de la vía por donde, obligatoriamente, tendrían que pasar los guardias batistianos.

Después de distribuir el personal y los medios convenientemente, esperaron la llegada del enemigo. Los guardias avanzaban. En su mayoría iban a pie por ambos lados de la Carretera Central, mientras que el transporte y los medios de combate eran conducidos por el pavimento. Varias tanquetas formaban parte de la columna enemiga, la cual desde hacía más de dos horas combatía con las fuerzas rebeldes que formaban una especie de seguridad combativa. Durante su avance los soldados abrían fuego hacia ambos lados de la carretera contra todo lo que pudiera indicar la presencia del Ejército Rebelde lo que hacía imposible la sorpresa.


Para batir los vehículos blindados contaban con un llamado «fusil antitanque» que, montado en un bípode era hábilmente manipulado por Calixto Sarduy Arcia(Calé). Por indicaciones de Roger García, Jefe de uno de los pelotones emboscados, dicho fusil fue situado en una pequeña elevación del terreno, la única elevación que les permitía una ubicación predominante.

Combate

Con la orden de «su madre para el que se retire» esperaron a que los guardias estuvieran lo suficientemente cerca, y abrieron fuego con todo lo que tenían. Se combatió ferozmente. Las fuerzas rebeldes eran hostigadas por la aviación enemiga de modo que sus intentos de cortar el paso al enemigo eran fallidos constantemente. El Ejército Constitucional trató inútilmente de cercar al Ejército Rebelde.

Los pelotones rebeldes se sucedían en el ataque, de manera que los que habían combatido se trasladaban por la parte derecha de la carretera y se situaban más adelante para seguir combatiendo una y otra vez en la medida en que los guardias continuaban su marcha junto a las cunetas y al pavimento de la Carretera Central hacia Las Tunas.

Por fin lograron detenerlos y se entabló entonces un encarnizado combate que duró varias horas. La noche era esperada ansiosamente por los rebeldes por cuanto ella los libraría de los aviones y les proporcionaría el uso la ventaja de utilizar el conocimiento que tenían del terreno.

El pelotón del capitán Roger García tuvo una destacada participación en las acciones y el mismo fue herido.

Según el testimonio de Pipo Bermúdez, combatiente de la Columna 12 Simón Bolívar y participante en la acción:

La oscuridad nos permitiría acercarnos a ellos y lanzarnos sobre los camiones y carros blindados. Sin embargo, el enemigo tomó medidas para evitar que esto sucediera. Al anochecer avanzamos hasta la carretera misma. Una parte de los soldados de Batista se retiró a campo traviesa, en tanto que otro logró abrirse paso por la vía pavimentada debido a que uno de nuestros pelotones no pudo ocupar a tiempo el lugar necesario. En este combate según datos que nos llegaron de Victoria de Las Tunas, el enemigo sufrió decenas de bajas y tuvo un número muy superior de heridos. En los primeros momentos consideramos que esta cifra era exagerada, pero no cabe duda de que el ejército experimentó cuantiosas pérdidas, pues se vio obligado a combatir a lo largo de varios kilómetros de la carretera y, posteriormente, en un solo sitio durante varias horas.

Resultados del Combate

A partir de ese momento se decidió acercar las emboscadas rebeldes a la línea divisoria entre Oriente y Camagüey, táctica que posibilitaba presentar combate al enemigo antes de que éste se acercara a la ciudad de Las Tunas. Además, en la zona divisoria las características del terreno facilitaban un mejor mantenimiento de las posiciones. También tomaron la decisión de derribar el puente de la Carretera Central sobre el río Jobabo en la zona de Jobabito para impedir el paso de la técnica blindada y los medios de transporte del enemigo.

En su libro Cuarto Frente Oriental Simón Bolívar, el Comandante Delio Gómez Ochoa participante también en las acciones, señala:

Debemos significar que la tarea de obstaculización no resultaba sencilla ya que la Carretera Central en esta parte corre por un terreno en su mayoría llano y prácticamente casi todos los tramos son fácilmente vadeables.[...] no es fácil describir uno de los combates escenificados en la Guanábana, ya que aquí tuvieron lugar varios, todos aproximadamente a la misma hora (comenzando por la mañana y terminando al anochecer) y con la participación de casi los mismos compañeros.

Fuentes