Hércules (constelación)

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Hércules (herculis)
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Hércules C.JPG
Estrella más brillante
(magnitud ap. 3)

Constelación Hércules. Es una figura grande pero muy dispersa, compuesta por estrellas que no sobrepasan la magnitud 3. Se puede localizar desde Vega (α Lyra), situada inmediatamente al este de Hércules. Esta constelación tiene su punto más álgido en junio. A pesar de la importancia mitológica de este héroe, la constelación nórdica de Hércules no resulta muy imponente a primera vista.

Mitología

La figura de Heracles, representada como un «extraño hombre arrodillado», constituía un misterio para los autores clásicos. La asociación de esta constelación con el personaje de Heracles, el gran héroe griego, se fechó en el Siglo V a. C. Antes que él, existía Gilgamesh, el protagonista del «mito épico de la creación» babilónico.

Desde finales del cuarto milenio a. C., este antiguo progenitor aparece representado como un hombre apoyado sobre una de sus rodillas, que con uno de sus pies pisa la cabeza de un dragón. Ésta es una imagen exacta de la constelación de Hercules, cuyo pie pisa la cabeza de Draco.

En el mito griego, Heracles es inmensamente valiente y tiene muy buen corazón, aunque también es muy temerario. Su madre era una mujer mortal que copuló con Zeus sin saberlo. Hera, la celosa esposa de Zeus, juró matar a Heracles. Llevó a cabo su terrible venganza haciéndolo enloquecer temporalmente. Durante este tiempo de demencia, Heracles mató a su mujer Mégara y a sus hijos. El noble Teseo lo consoló después de la tragedia y lo condujo a Atenas, pero no pudo redimirlo de su profundo sentimiento de culpa.

Buscó la ayuda del oráculo de Delfos, y se le reveló que solamente podría redimir su culpa si llevaba a cabo una penitencia. Debía presentarse ante su primo Euristeo, rey de Micenas, y obedecer cualquier orden que éste le diera. Euristeo le impuso doce trabajos cuya ejecución parecía imposible, los llamados «Trabajos de Heracles». Éstos eran (por orden de cumplimiento): aniquilar al León de Nemea y a la Hidra de Lema; capturar a la cierva del monte Ménalo y al jabalí de Arcadia; limpiar los establos de Augias; matar los pájaros de Estínfalo; capturar al toro de Creta y a los caballos devoradores de carne de Diomedes; cortar el cinturón de Hipólita, reina de las amazonas; capturar los bueyes del gigante de tres cuerpos Cera; robar las manzanas de oro de las Hespérides y, finalmente, traer a la Tierra al Cancerbero que custodia las puertas del Hades.

Neso ofreció a Deyanira, mujer de Heracles, una poción venenosa diciéndole que tomándola arantizaría la fidelidad de su marido. Deyanira empapó la camisa del héroe con el veneno que destruyó su cuerpo cuando se la puso. Cuando Heracles yacía en lo alto de su pira funeraria, una nube lo llevó al Monte Olimpo, donde se reconcilió con Hera, y Zeus le obsequió con el don de la inmortalidad.

Nacimiento

Nace Hércules (y, tras él, Íficles), y tampoco después de su nacimiento continúa Hera la persecución contra él ya iniciada al retrasar su nacimiento, pero que será encarnizada y tenacísima durante toda la vida de Hércules, hasta el punto de constituir, junto a otros hechos, una relación casi permanente entre ambos, relación que, según una etimología corriente en la Antigüedad, explicaría el nombre griego de Hércules como “La gloria de Hera”. Sólo cuando Hércules termina sus hazañas en la tierra y es divinizado y trasladado al cielo, logrará por fin su padre Zeus que Hera se reconcilie con Hércules, reconciliación sellada por el matrimonio de Hebe, hija de Hera y Zeus, con Hércules.

Por el momento Hera inicia la persecución contra el niño Hércules cuando éste se encuentra todavía en la cuna, enviándole dos descomunales serpientes que espera que acaben con él. Hércules en ese momento o acababa de nacer o tenía ocho meses o diez meses o un año. El niño estrangula las serpientes con sus dos manos.

Según Fericides, fue el propio Anfitrión el que echó las serpientes a la cuna donde dormían los dos hermanos, queriendo probarlos y saber por sus reacciones cuál de los dos era hijo de Zeus y cual era suyo, y conoció que Íficles era su hijo porque se asustó y huyó de las serpientes, mientras Hércules les hizo frente y las ahogó.

Deidades

También Anfitrión, tras el episodio de la zorra de Teomeso, había partido hacia Tafos y, gracias a la traición de Cometo, había conseguido una total victoria contra Pterelao y los Teléboas. Emprende, pues, Anfitrión su triunfal regreso a Tebas, pero cuando está ya cerca de la ciudad, cuando Zeus, enamorado de Alcmena, se presenta a ella haciéndose pasar por Anfitrión, le cuenta que ha cumplido victoriosamente la misión de castigo contra los teléboas que ella le había exigido (por ser los matadores de los hermanos de Alcmena), y logra así que Alcmena le reciba en su lecho, creyendo que es Anfitrión y consintiendo por fin en la consumación del matrimonio: engaño de los más célebres de toda la mitología clásica.

Nombre

En cuanto a la transición española de su nombre, es recomendable la forma “Hércules” más bien que la forma “Heracles”. Hércules, hijo de Zeus, es el último héroe que este engendra en mujer mortal, al enamorarse de Alcmena, la hija de Electrión, a la que encontrándose ella en Tebas, engaña presentándosele con la figura corporal de Anfitrión. Alcmena, establecida en Tebas con Anfitrión, no había consentido en consumar su matrimonio con Anfitrión hasta que éste ejecutara la campaña de castigo contra los Teléboas que Electrión no había podido llevar a cabo.

Características

Hercules, preciosa constelación del Hemisferio Norte que cruza en la zona intermedia el paralelo +30º. Es visible durante los meses de primavera y verano en el Hemisferio Norte y durante el invierno en el austral. Es la quinta constelación más grande de la bóveda celeste. Destaca por su forma el cuadrilátero formado por las estrellas de la tercera magnitud. Hércules se halla al norte de la Vía Láctea y podemos observar estrellas no tan brillantes pero sobre todo tres impresionantes cúmulos globulares visibles con pequeños telescopios, destaca también algunas estrella dobles de colores muy llamativos.

Localización

Hércules limita al norte con la constelación circumpolar de Draco, al este con las constelaciones de Bootes, Corona Borealis y Serpens Caput, al sur con Ophiuchus y Serpens Cauda y al oeste con Aquila, Sagitta, Vulpecula y Lyra.

Estrellas principales

  • Alfa, a; denominada Rasalgethi, de magnitud 3,37, supergigante roja anaranjada 800 veces más grande que el Sol. Es una estrella variable que oscila entre 3,1 y 3,9 y además doble con una compañera de magnitud 5,4 de color azul. El sistema binario se halla a 380 años luz de la Tierra.
  • Beta, b; denominada Korneforos, de magnitud 2,80, color amarillo anaranjado. Se halla a 147 años luz.
  • Gamma, g; estrella doble de magnitudes 3,80 y 8,0 de color blanco y azul respectivamente. Se halla a 195 años luz de la Tierra.
  • Delta, d; estrella doble denominada Sarin de componentes 3,2 y 8,8 de color azul y amarilla. Se halla a 78 años luz.

Otros objetos visibles

  • M13; espectacular cúmulo globular situado en el centro de la constelación de Hércules y en un lateral del cuadrilátero, de magnitud 5,7 es visible a simple vista, tiene un diámetro de 23' de arco, bajo los prismáticos podemos ver una mancha lechosa compuesta por millones de estrellas. Se halla a 22.400 años luz de la Tierra.
  • M92; segundo espectacular cúmulo globular en Hércules. Se halla en el norte de la constelación, de magnitud 6,1 y 10' de arco de diámetro. Se halla a 24300 años luz.
  • NGC 6229; tercer cúmulo globular espectacular situado al norte de la constelación próxima a Draco. De magnitud 9,4 no fue catalogado por Messier. Tiene un diámetro angular de 5' de arco y se halla a nada menos que 100 000 años luz del Sistema Solar.

Los doce trabajos de Hércules

Hazañas de Hércules posteriores a los trabajos

Terminados los trabajos, Hércules vuelve a Tebas, donde casa a Mergara con su sobrino Iolao. Buscando él casarse de nuevo, tiene noticia de que Éurito, rey de Ecalia en Eubea, ha prometido dar en matrimonio su hija Íole a quien le venza a él y a sus hijos en el tiro del arco.

Hércules acude y obtiene la victoria, pero Éurito se niega a cumplir lo prometido, a pesar de que Ífito, su hijo mayor, se pone de parte de Hércules, pero Éurito alega el temor a que Hércules, volviéndose loco nuevamente, mate también a los hijos que pueda tener de su hija Íole. Se la rehusa, pues; más adelante vendrá Hércules a conquistar a Íole a sangre y fuego, en una campaña que precederá inmediatamente a su propia muerte. Por el momento, Hércules se retira al continente.

Poco después, roba Autólico las vacas de Éurito clandestinamente; Éurito sospecha de Hércules y le acusa, pero su hijo Ífito, no creyéndolo, acude a entrevistarse con Hércules, a quien pide que le ayude a buscar las vacas. Hércules se lo promete y lo hospeda en su casa, pero, enloquecido de nuevo, mata a ïfito arrojándolo de lo alto de las murallas de Tirinto. Hércules, que quiere ser purificado de este nuevo crimen, se dirige a Pilos con la pretensión de que le purifique Neleo; pero este se niega, por amistad con Éurito.

Hércules se dirige entonces a casa de Deífobo, hijo de Hipólito, en Amiclas, quien le purifica; pero aún así cae Hércules gravemente enfermo como castigo por el asesinato de Ífito, y acude de nuevo a Delfos para pedir curación. La Pitia no quería emitir oráculo alguno en su favor, por lo que Hércules intenta saquear el templo y, llevándose el trípode, conseguir él mismo el oráculo. Lucha incluso con Apolo, pero también ahora, un rayo de Zeus los separa, obteniendo por fin Hércules el oráculo que deseaba.

El oráculo que tiene ahora Hércules, le predice que se curará de su enfermedad si es vendido como esclavo, para permanecer en esa situación durante tres años. Recibido el oráculo, es Hermes quien se encarga de poner en venta a Hércules, siendo comprado por Ónfala, reina de Lidia, hija de Iárdano, y a quien había dejado el trono de Lidia su esposo Tmolo al morir. Éurito no acepta el dinero pagado por Ónfala y que le habían llevado. Por su parte Hércules permanece los tres años como esclavo de la reina; durante ese período captura y encadena a los Cercopes de Éfeso, mata a Sileo y a la hija de éste, Jenódoce, entierra a Ícaro, hijo de Dédalo, y arroja piedras contra una efigie que representándole a él, Hércules, había tallado Dédalo en agradecimiento por haber enterrado a su hijo.

Los Cercopes, usualmente dos en número, eran hombres tramposos y perjuros, dos hermanos llamados Pásalo y Aclemon, e hijos de Memnónide. La madre de los Cercopes les había dado a entender que algo les pasaría cuando se encontraran con un hombre de posaderas negras. Pues bien, sucedió que los Cercopes se encontraron un día con Hércules, que estaba dormido bajo un árbol, e intentaron apoderarse de sus armas o robarle la alforja.

Hércules despierta a tiempo, se abalanza sobre ellos, los ata cabeza abajo, cada uno a un extremo de un palo que se carga sobre el hombro, y echa a andar llevándolos así. En efecto, conforme van los Cercopes cabeza abajo, y estando Hércules con las posaderas desnudas, ven que las tiene negras por causa de la espesa pelandrera que las cubre, y acordándose de la admonición de su madre, se ponen a hablar de ello y les entra un fuerte ataque de risa, risa que se contagia a Hércules, quien, sumamente divertido con todo aquello, los suelta y deja libres.

De Ícaro es célebre su vuelo y mortal caída al mar. Era hijo de Dédalo, el celebérrimo arquitecto, escultor e ingeniero ateniense, constructor del laberinto de Creta por encargo del rey Minos y para encerrar en él al Minotauro. Pero después de construido el Laberinto, Minos retenía a Dédalo en la isla, no permitiéndole embarcarse. Decide entonces Dédalo huir por los aires, y fabrica, para sí y para su hijo Ícaro, unas alas cuyas plumas están sujetas con cera; se las ponen y emprenden el vuelo; pero Ícaro, desatendiendo las prudentes advertencias de su padre, durante su vuelo se acerca demasiado al Sol, cuyo excesivo calor derrite la cera, con lo que las plumas se desprenden e Ícaro cae al mar, junto a una isla que hasta entonces se llamaba Dólique.

Hércules recoge el cadáver y lo entierra en la isla, a la que pone el nombre del muchacho y que desde entonces se llamó Ícaro o Icaria.


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