Egiptología

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Concepto:La Egiptología es el estudio científico de la civilización del Antiguo Egipto.

Egiptología La Egiptología es el estudio científico del Antiguo Egipto y una regionalización temática de varias disciplinas relacionadas con la historia antigua y la arqueología. Un practicante de esta disciplina es conocido como egiptólogo.

Inicios

Nadie sabe con certeza cuándo empezó a escribir su propia historia la Egiptología, posiblemente porque no hay constancia alguna sobre esa persona anónima que por primera vez empezó a mostrar interés por el Antiguo Egipto.

Oficialmente la historia de la Egiptología se escribe con grandes nombres y no menos grandes hazañas, pero siempre el denominador común ha sido el interés que despierta en aquellos con ciertas inquietudes por saber y conocer. Este motor nos ha dejado en el camino grandes relatos, y con cada línea escrita, un nuevo nombre se ha añadido a esta larga lista de ilustres personajes, que con el paso del tiempo nos han ayudado a comprender quiénes eran los habitantes del Valle del Nilo.

El estudio de la Egiptología comprende desde el milenio V a.n.e. hasta el final de la dinastía ptolemaica, y la inclusión de Egipto como provincia del Imperio Romano , en el siglo I a.n.e.

Desarrollo de la Egiptología

Hasta que no se consiguió la consolidación de la disciplina conocida como Egiptología, las antigüedades egipcias sufrieron una horda de saqueos, robos sistemáticos y destrucciones masivas, que supusieron la pérdida de fuentes esenciales para el completo conocimiento de la civilización del Antiguo Egipto.

Egipto fue visitado y descrito por otros viajeros europeos como Richard Pococke, pero la primera exploración sistemática se llevó a cabo a finales del siglo XVIII, realizada por un grupo de estudiosos y dibujantes franceses que acompañaban a la expedición militar de Napoleón por Egipto. Sus trabajos se publicaron en la "Description de l'Egypt", entre 1809 y 1822, en 24 volúmenes. Las colecciones recogidas por los franceses se exhiben en el Museo del Louvre, aunque parte pasaron a manos británicas, como la Piedra Rosetta, cuando Alejandría fue tomada por los ejércitos ingleses, y se encuentran en el Museo Británico.

Bernardino Drovetti, Giovanni Belzoni , Henry Salt y otros expedicionarios recolectaron antigüedades para coleccionistas, engrosando los fondos de museos como el Louvre, el Británico, el de Berlín o el Museo Egizio de Turín. El inglés Sir John Gardner Wilkinson publicó en 1837 "La Vida y Costumbres de los Antiguos Egipcios" (Manners and Customs of the Ancient Egyptians), en tres volúmenes, un exhaustivo estudio recogiendo doce años de trabajos en Egipto y Nubia.

A inicios del siglo XIX surgió la ciencia de las antigüedades egipcias, pues antes, los jeroglíficos grabados en los muros de los templos habían permanecido indescifrables, así como los textos en escritura hierática y demótica de los papiros. Hubo un gran avance a fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, con las grandes aportaciones en el descifrado de jeroglíficos, y los numerosos descubrimientos en muchas sepulturas del Bajo y Alto Egipto.

Estaba de moda en la Egiptología de la primera mitad del siglo XX el concepto de que un pueblo extranjero había penetrado en el Valle del Nilo, hacia 3400 a.n.e., civilizando a los nativos e imponiéndoles una organización política y social más avanzada, fundando la monarquía.

Después de un estancamiento relativo, de 1950 a 1970, hubo un cambio de enfoque, con las aportaciones de especialistas en antropología, sociología, y estadística, que permitieron una valoración más rigurosa y ajustada de las evidencias arqueológicas, fundamentalmente en el estudio del periodo predinástico egipcio, impulsando un mejor conocimiento de la civilización egipcia, una de las primeras y más deslumbrantes en la historia de la humanidad.

La Egiptología del siglo XXI

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Afortunadamente, las nuevas tecnologías nos permiten, en el siglo XXI, hacer descubrimientos sin necesidad de estar horadando todo el suelo egipcio a la manera de los antiguos saqueadores y buscadores de tesoros. En ello juegan un papel fundamental las nuevas técnicas de prospección arqueológicas, como los geo-radares (utilizado, por ejemplo, por el equipo letón en la Pirámide Escalonada de Dyeser y que les ha permitido este año hallar nuevas galerías y cavidades en la misma), los satélites o las cámaras digitales profesionales de gran resolución que, aunque no accesibles económicamente al alcance de todas las misiones, cada vez son más utilizadas.

Aunque muchos lo ponen en duda, el Museo Egipcio de El Cairo dispone en la actualidad de equipos de última generación para realizar determinados análisis sin necesidad de acudir a especialistas y medios materiales de otros países. Si cualquiera se acerca al lateral izquierdo del Museo, junto a la entrada de la exposición del centenario, podrá ver el equipo para realizar tomografías computerizadas (CT Scan), donado por la National Geographic Society y Siemens. Es este el equipo que se está utilizando en los estudios de varios restos humanos y momias del Valle de los Reyes. Por su parte, Discovery Channel donó al Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias (SCA) un laboratorio para realizar pruebas de ADN. El objetivo que persigue el SCA con estas pruebas es doble: por una parte, esclarecer definitivamente determinadas relaciones familiares entre distintos personajes del antiguo Egipto; por otra, identificar con seguridad varios cuerpos reales que fueron, ya en la antigüedad, trasladados desde su tumba original a otras localizaciones.

En relación con los análisis de ADN, el hallazgo más significativo y controvertido entre la comunidad egiptológica, que opta por no decantarse a falta de informes científicos completos, ha sido la posible identificación de la momia de Hatshepsut. Muestras tomadas de su húmero y cadera fueron, al parecer, comparadas con las de su familiar Ahmes Nefertari. De la misma forma, está previsto que esas muestras de ADN sean comparadas con las de otras dos momias, también familiares de Hatshepsut, en concreto las de Tutmosis II y Tutmosis III. Estas pruebas unidas a ciertas evidencias arqueológicas, animaron a Zahi Hawass a presentar al público y medios de comunicación, con gran boato, a la mujer faraón más conocida junto con su nodriza, afirmando con total seguridad que tuvo diabetes y murió de leucemia.

Aunque no tan espectaculares, ni modernas, las técnicas tradicionales siguen siendo necesarias y arrojan buenos resultados. Tal es el caso de la Misión Española del Proyecto Djehuty que excava y estudia las tumbas de Djehuty y Hery. Los objetos más espectaculares descubiertos en la tumba de Djehuty por Drovetti en 1824, se encuentran hoy repartidos entre los museos de Leiden, Florencia, Louvre, Liverpool, Bolonia, British Museum y Darmstadt.

A pesar de que lo más interesante pueda residir en el trabajo epigráfico que ese está llevando a cabo, el equipo ha tenido la suerte de hallar varios objetos, destacando un enterramiento en ataúd y algún fragmento que han datado en el Reino Medio, lo que puede indicar una utilización anterior a la dinastía XVIII de esa zona como necrópolis. Por otra parte, fue muy conocida y dio mucho que hablar la que se denominó como “tabla del aprendiz”.

El propio Director del proyecto explica su importancia y la razón de su nombre: “…encontramos 15 trozos de una tabla que conforman el dibujo de un faraón de frente, cuando la tradición egipcia siempre ha sido representar a los faraones de perfil. La tabla incluye también un dibujo y una inscripción realizados por un maestro y copiados al lado por su aprendiz. De ahí el nombre de la tabla”. Lo que es menos conocido de esta tabla es su parte posterior, en la que se muestra a un rey, en un bote de papiro, tocado con la corona roja y cazando patos. La “tabla del aprendiz” se encuentra expuesta en el Museo de Antigüedades de Luxor.

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Fuentes