Eulogio Cantillo

Eulogio Cantillo
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Eulogio Cantillo en diciembre de 1958.
General
NombreEulogio Cantillo Porras
LealtadEjército de Cuba
Servicio/ramaAviación
MandosJefe del Cuerpo de Aviación
Jefe del Estado Mayor Conjunto
Participó enGuerra de Liberación de Cuba (1956-1958)

Nacimiento13 de septiembre de 1911
villa de Mantua,[1]
provincia de Pinar del Río,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento9 de septiembre de 1978 (66 años)[1]
ciudad de Miami,
estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América [2]

Eulogio Cantillo Porras (Mantua, 13 de septiembre de 1911 - Miami, 9 de septiembre de 1978) fue un militar cubano.[3]

En diciembre de 1958, ante la derrota eminente de las fuerzas armadas ante el Ejército Rebelde, hizo un compromiso con Fidel Castro para finalizar la guerra, pero regresó a La Habana y traicionando su palabra urdió un golpe de Estado ―bajo las órdenes del embajador de Estados Unidos―, quedó de hecho como la máxima autoridad en Cuba, y ayudó a escapar a Batista. Detenido tras el triunfo revolucionario fue juzgado y condenado a 15 años de prisión. Liberado antes de cumplir la totalidad de su sentencia, se exilió en Estados Unidos.[4]

Síntesis biográfica

Nació en Cuba el 13 de septiembre de 1911. Militar de carrera, fue el más destacado de su promoción. Al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 ―que llevó al poder al corrupto militar Fulgencio Batista― Cantillo era jefe del Cuerpo de Aviación. Aunque no tuvo participación en la acción golpista terminó por aceptarla, fue ascendido y continuó en el Ejército, llegando a ser jefe del Estado Mayor Conjunto. Fulgencio Batista lo ascendió inmediatamente al grado inmediato superior: general de brigada.[1]

Durante el último gobierno de Batista fue designado jefe del Estado Mayor Conjunto. Casi al final de la Guerra de Liberación, cuando era evidente la derrota del Ejército ante la guerrilla dirigida por Fidel Castro, trató de buscar una salida negociada al conflicto que le permitiera ganar tiempo, sustituyendo a Batista por otra persona.[5]

Fidel Castro (33) impone sus condiciones a un atemorizado Eulogio Cantillo (47), en las ruinas del central Oriente. Fotografía tomada el 28 de diciembre de 1958, y publicada en el libro La contraofensiva estratégica, de Fidel.[6]
Ese mismo día redacté una carta dirigida al mayor general Eulogio Cantillo, quien dirigió toda la campaña enemiga desde el puesto de mando de la zona de operaciones, asentado en Bayamo. Le confirmé a Cantillo que se encontraban en poder de nuestras fuerzas alrededor de 160 soldados prisioneros, entre ellos muchos heridos, y que estábamos en disposición de establecer de inmediato las negociaciones pertinentes para su entrega. [...]
Cantillo, en reunión conmigo, con Raúl y Almeida reconoció que la dictadura había perdido la guerra, pero poco después desarrolló en la capital maniobras golpistas, contrarrevolucionarias y proimperialistas e incumplió las condiciones pactadas para un armisticio. A pesar de ello, en tres días estaban a nuestra disposición las cien mil armas, y los barcos y aviones que poco antes habían apoyado y permitido la fuga del último batallón que penetró en la Sierra Maestra.
Fidel Castro[7]

El 28 de diciembre de 1958, Eulogio Cantillo se entrevistó con Fidel en las ruinas del Central Oriente y aceptó las condiciones que le impuso Fidel para terminar la guerra: no urdir otro golpe de Estado en La Habana, impedir que Fulgencio Batista escapase a Estados Unidos, y no tener contactos ni negociar con el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, Cantillo al regresar a La Habana hizo todo lo contrario a lo acordado:[8] de acuerdo con datos revelados décadas más tarde por el Gobierno de Estados Unidos, Cantillo propició y organizó un golpe de Estado que contempló una renuncia y huida de Fulgencio Batista, del presidente (Anselmo Alliegro) y del vicepresidente del Senado; la colocación como presidente del magistrado Carlos Manuel Piedra, considerado el más antiguo de los miembros del Tribunal Supremo. Cantillo se autotituló «comandante en jefe de las Fuerzas Armadas» acuartelándose en el Cuartel Columbia.[9]

Superado por los acontecimientos y despojado del mando por otros militares inconformes y luego por las fuerzas del Ejército Rebelde que ocuparon Columbia fue hecho prisionero y juzgado por un tribunal revolucionario, que lo condenó a 15 años de prisión. Fue puesto en libertad ocho o nueve años después, antes de cumplir la totalidad de la pena. Se exilió inmediatamente en Miami, donde murió el 9 de septiembre de 1978, a los 66 años.[10]

Fuentes

  • Cantón Navarro, José y Duarte Hurtado, Martín (2006): Cuba: 42 años de Revolución. Cronología histórica (1959-1982), tomo I. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2006. ISBN 959-06-0906-6