George Berkeley

George Berkeley
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Filósofo inglés, idealista subjetivo. Obispo de Cloyne (Irlanda) desde 1734
NombreGeorge Berkeley
Nacimiento12 de marzo de 1685
Dysert, Bandera de Irlanda Irlanda
Fallecimiento14 de enero de 1753
Oxford, Bandera de Inglaterra Inglaterra
EducaciónBachellor of Arts
Alma materTrinity College en Dublín
OcupaciónFilósofo
Obispo
Obras destacadas«Tratado sobre los principios del conocimiento humano» (1710)

George Berkeley. Filósofo inglés, idealista subjetivo. Obispo de Cloyne (Irlanda) desde 1734. Su obra principal es: «Tratado sobre los principios del conocimiento humano» (1710). Berkeley parte del principio de que el hombre sólo percibe directamente sus «ideas» (sensaciones), y llega a la conclusión de que la existencia de las cosas estriba en su perceptibilidad (esse est percipi). Según él, las ideas son pasivas, son percibidas por una substancia incorpórea, el alma, que es activa y puede engendrar ideas. En su intento de evitar el solipsismo, admite la multiplicidad de substancias anímicas, así como la existencia de un «espíritu infinito», Dios. Con el propósito de refutar el ateísmo y el materialismo, sometió a crítica el concepto de materia, considerándolo interiormente contradictorio e inútil para el conocimiento. La crítica berkeleyana de la materia se basa en el nominalismo idealista.[1]

Síntesis biográfica

Nació en Dysert, Irlanda, el 12 de marzo de 1685, en el seno de una familia de buena posición.

Estudios

Cursó sus primieros estudios en el Kilney College y en el Trinity College en Dublín, en donde se graduó en 1700 como Bachellor of Arts.

Labor como sacerdote

En 1707 fue ordenado sacerdote anglicano. Ese mismo año publicó su primer trabajo: “La aritmética demostrada sin recurrir al álgebra ni a la geometría”. En 1708 comenzó a escribir el esbozo de su pensamiento en “Comentarios filosóficos”.

Labor como matemático

En 1709 publicó otro tratado sobre matemática titulado “Ensayo hacia una nueva teoría de la visión”, un trabajo que, aunque polémico y resistido en su tiempo, aún hoy es considerado como un aporte importante al campo de la óptica. En 1710 concluyó la primera parte del “Tratado sobre los principios del conocimiento humano”, una obra que fue muy criticada por sus contemporáneos y especialmente por sus detractores. Entre 1714 y 1720 alternó sus trabajos académicos con viajes por Europa. En 1721 recibió un doctorado en Teología y decidió permanecer en el Trinity College de Dublín dando clases de Teología y Hebreo. En 1724 fue nombrado deán de Derry.

En 1728 contrajo matrimonio con Ann Foster y se embarcó en un proyecto de fundar una escuela en Bermudas para los misioneros de las colonias, dejando el deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un salario de 100£. Así es que llegó a América desembarcando cerca de Newport, Rhode Island, donde compró una plantación. Mientras esperaba por la llegada de fondos provenientes de Europa para realizar su proyecto misionero vivió de los recursos que le otorgaba su tarea de agricultor. En 1731 decidió regresar a Europa. Se instaló en Inglaterra en donde permaneció por un tiempo hasta su nombramiento como obispo de Cloyne en 1734. Escribió numerosas obras, algunas sobre filosofía, otras sobre matemáticas y algunas sobre bioquímica, interesándose particularmente en el estudio de la resina del pino.

Pensamiento

Berkeley rechaza la teoría lockiana sobre las cualidades primarias y secundarias (Locke); declara que todas las cualidades son subjetivas. Niega el valor de la ciencia para la concepción del mundo, y ve la misión del sabio en «aprender a comprender el lenguaje del Creador y no pretender explicarlo todo sólo por causas corporales». Desde esta posición, rechaza la teoría de Newton sobre el espacio absoluto y se manifiesta contra la teoría newtoniana de la gravitación, por considerarla una doctrina sobre la causa natural del movimiento de los cuerpos materiales, en tanto que el propio Berkeley no admitía más actividad que la de la substancia anímica.

Adoptó una actitud negativa respecto al cálculo infinitesimal creado por Leibniz y Newton, dado que el reconocimiento de la divisibilidad infinita del «espacio real» contradecía la conclusión básica de la filosofía por él sustentada.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, muchas escuelas idealistas (escuela de la inmanencia, empiriocriticismo, pragmatismo, etc.) adoptan y dan nueva vida a la filosofía de Berkeley. Ésta y la de sus epígonos fueron sometidas a crítica, a principios del siglo XX, en el trabajo de Lenin «Materialismo y empiriocriticismo».

Referencias

  1. Rosental M. y P. Iudin. Diccionario Filosófico. Ediciones Universo, Argentina, 1973, p. 44.

Fuentes