Germán Michaelsen

Germán Michaelsen Schroeder
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NombreGermán Michaelsen Schroeder
Nacimiento26 de octubre de 1851
Oldemburgo, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento9 de diciembre de 1928
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
OcupaciónApoderado y presidente de compañías norteamericanas

Germán Michaelsen Schroeder. Fue un inmigrante alemán que por su prestigio y solvencia económica desempeñó un importante papel en la vida social santiaguera.

Síntesis biográfica

Nació el 26 de octubre de 1851 en el pueblo de Varel, provincia de Oldemburgo, Alemania y desembarcó por el puerto de Santiago de Cuba el 2 de marzo de 1873.

Trayectoria

Las primeras señas de su accionar económico, aunque carente de fecha, lo reflejan como apoderado de dos de las firmas con membresía alemana más importantes de la época, a poco tiempo de radicarse en la urbe: C. Melchers y Compañía, y Schumann y Compañía.

Por medio de esta última comenzó su ascenso laboral. Fue fundada en enero de 1875, devenida de una saga de firmas que, aunque con una variedad de denominaciones mantuvo su objetivo de ejercer al por mayor y menor toda clase de comercio por cuenta propia o en comisión. Cuatro meses después, mediante un poder, Carlos Guillermo Schumann, socio gerente principal, compartió sus labores con Germán para que en su nombre representara sus derechos y acciones, además de administrar, dirigir y gobernar todas las propiedades de la firma.

Sus pasos como miembro de un consorcio mercantil fueron palpables en 1879, al convertirse en gerente de la entidad referida; en 1883 en socio de la Compañía, hasta que en 1886 se erigiera como único dueño junto a Schumann. Los hechos confirman que, en un período relativamente breve, se convirtió en una figura reconocida por su desenvolvimiento en el campo de los negocios, lo que hizo posible su elección como apoderado de diferentes compañías norteamericanas, de algunas de las cuales se convertiría en su presidente interino, como la Juraguá Iron Company, Spanish American Iron Company y Cuban Rail Road Company.

El prestigio social adquirido por medio de estas acciones hizo posible que, cuando el 16 de septiembre de 1887 fuera creada la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santiago de Cuba, desde la primera junta general de socios y la asamblea general de asociados inscritos a la corporación, figurara como vocal de Navegación, cargo que ocuparía hasta 1904. En este sentido, su quehacer se articuló en dos direcciones: social y económico.

En la primera de estas directrices se inscriben las gestiones realizadas, junto a Eligio Ros Rodríguez, para constituir un Comité de Arbitrio Voluntario que logró recaudar una suma de $10 000 para socorrer al municipio y responder al reclamo de auxilio del Ayuntamiento en 1897. Desde el punto de vista económico, a solo dos meses de la capitulación de la ciudad, incidiría en la solicitud de autorización para crear una Junta de Obras del Puerto, con el fin de mejorar las condiciones de la bahía, preocupación que fue atendida un mes después al recibir el beneplácito del gobernador Leonardo Wood.

Si bien no existen muchas evidencias de su quehacer en este período, lo cierto es que en 1904, cuando la Cámara de Comercio había logrado estabilizar su desempeño, fue convocado un nuevo proceso eleccionario que elevó a Germán Michaelsen de su antiguo cargo, a Presidente de la entidad, puesto en el cual se desempeñó durante diez años consecutivos. A partir de entonces, iniciaría un período de incesantes demandas en busca del saneamiento y bienestar de la sociedad. Paralelamente a su proceder en la misma, se desempeñó como miembro de la Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio y de la Junta de Ferrocarriles y Almacenes de Depósitos, llegando a ser en el caso de esta última, presidente.

El desenvolvimiento económico experimentado a raíz de su ascenso laboral, le confirió un reconocimiento social entre sus coterráneos que facilitó su posterior servicio como cónsul alemán en Santiago de Cuba. La confianza adquirida por medio de las relaciones de negocios con Carlos Guillermo Schumann Siegen, primero en desempeñar este cargo, hizo posible que en las diversas ocasiones en que salió de la ciudad, considerara a Germán Michaelsen para ocuparse como cónsul en funciones, sustituyéndole además como vicecónsul de Austria y Hungría.

El 30 de marzo de 1910 fue nombrado cónsul en propiedad del Imperio Alemán, al propio tiempo del de Austria-Hungría; acción con la que era premiada “su devoción fervorosa a su patria que jamás olvidó”.

Durante la Primera Guerra Mundial, después de la declaración de guerra por Estados Unidos al imperio alemán, Germán Michaelsen fue detenido, al ser considerado “un enemigo extranjero peligroso” por su conocida simpatía progermana. En consecuencia, fue encarcelado en la fortaleza habanera de La Cabaña, proceso que culminó en su residencia en el Vedado, donde permaneció hasta culminar la guerra. Con la derrota alemana se convirtió en el primer cónsul de la República Alemana —surgida con la caída del Imperio—, cargo que desempeñó hasta el momento de su muerte.

Las cuotas de prestigio y solvencia económica adquiridas por medio del puesto antes referido, le posibilitaron introducirse en la vida social santiaguera. Expresión de ello fue su presencia en la creación de la primera sociedad deportiva establecida en Santiago de Cuba, más conocida como Club Náutico, situada a orillas del mar. Esta asociación se fundó el 2 de febrero de 1889; desde su primera Junta Directiva, Germán Michaelsen figuró como uno de sus miembros, y dos años más tarde fue elegido como su presidente hasta 1927, cuando fue declarado Presidente de Honor, por su edad y condiciones de salud.

Bajo su gestión, la entidad se convirtió en instrumento fomentador de la insurrección armada; los socios jóvenes, aparentando que practicaban, empleaban los botes de la sociedad para hacer llegar avisos y correos y transportar armas o alimentos a Punta de Sal, Caimanes y Aserradero, motivo por el cual la institución fue clausurada en 1897.

Cocina económica

La obra más recordada de este inmigrante por el imaginario popular es la Cocina Económica, inaugurada el 25 de abril de 1897 ante las penurias sufridas por el pueblo de Santiago de Cuba a finales de la guerra del 95. En un primer momento quedó instalada en la vivienda del Sr. Michaelsen —calle Cristina esquina a San Germán—, para luego trasladarse a un local cercano con mejores condiciones de capacidad para su objeto social. Después del acto inicial comenzó el reparto de raciones por el simbólico precio de 5¢, representados en una chapa de botella. Cuatro meses más tarde fueron instaladas otras dos sucursales: una en el Campo de Marte —actualmente Parque de la Libertad— en la panadería El Sol, y la segunda en la esquina de las calles Santa Rosa y Hospital, por medio de las cuales llegaron a ser repartidas hasta 1 500 raciones diarias.

Como consecuencia del recrudecimiento de la guerra, la Cocina Económica fue cerrada, y retomaría sus acciones después de la capitulación de las fuerzas españolas, con provisiones facilitadas por la Cruz Roja norteamericana hasta que se suspendió.

Esta obra le valió que el Ayuntamiento de la ciudad, el 22 de julio de 1898, acordara declararlo “Hijo Adoptivo” de Santiago de Cuba, y solicitara al Gobierno la concesión de la Cruz de Beneficencia, por sus servicios humanitarios. Se le otorgaría igual diploma en mayo de 1913.

Muerte

Después de vivir 55 años en Santiago de Cuba, falleció el 9 de diciembre de 1928. La sociedad local concurrió a su entierro, que constituyó una de las manifestaciones de duelo más espontáneas y nutridas que puedan ser recordadas en las primeras tres décadas del siglo XX.

Antonio Bravo Correoso, ante la tumba del benefactor, pronunció un elocuente discurso a manera de despedida:

Por la ascendencia de su personalidad […]; por las simpatías grandes de que disfrutaba entre el pueblo, con el cual supo estar siempre en los momentos de dolor y de incertidumbre; por sus relaciones nacidas del cargo diplomático que ostentaba, Don Germán Michaelsen fallecido […], recibirá hoy en el acto solemne y triste de su enterramiento el homenaje de admiración y de afecto de todo Santiago de Cuba, sinceramente condolido por la desaparición de hombre tan ejemplar.

Fuentes

  • El Cubano Libre, Santiago de Cuba, 10 de mayo de 1913, p. 1.
  • Archivo Histórico Provincial de Santiago de Cuba (AHPSC), Protocolos Notariales, no. 423, año 1875, f. 290.
  • AHPSC, Gobierno Provincial, leg. 876, no. 23
  • García Salgado, Mónica: Un inmigrante alemán en Santiago de Cuba: La huella de Germán Michaelsen Schroeder.
  • El Cubano Libre, Santiago de Cuba, 10 de mayo de 1913, pp.1-3,
  • Emilio Bacardí: Crónicas de Santiago de Cuba. Tipografía Arroyo Hermano, 1924, t. IX, pp. 138 y 145; t. X, pp. 139 y 207.
  • Diario de Cuba, Santiago de Cuba, 9 de diciembre de 1928, p. 1.