Historia del municipio Manicaragua (provincia Villa Clara)

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Historia del municipio Manicaragua
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Escudomanicaragua.JPG
Escudo de Manicaragua
Cronología
Período aborigen
Período colonial
Fundación de Manicaragua
Conspiraciones anexionistas
Guerras de Independencia
Período Neocolonial
La república neocolonial (1899-1952)
Lucha insurreccional
Período Revolucionario
Las dos primeras décadas de la Revolución Cubana
Proceso de Institucionalización y Rectificación de Errores
Período Especial
Manicaragua en el siglo XXI

Historia del municipio Manicaragua. La historia del municipio comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública, hasta llegar a la etapa revolucionaria.

Ubicación

Se encuentra ubicado a 26 km al sur de la capital provincial, en los 22º09’ latitud norte y los 79º58’ longitud oeste. El municipio de Manicaragua es el de mayor extensión superficial de la provincia y está entre los cuatro mayores de Cuba, donde convergen los límites provinciales de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.

Período aborigen

En el actual territorio que ocupa el municipio de Manicargua habitaron hace unos 2000 años comunidades aborígenes preagroalfareras con tradiciones mesolíticas que basaban su economía en la caza y la recolección, aparentando poseer una sutil evolución desde su período intermedio al tardío al poder desentrañar, aún en su fase incipiente y utilitaria, los secretos y ventajas de la arcilla, en la organización de sus ritos funerarios y en el amplio sistema de trabajo que se estructuró a través del empleo de un número considerable de morteros para la maceración de semillas, conocimiento este que si bien no demuestra aún su práctica los puso al menos en la antesala de la agricultura, como actividad de gran repercusión económica pero sin llegar a superar la etapa de apropiación, durante la cual depredaron las distintas especies de animales y plantas que proliferaron en estado salvaje o espontáneo sin llegar a su domesticación.

Se ha podido determinar dos zonas importantes donde se establecieron los hombres primitivos que son: Cuenca del Hanabanilla, Boquerones-Jibacoa y El Negrito–Arimao. Estos hombres habitaron en cuevas, solapas, sitios rocosos y curso de los cauces fluviales que surcan como una red el territorio. Hasta el año 2002 se habían descubierto 35 sitios aborígenes, la mayoría de ellos hacia la zona montañosa.

Período colonial

Fundación de Manicaragua

El 12 de agosto de 1536 el cabildo de Sancti Spíritus otorgó a Don Fernando Gómez una merced de tierra en el hato de Sabana de las Cabezas o de las Cabezadas para explotarlas en la ganadería. El documento de otorgamiento de la merced es el más antiguo de su tipo, del que se conserva constancia escrita.

Hacia 1802 se fundó el poblado en esta hacienda, en el sitio hoy nombrado Jagüey Bonito, tomando el nombre aborigen de Manicaragua. Ya en 1806 era un partido pedáneo, establecido de acuerdo a las categorías existentes como un partido de tercera clase, como lo fuera posteriormente Seibabo y Provincial y que estaba encargado de regir la vida del pueblo.

Hacia 1842 se va extendiendo el núcleo poblacional hacia el norte, nombrándose Manicaragua La Moza (como llamaban los peninsulares a lo nuevo), quedando como Manicaragua la Vieja el poblado original. Catorce años después se unen, constituyendo un solo núcleo poblacional, con el título de Alcaldía de Barrio, que agrupaba a 2523 vecinos y pertenecía al término municipal de San Juan de los Yeras.

El hecho de ser un barrio, una alcaldía de barrio o simplemente un partido pedáneo, limitó, a través del tiempo el desarrollo del poblado con una burguesía mediana con sus intereses fundamentales fuera de la localidad. La educación y la salud estaban limitadas a unos escasos centros y pocos profesionales por lo que la cifra de muertes era elevada y el analfabetismo caracterizaba el territorio.

Conspiraciones anexionistas

El descontento de los criollos con la metrópoli española provocó a mediados del siglo XIX varias corrientes de pensamiento que de una forma u otra demostraron los deseos emancipatorios de los cubanos. En el centro de la isla tuvieron fuerza las conspiraciones anexionistas lideradas por el venezolano Narciso López, radicado en Cienfuegos y con adeptos en Trinidad y Sancti Spíritus.

Entre los años 1848 y 1851 la misma irradió hacia el actual territorio de Manicaragua, teniendo como centro la mina de San Fernando, propiedad de López. Su nombre ha sido muy polémico, se le han atribuido calificativos como Conspiración de Cienfuegos, Conspiración de Trinidad, Conspiración de la Mina de la Rosa Cubanao Conspiración de Manicaragua (los dos últimos son los más conocidos).

Estalla así el movimiento en junio de 1848, improvisadamente en uno de los seis pozos que poseía la Mina de San Fernando, precisamente en el llamado La Rosa Cubana, donde se ondeó la bandera diseñada por los conspiradores, con bastante similitud a la Enseña Nacional, pues poseía tres franjas, la superior y la inferior estrecha y de color azul, la del centro más ancha de color blanco y sobre estas, junto al asta una gran estrella roja de cinco puntas. Abortada la conspiración producto de una delación, a López no le queda otra alternativa que emigrar hacia los Estados Unidos, desde donde mantuvo los nexos con los villareños y continúa organizando los preparativos para otra conspiración.

En 1851 los villareños habían diseñado una nueva conspiración con ramificaciones en tres puntos diferentes: Cienfuegos, Trinidad y el Camagüey, previendo que no se produjera el desembarco de López con un grupo de extranjeros hasta tanto no hubiesen sucedido los alzamientos convenidos. En Güinía de Miranda radicó la imprenta que el trinitario Isidoro Armenteros Muñoz trajera de La Habana para imprimir las proclamas. Otra vez fracasó esta conspiración y sus integrantes fueron condenados a presidio o a muerte. De igual forma fue descubierto Narciso López y condenado a muerte en el garrote el 10 de septiembre en La Punta.

Guerras de independencia

Monumento en el Cafetal González en homenaje al alzamiento de Las Villas el 7 de febrero de 1869 .

Pero allí donde el anexionismo no había tenido una fuente particularmente vigorosa, despertó el independentismo con los criollos conscientes de las necesidades de clase y patria, comprendieron que había un solo sentido de lucha y que no era anexarse a Estados Unidos, era liberarse del yugo opresor para ser libres sin amos, como hicieron muchos anexionistas que devinieron en libertadores como el General Lino Pérez Muñoz.

El 7 de febrero del 1869 estalla la insurrección en la región villareña en el lugar conocido como Cafetal González, finca propiedad de José González en las cercanías de Mataguá, en el partido de Manicaragua, con hombres de la talla de Miguel Jerónimo Gutiérrez, Eduardo Machado Gómez, Federico Fernández Cavada, Arcadio García, Juan Nicolás del Cristo y el polaco Carlos Roloff entre otros.

A este levantamiento se sumó Doña Pastora, hermana del propietario, siendo la primera mujer que en este territorio se incorpora a la lucha, dando gritos de viva Cuba, allí entregó a los libertadores una bandera cubana cuya estrella estaba bordada con hilos de plata y que fuera confeccionada por la patriota villaclareña Inés Morillo.

En tanto en territorio manicaragüense se estableció el campamento militar del mayor Federico Fernández Cavada, en La Macagua, que sirvió de soporte logístico a la guerra en este territorio. Allí se fundó el primer periódico desde la manigua titulado “La Estrella de Jagua”, cuyo director, el periodista, poeta y capitán del Ejército Libertador Antonio Hurtado del Valle, pone su imprenta a disposición del Ejército Libertador en Las Villas, que se movía al compás de los combates y escaramuzas redactado bajo el tronar de la artillería enemiga o el entrechocar de los aceros en las cercanías escambradeñas.

Sirvió también la Siguanea para estructurar por primera vez en nuestra historia un servicio de exploración y espionaje que propició a la ofensiva mambí resultados notables, utilizando como estrategia los conocimientos topográficos del terreno y la táctica guerrillera. El 20 de julio de 1869, las fuerzas de Cavada bajo el mando del capitán Manuel Peña destruyen la capitanía del partido y el cuartelito de Güinía, incendiándolo. En esta acción se destacan las mujeres, que en voz de Carolina Valladares, viuda de Servando Sarduy, y presidenta del Club Patriótico de Mujeres dan a conocer su proclama “Al pueblo de Las Villas” donde las conminan a luchar al lado de los hombres.

Durante la contienda, que duró diez años, los villareños tuvieron que marchar hacia el Oriente dadas las condiciones que les impuso la lucha. La idea de la invasión hacia Occidente, concebida desde 1870, se hace realidad en 1874 con Máximo Gómez al frente de los hombres, entre ellos estaban los villaclareños que habían marchado hacia Camagüey y los que habían combatido en Oriente que marchaban a la vanguardia seguidos por las tropas camagüeyanas, hasta totalizar unos 2000 hombres a pie y a caballo.

Manicaragua fue escenario de gran parte de esas campañas villaclareñas de Gómez. Aquí se sucedieron numerosos encuentros fundamentalmente entre los años 1875-1876. Dentro de las batallas mambisas más importantes de esta contienda se encuentra la de Cafetal González que tuvo lugar en las Tornas del Jíbaro en la finca propiedad de José González. En el encuentro con las fuerzas del Capitán General de la Isla de Cuba Joaquín Jovellar y Soler, el enemigo sufre una gran pérdida en vidas humanas y en armamentos, pero los mambises no pudieron seguir hacia la región cienfueguera.

La nueva contienda de 1895 se inició en Güinía de Miranda el 7 de julio, con el levantamiento del Brigadier Lino Pérez Muñoz y otros mambises destacados como Juan Bravo Pérez y el veterano de la contienda de 1868 Antonio Betancourt acompañado por una legión de jóvenes guajiros, bastante ilustrados en este territorio como Ciriaco García Pentón, Jesús Lugones, Bernabé Ruíz, José María Hernández Hernández y Carlos Pérez Cancio, hijo del Brigadier, hasta conformar una partida de 990 hombres.

De nuevo en la contienda que se inició en 1895 Gómez atravesó el territorio villareño por Manicaragua, en su afán de llevar la invasión a Occidente. Entre los días 9 y 13 de diciembre sostuvo encuentros con las fuerzas españolas comandadas por el general Oliver en Boca de Toro- El Quirro hasta su paso al territorio cienfueguero.

Hasta concluir la guerra se mantiene el accionar de las fuerzas mambisas en el territorio, entre ellas las del teniente coronel villaclareño José de Jesús Monteagudo Consuegra (Chucho).

Período neocolonial

La república neocolonial (1899-1952)

Fotografía de Manicaragua en 1947.
Fotografía de la inauguración de las obras de construcción del camino Manicaragua a Topes de Collantes en 1949.

Concluida la guerra a finales del siglo XIX, Manicaragua atravesaba una crítica situación, sus principales renglones económicos habían sido devastados por la llama de la tea incendiaria aplicada por los mambises en su tránsito por el territorio, donde quemaron ingenios y la mayoría de los potreros y sitios donde pastaba el ganado. Las capas más humildes de la población terminaron diezmadas por el hambre y las enfermedades y carentes de toda ayuda médica o social.

Esta situación empezó a recuperarse a finales de la primera década del siglo XX, donde aparecen construcciones de mampostería que hacen que en 1907 se reconozca a Manicaragua como núcleo urbano, aunque con un lento desarrollo en relación con otros poblados de igual período de surgimiento y con idéntico matiz agrícola.

La economía continuó su dependencia de la ganadería, el tabaco y el café, con una pequeña plantación cañera hacia Mataguá-Seibabo. Se instalan servicios básicos como la electricidad y el transporte público, se reconstruye la iglesia y el cementerio hacia 1924. Surgen las sociedades de instrucción y recreo para negros, blancos y españoles, las que acentúan la segregación racial.

Los recursos destinados a la salud y a la educación eran mínimos, solo tres médicos atendían a la población auxiliados por un botiquín y dos farmacias, en los poblados fundamentales Manicaragua y El Hoyo. Las escuelas en número muy insuficientes y con los limitantes de la época, estaban ubicadas en la zona urbana, una escuela mixta, otra de varones y otra de hembras, con cinco mixtas en el Hoyo de Manicaragua.

En el transcurso de estos años obreros perfeccionaron sus incipientes organizaciones a partir de manifestaciones de protesta por la obtención de mejoras económicas. En particular los torcedores de tabaco o tabaqueros llegaron a tener fuerza en sus organizaciones y sus manifestaciones de rebeldía influyeron en la conducta de las despalilladoras y los cosecheros de tabaco. Entre 1914 y 1916 en El Hoyo de Manicaragua, Placetas y Manicaragua, los tabaqueros y los escogedores desarrollaron huelgas y otras manifestaciones de protesta contra la explotación patronal.

Las características geográficas del territorio lo hicieron proclive a ser el refugio de insurrecciones rebeldes contra los gobiernos imperantes, así en 1917 el movimiento insurreccional del Partido Liberal, conocido como “La Chambelona”, que tuvo amplias ramificaciones en varias provincias del país, se extendió a la zona norte de Mataguá y Seibabo. El 28 de febrero de ese año, las autoridades de [Seibabo (Manicaragua)|Seibabo]], Manicaragua, El Hoyo y Jorobada informaron del levantamiento ocurrido en esos barrios, uniéndose a los rebeldes el personal de las secciones de Mataguá, Jorobada y Provincial. Este movimiento no fue más allá de una pugna política interna por el poder y fue sofocado sin dilación.

Estos años del 25 al 30, en Manicaragua fueron el despertar de la conciencia popular, tuvieron al frente los obreros tabaqueros y enrolaron al movimiento campesino. Hacia 1926, como respuesta a la difícil situación imperante, los campesinos decidieron unirse para proteger sus intereses y crearon la Asociación Agrícola de Manicaragua y su jurisdicción, que surgió primeramente en La Moza y tuvo como presidente a Roque Acosta. En el propio año se extendió hasta Manicaragua, llegando a Manacal, donde tomó fuerza con la incorporación de gran cantidad de miembros.

En gremio de tabaqueros también se fortalece en esta etapa y se hace sentir a pesar de que era una organización no reconocida por los organismos oficiales y patronales, con Enrique Valladares como secretario general y Juan Trujillo como delegado.

También los comunistas se organizan y fundaron las primeras células de la organización en su afán de lograr la unidad entre campesinos y obreros. Un papel muy importante lo jugaron en la protección de los campesinos contra los intentos de desalojarlos de sus tierras.

De nuevo en 1931 el territorio sirvió de cuna para la rebelión, en este caso de los políticos tradicionales villareños que disentían de la dictadura de Gerardo Machado.

El domingo 9 de agosto se reunieron en la casa de León Figueroa Franqui, en Santa Clara, un grupo de hombres que se alzarían contra Machado. Leopoldo y Enrique Figueroa Franqui, Justiniano Pedraza (Chiquitín), Raúl Sancho Canto, Jaime Parets, Marcelo Salado y Pedro Pupo; quienes parten de este sitio y se reúnen en la finca “Las Glorias” con Rolando Pardo y su gente. Allí es designado Rolando Pardo como jefe del alzamiento. Se reunían así tres Partidos o sectores: nacionalistas, menocalistas, y los estudiantes representados por Leopordo Figueroa, Rolando Pardo y Enrique Figueroa respectivamente.

En 1933 se constituye el Sindicato de Torcedores de Tabaco, que tuvo como secretario general a Juan Trujillo y entre sus dirigentes a Gabriel Guerra. Los escogedores, las despalilladoras y los torcedores de tabaco encabezaron las manifestaciones del pueblo contra el gobierno de Gerardo Machado y las injusticias que llevaban a tanta miseria.

También por esta época la cultura comienza a florecer en asociaciones de prensa que dan fruto en los primeros periódicos locales Amanecer, Rumbos y luego La Voz de Arimao.

Entre el 28 y el 30 de agosto de 1941 se celebró el Primer Congreso Campesino, efectuado en La Habana, por Manicaragua participaron más de 20 delegados, los que con Félix Cruz Pino al frente presidieron la mesa número 6.

El 10 de marzo de 1952 se produjo el golpe de estado de Fulgencio Batista, que haciendo juego a los intereses del imperialismo y sus propias ambiciones vuelve a tomar el poder demostrando la incapacidad de los partidos políticos burgueses para responder y dar solución a los problemas que aquejaban la república. En este período se agudiza la crisis permanente de la economía cubana y por consiguiente en este territorio se profundizan la miseria y el hambre.

Lucha insurreccional

Ya en la década del 50 el auge del movimiento obrero y campesino se traduce en huelgas y manifestaciones que tuvieron su cima en la huelga azucarera de 1955, convocada por el sindicato tabacalero en apoyo a los reclamos de los trabajadores azucareros sobre el diferencial, a la que se suman varios poblados en solidaridad con los azucareros de la provincia y el país.

En mayo de ese año se creó la primera célula del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en La Carranchola. A partir de 1957 la lucha tomaría otras proporciones: el enfrentamiento armado. A Manicaragua le correspondió servir de enlace entre el llano y la montaña, los integrantes del Movimiento 26 de Julio serían el eslabón que permitiría el sostenimiento de los primeros alzados en la zona de Guanayara, en su mayoría jóvenes que ya estaban quemados en las ciudades y se refugiaban en las zonas intrincadas para escapar de la muerte y que después devinieron integrantes de las guerrillas.

También el territorio aportó su cuota de muertes en esta lucha. En el mes de enero de 1958 es sorprendido y asesinado en las cercanías de Güinía de Miranda el revolucionario espirituano, Enrique Villegas Martínez. Villegas tenía la misión de trasladar municiones para preparar la apertura de un frente guerrillero hacia la zona de Guanayara y fue descubierto y ultimado por el ejército en la zona de El Naranjo.

Por las condiciones geográficas de este territorio sirvió de zona de operaciones a los grupos guerrilleros de las distintas organizaciones que luchaban contra la dictadura de Fulgencio Batista hasta la llegada de las columnas 2 y 8 a la provincia de Las Villas, dirigidas por los comandantes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. El Che Guevara traía las órdenes del Comandante en Jefe Fidel Castro de evitar el paso de refuerzos hacia el Oriente y tratar de lograr la unidad de las fuerzas en el afán de liberar los poblados.

A sólo unos días de la llegada del Che al Escambray se produjo el ataque al puesto de la guardia rural de Güinía de Miranda, constituía una acción de extraordinaria importancia porque la situación política exigía que los hombres procedentes de la Sierra Maestra demostraran su espíritu combativo.

Así el 27 de octubre de 1958 fue liberado el poblado de Güinía constituyendo el primero en la provincia. Dos jóvenes ofrendaron sus vidas por la liberación de Güinía, Carlos Amengual García y Alberto Cabrales. Seis combatientes fueron heridos, entre ellos, dos jefes de pelotones; Ángel Frías Roblejo (Angelito Frías) y José Ramón Silva Berroa, y un jefe de escuadra, Rogelio Acevedo.

A pesar del éxito de la acción, según el Che Guevara, por sus resultados no fue rentable, pero demostró la presencia de una fuerza experimentada y dispuesta a convertir la provincia en un hervidero de la lucha revolucionaria.

El 23 de diciembre de 1958, tropas del Directorio Revolucionario, a las órdenes del capitán Raúl Nieves y del teniente Víctor Dreke, con la colaboración de una guerrilla al mando de Sinesio Wals Ríos y hombres bajo el mando de Lázaro Artola Ordaz atacan y toman Manicaragua. Se combate durante unas 12 horas. Ante la inminente derrota, los propios guardias incendiaron el cuartel y huyeron rumbo a Santa Clara. Así, el camino por el sur quedaba expedito para el ataque a la capital de la antigua provincia de Las Villas.

Período revolucionario

Las dos primeras décadas de la Revolución Cubana

Fidel Castro durante la Limpia del Escambray, fotografía tomada en las cercanías del poblado La Lima (Manicaragua) el 3 de febrero de 1961.

Al arribar a esta etapa, el municipio se enfrenta a la supervivencia de la revolución, con la persistencia de una difícil situación económica aún no superada. El territorio estaba inmerso en una serie de cambios estructurales y se exigía en los diferentes sectores el tránsito acertado para llevar adelante el programa agrario trazado por la revolución.

Los programas de la Revolución comenzaron a hacer realidad lo esbozado por el comandante Fidel Castro en su alegato de defensa “La historia me absolverá”, que derrumbarían los muros de silencio que por muchos años habían asolado el Escambray.

Al mismo tiempo, desde finales de 1959, se empezaron a unir para conspirar contra la revolución elementos que aprovecharon los factores naturales del territorio, el atraso socioeconómico imperante y la confusión a la que habían sido sometidos sus habitantes durante la lucha insurreccional por las divergencias de las organizaciones que lo dirigieron, así como la mala aplicación de algunas leyes revolucionarias y la escasa divulgación de la obra de la naciente Revolución.

Ya a mediados de 1960 se alzaron en armas contra los poderes del estado Plinio Prieto, Joaquín Bembibre, Sinecio Walsh, Edel Montiel y otros elementos oportunistas, ex – casquitos del régimen de Batista, empleados y campesinos engañados, los que prácticamente fueron eliminados antes de finalizar el año. Otros se alzarían después de la invasión mercenaria por Playa Girón en abril de 1961, en una lucha que concluyó en 1965 con la captura de los bandidos y la pérdida de 40 vidas de manicaragüenses.

Ante el surgimiento del bandidismo la acción del pueblo no se hizo esperar, se crearon las Milicias Serranas, pioneras en el enfrentamiento, luego las Milicias Nacionales Revolucionarias y una escuela de entrenamiento militar denominada “Camilo Cienfuegos” en La Campana, donde se prepararon más de mil campesinos del Escambray para contrarrestar el bandidismo. Conjuntamente con la aplicación de medidas militares para la erradicación del bandidismo se efectuó en la zona la estrategia de acometer aceleradamente el desarrollo socioeconómico y político del Escambray con el fin de eliminar las secuelas de los regímenes anteriores.

El 11 de febrero de 1960 se reorganizó la dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio quedando como delegado del barrio Julio R. Alba, Wilfredo Mesa y Elda García, los que trabajarían en coordinación con el Partido Socialista Popular. Se procedió a la fundación de las organizaciones de masas y políticas: Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Milicia Nacional Revolucionaria (MNR), Unión de Jóvenes Comunistas(UJC), Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), las que organizan al pueblo para defender las conquistas de la Revolución.

También a iniciativa de nuestro Comandante en Jefe fue creado el 12 de octubre de 1960, la zona LV-29 del INRA o Plan Especial Escambray, con características y funciones especiales. Tenía como centro, desde el primer momento de su creación a Manicaragua y al frente del mismo se designó al Comandante Félix Torres. En Manicaragua se crean, en los primeros años, siete granjas, el acueducto local, dos secundarias, 23 cooperativas, un centro escolar primario, policlínico y un comedor popular.

Se constituyen comunidades, hospitales, escuelas, cooperativas, granjas del pueblo, etc., se promueve el desarrollo agrícola y social del territorio. Surgen las ferias agropecuarias que serían el antecedente de las jornadas y semanas de la cultura ya que además de los relacionado con las exposiciones de animales y rodeos, se recreaba al pueblo con lo mejor de la cultura nacional en las diferentes manifestaciones, es el caso de Benny Moré y su Banda Gigante, el Ballet Nacional de Cuba con su principal figura al frente Alicia Alonso y muchos otros que fueron el deleite de los manicaragüenses entre el 23 y 31 de diciembre de 1962.

El auge de desarrollo de este período hace imposible, en ocasiones, separar los logros del Plan Especial Escambray de los acometidos directamente por la dirección de la revolución a través de su estructura de gobierno, por ello se hace necesario hablar de la Junta Central de Inspección y Planificación (JUCEI) y del Poder Local como organismos que tuvieron una participación activa en las dos primeras décadas de la revolución.

Con el triunfo de la Revolución, se hizo notorio el desfase en el desarrollo de algunos lugares del país, como es el caso de Manicaragua, por tanto en 1963 se produce una nueva División Política Administrativa, que establece la instancia gubernamental de región, la que adoptó una estructura para la provincia de Las Villas de seis regiones: Sagua la Grande, Santa Clara, Caibarién, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Escambray esta respeta la formación regional histórica y las características regionales que se fueron estableciendo desde la colonia en la región central.

En 1963 como producto de la división de la provincia Las Villas en regiones, se reconoce la autonomía de Manicaragua como municipio de la región Escambray, pero en 1965 con el establecimiento del Poder Local se otorga por primera vez, en la categoría de municipio a Manicaragua, Mataguá, Jibacoa y Güinía de Miranda.

La Junta Central de Inspección y Planificación (JUCEI) representó el primer gobierno constituido en el país, se encargaba de organizar y planificar algunas actividades de carácter social. Su primer presidente en Manicaragua fue Germán Tejeiro, quien hasta ese momento fungía como alcalde; luego lo sustituye Manuel Alba que fue el primer presidente del poder Local. La JUCEI como organización jugó un papel importante, pues en esos momentos existían industrias locales privadas como zapatería, tiendas de ropa, y de víveres y algunos bares pequeños y fábricas de tabaco junto a industrias estatales como las de tabaco LV-20, que ya había sido intervenida. También habían actividades estatales dirigidas por empresas y organismos provinciales como: la carne por el Ministerio de Comercio Interior, algunas tiendas intervenidas que eran controladas por el MINCIN de la provincia y otras actividades que dirigía el Plan Escambray, por lo que por lo que todo era una madeja de innumerables hilos. Por tanto, la JUCEI a través de su departamento de cobros se encargaba de los productos industriales, locales, estatales y los que quedaban privados.

Encuentro de Fidel Castro con el Grupo Teatro Escambray en 1971.
Fidel Castro en recorrido por el Hotel Hanabanilla el 26 de julio de 1975. .

En la primera nacionalización realizada al triunfo de la Revolución se habían intervenido: la hidroeléctrica del Hanabanilla, las minas de cobre de San Fernando, la fábrica de cigarros Azán y Hmno., las escogidas de tabaco de Mataguá, Manicaragua, Güinía, La Moza y el Hoyo y la intervención de las grandes tiendas y almacenes: Ortiz, Galán, Evelio Mancha, el Polaco, Gutiérrez, Rodríguez, etc.

La JUCEI tuvo una participación activa en esta segunda nacionalización del transporte, pequeños comercios, bares y pequeñas fábricas de tabaco. El Poder Local dirigía y controlaba entre otras actividades el comercio y la gastronomía (incluyendo panaderías y dulcerías), servicios a la población, servicios comunales, construcción (incluyendo tejares) y la asistencia social; todo esto en las zonas urbanas de Manicaragua, Mataguá y Güinía. Por su parte desde Trinidad, donde radicaba la sede Regional, se dirigía la educación, el deporte, la salud, la cultura, tabaco, acopio, la dirección del trabajo y los organismos políticos y de masas.

Desde finales del 60 y en la década del 70 el Poder Local languidece, quedando demostrado que es una entidad no necesaria en este caso específico, pues el Plan Escambray dirige y tiene en sus manos el poder económico del territorio. La verdadera unificación de la dirección en el municipio llegó con la nueva división Político Administrativa, en 1976, cuando se unen Mataguá, Manicaragua, Jibacoa y Güinía en un solo municipio de la provincia de Villa Clara y se crean los órganos del Poder Popular, que tuvieron en Gerardo Águila Alonso su primer presidente, cesando las direcciones del Poder Local y del Plan Escambray.

Con la DPA, el territorio pierde una parte de Báez, que pasa para Santa Clara, quedándose con las secciones de Güinía, Jibacoa y Mataguá, unificándolos en un solo territorio gubernamental: Manicaragua, favoreciendo el funcionamiento interno del territorio, así como las estructuras gubernamentales.

Entre 1966 a 1970 el desarrollo económico del municipio estuvo sustentado en diversificación agrícola que priorizaba en la zona montañosa el café. En 1970 crecen los núcleos urbanos en Güinía de Miranda con 1663 habitantes, Ciro Redondo con 190 habitantes, José Centeno con 421, Jibacoa 712 y Mataguá 2151. Todo esto está dado por el esfuerzo elocuente de la Revolución en este aspecto.

En 1972, comenzó el trabajo con la ganadería, por orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en visita efectuada el 9 de abril de 1970 al municipio, planteó la necesidad de hacer un arrendamiento en las tierras estatales y fundar un plan lechero en La Yaya, que se llamaría La Vitrina.

Se emprende en esta etapa una mayor transformación de la vida del hombre del campo, con la creación de las comunidades agropecuarias, como las poblaciones que se levantaron, como por ejemplo en La Yaya. Luego la construcción de las escuelas en el campo aseguraría el ascenso de la educación. La salud pública mejora notablemente en estos años.

Proceso de institucionalización y rectificación de errores

En el período comprendido 1971-1975 se han sentado varias perspectivas por los planes integrales en la ganadería, café, tabaco y forestal, como base a la diversificación agrícola. Esta etapa es la del desarrollo industrial como base de la nueva estrategia y el proceso de institucionalización en Villa Clara y por ello en Manicaragua, despegando con avances notables en las diferentes líneas trazadas. Surge la Empresa tabacalera El Hoyo al unirse cultivos varios y tabaco. Con distritos en La Estrella, La Lima, El Bagá, Suazo y La Moza de una parte conjuntamente con Jibacoa, dedicada esta última a la producción de café solamente.

Ya en el decenio 1980-1990 se fortalecen las estructuras de gobierno con la presencia de la mujer en sus filas. Son amplias las actividades que desarrolla la mujer manicaragüense en este período, donde el 36 % de la fuerza laboral territorial está representada por el sexo femenino, que no solo se ve en las aulas, en la zafra cafetalera o tabacalera, sino que construye a la par del hombre el bienestar de la sociedad. Esa mujer que tiene garantizada la salud y la educación de sus hijos y que ahora tiene una nueva opción; el vertiginoso Plan Especial Turquino, donde una vez más podrá demostrar sus posibilidades.

En octubre de 1986 se implementó el plan de médico de la familia comportándose en un médico por cada 1 182 habitantes, la labor de éstos se destacó en el trabajo asistencial y social en las zonas rurales. Manicaragua posee en beneficio de la población 80 consultorios médicos de la familia, una clínica estomatológica, un hogar materno, un hogar de ancianos, tres hospitales (Mataguá, Manicaragua, Güinía) dos policlínicos con las perspectivas de un policlínico integral, con cuatro áreas de salud: Manicaragua, Mataguá, Güinía y Jibacoa.

El Plan Turquino comenzó en nuestro municipio en el mes de abril de 1987 con la aprobación en el Buró Provincial del PCC del Programa de Desarrollo Cafetalero 19871990, cuyo objetivo era alcanzar 400 quintales por caballerías, en la parte económica y unido esto el desarrollo social de la zona montañosa.

El Plan Turquino abarcaba un área de 306 km2 del territorio total de Manicaragua y tenía su centro en el poblado de Jibacoa, pretendía el desarrollo integral de la montaña, la construcción de obras sociales que mejoraran la calidad de vida de los montañeses en aras de detener el éxodo de mano de obra tan necesaria en ese lugar.

Para hacer viable su realización fue constituida, en 1987, la Empresa Municipal Agroforestal de Jibacoa, que ocupaba el 29 por ciento del área total del municipio. Esta Empresa, además de sus funciones administrativas, tenía la misión de impulsar el desarrollo científico-técnico, a partir del potencial existente en la provincia, encabezado por la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central, junto a otros centros con estas características en Villa Clara.

El Plan Especial Turquino constituye una estrategia de desarrollo social de la montaña, la construcción de pequeñas comunidades, para evitar grandes desplazamientos humanos y garantizar la fuerza de trabajo que se necesita. La protección del medio, y la ecología no quedan fuera de la óptica del plan. En la zona montañosa perteneciente al municipio se movilizan fuerzas del Ejército Juvenil del Trabajo y se edifican campamentos con determinadas condiciones y comodidades. Se cuenta con 15 campamentos de 60 jóvenes cada uno, a quienes les corresponde atender 10 caballerías en las labores del café.

Gran cantidad de manicaragüenses ofrecen su colaboración internacionalista en varios países del mundo, como resultado de ello 11 de sus hijos encuentran la muerte en zonas lejanas del orbe. En diciembre de 1989 se realizaron las honras fúnebres a los caídos en las distintas misiones internacionalistas, esa llamada Operación Tributo fue apoyada por el pueblo que acompañó con disciplina a los familiares de sus once mártires.

En este período en que el Partido había convocado a la rectificación de errores y tendencias negativas (1986 – 90) se produjo un crecimiento de los niveles de vida de la población y la rectificación de problemas que estaban afectando el desarrollo del municipio.

Período especial

A partir de la década de 1990 se inicia el llamado el Período Especial en tiempo de paz. En el año 1992 se dan los rasgos principales de la crisis económica, sin sus socios comerciales, primero se perdió el nexo con los ex países socialistas de Europa del este (1988-1990) y hasta el 1991 se mantienen importantes niveles de relaciones económicas con la antigua URSS, aunque ya en esa época habían disminuido las ventajas del intercambio comercial.

Los análisis partidistas de la época trataban las cuestiones que se relacionaban con el fortalecimiento de la disciplina ciudadana, se realizaron críticas por la suspensión y atraso en la ejecución de los juicios, con el fortalecimiento de la defensa del país, considerando que se podía mejorar la labor de la BPD en los objetivos económicos y las MTT fundamentalmente la preparación del pueblo.

Otra de las medidas adoptadas fue reforzar la vigilancia revolucionaria, mejorar la guardia obrera en las empresas y el control de los recursos, arreciando la aplicación de la ley contra los faltantes y sobrantes en las empresas, la información de datos inflados y la adulteración de los precios. Se realizó una fuerte crítica a la ubicación de los cuadros sustituidos en puestos de similar o mayor jerarquía. Se insistió en la explotación de las tierras y la siembra de frutales en patios particulares y el cultivo familiar para ayudar en la alimentación.

En cuanto al programa tabacalero los resultados fueron desfavorables, la siembra de tabaco disminuyó en el sector cooperativo y las dos empresas El Hoyo y La Estrella incumplieron el plan técnico económico, fundamentalmente por la agudización de los problemas materiales, sobre todo con el riego y los fertilizantes.

El programa cafetalero adolecía de fuerza de trabajo debido la escasez de la misma en la montaña, no se cumplió el plan de siembra por falta de exigencia y control en la fuerza del EJT y en la ganadería tampoco se cumplió el plan de producción de leche, de 19 180 litros sólo se llegó a 17 664, aunque se creció en 10 000 litros con relación al año anterior. La falta de pienso y fluido eléctrico en los meses de mayor producción y la sequía fueron los factores que más influyeron, además de la elevación de la mortalidad por mal manejo de los animales e inestabilidad del personal que atendía la masa ganadera.

Para resolver los problemas con la fuerza de trabajo el partido propuso la creación de los contingentes, en el caso del tabaco de forma diferenciada para las dos empresas, para El Hoyo las fuerzas se movilizaron por espacio de 30 días realizando viajes diarios y con áreas asignadas a cada centro de trabajo; en el caso de La Estrella, por su lejanía de Manicaragua, la movilización fue de 100 hombres albergados por quince días rotativos, en ambos caso se exigió responsabilidades a los consejos de dirección de las empresas por el buen desarrollo de la tarea desde enero hasta septiembre.

En 1992 se creó el contingente “Haciendo revolución”, se acometió la tarea de la repoblación forestal, fundamentalmente en las cuencas hidrográficas del Hanabanilla y El Negrito, así como en áreas de la montaña, debido a que el alto consumo de leña (que sobrepasaba los 4000 metros cúbicos) provocado por la reducción de los combustibles de uso doméstico y estatal amenazaba con la despoblación forestal.

Propio de este tiempo es el surgimiento de los Consejos Populares, esta medida se tomó para aquellos lugares con gran concentración de población y en las zonas rurales, con el objetivo de mejorar la gestión del gobierno y buscar soluciones locales.

Fueron aprobados los representantes de los Consejos Populares de nueva creación en Manicaragua, La Moza fue el primer consejo que se creó de manera piloto. Luego surgen los restantes hasta el número de 17, con 142 circunscripciones. Ellos fueron: Manicaragua I, II y III, Mataguá, Seibabo, La Campana, El Marino, La Moza, Jorobada, Provincial, Arroyo Seco. Las Cajas, Potrero de Güinía, Güinía, La Herradura, Jibacoa, y Suazo. La cultura y la recreación del pueblo fueron atendidas de forma priorizada.

En este año se realizó la evaluación del desarrollo socio económico y político de la montaña con vistas a optar por la sede del V aniversario del Plan Turquino, la que arrojó algunas dificultades con los planes de siembra de café y con la producción de hortalizas y vegetales para satisfacer las necesidades de los montañeses.

Como resultado de la Reforma Económica para enfrentar la crisis, a partir del año 1993 escalonadamente hasta el 1995, se comenzó en el Municipio con el trabajo por cuenta propia, la apertura de las tiendas recaudadoras de divisa, iniciando por la TRD, instrumentación del sistema tributario, creación de los mercados agropecuarios e industriales, etc.

Para reforzar la vigilancia en el ahorro de combustible se creó en el municipio la Comisión de Energía, la que generó medidas como la creación en enero de 1993 de una base de ómnibus en Jibacoa, como centro del Plan Turquino, surgieron los puntos de recogida de pasaje, se construyeron las mini hidroeléctricas en la montaña, se instituyó el uso del biogás e incrementó el uso de la tracción animal.

La producción de hortalizas y vegetales que había ascendido durante 1992 decreció en 1993 y 1994 por lo que el partido orientó incrementar la siembra de cultivos de ciclo corto, explotar al máximo todas las áreas y cumplir los planes y la creación de nueve organopónicos más en Jibacoa, Mataguá, La Moza, Güinía y cinco en Manicaragua. También como una alternativa para mejorar la alimentación del pueblo se realizó la siembra de alevines en las presas y la acuicultura familiar.

Para responder a la situación de algunas escuelas sin maestros en la montaña se creó el contingente de Maestros de Montaña, además el sector educacional trabajó contra la deserción escolar.

En 1994 se abanderó en Las Cuatro Esquinas el contingente “Limpia del Escambray” constituido para asegurar las labores del café en el Plan Turquino y cultivos varios “El negrito”, donde participaron: Pedro Ross (Secretario de la CTC Nacional), Humberto Rodríguez (Poder Popular Provincial), Miguel Díaz- Canel Bermúdez (1er Secretario en la provincia) y René Peña (1er. secretario del PCC en el municipio). La directiva del contingente estuvo conformada por Julio Delgado, Armando Morejón y Jorge Hernández.

El 16 de febrero de 1995 se constituyó el contingente agrícola “Andrés Chongo” en apoyo a los renglones básicos de la economía manicaragüense buscando alternativas para aumentar la producción de alimentos y ampliar la producción de café y tabaco. Este contingente fue creado para laborar de forma interrumpida durante dos años y vinculados a un área fija y con un cuadro del Buró Municipal al frente.

Ya en el año 1996 se infiere la recuperación de los principales renglones de la economía, la que creció en un 23 por ciento con relación al año anterior, la cosecha cafetalera se sobrecumplió al 20 por ciento del estimado, la tabacalera fue superior a la campaña anterior en 9000 quintales, duplicándose los resultados obtenidos en la campaña 93-94 y creciendo un 30 por ciento por encima de la campaña anterior.

El sector ganadero comenzó su recuperación, con discretos avances en la producción de leche, la reproducción y la alimentación. Los cumplimientos en la ganadería mostraban como la labor del partido y demás organizaciones unidas fueron capaces de revertir los índices más negativos, el ejemplo es la producción de leche que hasta marzo se estaba incumpliendo con 65000 litros, pero a partir de esa fecha se efectuó un proceso de apadrinamiento a las vaquerías, vinculando los principales cuadros del municipio a la actividad, se cambió el sistema de control y seguimiento de la dirección de la empresa y las UBPC a la producción de leche; dando como resultados que las UBPC ganaderas cumplieran al 118 por ciento el plan de entrega de leche del mes y al 101 por ciento el acumulado mayor que en igual etapa del año anterior.

En 1997 se celebró entre los días 8 y 10 de octubre el V Congreso del PCC. Después de concluido el mismo y dando continuidad a todas las medidas en el orden económico y social que se venían acometiendo mucho antes, el Partido en Manicaragua comenzó a organizar desde la base una estrategia de trabajo para la implementación de la Resolución Económica como parte de su trabajo. Por las características del municipio el seguimiento a la agricultura fue el eslabón fundamental, además de la alimentación de la población y la atención a los problemas sociales derivados de las carencias de algunos productos.

En esta etapa se ejecutaron obras importantes y se tomaron decisiones económicas que hicieron que el municipio avanzara en determinados renglones, no así en otros en que las limitaciones económicas, unido a problemas subjetivos de las direcciones de las empresas, contribuyeron a pocos avances o retrocesos, especialmente en la ganadería y producción tabacalera. Se trabajó en la creación de nuevos servicios a la población, la vivienda, lo relacionado con el programa energético y en la búsqueda de soluciones alternativas.

Manicaragua en el siglo XXI

Con la llegada del nuevo milenio nuevos retos a nivel internacional enfrentarían los cubanos, es la era de la “Batalla de Ideas” que se inició el 5 de diciembre de 1999 cuando uno de los jóvenes participantes en la VIII Conferencia Nacional de la Brigadas Técnicas Juveniles propuso marchar frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba para reclamar la devolución del pequeño Elián González, secuestrado por la mafia anticubana en Miami.

A partir de esta manifestación de pueblo desarrollada en La Habana, le sucedieron otras marchas y tribunas abiertas en todo el país, más de 100 tribunas y más de mil oradores alzaron sus voces en justo reclamo, por hacer valer la dignidad de los cubanos y el deseo irrevocable de independencia. En Manicaragua, en el año 2001, se acondicionó un área para desarrollar la tribuna abierta, que estuvo presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Guillermo García Frías, Juan Almeida Bosque, Miguel Díaz- Canel Bermúdez (Secretario del PCC en la provincia) y Jorge Alberto Hurtado Mena (Secretario del PCC en el Municipio).

Durante el 2001 comenzaron a desarrollarse unos setenta programas de la Revolución y en el 2003 superaban los cien, estos buscaban la elevación de la calidad de vida y la salud del pueblo, estaban orientados hacia una formación plena, una educación y una cultura general integral para hacer de Cuba un país más culto.

En la salud se desarrollaron varios programas, se incluyó el tratamiento al envejecimiento poblacional, la producción y disponibilidad de medicamentos, la atención materno-infantil, el control de enfermedades trasmisibles, el aumento de las capacidades en casas de abuelos y en hogares de ancianos y maternos, la creación de salas especializadas, así como se favorecieron los programas de estomatología y óptica.

En la salud se desarrolló una etapa de consolidación, reforma y modernización. En el 2002 se instrumentó la atención primaria en los policlínicos, se equiparon e inauguraron las salas de terapia de Manicaragua y La Campana. Se ejecutó la construcción del policlínico de Manicaragua y la reconstrucción del hospital de Mataguá, se dotaron los policlínicos con equipos de laboratorio y otras tecnologías. De igual forma se emprendió la reparación de los consultorios médicos que ya se encontraban en malas condiciones, se puso en práctica la formación emergente de enfermeras y de algunas tecnólogas de la salud para cubrir los déficit de profesionales de estas especialidades, más de 40 médicos y técnicos prestaron sus servicios de colaboración en varios países del mundo, en especial en América Latina.

La apertura del Curso de Superación Integral como una forma de empleo y de integrar a los jóvenes al estudio y hacer de ellos profesionales, obreros, fue uno de los programas más profundos, que llevó a las aulas a miles y miles de jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo.

El acercamiento de la universidad al municipio y la apertura de las sedes universitarias fue uno de los logros de esta Batalla de Ideas. En Manicaragua contamos con cuatro sedes, del Pedagógico, de Ciencias Médicas, de Cultura Física (en Jibacoa) y de la Universidad Central, por donde pasaron y se han graduado varios profesionales.

Todos estos programas que se pusieron en práctica con el inicio de la Batalla de Ideas favorecieron el desarrollo económico del país, pero quizás el de mayor arraigo dentro de la población fue la Revolución Energética que se inició en el 2004, este además de contribuir a elevar la calidad de vida del pueblo, contribuyó al desarrollo social y bienestar de los cubanos, ayudando a la recuperación del nivel de vida y los valores que promueve nuestra sociedad socialista. Con este programa se colaboró en el mejoramiento de los medios y equipos eléctricos de la familia. Nuestro municipio fue de los primeros en beneficiarse dentro de la provincia de Villa Clara.

Fuentes

  • Comisión Nacional de Nombres Geográficos: Diccionario Geográfico de Cuba, p. 212.
  • Raúl Villavicencio Finalé y col.: Informe final del proyecto de investigación “Arqueología Ecológica del valle de Jibacoa”. Centro de Estudios y Servicios Ambientales Villa Clara. 2001.
  • Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba. Tomo IV. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1977.
  • Consejo Científico del municipio de Manicaragua: Historia del municipio de Manicaragua desde sus orígenes hasta 1990. Manicaragua. 1994. (Inédito).
  • Colectivo de autores: Historia Militar de Cuba (1510-1868). Enciclopedia Militar Cubana. Centro de Información para la Defensa. MINFAR.
  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte (1510-1898). Tomo I. Biografías. Ediciones Verde Olivo. La Habana. 2004.
  • Máximo Gómez y sus campañas militares (1868 – 1878). Tomo I. Editorial Letras Cubanas.
  • Cira Odalis Vera Morera: Estudio de la industria azucarera en Manicaragua, en los siglos xix y xx. Manicaragua. 2006. (Inédito).
  • Cira Odalis Vera Morera: La Asociación Agrícola de Manicaragua y su jurisdicción. Manicaragua, 2004. (Inédito).
  • Consejo Científico del municipio de Manicaragua: Historia del municipio de Manicaragua desde sus orígenes hasta 1990. Manicaragua. 1994. (Inédito).
  • Cira Odalis Vera Morera: La Asociación Local de Prensa en Manicaragua: una corresponsalía desde tierra adentro. Manicaragua. 2001. (Inédito).
  • Ricardo Efrén González y Cira Odalis Vera Morera: La lucha guerrillera en la provincia de Las Villas durante la guerra de liberación nacional. 2019. (Inédito).
  • Cira Odalis Vera Morera: El enfrentamiento popular al bandidismo en el municipio de Manicaragua. 1959 – 1965. Tesis de grado. UCLV. 1991; Las montañas manicaragüenses un bastión de la Lucha Contra Bandidos. Manicaragua. 2002 (Premio investigación histórica XIII Concurso Nacional de la LCB. Trinidad. 2003) y Las mujeres de la Lucha Contra Bandidos. Manicaragua. 2003.
  • Consejo Científico del municipio de Manicaragua: Historia del municipio de Manicaragua desde sus orígenes hasta 1990. Manicaragua. 1994. (Inédito).
  • Cira Odalis Vera Morera: El Plan Escambray: una estrategia revolucionaria para contrarrestar el bandidismo. Manicaragua. 2003.
  • Cira Odalis Vera Morera: Más allá de la danza. Manicaragua. 2009.
  • Cira Odalis Vera Morera: El Plan Escambray: una estrategia revolucionaria para contrarrestar el bandidismo. Manicaragua. 2003.
  • Rosa Verdecia Moret y Col.: El Surgimiento del Poder Popular en Manicaragua. Trabajo Investigativo. ISP Félix Varela. 1994.
  • Enrique Vilches Jacomino, Madelayne Mildrey Hernández García, Francisco Berasategui León, Cira Odalis Vera Morera y otros: Historia del Partido Comunista de Cuba en el municipio de Manicaragua. Manicaragua. 2008.
  • Museo Municipal Manicaragua: Cronología hechos. s/f.
  • Comité Provincial del Partido: Archivo, Protocolo pleno del Comité 16 de febrero de 1995. Carpeta 1. Expediente 7.2.8.
  • Testimonio de Rafael Moreira Negrín. Licenciado en marxismo y miembro del Comité Municipal del PCC en Manicaragua.