Historia del municipio Yateras (provincia de Guantánamo)

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Historia del municipio Yateras (provincia de Guantánamo)
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Cronología
Etapa aborigen
Investigaciones
Etapa colonial
Economía y sociedad
Palenques
Guerra de los Diez Años
Guerra Necesaria
República Neocolonial
Economía
Independientes de Color
Sociedad
Educación
Cultura
Etapa insurreccional
Revolución en el poder
Primeras medidas
Lucha contra bandidos
Logros sociales
Logros económicos
Internacionalismo
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC)
Período Especial

Historia del municipio Yateras (provincia de Guantánamo). La historia de este municipio abarca desde las poblaciones aborígenes hasta la Revolución en el poder. Yateras es un pueblo de batallas, desde la resistencia aborigen, el cimarronaje, las guerras por la independencia contra España, la guerra de liberación nacional liderada por los rebeldes, hasta las misiones internacionalistas que han protagonizado en diversas latitudes, entre ellas, la Operación Carlota, la Misión Milagro y Barrio Adentro, poniendo en alto la herencia de sus antepasados. En la lucha continua por el mejoramiento humano, los yateranos sobresalen en la defensa de la patria. Es uno de los municipios que conforman la Provincia de Guantánamo. Tiene una extensión territorial de 625 km² y una población estimada a diciembre de 2017 de 19 190 habitantes. La población del municipio es predominantemente indígena y mestiza. La cabecera del municipio es la localidad de Palenque.


Etapa aborigen

Familia Rojas-Ramírez, de ascendencia aborigen.

Los aborígenes que se ubicaron en lo que conforma el actual municipio Yateras, pertenecieron al tronco aruacos, pueblo aborigen, que procedentes del sur de América, específicamente de la cuenca del Orinoco, llegaron al oriente de la isla a través del arco de las Antillas Menores. Esta aseveración se fundamenta en que, el carácter, modo de vida y costumbres de dicho pueblo son semejantes a las de los taínos.

Los taínos que se asentaron en Yateras, al igual que los del resto de la provincia, eran, según las muestras arqueológicas encontradas en los sitios de su habitad, el grupo más representativo de la prehistoria cubana. Con una cultura más desarrollada, pues además de tallar y pulimentar la piedra, cultivaban la tierra y elaboraban artículos de cerámica. Generalmente convivieron con los siboneyes a los que convirtieron en sus sirvientes.

Las principales actividades económicas de los taínos eran la pesca, la caza, recolección, cultivo de la tierra y las labores domésticas. Labores que realizaron con instrumentos de trabajo elaborados de forma manual y rudimentarios. Para el cultivo de la yuca, principal alimento en su dieta, utilizaron la coa, palo fino y puntiagudo.

También se alimentaron de una considerable variedad de especies animales y de frutos que bondadosamente les brindaba la naturaleza: anón, piña, caimito, marañón, papaya, guayaba, mamey colorado, entre otras.

Entre los animales se encontraban: moluscos marinos, como el cobo, ostiones de importancia en su dieta. Moluscos terrestres: gallito, varias especies de polydonte y polímitas. Crustáceos: cangrejos. Peces: jurel, lisa, rabirrubia y tiburones. Reptiles: majá de Santa María, carey, tortuga verde, iguana. Mamíferos: almiquí, manatí, jutías como la conga, andaráz y la carabalí, etc.

Este grupo cultural conocía el fuego, que le permitía trabajar la cerámica, cocer sus alimentos y protegerse del frío y otras inclemencias de la naturaleza. También enterraban a sus muertos, lo que hacían apartados de las áreas de residencia, pues consideraban las posibilidades de contagios. Se han encontrado evidencias de enterramientos primarios y secundarios.

Descendientes de aborígenes.

Investigaciones

Al científico español Miguel Rodríguez Ferrer, que en 1847 recorrió amplias zonas de la isla, se deben las primeras referencias de supervivencia de descendientes de aborígenes en la zona de Yateras y Manuel Tames. Este investigador, realizó un recorrido a través de las montañas de Oriente, desde el Yunque de Baracoa hasta Guantánamo. En 1901 el investigador norteamericano Stewart Culin realizó un recorrido por la Caridad de los Indios y comprobó que en este territorio había una elevada presencia de descendientes.

Los estudios genéticos realizados a la población de las zonas con presencia aborigen, arrojó que Yateras, es una de las regiones de la provincia de Guantánamo, donde la descendencia indígena presenta las características de mayores similitudes con los amerindios. Así lo atestiguan los estudios antropológicos que desde 1964, realizaron a esta población, los investigadores.

De las características asociadas y comparadas, entre los restos óseos humanos colectados en los sitios arqueológicos de grupos culturales aborígenes y las muestras de población estudiadas, se determinó la descendencia y la similitud de estos, con la población amerindia. Como características físicas naturales aparecen: mediana estatura, extremidades cortas, color bronce, pelo lacio, hermosos ojos.

Manuel Rivero de la Calle, destacado antropólogo cubano, estudió la comunidad de descendientes de las zonas de Yateras (Caridad de los Indios), Valle de Caujerí y de las márgenes del río Toa. Como resultado de sus indagaciones expresa en su trabajo Supervivencia de descendientes indoamericanos en la zona norte de Yateras, Oriente, que en la población campesina de Yateras en los años 19601970 se muestran rasgos indiscutibles de descendencia aborigen.

Además de los estudios antropológicos de Rivero de la Calle, otros investigadores hurgaron en el tema, y el equipo de profesores de los institutos pedagógicos de Guantánamo y Pinar del Rio, en 1988, informaron el resultado de sus investigaciones con el título Estudio antropológico de poblaciones aisladas de los municipios Yateras y Manuel Tames de la provincia Guantánamo, con el que corroboraron los resultados anteriores.

Los pobladores, los Rojas Ramírez y los Ramírez Rojas, mantienen las tradiciones culturales de sus ascendentes y son expertos conocedores de temas relacionados con los cultivos: momentos de siembra, cosecha, fases de la luna en función de las tareas agrícolas, utilización de muchas plantas como medicina preventiva o curativa. Además de conservar la ranchería como forma de organización comunitaria.

Etapa colonial

Economía y sociedad

Ruina francesa.

El fomento económico social de Yateras comenzó a cobrar significación a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y en ello tuvo mucho que ver, la inmigración hacia la parte oriental de Cuba, de colonos franceses que, asentados en Haití con sus esclavos, salieron huyendo de los desastres de la revolución independentista de 1791.

En el proceso de ocupación de la zona con fines económicos, a partir de 1760 se realizaron deslindes y denuncias de tierras. Así ocurrió con Yateras Arriba en 1788, y en 1799 José Olivares vendió a Esteban de Rojas las 400 caballerías de la finca San Andrés de Yateras que fue, a partir de esa fecha, el asentamiento más importante de los descendientes de aborígenes.

Hacia 1778 son reconocidos dos dueños de haciendas cuyas propiedades tenían el nombre de Yateras: Pedro Barrera y Benito Rojas. En estas posesiones se utilizó como forma de explotación, la esclavitud, fundamentalmente para la atención a las plantaciones de café, cuyas utilidades en los hatos, de Pedro Barrera, era de 10 000 pesos.

Para 1801, colonos franceses blancos, adquirieron grandes extensiones de tierra e iniciaron la explotación del café y por su rápido enriquecimiento en la región, solicitaron a las autoridades coloniales la apertura de un camino para la comunicación y el transporte de sus productos.

El 11 de enero de 1843 la corona española decretó la Real Orden que instauró la tenencia de gobierno de Saltadero, y a partir de ese momento, Guantánamo pasó a ser independiente de la jurisdicción de Cuba. Con la nueva división político–administrativa, se subdividió el territorio en doce partidos, entre los que se encontraban Monte Líbano y Yateras Arriba.

El 28 de enero de 1850 se fundó el partido de Yateras, con cabecera en Jamaica. En 1846 existían en Yateras Arriba un total de 11 cafetales, muestra de la importancia que fue adquiriendo este renglón, en momentos en que la economía capitalista estaba en crisis, fundamentalmente la producción cafetalera.

En el área existían condiciones favorables para el fomento de cafetales, teniendo en cuenta, los abundantes ríos y arroyos para el uso de sus aguas en el tratamiento agrícola e industrial del producto. Los grandes saltos de agua, permitían en algunos casos, su lavado sin necesidad de la creación de infraestructuras para ello.

Al fomento de la producción cafetalera se debe la efectividad de experimentados cultivadores franceses del grano, la existencia de grandes extensiones de tierras vírgenes y baratas, el traslado de fuerza de trabajo desde Santiago de Cuba, las relaciones económicas de los productores y las casas comerciales, fundamentalmente la de Burdeos, que garantizaban el mercado seguro a las producciones.

Entre 18501860 salieron para Francia considerables cantidades de café y hacia el mercado norteamericano se destinaba el azúcar. Este comercio se hacía a través del puerto de Guantánamo, una vez unidas las producciones en Santa Catalina del Saltadero, se enviaban a Caimanera por ferrocarril a través del puerto de Santiago de Cuba.

La crisis de estos años, afectó casi la totalidad de los cafetales de la jurisdicción, pero Yateras Arriba, en 1861 tenía un total de 35 cafetales, con valor en su producción de 151 500.00 pesos, lo que equivalía a 4 329.00 pesos por hacienda.

La riqueza de este rubro económico en la región, le permitía competir con cualquier zona del país. En la década del 60 existían 41 cafetales en el Partido de Yateras: veinte en Yateras Arriba, 9 en Guayabal y 12 en Monte Líbano.

Uno de los hacendados caficultores más importantes de Yateras Arriba fue Federico Lescaille, originario de la parte francesa de Saint Domingue. Sus bienes en 1864, eran el cafetal Monte Verde, con un área de 48 caballerías y 146 esclavos, la hacienda con más esclavos del cinturón cafetalero de la jurisdicción, con un valor de 157 727 pesos.

De la opulencia y confort de la hacienda de Federico Lescaille, se escribió en su época que:

«Monte Verde es probablemente la mejor hacienda de esta región, de gran extensión y muy bien atendida (…) La casa vivienda es grande y hermosa, con un bello jardín en su parte trasera. Los campos de frutales y vegetales son extensos y bellos.»

Su fomento económico y social se constata por la consagración, el 11 de septiembre de 1866, de un cementerio, solicitado por sus pobladores, que fue bendecido por el vicario de Santa Catalina y que se considera el campo santo viejo de la zona de Guayabal, ubicado en la actual comunidad de San José.

Casa típica de los cafetales, de origen francés.

En la actualidad se confirman las ruinas de los cafetales franceses en las localidades de Los Naranjos, Jagüey, La Perla, La Deseada, La Cubana, Bella Vista, Dios Ayuda, El Bayameso, Joven María, La Noely, Monte Alto, La Caridad, Las Gracias, El Diamante, El Ermitaño, Monte Verde, La Prenda, Santa Teresa, Monte Cristo, Santa Rita y San Inés de Bigñote. Algunos de ellos recuerdan la presencia franca en Yateras, tales son los casos de: Bel, Saurce, L'Ermitage, Belvirc, Magdeleine, Mont.

La emigración francesa introdujo en el territorio un numeroso grupo de familias blancas y mulatas, y con ellos llegaron también sus modos de vida, costumbres. Prácticamente se produjo una colonización francesa en la zona, ya que desarrollaron y fomentaron con fuerza el cultivo del café, ayudaron a fomentar el mercado de dicho grano para los cubanos y también significó la fundación paulatina de nuevos poblados en las cercanías de dichas haciendas cafetaleras.

Palenques

Vinculado al desarrollo de la economía de plantaciones y de la esclavitud, se desarrolló el proceso de rebeldía esclava. La vida miserable en los barracones y la sobre explotación a que eran sometidos, obligó a muchos negros a optar por la libertad, mediante el cimarronaje, y los palenques, cuando se unían los fugitivos en número que les permitía establecerse en zonas intrincadas de las montañas.

Las montañas de Guantánamo y Baracoa se convirtieron en refugios seguros para los apalencados, de ahí la importancia de esta forma de resistencia en la región. Entre los principales asentamientos se encontraba El Lechero, en la zona de Monte Verde.

En estos palenques se realizaban actividades como la siembra de granos: maíz, frijol, y viandas como el ñame y la caña de azúcar, a la vez que se domesticaban abejas en los colmenares y se elaboraban diferentes artículos para la subsistencia.

De la historia de los palenques en Yateras está la del Guardamujeres, en el que, en 1878, pasaron la noche previa a la partida hacia el exilio, la madre y la esposa del Titán de Bronce, las legendarias mujeres Mariana Grajales Coello y María Cabrales, según sostiene el historiador de la ciudad de Guantánamo José Sánchez Guerra en la obra Mambisas Guantanameras.

El acceso a los palenques era sumamente difícil. Los cimarrones eran en su mayoría africanos y muchos pertenecieron a tribus de cazadores, por lo que conocían el arte de hacer trampas para presas de gran tamaño. Abrían huecos grandes y profundos, afilaban estacas de cuaba, las clavaban en el fondo, luego las cubrían con hojas sencillas que no soportaban el peso de un hombre, desviaban el camino hacia otro falso y ponían centinelas para velar la llegada de los encarnizados enemigos.

Fue tan fuerte la presencia de los palenques, que mantenían en jaque a los dueños de cafetales, así, en febrero de 1816 muchos propietarios esclavistas de Yateras decidieron abandonar sus plantaciones ante el peligro de las incursiones de los apalencados, que asaltaban y saqueaban sus haciendas y liberaban a las dotaciones, que pasaban a correr el mismo destino.

La historia de la lucha de los apalencados continuó en las siguientes décadas. En 1857 se reporta la última operación de las cuadrillas de rancheadores, cuando se organizó en Santiago de Cuba una expedición para eliminar los palenques de la zona de Yateras que aún se mantenían en pie de lucha. Algunos de estos palenques fueron aprovechados por los mambises, una vez iniciada la lucha por la independencia, como fue el caso de Guardamujeres.

Guerra de los Diez Años

El partido de Yateras, hacia 1868, no mostró filiación al proceso independentista, y sus hacendados mantenían una actitud de protección a sus intereses económicos. Los colonos franceses, sus descendientes y esclavos, se mantuvieron distantes de la revolución, en tanto sus 35 cafetales continuaron el proceso de producción, y avanzó la cosecha de productos menores.

Hacia 1869, junto a Monte Rus, Yateras continuó siendo una rica zona cafetalera, que constituía una verdadera fortaleza económica y militar defendida con tenacidad por los catalanes, franceses y criollos integrados en las escuadras de Santa Catalina.

A partir de mediados de 1869, con el refuerzo de España se estableció un sistema de defensa, con la construcción de fortificaciones en La Clarita (La Perla), Felicidad, Casimba y Jamaica, estos fuertes con su sistema de comunicación, les permitieron posteriormente, atacar con facilidad a las tropas insurrectas, que constantemente tenían que burlar dicho sistema para no ser blanco fácil de sus agresiones.

A fines de agosto, fuerzas de Policarpo Pineda, incursionan en la zona de Yateras Abajo con la orden de destruir plantaciones azucareras. En su persecución y encuentro se destacó la tropa del coronel Bargés acompañado por Miguel Pérez, quien asumió las operaciones para desalojar a los revolucionarios que se movían por el territorio.

Para 1870, el partido está en relativa calma, cuestión por la cual, los españoles la consideraban zona pacificada, pues la zafra de café se desarrolló normalmente y posibilitó el abastecimiento a las tropas españolas. Esta constituyó una de las causas por la que el estratega militar Máximo Gómez, decidió la invasión a Guantánamo de 1871: lograr el desmantelamiento de base económica de los españoles.

Dentro de los planes estratégicos de la invasión, figuraba convertir al partido de Yateras en zona importante de operaciones, por lo que se designó a Antonio Maceo, para mantener en pie de guerra el territorio, que vivió constantes ataques y combates como el de Monte Rus. El 27 de julio de 1871, entró en Yateras, donde hizo prisionero a un número significativo de los soldados de la compañía de línea.

Lo que significó la tea incendiaria y el continuo batallar de Antonio Maceo y las tropas bajo su mando es descrito por el investigador José Luciano Franco:

«El pánico era terrible, los cafetales de Monte Toro abandonados, los negreros y propietarios de Yateras asustados, (…).»

Con este proceder varios cafetales de Yateras Arriba, fueron arrasados, siendo uno de los de mayor pérdida, la hacienda Felicidad.

Otro de los resultados de la invasión a Guantánamo, que sin dudas favoreció a los independentistas, fue el impacto en la mano de obra esclava, ya que numerosas dotaciones fueron liberadas y muchos de los esclavos pasaron a formar parte del Ejército Libertador.

Guerra Necesaria

El reinicio de la lucha de liberación nacional contra España, tuvo en la jurisdicción de Guantánamo, un importante escenario, ya que en el territorio se produjo el último combate de la Guerra Grande y además se desarrollaron parte de las operaciones de la Guerra Chiquita, que sirvió de entrenamiento militar a las fuerzas revolucionarias y a de Pedro Agustín Pérez, Periquito.

En Guantánamo se produjo, como estaba previsto a nivel nacional, el alzamiento del 24 de febrero de 1895, en la finca La Confianza, allí se encontraban reunidos Pedro Agustín Pérez, Emilio Giró Odio, junto a un grupo de revolucionarios que dieron lectura y firmaron el acta de proclamación de la independencia. En el caso de Yateras, el alzamiento fue dirigido por José Mejías, Cartagena.

El 1 de abril llegó por Duaba, Baracoa, la goleta Honor, expedición dirigida por Adolfo Crombet y Antonio Maceo, que sufrieron la persecución feroz de las fuerzas enemigas, en su recorrido por la zona más oriental del país, rumbo a Yateras. El día 7 de abril, extenuados y hambrientos, llegaron los expedicionarios a Dos Brazos, sitio donde se presentaron los españoles y se inició un combate, con la retirada de los patriotas.

Después de vencer extensas marchas, el 8 de abril arriban al cafetal La Alegría, sitio donde los indios de Yateras, organizaron una celada a los revolucionarios, sin embargo, un disparo que se le escapó a un voluntario, avisó a Maceo y sus hombres, del peligro inminente.

El combate fue intenso, una parte de los expedicionarios, divididos en tres grupos dirigidos por Antonio Maceo, Flor Crombet y Cebreco, lograron abandonar la peligrosa zona. Desarrollándose a partir de este encuentro una implacable persecución por parte de las fuerzas al servicio del colonialismo español.

El 10 de abril, el grupo donde se encontraban Flor Crombet y José Maceo chocan de manera inesperada, con un pelotón de los indios de Yateras, que dirigía el alférez Ezequiel Rojas, mientras subían el Alto de Palmarito, acción donde mueren el general Crombet y otro expedicionario.

José Maceo logró salvar su vida arrojándose a un precipicio, comenzando una azarosa travesía por las serranías, hazaña que pasó a la historia como la odisea del general José.

En estos difíciles días, el entonces coronel Pedro A. Pérez, se unió con sus tropas a Victoriano Garzón, y en una dinámica estrategia, buscaron atraer a las principales fuerzas españolas que perseguían a los expedicionarios, contribuyendo de manera notable a que Antonio Maceo y los que lo acompañaban, pudieran atravesar la zona y dirigirse a Santa Catalina. Por otra parte, hombres enviados por Periquito encontraron a José Maceo y protegieron su vida.

Indios de Yateras

Aprovechando su influencia sobre los indios de Yateras, así como sus dotes de espiritista, Cristina Pérez Pérez, logró incorporar al Ejército Libertador a la mayor parte de los guerrilleros que servían en el ejército peninsular. Así narra un testigo presencial, el momento en que se dirigía a los montañeses indios en la zona de San Andrés:

«Escuchad: en el gran reloj de los tiempos está señalada ya la hora de la independencia nacional cubana. A pocas leguas de aquí tenéis a uno de los famosos generales de la contienda libertadora, el gran Antonio Maceo. Yo estoy con él y vosotros conmigo y por consiguiente os mando que alentados por el recuerdo de las persecuciones de que fue víctima nuestra raza, en vez de continuar la sangrienta campaña que contra él habéis emprendido, os unáis a sus fuerzas, valientes y decididos, a pelear por la redención de Cuba, vuestra patria, que ya es hora, que ya es necesario que sea libre.»

Pronunciada la arenga, Cristina miró en torno a su asombrado auditorio, en espera de la reacción, la masa de hombres se retira en silencio y se dirige a la espesura del bosque de la Sierra de San Andrés donde conversan largamente con Rojas, el cacique mayor, catequizado por ella, que le mostró a un contingente de indios armados y dispuestos a luchar por la independencia de Cuba.

Los indios de Yateras, un grupo de campesinos y ex esclavos del territorio, se incorporaron al Regimiento Hatuey, perteneciente a la Brigada Guantánamo, unidad que dirigieron en diferentes momentos, con acierto, los coroneles Juan de León y Silverio Guerra, este último nombrado el Coronel de las Montañas.

La presencia de Antonio Maceo en el Valle de Guantánamo, ratificó la labor de Cristina, a la que el general Maceo, le otorgó el grado de capitana. El 15 de mayo de 1895 se incorporó a las fuerzas libertadoras, Guadalupe Ramírez Rojas, el joven que disparó el tiro que ocasionó la muerte a Flor Crombet en el combate de Alto de Palmarito, quien sirvió hasta el final de la guerra en el Regimiento de Infantería Hatuey.

En abril de 1896, a su paso por Yateras, son protegidos, guiados y escoltados por fuerzas del Regimiento Hatuey, los expedicionarios del vapor Bermuda, que traía como jefe al general Calixto García Iñiguez, quien había desembarcado por la bahía Maraví al norte de la provincia de Oriente, el 24 de marzo de 1896.

El Regimiento Hatuey, se destacó en la batalla de Sao del Indio, combate de La Piedra y la toma de Las Tunas. Un grupo de estos serranos marcharon al occidente de la isla y combatieron en las llanuras rojas de Matanzas y La Habana, así como en Pinar del Río. Actitud, que es expresión del concepto de patria que habían alcanzado los independentistas en la nueva etapa de lucha.

El Regimiento, estableció sus campamentos en las montañas yateranas. En La Piedra, comenzó a organizarse la vida civil en la zona, y se constituyó una secretaría de Hacienda, bajo la dirección de Emilio Lateulade, que tenía como principal actividad, el cobro de impuestos de guerra a los propietarios.

Con el trabajo que realizó la secretaría, se logró reunir para la revolución en Guantánamo, la suma de 348 000.00 pesos, que se designaron para la organización de nuevas expediciones y para la compra de medios materiales y alimentos para las tropas en campaña. En La Piedra, las mambisas Cristina Pérez y Obdulia Herrera Garbosa instituyeron una pequeña escuela.

República Neocolonial

Hasta 1908, el actual municipio Yateras, constituyó uno de los distritos de la jurisdicción de Guantánamo, división político–administrativa que sufrió modificaciones con la Ley Orgánica de los Municipios, específicamente por la regulación del artículo 23 de esa disposición.

Economía

El territorio, esencialmente agrícola, mantuvo como base económica, aún después de los estragos de la guerra, la producción cafetalera como su mayor riqueza, aunque estaba también el cultivo del cacao y de frutos menores para el consumo local. Existían en ese momento, 859 fincas sembradas de café y 32 plantas descascaradoras, con un aporte a la producción nacional del 7,33 %.

El café yaterano estaba considerado como uno de los mejores del país. En la época neocolonial constituía su patrimonio principal, aunque tropezó con las dificultades del transporte, ya que los caminos se encontraban en pésimo estado. Además, existían numerosas fincas destinadas a potreros para pastoreo de millares de cabezas de ganado de todo tipo.

En este término municipal se encontraban enclavados los centrales azucareros Romelié S.A, San Antonio Redó y Santa Isabel, pertenecientes a la Guantánamo Sugar Co.

El comercio no tuvo mayor desarrollo e importancia, por el bajo nivel adquisitivo de la población, la escasa densidad poblacional y por la proximidad con el municipio Guantánamo que adsorbió dicha actividad económica. Particularmente los campesinos yateranos se encontraban en una situación difícil de subsistencia, disponían de un ingreso percápita familiar inferior al promedio del país, del cual debían descontar la renta. La fuerza de trabajo libre solo era contratada en los períodos de zafra azucarera y cafetalera, con una duración de 4 a 5 meses, percibiendo un salario de 45.00 pesos y el ingreso total apenas llegaba a los 200 pesos.

Independientes de Color

En 1912, la región de Yateras se convirtió en escenario de los sucesos del movimiento de los Independientes de Color . Los principales dirigentes de la sublevación fueron Eugenio Lacoste, propietario del cafetal Dios Ayuda; Dionisio Batalla en Monte Líbano, Enrique Bakelais en Palenquito de Yateras y Oscar Favier Despaigne, en Felicidad.

En la lucha por la reivindicación y su accionar por no sostener combate frontal con las fuerzas represivas, por la escasez de armamentos, buscaron refugios en las zonas montañosas del territorio, que ofrecía condiciones inmejorables para sus propósitos.

Eugenio Lacoste estableció su campamento principal en Alto de Boquerón, para desde esa posición divisar la actividad de tropas procedentes del valle de Guantánamo. El sitio fue atacado por el ejército castrense que asesinó a un número considerable de sublevados.

La desventaja entre las fuerzas insurgentes y las del gobierno condujo, a que los principales jefes del movimiento, se presentaran a las autoridades. Esto provocó que el grupo quedara acéfalo y perdiera significación. El 22 de junio, cuando se entregaron Chano Martínez y Juan Favier, se puso fin en Yateras a la intentona armada.

Sociedad

La situación del campesino durante estos años fue difícil, ya que la mayoría de las fincas del municipio eran propiedad de un pequeño grupo de terratenientes, que explotaban las tierras y obligaban a los labradores a entregarles el resultado de su trabajo. Lo mismo ocurrió con los trabajadores agrícolas y pequeños propietarios, que laboraban largas jornadas a cambio de un bajo salario. La vivienda del campesinado era pésima, pues generalmente el tejado era de guano y las paredes de yagua y tablas de palmas con piso de tierra.

La lucha de los campesinos por sus tierras tomó fuerza a partir de 1923, cuando se produjo una movilización de protesta ante una nueva maniobra de deslinde de la hacienda Caujerí por intereses de capitales norteamericanos, que contó con el respaldo del gobierno de Alfredo Zayas.

La respuesta de los campesinos de Yateras y Caujerí obligó a que el gobierno diera instrucciones al jefe del Distrito Militar de Oriente, coronel Pujol, que parlamentara con los campesinos armados y así evitar que la revuelta se propagara a otras regiones.

A partir de 1925, con el auge cafetalero, la situación del campesino se torna más crítica. En la zona montañosa comenzaron a operar los capitales de los más ricos propietarios del territorio, entre los cuales se destaca la Casa Mola, Casa Soler y la de Ángel Garrido, las cuales actuaban como acreedores de los campesinos.

En Yateras se constituyó un Comité de Obreros Desocupados que tenía como objetivo luchar por el derecho al trabajo, plasmado en la Constitución de 1940. En 1943 se organizó un Comité de Caficultores en el barrio de Bernardo, con el fin de defender los precios del café entre los comerciantes, que siempre quisieron comprarlo a precios abusivos, es decir, 13 pesos el quintal.

Educación

En 1953, el territorio que abarcaba los actuales municipios de Manuel Tames y Yateras, contaba con una población de 24 834 habitantes (con más de 6 años de edad), de los cuales 12 336 eran analfabetos (cerca del 50 % del total) y 8 867 solo habían aprobado del primero al tercer grado (el 35 %), es decir, el 85 % del total de los pobladores eran iletrados o tenían menos del 4to. grado de escolaridad.

Por otra parte, de 4 017 niños comprendidos de 6 a 9 años, 3 301 nunca habían asistido a la escuela, siendo 2 842 de las zonas rurales. Sólo 32 personas, hijos de los burgueses habían vencido la universidad.

Cultura

Los bailes y fiestas sociales eran muy comunes y se celebraban al compás de la música o conjuntos típicos, en particular el changüí, siendo frecuente tanto en el campo como en los barrios, con motivo de bodas, bautizos, fiestas onomásticas, celebraciones patrias y de carácter religioso.

Décadas después, Yateras sería reconocida como la capital del changüí cubano, y fue Eduardo Goulet Lestapier, Pipi, su principal exponente, lo que lo convirtió, a partir de los años cincuenta, en el changüicero mayor.

Era muy común la celebración de peleas de gallos. En estas lidias se realizaban apuestas de dinero y materiales de todo tipo, entre ellas las de magníficos ejemplares de gallos de raza fina, que se criaban y cruzaban en las fincas de la comarca.

Etapa insurreccional

En apoyo a la lucha de Liberación Nacional en 1956, y ante el descontento popular por el incorrecto manejo del país por parte de los gobernantes de la Neocolonia, se desarrolló un proceso de efervescencia revolucionaria que abarcó al país y vio en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, liderado por Fidel Castro Ruz, la solución a tantos males.

En agosto de 1957, un grupo de guerrilleros subordinados al MR–26–7 de Guantánamo, que integraban 26 hombres provenientes de Sierra Canasta, dirigidos por Luís Herrera Wicho, arribó a la zona de La Carolina, con el propósito de establecerse en Yateras.

El día 12 de ese mes, la guerrilla fue atacada por efectivos del Ejército, en La Jaiba, cerca de Guayabal, acción donde perdieron la vida Emilio Lores Osorio, Felipe Ulises Cuesta Bulgar e Inocencio Ramírez Cardosa. Este encuentro obligó a los guerrilleros a regresar a la Sierra Canasta.

Para finales de 1957, existían en Yateras, pequeñas organizaciones de revolucionarios bajo la dirección de Rouro Rosell, que pasaron con posterioridad bajo la conducción de Francisco Montiel. A este grupo se sumaron los alzados que se reunieron con Manolito Sánchez Lora.

Contaban con un puesto médico en el que radicó el doctor Aurelio Martínez Mejías, y su esposa, Pura Fuente Tena, La Madrina. El abastecimiento a los rebeldes se resolvió por la cooperación y ayuda espontánea de los campesinos de la zona y por mediación del Movimiento 26 de Julio.

El 27 de marzo de 1958, llegó a Guayabal de Yateras, el comandante Raúl Castro Ruz, quien encontró grupos de escopeteros, la mayoría, revolucionarios y hombres honestos, pero también se enrolaron bandidos, que sólo aspiraban al enriquecimiento personal, lo que obligó a realizar una depuración de las filas.

Dos días después, hizo contacto con Raúl, en Guayabal de Yateras, René Ramos Latour, quien lo impuso de los resultados de la reunión de organización, sostenida por Fidel en la Sierra Maestra relacionada con la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril.

En el informe que Raúl le envió al jefe de la Revolución, comunicó los pormenores de su recorrido de inspección al territorio que comprendía el Segundo Frente Oriental Frank País, en el que había establecido algunos comités campesinos revolucionarios y servicios de observación campesina.

Se instaló un hospital, una fábrica de armas y se creó un cuerpo de obras públicas en la zona de Guayabal de Yateras. Sobre este último precisó:

«Utilizando tractores de compañías madereras se organizó el cuerpo de Obras Públicas que arregla y abre nuevos caminos lo que nos facilita rapidez en nuestros movimientos (…)»

En Guayabal, el 6 de abril de 1958, se creó la Compañía D Omar Renedo Pubillones, que inicialmente tuvo como jefe al capitán Manuel Fajardo Sotomayor, y de segundo jefe al teniente Francisco Montiel.

La Compañía D comenzó sus acciones, tan pronto fue creada. Una de las más importantes fue la Operación Omega, en apoyo a la huelga de abril, que concibió el ataque al cuartel de Jamaica el 12 de abril, bajo el mando de Efigenio Ameijeiras. El ataque rebelde fue rechazado por la guarnición de la tiranía, que había recibido refuerzos de Guantánamo. En el combate mueren los guerrilleros Reinaldo Góngora Lara y Américo Cesar Delís. El enemigo sufrió 11 bajas.

Con la creación del II Frente, la educación se desarrolló notablemente en los territorios liberados por la Compañía. El jefe de la esfera fue Rafael Balar Pereda, y para el mejor funcionamiento de las 31 escuelas que se crearon, se instituyó un comité de padres y vecinos que apoyaron a los maestros. También recibieron clases los rebeldes analfabetos.

Se instaló en Peña Blanca la planta de Radio 8-NB (Barba Negra), y como operador se designó a Eloy Serrano. El objetivo de la planta era mantener informado al pueblo sobre la lucha que se libraba bajo la dirección del comandante Fidel Castro.

El Cuerpo de Sanidad de la Compañía D, llegó a ser el mejor del Segundo Frente. Bajo la dirección del Doctor Martínez Mejías y de Pura Fuentes, se crearon los hospitales en La Magdalena y en Felicidad, así como puestos médicos en los campamentos, garantizado una mejor atención, tanto a los rebeldes como a la población.

El 21 de septiembre de 1958, en Soledad de Mayarí Arriba se desarrolló el Congreso Campesino en Armas, en el que Yateras llevó 29 delegados. Las representaciones más numerosas fueron las asociaciones de La Tagua y Felicidad. Dos yateranos formaron parte de la directiva del Comité Regional Campesino: Nemesio Viquillón Frómeta y Agripino Márquez.

En la segunda quincena de diciembre, se traslada la Capitanía para Virginia, y las oficinas de la Compañía D para Felicidad. El jefe de la Compañía, capitán Fajardo, se trasladó prácticamente para Jamaica, cabecera municipal.

El 1 de enero de 1959, al alcanzarse el triunfo de la Revolución Cubana, Fajardo, al frente de los barbudos yaterenos, entra a la ciudad de Guantánamo, y la ocupa, junto a otras fuerzas del Segundo Frente.

Revolución en el poder

La toma del poder político por parte de las fuerzas revolucionarias dirigidas por el Ejército Rebelde, trajo consigo la verdadera independencia y soberanía nacional. Se cumplió con el anhelado sueño de cientos de miles de cubanos en una larga y cruenta lucha, por disímiles medios, formas y procedimientos, pero siempre en ascenso.

Yateras con una base económica agrícola, con predominio de los latifundios y minifundios dedicados al café, como actividad fundamental, con una estructura socio clasista con preponderancia de los latifundistas vinculados a la exportación de productos agrícolas, necesitaba una transformación radical en todos los órdenes de la vida económica, política, social, cultural.

Primeras medidas

Con la aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria se beneficiaron muchos campesinos que recibieron el título de propiedad la tierra, que trabajaban como arrendatarios, aparceros o precaristas. Otras pasaron a ser granjas estatales, dedicadas al cultivo del café y a la ganadería, con una consecuente generación de empleos a la población, como obreros agrícolas asalariados y a recogedores no habituales de café.

Nacionalizaciones

Ese año se concentraron en manos del estado 42 secaderos de café y plantas de beneficio, que fueron nacionalizados, entre los que se destacan las propiedades de la José Soler y Cia. , en la zona de Guayabal, única planta procesadora de café en todo el término municipal.

En Peña Blanca pasaron a manos del pueblo, la finca y la planta de beneficio de café de la familia Lantigua y Blaz. En enero de 1963 se elaboró el primer plan de reforestación que comenzó por la zona de Pinares de Monte Cristo.

Comités de Defensa de la Revolución (CDR)

En el fragor de la lucha por hacer avanzar la Revolución, frente a las amenazas y agresiones de la contrarrevolución, surgen los CDR, el 28 de septiembre de 1960, bajo el llamado de crear un sistema de vigilancia colectivo en defensa de las cuadras, los barrios y del pueblo en general. Tomilay Cisneros fue el primer coordinador municipal.

Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR)

El 26 de octubre de 1960, se fundaron las MNR. Las particularidades topográficas les imprimen un sello distintivo a las Patrullas Campesinas que nacen de esta organización de masas. Se eligió a Prudencio Echeverría como representante del Comité Regional Campesino Frank País, que comprendía los términos municipales de Yateras, Guantánamo y Baracoa.

Las milicias yateranas también tuvieron participación en la lucha contra bandidos en otras zonas del país, como Sierra Maestra y El Escambray, en esta última cayó en operaciones de captura, el joven Fausto Favier Favier.

Federación de Mujeres Cubanas (FMC)

Fue constituida el 26 de abril de 1961, en Felicidad de Yateras, cuando un grupo de mujeres dieron el paso al frente en la lucha por la reivindicación de sus derechos. Las fundadoras de la organización fueron 37 federadas, según consta en la historia de la FMC en el municipio, quienes en vínculo con las demás organizaciones políticas y de masas, decidieron por la Revolución.

Las tareas que se le encomendaron a las federadas en los primeros años y que cumplieron con el entusiasmo y responsabilidad que caracteriza a la mujer, estuvieron relacionadas con la Campaña de alfabetización, la recolección de viandas y otros productos necesarios para los milicianos atrincherados en esos momentos, en la defensa de la patria.

Comité Municipal del Partido (CMP)

Edificio sede del Comité Municipal del PCC en Yateras.

Se constituyó el 11 de agosto de 1963, en Jamaica, con la presencia de José Ramón Machado Ventura. Dirigieron al Partido en el territorio en estos primeros años: Rolando Peñalver, Gilberto Morales Morales, Héctor Baillí Hodelín, Manuel Rojas Legrá, Arsenio Dopaso Carrillo.

En 1967 ocupó el cargo de primer Secretario Rolando Cortés Vázquez quien dio un gran impulso al trabajo partidista y a su organización en el municipio.

Lucha contra bandidos

Con la aplicación de las primeras medidas revolucionarias los contrarrevolucionarios, estimulados por la CIA, comenzaron a conspirar contra el joven poder. En diciembre de 1959 se produjo en Yateras el alzamiento de Olegario Charlot Pileta y Carlos Caballero Guzmán.

Este fue el primero que ocurrió en la provincia de Oriente. Los terroristas fueron detenidos en febrero de 1960. Además de Pileta, en la zona montañosa operaron las bandas de Marcial Ruiz, Tico Herrera, Amancio Mosqueda, Arturo Valdés y los hermanos Claro Basulto, grupos que fueron desarticulados por la acción conjunta de las FAR, MNR y el MININT, que contaron con el decisivo apoyo de los campesinos.

Logros sociales

En el municipio se efectuaron varias obras, tales como el Hospital Rural Fausto Favier y el internado de primaria el Día de la Victoria, que fueron inauguradas por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en julio de 1963, ocasión en la que visita al campesino Juan Martín, emigrante español residente en la comunidad de La Gloria. Comparte con los campesinos de la zona, que estaban inmersos en el plan de producción de la papa.

Para 1965 existían en la zona 24 asociaciones campesinas que se consagraban para cumplir con los planes de producción y pago de créditos, en los planes de papa y tomate, y para hacer suya la campaña por el sexto grado, además del trabajo por la incorporación a las compañías serranas y a la capacitación técnica.

El Hospital Rural Fausto Favier Favier fue fundado por la Revolución en 1963.

La mortalidad infantil entre 19781986 fue desfavorable, llegando incluso hasta el 30,3 % de fallecidos por cada 1000 nacidos vivos en 1983, y se logró la más baja, del 10,3 % en 1986.

En 1980 existían: Hogar de Ancianos en Felicidad, con 20 camas; 2 hospitales, con 48 camas; una casa materna, 4 farmacias, 29 consultorios del médico de la familia, 4 ambulancias y un Policlínico.

Educación

Centro escolar Día de la Victoria.

Una vez concluida la Campaña de alfabetización se inició el proceso de elevación del nivel cultural a través de la batalla por el sexto grado en las escuelas de obreros y campesinos y la Educación de Adultos, proceso con el que más de 300 habitantes de la zona alcanzan el diploma para 1965.

Había 7 869 niños en edad escolar y se logró que 7 631 matricularan en los distintos niveles de enseñanza, para los que la revolución aseguró un maestro en cada una de las escuelas, por muy distantes que se encontraran.

Yateras en la década de 1970 y los primeros años de la del 80, se convirtió en un polo educacional de la provincia, al contar con 8 escuelas secundarias básicas en el Plan la Escuela en el Campo.

En la Enseñanza Primaria entre los cursos 1977–1978 y 1985–1986, la promoción alcanzó un 95,5 % y la retención fue del 92 %. En la Enseñanza Media, para la misma fecha la promoción llegó al 90,5 % y la retención al 93 % y en la Facultad Obrero Campesina se alcanzó un 97 % de promoción y 94,1 % la retención.

En la década del 70 se inició la obra patrimonial representativa más importante del territorio: el Zoológico de Piedras, obra del escultor empírico Ángel Iñigo Blanco, que le sacó vida a las piedras, transformándolas y dándoles vida a través de formas corpóreas de animales, con la utilización de instrumentos rústicos.

Cultura

Zoológico de piedras. Obra monumentaria del autor Ángel Íñigo Blanco, en Boquerón de Yateras.

Es el único zoológico de este tipo en el mundo, convertido en obra sui géneris. El proyecto se inauguró el 21 de diciembre de 1977, y por su valor cultural ha despertado el interés y admiración de visitantes y personalidades nacionales y extranjeras.

En la actualidad, por los últimos cambios en la División Político Administrativa, el Zoológico pertenece al Municipio Manuel Tames.

Poder Popular

Al ponerse en vigor en 1976 la nueva División Político Administrativa surge Yateras como municipio de la nueva provincia de Guantánamo, y quedó electo, Alonso Grey Rojas, como presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular. En 1995 fue electo presidente Dionisio Rodríguez Sánchez.

A partir de 1988, y como parte de un sólido proceso de perfeccionamiento, fueron constituidos los Consejos Populares en el siguiente orden: Felicidad, 1989; La Carolina, 1995, Bernardo, 1990; Arroyo del Medio, Monte Verde y Palenque en 1993.

De esta manera se logró una mayor participación del pueblo en la solución de los problemas de las comunidades y se acercó la gestión del gobierno a la base como elemento indispensable para mantener una mayor vinculación con las masas.

Entre las tareas fundamentales estuvo el cumplimiento con los acuerdos del I, II y III de los congresos del PCC, tareas que tenían como objetivo fundamental, incentivar el desarrollo económico del municipio. Los logros alcanzados en cada organismo, es la prueba de la participación del pueblo en cada hecho, pues sin su activo trabajo todo quedaría en el plano teórico.

Logros económicos

Entre 1976 y 1977 se creó la Empresa de Producción Agrícola Cafetalera Yateras, con el objetivo de agrupar todas las actividades agrícolas no cañeras. Esta forma de organización dio un avance considerable a la producción en el territorio, fundamentalmente al fomento de nuevos cafetales y la reanimación de otros que ya estaban fuera de explotación, producto al envejecimiento de las plantaciones.

En 1980 existían 45 bases campesinas que se convirtieron en cooperativas de créditos y servicios, creándose catorce Cooperativas de Producción Agropecuaria, las CPA, con 278 asociados en un área de 473,65 caballerías, cumpliendo con sus planes de siembra y acopio.

En 1982, Yateras contaba con una importante producción de café con plantas tradicionales y plantaciones nuevas de alto potencial productivo entre arábigo, caturra y otras variedades de porte bajo. El estimado de la zafra en ese año fue de 945 000 latas, 742 000 del sector estatal y 742 000 pertenecientes al sector privado, donde se incluyen las del sector cooperativo.

Plan Turquino

Programa socio económico que prioriza el desarrollo integral de las montañas y que cuenta entre sus fuerzas de apoyo, con los jóvenes del Ejército Juvenil del Trabajo, que tienen en sus manos la producción cafetalera de la zona. En ello también incide la Empresa Agroforestal, que entre sus funciones cuenta la siembra y recuperación de las zonas más intrincadas.

Internacionalismo

Yateras tiene una destacada contribución en el cumplimiento de misiones internacionalistas, entre las que se destacan la Operación Carlota, en la República Popular de Angola, y donde perdieron la vida 6 yateranos, de 512 que participaron. Resalta también, la cooperación con los países del ALBA.

Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC)

El 7 de diciembre de 1993 se crea la ACRC, que cuenta con 418 miembros, en 29 asociaciones de base. Desde su constitución mantuvo el primer lugar en la emulación entre municipios de la provincia durante 5 años de forma consecutiva.

Período Especial

A finales de la década de 1980 el derrumbe del Campo Socialista en los países de Europa del Este y en la Unión Soviética, provocó un impacto negativo en la esfera económica de la sociedad cubana. Bruscamente, el país se quedó sin los principales suministros de productos básicos para la producción y los servicios. Se iniciaba así la etapa que se conoce como Período Especial.

Como resultado de ello, la dirección del Partido y el Gobierno en el municipio iniciaron un proceso de ajuste de los planes y programas de la economía para enfrentar las dificultades.

En 1992 se crea el Contingente Frank País, que tenía como principal objetivo la producción de alimentos como estrategia principal y clasifica como un programa de máxima prioridad. Los frentes creados para la producción de alimentos y revitalización de la producción cafetalera se localizaron en Aguas Blancas, La Cuabita, Jucaral y La Magdalena.

Se indicó la implementación de variantes para la producción de alimentos como la siembra en los patios y parcelas, así como la cría de aves y ganado menor. En el año 1995, en momentos de grandes dificultades, se inauguró la granja avícola rústica de gallinas criollas en la comunidad de La Carolina y se instruyó la revitalización de la cría de aves de corral para ir supliendo el déficit de la producción de carne y huevos.

Fue vital la acogida del pueblo a los planes y estrategias para dar respuesta al llamado de la máxima dirección del territorio y del país como condición para mantener las principales conquistas de la Revolución.

Como parte del reclamo por el regreso de los Cinco Héroes prisioneros en cárceles del imperio yanqui, el pueblo participó en la tribuna antiimperialista, que tuvo lugar el 8 de septiembre de 2001 con la participación de más de 19 000 yateranos. Fue presidida por General de Ejército Raúl Castro Ruz.

En 2003 se revitalizan los servicios de salud y educación al recibir un impulso, con los programas de la Batalla de Ideas, que ampliaron servicios y repararon escuelas, consultorios y hospitales, a los que se incorporaron nuevos servicios y se incluyeron equipamientos modernos para el tratamiento a pacientes. En el caso del programa audiovisual llegó al 100 % de las escuelas de todas las enseñanzas.

Como parte también de la batalla de Ideas, en 2003 se crearon cuatro Sedes Universitarias en el territorio con la apertura de carreras pedagógicas, de salud, humanísticas y Cultura Física, lo que permitió la formación de profesionales para el desarrollo sostenible del municipio. En 2014, como resultado del desarrollo educacional, se integran en Centro Universitario Municipal (CUM).

El 10 de abril de 2005 se celebró el Acto Nacional por el 110 aniversario de la caída en combate de Flor Crombet. Acontecimiento que se ha hecho tradicional por parte del pueblo, y con el que se rememora la ruta de los expedicionarios, por jóvenes del municipio.

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