Joaquín Casillas Lumpuy

Joaquín Casillas Lumpuy
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Joaquín Casillas Lumpuy
Comandante
NombreJoaquín Casillas Lumpuy
LealtadEjército de Cuba
Participó enGuerra de Liberación (1956-1958).

Nacimiento24 de noviembre de 1907[1]
ciudad de Sancti Spíritus,[1]
provincia de Oriente,
Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento2 de enero de 1959[1]
ciudad de Santa Clara[1]
provincia de Las Villas,
Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muertefusilamiento

Joaquín Casillas Lumpuy (Sancti Spíritus, 24 de noviembre de 1907 - Santa Clara, 2 de enero de 1959). Militar y delincuente cubano. En 1948 alcanzó notoriedad nacional cuando asesinó por la espalda al líder sindical y congresista por el Partido Socialista Popular, Jesús Menéndez Larrondo. A pesar de habérsele declarado culpable por este crimen fue liberado, y continuó ganando ascensos dentro del Ejército.[1]

Fue jefe de operaciones del Ejército en la Sierra Maestra entre enero y abril de 1957 ―cuando la guerrilla revolucionaria dirigida por Fidel Castro se encontraba en sus inicios―. A pesar de los asesinatos y el terror que sembró entre la masa campesina de la zona no pudo aniquilarla.

El 28 de diciembre de 1958 fue capturado en Santa Clara por el Ejército Rebelde al final de la batalla de Santa Clara y el 1 de enero de 1959 (día del triunfo de la Revolución cubana) fue fusilado.

Síntesis biográfica

Carrera militar

Siendo capitán del ejército alcanzó notoriedad nacional cuando el 22 de enero de 1948 asesinó por la espalda a Jesús Menéndez Larrondo (líder de los trabajadores azucareros y congresista por el Partido Socialista Popular). Por este hecho se le acusó ante los tribunales en la causa 91 de 1948, actuando como acusador el Dr. Carlos Rafael Rodríguez.[2] Su abogado defensor fue el anticomunista José Miró Cardona, quien entre el 5 de enero y el 16 de febrero de 1959 sería el primer primer ministro de la Revolución cubana, y más tarde en Miami sería el líder del grupo terrorista Consejo Revolucionario Cubano, ligado a la CIA[3] El capitán Casillas fue encontrado culpable del asesinato, pero quedó en libertad.

El apoyo que brindó al golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 hizo que este crimen fuese olvidado y Casillas Lumpuy continuó su carrera militar sin ser molestado.

Al producirse el desembarco del yate Granma y establecerse la guerrilla revolucionaria dirigida por Fidel Castro en las montañas de Oriente fue designado en dos ocasiones (enero y abril de 1957) como jefe de operaciones del ejército con grado de comandante, pero fracasó en su misión. Sin embargo sí cometió numerosos asesinatos entre la masa de campesinos indefenso, lo que le hizo convertirse en uno de los oficiales de la dictadura más odiados y temido.

Su operación más exitosa consistió en conseguir la traición del campesino Eutimio Guerra, colaborador del Ejército Rebelde,[4] quien estuvo muy cerca de asesinar a Fidel y gracias al cual casi consiguen las tropas de Casillas Lumpuy cercar la guerrilla en Altos de Espinosa.[5]

El 4 de enero de 1958 se le designó al frente de la prisión del Castillo del Príncipe y meses más tarde, cuando el Ejército Rebelde extendió la guerra al centro del país, recibió la orden del dictador Fulgencio Batista de defender la plaza de Santa Clara (un regimiento con cerca de 5000 soldados) y detener las tropas de las guerrillas revolucionarias que avanzaban sobre La Habana. Fue uno de los jefes militares en la batalla de Santa Clara (que sucedió entre el 28 de diciembre de 1958 y el 1 de enero de 1959).

Muerte

Víctor Bordón Machado, comandante del Ejercito Rebelde y miembro de la columna 8 Ciro Redondo, se encontraba apostado en la zona del municipio de Santo Domingo, en la antigua provincia de Las Villas.[6] Hasta Bordón acudieron pobladores de la zona para hacerle saber que sospechaban que entre varios desconocidos que escapaban por el lugar podría estar el asesino de Menéndez, disfrazado de mujer, que había abandonado a sus tropas.[6] De inmediato la tropa realizó una búsqueda minuciosa, y el 28 de diciembre de 1958 ―el primer día de la batalla de Santa Clara (que sucedió entre el 28 de diciembre de 1958 y el 1 de enero de 1959)― Casillas fue capturado y detenido. Se le condujo hasta una casilla de ferrocarriles. Hubo que custodiarlo porque el pueblo quería tomar la justicia por sus manos.[6]

La escena era deplorable. Casillas parecía un guiñapo humano dentro de aquella cárcel improvisada. No se le podía dar un tratamiento inhumano a pesar de que había sido responsable de uno de los hechos más crueles de la historia de Cuba.

Casillas fue juzgado por los crímenes cometidos, y fusilado el 2 de enero de 1959.[7]

Fuentes