José Urfé González

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José Urfé
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Clarinetista y compositor cubano.
NombreJosé Urfé González
Nacimiento6 de febrero de 1879
localidad de Madruga,
provincia de Mayabeque,
Capitanía General de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento13 de noviembre de 1957 (78 años)
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
ResidenciaLa Habana
Nacionalidadcubana
Ciudadaníaespañola, después cubana
HijosJosé Esteban Urfé González (pianista, 1910-1979)

José Urfé (Madruga, 6 de febrero de 1879) - La Habana, 13 de noviembre de 1957) fue un compositor y clarinetista cubano. Fue padre del pianista José Esteban Urfé González (1910-1979).

Síntesis biográfica

En un humilde bohío, levantado sobre la azulosa roca del barrio "El Copey", el llanto de un niño anuncia una nueva vida. Era el 6 de febrero de 1879. En ese hogar alumbró la luz de la inspiración, de quien, andando el tiempo, iba a ser un notabilísimo músico y compositor. Nacía José Urfé González cuando expiraba la esclavitud, odiosa lacra de un pasado horrible.

Madruga es un pueblo de músicos, a este terruño pertenecen José Urfé, Félix González y José Belén Puig figuras cimeras del arte de las corcheas; sin embargo es el primero la personalidad de mayor trascendencia. Ello se debe entre múltiples factores, a sus extraordinarias habilidades como ejecutor del clarinete, aunque llegó a dominar otros instrumentos, a sus excelentes creaciones, que han pasado a formar parte del patrimonio musical cubano y gracias a lo cual, en su danzón “El bombín de Barreto” revolucionó el género alcanzando la estructura conque se caracteriza hoy, y a la brillante labor pedagógica que desarrolló permitiendo darle continuidad a este quehacer en el municipio.

Junto a José Belén Puig conformó la orquesta de Enrique Peña, en los inicios de la segunda década del siglo XX. El mejor dúo de clarinete existente en Cuba. Para esta época aun prevalecía el tipo de orquesta denominada típica o de viento en que el clarinete jugaba un papel esencial en la ejecución de la segunda parte de la estructura del danzón y en la que las habilidades de los ejecutantes era una garantía para su interpretación.

Como creador Urfé, en su obra ya mencionada revolucionó el género a tal punto que cambió la coreografía; el aporte realizado consolida la nacionalidad en la música en un momento de intensa colonización cultural por parte de los Estados Unidos.

El régimen colonial español tocaba también a su final trágico. Transcurre su infancia en el período conocido por la tregua fecunda. En esa época tuvo Madruga su mecenas en la persona del doctor José María Pardiñas. Crece el niño manifestando inquietudes que son descubiertas y valoradas por la fina sensibilidad humana del doctor Pardiñas.

Existía en el pueblo en la época, una escuela municipal, que había dejado de ser exclusiva para niños blancos, por decisión del generoso galeno, cuando ocupó la alcaldía en 1881. En esta escuela recibió la enseñanza de las primeras letras, siendo alumno del maestro Eusebio Núñez Villavicencio.

Por esta época llegaban al pueblo temporaditas de todas las regiones del país, buscando en sus aguas medicinales la recuperación de la salud. De esta manera llegó al pueblo, procedente de la Villa de Güines, el músico Domingo Ramos, que era natural de San José de los Ramos. Encontró alivio a su quebrantada salud y decidió quedarse, atendiendo a las peticiones que le hiciera el Dr. Pardiñas, para dedicarse a la enseñanza de la música en la academia que abrió sus puertas en 1894.

El grupo que inició las clases se encontraba constituido por siete alumnos, todos aprendices de zapatero en el taller de Rafael Coll Mercader, y entre ellos se encontraba, con quince años de edad, José Urfé González.

La guerra iniciada en 1895 interrumpió las clases. El joven José se trasladó a la ciudad de La Habana, donde continuó perseverantemente sus estudios de música con Hipólito Rodríguez, y simultáneamente cursa armonía con el maestro Carnicer. Un año después, muere afectado por la nefritis intestinal, su primer maestro de música, Domingo Ramos. A La Habana llegó al exalumno la lamentable noticia.

Pasaron los últimos años del siglo, durante los cuales, todo fue para el joven, que se proyectaba hacia un luminoso futuro, el trabajo diario en el oficio del calzado y el estudio del arte musical. Comenzado el nuevo siglo ingresa en la orquesta del teatro Payret, donde hace amistad con el clarinetista matancero Pedro Pablo Diez, y con su ayuda logra perfeccionar sus conocimientos en el clarinete. Un mayor dominio de la teoría, unido al desarrollo progresivo de sus facultades como ejecutante van perfeccionando al músico, y hacen posible su ingreso en la orquesta de Enrique Peña y en la de Félix González.

Obra

Su obra musical se distingue por la originalidad, basada en pasajes de la vida cotidiana y en lo que la que se reitera los motivos campestres presentes en “A la orilla del palmar”, “Cuyaguateje”, “Cayajabos” y “El campesino”, por mencionar algunos.

Alguien ha dicho que sus creaciones son testimonio de la vida madruguera, “Fefita”, concebida para un concurso de compositores, luego de algunos cambios fue obsequiada a una bella temporadista de la ciudad de Colón, conocida en la casa de los Armenteros, aquel mismo que tiempos después aportó a la cultura culinaria cubana las ricas butifarras del Congo, en el vecino pueblo de Catalina de Güines y que inspiró a Ignacio Piñeiro en su célebre “Échale salsita”.

“El dios chino” (en alusión al inmenso dragón con que desfilaba alrededor del parque la comunidad china de Madruga y Aguacate durante las festividades de las Verbenas), “Aurora I” (dedicada a Aurora Artiles, reina del carnaval de 1923), “Brisas de Madruga” (al semanario local creado por Pablo Oliva Reyes) y muchos ejemplos más.

En el desarrollo de la música coral colaboró con el montaje de la Misa pontificial del sacerdote y compositor italiano Lorenzo Perosi (1872-1956) en ocasión de la visita de un cardenal a Madruga, de la que este quedó impresionado, y a partir de entonces se presentó en la Catedral de La Habana ante la feligresía capitalina.

El maestro, como lo llamaban sus coterráneos, desplegó una amplia actividad cultural que no se limitó solo a la música.

Muerte

José Urfé falleció en La Habana el 13 de noviembre de 1957 a los 78 años.

Fuentes